sábado, 23 de junio de 2012

CORPUS CHRISTI EN ALMONTE

                                                            


                      CORPUS  CHRISTI  EN  ALMONTE




                                                 CORPUS CHRISTI

LA EUCARISTIA.

“Tomad y comed; esto es mi cuerpo”
“Esta es mi sangre del Nuevo Testamente, la derramada por muchos, para  remisión de los pecados”  ( Mt,26, 26-29; Mc. 14,22; Lc. 22,15).

Con estas palabras, Jesucristo, celebrando la Pascua, instituyó el sacramento de la Eucaristía.

Desde entonces, la iglesia no ha dejado de conmemorar este Sacramento, en la celebración de la Misa, donde Dios se entrega  voluntariamente a los cristianos, pues la devoción al Santísimo Sacramento esta íntimamente ligado con esta celebración.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, para quedarse con nosotros después de su gloriosa subida a los cielos: Ascensión.

Tal era la cantidad de misas que se celebraban cada día, que la Iglesia tuvo que dictar decretos en los que decía cuantas podía decir un sacerdote diariamente.

Peo no contaba la Eucaristía con una celebración especial, dedicada en un día determinado, para de una manera extraordinario, dar culto y vivir el misterio de su entrega y estancia en la tierra, como alimento espiritual del hombre.

            LA FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI. SU ORIGEN.

            Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

            Dios se sirvió de la santa Juliana de Mont Cornillon, monja Agustina, que desde muy joven sintió  una gran veneración al Santísimo Sacramento y ansiaba que se tuviese una fiesta especial  en su honor, para que se hiciese realidad esta festividad.

 Este deseo de la santa  se  intensificó, por una visión que ella tuvo de la iglesia bajo la apariencia de una luna llena con una mancha negra que significaba la ausencia de esta solemnidad.

            Dio a conocer esta visión y el deseo de que se celebrase una fiesta especial dedicada al Santísimo Sacramento, al entonces  obispo de Liège, Roberto de Thorete, quedando impresionado favorablemente, y como entonces los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en el año 1.246, ordenando que la celebración se tuviera al año siguiente.

            Aunque el Obispo Roberto de Liège no pudo ver cumplido su deseo, pues murió en ese mismo año, la festividad se celebró por primera vez  por los cánones de San Martín, en Liège, el año 1.247.

            El Papa Urbano IV, admirador de esta fiesta, publicó la Bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1,264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de Nuestro Salvador, expresado en la santa Eucaristía, ordenó que se celebrase la solemnidad del “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, y al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistiesen a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado incluso por protestantes.

            Pero la muerte del Papa Urbano IV (2 de octubre de 1.264) un poco después de la publicación del decreto, fue un obstáculo para la difusión de la fiesta. El papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1.311), ordenó la adopción de esta fiesta, y publicó un nuevo decreto incorporando el del Papa Urbano IV.  El Papa Juan XXII, de feliz memoria, instó su observancia.

            Aunque en ninguno de los decretos se habla de procesión  con el Santísimo Sacramento como aspecto de la celebración,  estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, haciéndose bastante comunes a partir del siglo XIV.

            La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario, de la presencia  real de Cristo en la Eucaristía, y ayudan a que estos valores fundamentales de la fe católica se acentúen.

Y llegamos a la celebración del  Concilio de Trento, 13 de septiembre de 1.545 a 4 de diciembre de 1,563; (hubo varias interrupciones), en el que,  entre otros,  se dio el Decreto sobre el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, que trata::
 Capítulo: I.- De la presencia real de Jesucristo en el santísimo sacramento de la Eucaristía.
Cap. II.- Del modo con que se instituyó este santísimo sacramento.
Cap. III.-De la excelencia del santísimo sacramento de la Eucaristía, respecto de los demás sacramentos
Cap. IV.- De la Transubstanciación, y
Cap. V. Del culto y veneración que se debe dar a este sacramento., donde leemos

No queda, pues, motivo alguno de duda en que todos los fieles cristianos hayan de venerar a este santísimo Sacramento, y prestarle, según la costumbre siempre recibida en la Iglesia Católica, el culto de latría que se debe al mismo Dios, ni se le debe tributar menos adoración con el pretexto de que fue instituido por Nuestro Señor para recibirlo; pues creemos que está presente en Él aquel mismo Dios de quien el Padre Eterno, introduciéndole en el mundo dice: Adórenle todos los Ángeles de Dios; el mismo a quienes los Magos postrados adoraron; y quien finalmente, según el testimonio de la Escritura, fue adorado por los Apóstoles en Galilea. Declara además el santo concilio que la costumbre de celebrar con singular veneración y solemnidad, todos los años, en cierto día señalado y festivo, este sublime y venerable Sacramento , y la de conducirlo en procesiones honorífica y reverentemente por las calles y lugares públicos, se introdujo en la Iglesia de Dios con mucha piedad y religión.. Es sin duda muy justo que haya señalados  algunos días de fiesta en que todos los cristianos testifiquen con singulares y exquisitas demostraciones la gratitud y memoria de sus ánimos respecto al dueño y Redentor de todos, por tan inefable, y claramente divino beneficio, en que se representan sus triunfos, y la victoria que alcanzó de la muerte.

            Podríamos decir que con esta resolución de la Iglesia, mediante la celebración del citado Concilio, da por así decirlo, su confirmación oficial a que se celebren en el orbe cristianos, fiestas y procesiones especiales con el Santísimo Sacramento.

            El Papa Juan Pablo II, exhortaba a que se realizara la costumbre de honrar en este día (Corpus Christi), llevándole en solemne procesión.

                                   EL CORPUS CHRISTI EN ALMONTE

            Al hablar de la celebración de la festividad del Corpus Christi en Almonte, nos remitiremos a las Actas Capitulares del Ilmo. Ayuntamiento de Almonte, cuyos primeros documentos datan de enero de  año 1.577.

            Por ello, no podemos asegurar desde cuando se comienza a celebrar dicha festividad, en Almonte,  pero si afirmar que hace más de cuatrocientos años ya Almonte conmemoraba esta fiesta del Corpus Christi. Y podemos decir que esto es cierto, leyendo el acta del cabildo de fecha 8 de junio de 1.579, que dice:

“… en este cabildo se vio una petición que dio  Sebastián de Espinal, en que dice que para hacer el día de la fiesta cierta comedia y que para las ropas y recitantes, les den alguna cosa para ello y gasto de lo que han de hacer. Acordose que se le den (sic) reales…”

 Hay que tener en cuenta que en la celebración de esta procesión, en esa época,  venía precedida  por la imagen del pecado, representado por un gran bicho en forma de dragón. Le seguían una serie de gigantes y de danzas  bíblicas, mitológicas, históricas…, y  músicos. Esta parte se cerraba con los carros en los que marchaban los comediantes que representaban los autos sacramentales.

Con fecha 24 de noviembre de 1.585, podemos leer como se manda hacer palio para el santísimo:

            “… en este cabildo se trató y acordó hacer el palio que está mandado  hacer y que Diego Rodrigo de Ríoseco /…/ persona que han acordado escriban que les den los cuarenta /…/que se acordaron por el Concejo y se empleen y hagan la fábrica (…/ dé el dineo que ha de dar para hacerlo…”

Por lo tanto es natural que se acuerde en cabildo tal decisión respecto al pago de los comediantes. Podemos comprobar pues, como ya en este año de 1.577 hay constancias de la celebración de la procesión del Corques Christi en Almonte.

            No debía encontrarse en buen estado, o no  tenía aún el Santísimo Sacramento, paño pasa salir en procesión, que el 9 de marzo de 1.586 se acuerda

 “… que para ayudar hacer el paño del Santísimo Sacramento de la iglesia de esta villa que está mandado dar cuarenta ducados de este Concejo para que, con otros ochenta de la fábrica y la cofradía (suponemos se referirían a la Hermandad Sacramental), se haga el dicho paño; para ello acordaron que se venda el rebusco de los olivares, de tal manera que después  de dejado sus amos de coger los olivares, pueda entrar el que lo comprare  y no otro y que el dinero que se diere , se dé y pague a Gonzalo Hernández, clérigo, mayordomo de la fábrica de esta villa, y sobre ella se hagan las condiciones y del tiempo y como han de entrar …”
Foto  de la Custodia  del Santísimo Sacramento

            Dicho palio se encuentra expuesto actualmente en la Ermita de “El Cristo”. Es de color rojo y está bordado con hilo de oro. Es propiedad de la Hermandad Sacramental..
           
Y en cabildo de fecha 20 de abril del mismo año,  se acuerda 

“… que se remate el rebusco de los olivares para el paño del Santísimo Sacramento…”

            Si el ayuntamiento, cumpliendo con su compromiso, entregó los cuarenta ducados, no parece que los demás hiciesen lo mismo (fábrica y cofradía ) y por ello  el 11 de julio volvemos a leer

“… y así mismo  lleve petición para el provisor de Sevilla, para que mande hacer el paño del Santísimo Sacramento, porque este concejo tiene dados los cuarenta ducados que le caben y los demás no acuden a ello…”

            No volvemos a encontrar nueva referencia a la festividad del Corpus en Almonte hasta el cabildo celebrado el once de junio de 1.591, que dice:

“… se hagan danzas para el día del Corpus Christi y que se les de hasta una docena de reales del concejo…”

Y el 20 de mayo de 1.594 , a petición de los vecinos de Almonte, en el Acta del Concejo, se solicita nuevamente se haga el palio del Santísimo:

“… en este cabildo se acodó que el rebusco de los olivares se vendan y ceda lo procedido de ella para el palio del Santísimo Sacramento, porque así i lo piden los vecinos ---“

Ya hemos comentado anteriormente como se hacían danzas en esta procesión. Estas danzas, eran a veces, además de las ya reseñadas: danzas de música interpretando breves conciertos y danzas tradicionales ( de espadas, moros y cristianos) y danzas más exóticas(de negros, indios, turcos).

“… y así mismo se gastaron 130 reales para los ministriles que se hallaron a la fiesta del Santísimo Sacramento, y no se librado todo lo susodicho y se pague de los de este concejo…” (21-6-1.604).

MINISTRILES Y CHIRIMIAS

Los ministriles vienen a ocupar el lugar que dejaron los juglares y trovadores. Al desaparecer éstos, entre otras cosas por la prohibición  de ciertos obispos, que no querían que las cofradías se gastasen el dinero en cosas mundanas ni en trovadores o juglares.

Es a finales  del siglo  XV cuando hacen prácticamente su aparición los ministriles, que eran músicos dedicados casi por completo a la interpretación de la música, dejando para los trovadores, la composición de la misma.

Tocaban los ministriles la chirimía, instrumento musical de viento muy parecido a la flauta dulce. Se comienzan a utilizar casi al mismo tiempo que aparecen los ministriles, y hasta el siglo pasado, se han venido usando.

Es la chirimía un instrumento tubular de madera, con lengüeta  doble, típicamente con siete agujeros frontales y uno posterior utilizado para cambiar de octava.

“…que por cuanto su excelencia ha mandado que se hagan fiestas al santísimo Sacramento el día del Corpus Christi o en su octava, acordaron que se haga el día de la dicha fiesta dos danzas, la una de arcos y otra de espadas , y que se traigan unos ministriles y se traigan toros, y el uno de ellos sea de garrocha, el cual se ha de repartir entre los vecinos de este lugar, haciendo barreras y entablado para los ministriles y se jueguen cañas, las cuales suplican a su excelencia se sirva de por una vez mandar que se suspendan, y se haga lo demás, por estar algunos fallos de salud, y para las cuales
fiestas serán menester ochocientos reales, no tienen donde poder haber y sirviéndose su excelencia y siendo su gusto, , se buscarán y harán…”. (junio 1.606)

            En esta ocasión observamos como además de ministriles, se dice  que se traigan toros, (que se toreaban en la plaza, conocida hoy  con el nombre de Virgen del Rocío) y que se hiciesen juegos de cañas. Pero alegan, que por estar, a causa de la peste,  muchas personas enfermas, estos juegos se omitan por esta vez.

            Además del juego de cañas,  en esta otra provisión de su excelencia, el conde pide “… aquel día en la tarde se traigan algunos toros con cuerda y se jueguen cañas y alcancías…” (7-6-1.610)

JUEGOS DE CAÑAS, ALCANCIAS Y DE SORTIJA

            Entre los jugos ecuestres que se practicaban en épocas pasadas, nos encontramos con:  juegos de correr cañas, de alcancías y de la sortija.

            El juego de la caña, fue introducido en España por los árabes y había que tener mucha destreza en el dominio del caballo, pues había que llevar en una mano la caña, especie de jabalina de madera, y en la otra un escudo  Se jugaba entre diferentes cuadrillas integradas, por dos, cuatro, seis, ocho…caballistas o jinetes.

            Podemos decir de estos juegos, que vienen a sustituir a los antiguos torneos de caballería  que hacían caballeros armados con lanzas y armaduras, donde las lanzas son sustituidas por cañas, y  que comenzaron a practicarse a inicios del siglo XI

            Había un continuo movimiento de caballos, pues mientras los de una cuadrilla arrojaban sus cañas, el otro grupo trataba de evitarlas, volviéndose al contrario, en que los perseguidores se convertían en perseguidos reemplazándose los distintos grupos y así podían llevarse durante varias horas,  hasta que una de las cuadrillas  cedía o huía.
           
            En el juego de las alcancías, también practicado sobre caballos, los jinetes llevaban en vez de cañas unas bolas de barro secadas al sol, del tamaño de una naranja en las que se introducían en su interior: flores, cintas, agua de olor, polvos perfumados, y  se las tiraban corriendo, unos jinetes a otros, los cuales  las paraban con sus escudos y que al romperse se esparcía su contenido  por todas partes, dejando un agradable olor  en el ambiente.

Hoy en día la    palabra alcancía la utilizamos, aunque ya muy poco, como vasija de barro, cerrada, con una sola hendidura estrecha en la parte superior, por donde se echan las monedas, y que para sacarlas había que romperla.

El juego de la sortija consistía en poner una sortija de hierro, de una pulgada de diámetro aproximadamente, encajada en otra de hierro, del cual se puede sacar con facilidad. La sortija pende de una cuerda y a una altura del suelo, de entre dos metros y medio y tres y medio. Los caballeros lanzan sus caballos a correr e intentan encajar la punta de la lanza en la sortija obteniendo  la gloria o el premio, quien más conseguía.

            Esto es hoy practica muy habitual en casi todos los pueblos, y que conocemos como “cintas a caballo”. En otros lugares, se reemplazan   los caballos, por bicicletas o motos.


            Ya hemos hecho referencias a como las calles por las que transcurría la procesión del Corpus Christi, eran engalanadas y adornadas, en cuyos gastos participaba de forma muy activo el ayuntamiento: Vemos también como cuidaban de que las mismas calles, quedasen en las mejores condiciones, una vez hubiese pasado por ellas la procesión. Y lo decimos ateniéndonos al cata de fecha 26 -5-1668. en la que leemos:

            “Acordose se haga la fiesta  del Corpus Christi como este cabildo acostumbra y para ello se diputó para que cuiden del aseo y limpieza de las calle, a sus mercedes don Juan Pichardo de Breña, alcalde, y a don jerónimo Cabrera, regidor, …”

            En el acta de fecha  13 de diciembre de 1.835, en el capítulo correspondiente a los gastos del Ayuntamiento, y referente a los de la iglesia podemos observar:

            “…  gastos para celebrar el día del Corpus, la Candelaria y la novena a Ntra. Sra. del Rocío, quinientos?...”

            Y nuevamente el acta de fecha 28 de junio de 1.843 vemos:

            “… la función y según el presupuesto parroquial debía celebrase mañana el día de San Pedro; respecto a / …. El mismo tenía preparado la Archicofradía del Smo. y Ánimas, la infraoctava del Corpus…”

            Parece ser que, o bien por falta de dineros para costear los gastos de la celebración de las fiestas que se desarrollaban para el Corques Christi, o por otras causas indeterminadas, lo cierto es que el conde llama la atención al cabildo para que asista a las celebraciones de las mismas  “… y estando informado  que no se acude con la puntualidad y devoción que conviene, y así manda que para este efecto este concejo gaste hasta cantidad de sesenta ducados…” (7-6-1.610).

En las siguientes citas de las Actas Capitulares veremos de donde sacar dinero para contribuir con los gastos ocasionados por la celebración de la fiesta del Corpus.

             “… que por cuanto el concejo ha gastado por orden y mandato de su excelencia el conde, mi señor, en la fiesta del Santísimo sacramento de este año ochenta ducados y estos se han recibidos prestados de algunos vecinos de esta villa, y para pagarlos se acordó que se vendan los rastrojos de la dehesa Boyal de este año, para ganado de cerda, y que lo que tocares del camino de Sevilla hasta el valle de Somera,  al valle de Depila, se veda para una carnerada, todo para pagar el dicho dinero…” (12-5-1.697).

            “…y que se pregone que ninguna persona tenga  pescado ni venda en la plaza pública de esta villa, desde que toquen a misa mayor el día de la fiesta hasta que hayan acabado, digo desde que hayan dejado de tocar a la dicha misa, so pena de cien maravedises  para el Santísimo sacramento y ánimas del purgatorio y denunciador, por sus tercios…. (30-3-1.615).

            Aquí comprobamos como se imponían penas o multas a los vecinos de la villa, si incumplían algunas órdenes. Dinero que repercutía como en este caso, para ayudar a pagar los gastos de la fiesta.

            “… se acordó que por cuanto los carreteros y vecinos de esta villa quieren innovar y echar más de  tres palmos en cada eje de carreta, más de lo que es costumbre, que se les notifique no envíen más de lo dicho, como ha sido costumbre, so pena de doscientos maravedises el que lo contrario hiciere, para el Santísimo Sacramento,  padres y denunciador… “ (5-3-1.516).

            “… se le quite la dicha aceituna y el valor de ella y doscientos maravedises de pena por haber cogido la dicha aceituna, sean aplicados al Santísimo Sacramento…”. (25-10.1.617).

            “… para que cualquier carretero o persona que sacase este dicho tiempo gavillas algunas, le será llevado 400 maravedises de pena, el tercio para el denuncia- dor y el resto para el Santísimo Sacramento…” (5-6-1619).

            “… pena de 600 maravedises, un tercio  para el denunciador, un tercio para el juez y un tercio al Santísimo sacramento…! (24-2-1.621).
           
            “… asimismo se acordó se libren doscientos reales de lo que se gastó en la fiesta del Santísimo Sacramento de este año…” (24-8-1,625).

            “…asimismo se acordó que quien quiera comprar los rastrojos de la dehesa haga postura, que se le dará por lo que fuere justo …. Se aplique para la fiesta del Santísimo Sacramento…” (5-6-1.629)

            Nuevamente encontramos como el señor conde apercibe al cabildo, por no asistir a las procesiones y por no ocupar el sitio que le corresponde en la iglesia, según la provisión siguiente de fecha veintisiete de octubre de mil seiscientos veintisiete:

            “ Don Gaspar Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, conde de Niebla. Marqués de Casasa en África, Capitán General del mar océano y costas de Andalucía.

            Por cuanto  he sido informado que los alcaldes y regidores de mi villa de Almonte y demás personas a quien he hecho de oficios de república, en ella hacen poca asistencia  los días de fiestas a oir los divinos oficios en la iglesia mayor de la dicha mi villa, y que cuando así se  hallan ellos no se sientan en los escaños y asientos que tienen el concejo de la dicha villa en la dicha iglesia , sino se van a otras partes a sentarse y que no acuden a las procesiones que en los domingos de cuaresma se hacen por los cofrades de la cofradía del Santísimo Sacramento, con lo que la gente vulgar no tiene el ejemplo que los de república y a quien hago merced les debe dar, y deseando que el Santísimo Sacramento sea servido y acompañado de todos y con toda reverencia y solemnidad y que en estas acciones juzguen y se aventajen mis vasallos, y que de los mejores tomen ejemplo los demás, encargo mucho a los dichos oficiales del cabildo y las personas que en él tiene voto de la dicha mi villa, se hallen   cada domingo en misa mayor y celebración de los dichos oficios los días de fiestas en la dicha iglesia y se asienten en los escaños y asientos que en ella tienen, y no en otro lugar sin derramarse a otras partes, y segundo, que acudan  particularmente a las procesiones del  Santísimo Sacramento y se hallen a ellas los domingos  y días que se suelen hacer  y que asistan en forma de cabildo con toda diligencia y no falten de ellas, so pena de dos libras de pena a cada alcalde ordinario y demás oficiales de república  estando juntos con su cabildo y se ponga de ello, un tanto en el libro capitular y otra en el mismo ayuntamiento para que a todos sea  notorio , y que ni corregidor y justicia  de la dicha villa  ejecuten la dicha pena sin remisión ni disimulación , con apercibimiento que no lo haciendo pondré en ella más eficaz remedio . Fecha en Huelva a 25 de octubre año de 1.627. El conde de Niebla. Por mandato de su excelencia: Jun de la Cueva y Aldana.

            Si en el año 1.589 leíamos que el cabildo concedía un dinero para comprar el paño de palio del Santísimo Sacramente, cuarenta y cuatro años después,  nuevamente  leemos (nos presumimos que para la compra de un nuevo paño, lo siguiente:

“… se acordó que para ayuda al paño de palio que se quiere hacer para el Santísimo Sacramento, se dé de limosna este concejo seiscientos reales, los cuales sean y se saquen de las dehesas del Rincón y Cañuelo, y no habiendo bastante se saque de donde lo pudiere sacar este concejo, arbitrando para ello que lo pueda sacar…”(28-9-1630).

“… se vendan los rebuscos de los olivares y que desde luego se pregone para que se remate cuando pareciere a la justicia, la cual manda se venda para el Santísimo sacramento…”(18-1-1.631).

            En esta nueva cita que encontramos vemos una nueva incorporación a los festejos del Corpus Christi; cual es

“… y se traigan cinco docenas de cohetes para fuegos de la noche anterior…”.(8-6-1.659).

            Muchas más referencias a la festividad de la celebración del Corpus Christi en Almonte, hemos hallado en las Actas Capitulares, en términos más o menos parecidos a los ya expuestos anteriormente, por lo cual creemos oportuno trasladarnos a épocas más recientes, para continuar con nuestro relato.           



JUICIO ENTRE LAS HERMANDADES DE NTRA. SRA. DE GRACIA  Y LA DE NTRA. SRA. DEL ROCIO, POR SU PRECEDENCIA EN LA PROCESIÓN DEL CORPÙS CHRISTI.

            Hagamos mención ahora, a un acontecimiento que ocurrió  durante la procesión del Corpus Christi en el año 1.696, (1), que dio lugar incluso al inicio de un auto de pleito que se interrumpió,  al no poder presentar la hermandad  de Nra. Sra. Del Rocío, sus Reglas.

El hecho nos lo refiere el visitador de la diócesis hispalense que con tal motivo cursó visita a Almonte en el año siguiente , don José Morales Varejón, siendo arzobispo de Sevilla don Jaime de Palafox y Cardona..

El motivo que dio lugar a este suceso  fue por ostentar la precedencia en la procesión del Corpus,  las dos Hermandades citadas: de Gracia y Rocío. y por la cual  … “ubo gran disensión i aún desvarate de la  procesión del Corpus pretendiendo una y otra la precedencia …”
Es decir, ir más cerca de la custodia,  que bajo palio, contiene   la Sagrada Forma, fue la causa de tal alboroto.

            El visitador creyó oportuno conceder la precedencia a la Hermandad de Ntra Sra. Del Rocío, patrona de Almonte, a la de la  Hermandad de Ntra. Sra, de Gracia, a pesar de presentar ésta las correspondientes Reglas o Estatutos, y la de Ntra. Sra. Del Rocío, no, ateniéndose o dando prioridad a la costumbre que a la antigüedad, prohibiendo al mismo tiempo “… y que no salgan los cofrades de Nuestra Señora de Gracia en esta procesión,  por evitar los disturbios del año pasado, sobre la determinación de sitio…”
           
           
(1).- Libro: Testimonios históricos de la devoción de los almonteños a la Madre de Dios. Devociones, imágenes, ritos y cofradías marianas de Almonte. Escrito por: Santiago Padilla  Díaz de la Serna (coordinador), Germán Calderón Alonso, Manuel Galán Cruz, Juan Lara Márquez, Manuel Ángel López Taillefert y Juan Ignacio Reales Espina. Publicado por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Almonte, en el año 2.006, dentro de la colección “Papeles de fe y cultura”. Nº 2.

            Metidos en el siglo XX, nos hemos encontrado con una reseña en el periódico “La Provincia”, de Huelva, de fecha 15 de junio de 1.915, en la que leemos:

            “Con gran solemnidad ha salido en este año la procesión del Santísimo Corpus Christi.
Atentamente invitados por el digno párroco don Juan L. Cozar concurrió a la procesión todo el elemento oficial e infinidad de particulares; no faltó el paso del Caballito de Santiago, encanto de los más pequeños, que lo rodeaban con arrobamiento.
Recorrió la procesión las calles: plaza de la Constitución, Cepeda, Tello, Burgos y Mazo, Huerta, Alcantarilla, Martín Villa y plaza de la Constitución . Salió de esta iglesia parroquial a las nueve de la mañana recogiéndose a las once. La banda de música que dirige el señor Carrera amenizó el acto.
Las calles se encontraban bien adornadas de follajes y cortinajes sirviendo de marco a la belleza de mantillas negras y labios bermejos, como el sol de deslumbrante. Por la tarde refrescó bastante el tiempo, cayendo algunas goterillas.


En el año 1.972, estando de párroco en Almonte don Rosendo Álvarez Gastón, nombrado posteriormente a su marcha, obispo, ejerciendo en Jaca (Huesca) y en Almería después,  comenzó en noviembre de ese mismo año a editar mensualmente “La Hoja Parroquial de Almonte”.

En ella nos daba detallada cuenta de los hechos, actos, celebraciones, y demás acontecimientos locales, que por entonces no tenían otro medio de difusión.

De ella extraemos algunas reseñas que hace con motivo de la celebración  de la procesión del Corpus Christi.

Así copiamos del número 44, correspondiente a los meses de junio y julio del año 1.976, o siguiente:

Solemnidad del Corpus Christi

Con un solemne triduo preparatorio se celebró la fiesta de Corpus Christi, como viene siendo tradicional, y que fue el 17 de junio. No faltaron flores, ni cantos, ni música. Pero tampoco estaría mal un poco de participación de los muchos fieles que parecen estar siempre a la expectativa. La Hermandad Sacramental puso empeño en dar a esta solemnidad todo el esplendor que se merece.

Al año siguiente, en el número 55 de la misma publicación, podemos leer:

Colecta del Corpus Christi.

La colecta del pasado día 9 de junio, festividad del Corpus Christi, con motivo del Día Nacional de Caridad, respondiendo al slogan: “ALGUIEN ESPERA TU AYUDA”, ha sido de  20.100 ptas., que se han enviado a Cáritas Docesana.

Esta cantidad corresponde a los siguientes contenidos: 950 ptas. Recogidas en la colecta del templo parroquial; 3.000 en el Santuario del Rocío y 16. 159 a lo recaudado en os sobres a domicilio..

Hasta aquí, los datos que hemos podido recoger en relación a la festividad del Corpus Christi.


0

PROCESIÓN DEL CORPUS CHRISTI  EN ALMONTE. AÑO 2.007

Tradicionalmente la procesión del Corpus Christi se celebraba precisamente el jueves llamado del Corpus, pero una vez España pasó  a ser un país demócrata y trasladar ciertas festividades religiosas al domingo siguiente a su celebración, esta del Corpus al igual que la de la Ascensión de Jesucristo a los cielos, se desplazó al domingo posterior de las mismas.

            En Almonte, este cambio de día hizo también variar el horario de salida, que pasó de salir por la mañana a hacerlo por la tarde, pero parece ser que tuvo poca aceptación este nuevo horario y se traslado  de nuevo a salir por la mañana

            El recorrido que tradicionalmente realiza es el siguiente: Salida de la parroquia, plaza Virgen del Rocío, El Cerro, Cristo, plazoleta del Cristo, Sevilla, Conde Cañete, Alcantarilla, Martín Villa, plaza Virgen del Rocío y entrada en la parroquia.

            Este recorrido actual se inició hacia finales de la década de los años cuarenta o principios de la de los cincuenta  del siglo pasado, siendo presidente de la Hermandad Sacramental Manuel Padilla Espina (+), pues hasta entonces, la procesión al llegar a la confluencia de las calles el Cerro y Unamuno (antigua calle Callejeta) cogía por ella y llegaba directamente a la Ermita de El  Cristo, sin continuar por las calles El Cerro y Cristo.


Procesión del Corpus por las calles almonteñas

Cuando se sale de la parroquia y se va  caminando, llevando al Santísimo bajo palio,  se entonen canciones religiosas hasta llegar a los pies de los distintos altares que se colocan en el recorrido. Ante ellos  se rezan unas preces que finalizan con la bendición  al pueblo con el Santísimo, tras lo cual,  nuevamente se continúa cantando hasta llegar al próximo altar.

            Abre el cortejo la Cruz parroquial, a la que le siguen las autoridades civiles y militares de la localidad. A continuación marchan  las representaciones de: Cruz de Mayo “Camino de la Cerca”, Hermandades del Sagrado Corazón de Jesús, de Nuestro  Señor Cautivo,  del Gran Poder, de la Soledad, de Nuestra Señora del Rocío y Hermandad Sacramental.  Continúa con los niños que ese año han recibido por vez primera el Cuerpo de Cristo, portando canastillas con flores, y pueblo participando en el acompañamiento del Santísimo, que es transportado, bajo palio,  en la Custodia por los sacerdotes. Detrás marcha la banda de música y nuevamente el pueblo acompañante.

            Las calles por donde transcurre la Procesión, aparecen engalanadas con colgaduras en los balcones, y  las fachadas de los edificios se cubren con ramas de eucaliptos, mientras en el acerado y portales de las casas, las macetas que con tanto mimo y cariño han estado cuidando, durante todo el año las amas de las casas, lucen en todo su esplendor, rivalizando en colorido, fragancia y buen gusto  En el suelo se esparce romero sobre todo delante de los altares. Hace años, el romero, las juncias y las españas cubrían todo el recorrido, formando una espesa alfombra. -

                                              Ornamentación de las calles



ALTARES: ORNAMENTACIÓN
Foto
                            Primer altar de la Plaza Virgen del Rocío

           
            Desde hace unos treinta y cinco años aproximadamente, década de los setenta del siglo pasado, se está  montando  un  Altar para recibir al Santísimo Sacramento, que sale en procesión  bajo palio, durante la celebración de la Festividad del Corpus Christi, en la puerta principal de la casa de la familia de don Felipe Espina (+) y doña Concha Cepeda (+), sita en la plaza Virgen del Rocío, nº 15., frente a la puerta lateral derecha de la iglesia parroquial.

            Con anterioridad a la instalación de este altar, se ponían  unas colgaduras que adornaban la fachada de la casa.

            Es a iniciativas de una de las hijas del mencionado matrimonio, Pilar Espina Cepeda, cundo se empieza a colocar el altar. Siempre ha presidido el mismo  una imagen de la Purísima Concepción muy antigua, propiedad de dicha familia.

            A ambos lados de la imagen se ponen dos candelabros conteniendo espigas de trigo y sobre la mesa del altar se coloca un pan, en representación del cuerpo de Cristo.
Sobre la fachada de la casa a ambos lados de la puerta, aparecen dos ramilletes conteniendo racimos de uva, representativos de la sangre de Jesucristo, derramada por todos los hombres.

            Abriendo un amplio pasillo hasta llegar el altar,  macetones y macetas flanquean el mismo, y sobre el suelo, nos encontramos  una alfombra extendida con un cojín al  pie de altar, donde el sacerdote rezará las preces cuando llegue con la custodia, que depositarádurante ese tiempo encima del susodicho altar.

Actualmente se encargan de la colocación del altar, Rocío Silvano Muñoz, nuera de Manolo Reales y Concha Espina, y demás familiares, a los que presta su colaboración Trini Martínez Escribano.
PRIMER ALTAR DE LA CALLE EL CERRO
Este altar, nos evoca doña Juana Cepeda Morales, haberlo visto desde siempre colocado en la fachada de la casa de su familia, don Juan Cepeda Soldán, por los vecinos de la calle. Solamente, cuando la Virgen del Rocío viene a su pueblo de Almonte, cada siete años, se aprovecha el Arco que se monta para que por él pase en procesión la Virgen, como despedida, antes de iniciar su marcha hacia la aldea, se pone el altar debajo del mismo.

 Igualmente nos recordaba, doña Juana, al margen de la instalación del altar, que cuando la procesión del Corpus Christi se acercaba a su casa, a una distancia aproximadamente de unos veinticinco metros, las niñas de su familia salían a la calle desde su casa y extendían a lo ancho de la calle, (que se encontraba entonces empedrada y no adoquinada como ahora),  una alfombra roja sobre la que ponían una mesa redonda y en ella ramos conteniendo flores.

            La actual mesa del altar al igual que los paños que se colocan para adornarlo, se los proporcionan la iglesia a través del sacristán Manuel Barragán El montaje del altar corre a cargo precisamente, de las mismas personas que ponen el referido Arco cuando viene la Virgen a visitar a su pueblo, como hemos dicho anteriormente,  los palmeritos  Javier y Antonio, quienes se encargan también de proporcionarles los candelabros y demás ornamentos que se colocan encima y a los lados del altar.

            Preside el altar una bella imagen del  Niño Jesús, adquirida por los vecinos de esta parte de la calle, por suscripción popular.

            Antes de llegar a los pies del altar, se confeccionan con las hojas de las flores, que previamente se han traído del Santuario de Ntra. Sra. del Rocío, unas artísticas figuras, con los pétalos de las misma; unas veces se representa  un cáliz con la Sagrada Forma, y otras una paloma, en homenaje a la Blanca Paloma del Espíritu Santo.

            Preciosas macetas, cuidadas con mucho amor durante el año por los vecinos, complementan el exorno del citado altar.

            Sirven de fondo al altar, unas colgaduras rojas. Sobre el mismo se alza una peana en la que se coloca la imagen del Niño Jesús, en una pequeña capilla y todo ello rodeado por una especie de arco sostenido por dos columnas.

            Colaboran en su instalación: Ángela León, Corita, Rocío Blanco, Mary, Carmela Acosta Villa y en general todas las vecinas; unas aportando las macetas, otras ayudando en el montaje…
ALTAR QUE SE COLOCA EN LA CONFLUENCIA DE LAS CALLES EL CERRO Y UNAMUNO

            La primera vez que se colocó este altar en la confluencia de las calles El Cerro y Unamuno, para adorar al Santísimo Sacramento cuando pasa por dicho lugar, en la Procesión del Corpus, tuvo lugar en el año 1.999.

            El motivo de esta instalación tiene lugar por el hecho de que la Virgen del Rocío llevaba en el pueblo de Almonte desde agosto del año anterior, y como todos sabemos, cuando este memorable hecho ocurre en el pueblo, todo es poco para hacer más agradable su estancia en el mismo. Se colocan arcos para que Ella pase por debajo y cantarle y rezarle el mayor número de Salves; se engalanan las calles, se encalan las fachadas de las casas…

Ese año que comentamos se instaló en dicho lugar un Arco para recibir a su Patrona, cuando en señal de despedida,  sale en procesión por el pueblo. Y aprovechando tal circunstancia, los vecinos de dichas calles, decidieron colocar debajo del Arco, un altar, que presidió una imagen del Corazón de Jesús, propiedad de la señora Paquita Pi. Gavira. Se volvió a poner siete años más tarde, en  2.006, coincidiendo también con la instalación  del Arco que se coloca cuando la Virgen del Rocío está en Almonte.

            Después de esta segunda vez, decidieron: Paqui Bejarano, Paca Soltero, Miguelina Peláez, Carmela Martín, Amparo Maraver, Rocío Castrillo María Rocío Corento, Paqui Pi, Ángela León, María Díaz, Juanita Carrión y Josefina Martín entre otras,  colocar el altar todos los años.

            En esta última ocasión del año 2.007, la misma imagen del Corazón de Jesús, volvió a presidir el altar, pero luciendo una antigua y artística Capilla, también propiedad de Paqui Pi Gavira..

            Los paños que se colocan en el altar son cubre camas con encajes hechos a mano, muy antiguos, pertenecientes también a Paqui Pi

            Los candelabros que podemos observar sobre el altar, pertenecen a la Hermandad Sacramental que generosamente los cede para esta ocasión. Antes de llegar al altar, en el suelo se extiende una gran alfombra, de Carmela Martín,  que termina a los pies del mismo, en la que se colocan unos cojines preciosos de Juanita Carrión., todo ello rodeado de hermosas macetas donde el colorido y la fragancia de sus olores, nos hacen vivir momentos sutiles, gracias a la pericia, cariño y mimo con la que son cuidadas durante todo el año.

Tenemos que destacar la colaboración generosa de Alfonso Peresito, que se presta voluntariamente para ayudar en el montaje del altar, hecho que se realiza en la misma mañana del Corpus.




SEGUNDO ALTAR DE LA CALLE EL CERRO

            A partir de la prolongación del itinerario que seguía  la Procesión del Corpus, por esta segunda parte de la calle El Cerro, finales de los años cuarenta  o principios de los cincuenta del siglo pasado, los vecinos decidieron colocar un altar para recibir la Custodia conteniendo el Cuerpo de Cristo, durante su paso por dicho tramo de  calle.

            Al principio se colocaba en el altar una imagen de la Virgen Niña, propiedad de una monja teresiana

            Sobre el altar hay una pequeña imagen representando a un ángel y  dos candelabros pequeños conteniendo flores y racimos de uvas y espigas de trigo. Una tarima, más pequeña que el altar, va colocada encima del mismo altar y sobre ella, sobresale una peana en la cual está situada una imagen de la Virgen de Fátima, de gran tamaño, con lo que la altura total del conjunto, puede ser de unos tres metros o algo más. La imagen, así como los candelabros de plata que aparecen a ambos lados del altar, son propiedad de la Ermita del Cristo

            La majestuosidad de la imagen de la Virgen de Fátima a tan elevada altura, realza enormemente la vistosidad del altar.           

El altar, como la tarima, están cubiertos de ricos paños blancos con preciosos bordados, y a sus pies nos encontramos una gran alfombra, comprada expresamente para esta ocasión, con sus correspondientes cojines. El romero, las hermosas macetas de “pilistras”,  que flanquean el altar y dos magníficas canastillas conteniendo flores naturales de la época, dan al ambiente un agradable olor a campo, a marisma, a Almonte con el Santísimo Sacramento.

Sirviendo de fondo aparecen dos grandes  macetas conteniendo kentias,  que casi sobresalen de  la altura en la que se encuentra la Virgen ..

Digamos por último que las colaboradoras y personas encargadas de poner el altar son: Fita Romero, Pepi Pérez, Pepi, Manoli Rodríguez, Petri Rodríguez , Nati, Paquita Gordillo, y Juani,  contándose también con la colaboración  en su montaje de Francisco Martín.







PRIMER ALTAR DE LA CALLE EL CRISTO

            Desde el primer año que comenzó a pasa por esta calle la procesión del Corpus Christi, se viene poniendo un altar al inicio de la misma. Al principio se colocaba en la fachada de la casa de don Ángel Núñez Paredes (+), aunque en una ocasión se instaló en la plaza llamada antiguamente del “Bacalao”.

Hoy se monta en el centro de la calle a la misma altura de la casa anteriormente citada. En el altar, en una mesa más pequeña que se coloca encima del mismo, se pone la imagen que lo preside. Varias han sido estas  imágenes:   una Inmaculada, perteneciente a la ermita El Cristo ; un  Niño Jesús y actualmente una imagen de Cristo Rey sentado en un sillón, que les presta la Hermandad Sacramental. En las manos se le pone, en una,  tres espigas de trigo y en la otra un racimo de uvas.

Un cuadro del Cristo Rey, propiedad de Pilar Ramos, también se colocó en varias ocasiones.

Otras veces se aprovechó parte del Arco que se instala  cuando la Virgen sale en procesión por el pueblo. Concretamente, nos comentaban, que se montaba  una plataforma formada por cinco  peldaños y encima se ponía una custodia con la Sagrada Forma, sobre un fondo formado por un armazón de madera y alambre forrados con papel blanco rizado, al igual que la custodia y Sagrada Forma, que representaba al sol y sus rayos, y que al  estar puesto a tal altura,  daba mayor esplendor  al magnífico conjunto.

  Como viene siendo norma general, antes de llegar al altar, se abre un amplio pasillo, para que el sacerdote con la custodia pase hasta llegar al altar,  formado por macetas y macetones con sus correspondientes flores y se cubre el suelo con romero, colocándose a los pies del altar un cojín Igualmente los laterales y fondo del altar se adornan con más ramos de flores y macetas, mimadas por el celo y constancia de las mujeres almonteñas.

Jarrones de plata y candelabros con sus velas, complementan la ornamentación.

 Colaboran en esta instalación, entre otras personas: Eustasia Núñez Cabrera,  Candelaria Gallardo, María Josefa Villarán y Mercedes. Cuando vivía, prestaba su generosa ayuda el recordado Lorenzo Sánchez al igual que Pilar Ramos (+).



SEGUNDO  ALTAR DE  LA CALLE CRISTO

            Después de la venida de la Virgen a Almonte en el año 1.984,  viendo que el recorrido que hace la procesión del Corpus por la calle El Cristo es muy largo y solo se colocaba  un altar en todo el trayecto, al principio de la misma, como hemos visto anteriormente,  deciden los vecinos, con muy buen criterio,  poner otro altar casi al final de ella.

            Se comienza poniéndolo en la fachada de la casa de Martín Cortés. Después se colocó  en la fachada de la casa de Paquita Roldán. Últimamente se está instalando en el centro de la calle a la altura de esas mismas casas, casi al final de ella.

            Una mesa cubierta con ricos paños blancos bordados y con encajes antiguos, van a servir de base para mantener una bonita imagen del Corazón de Jesús dentro de una. urna de cristal. Dicha imagen es de María del Rocío Saavedra  Díaz.  Con anterioridad  se comenzó poniendo otra imagen, también del Corazón de Jesús, que pertenecía  a Antonio Báñez Aragón.

            Nos cuentan que cuando vivía Lorenzo,  hizo  unas cenefas y una corona que se forraban de papel dorado y servían para adorna el altar, el cual era igualmente decorado por  él. Al dejarse de poner el altar en la fachada de la casa antes citada, para colocarlo en el centro, se dejaron de poner dichas cenefas

            Los dos candelabros de plata que aparecen encima de la mesa del altar con sus correspondientes velas los proporciona la Ermita del Cristo, al que acompañan unos pequeños floreros con  flores naturales.. El pasillo que se forma hasta llegar al altar, a cuyos pies se encuentra un cojín blanco encima de una extensa alfombra, va circundado por hermosas macetas  y macetones cuidadas con mucho primor, por todas las vecinas, que juntamente con los ramos de flores que se adquieren para tal ocasión, dan al conjunto una armonía y un ambiente digno del objeto para el que se coloca el altar honrar el paso del Santísimo Sacramento, cuyas  familias  de la calle, imploran su protección.. Dos enormes macetones conteniendo palmeras  sobresalen por encima de la urna que contiene la imagen.

            Como colaboradoras para ello, se encuentran: María del Rocío  Saavedra Díaz, Rosita Monsálvez, Cristobalina López Valladolid, Josefina Medina Castilla , Pepi García y Mari Carmen Rodríguez López, entre otras.



ALTAR DE LA ERMITA EL CRISTO

No tenemos constancia de que en la Ermita de “El Cristo”, se haya colocado  un altar para recibir el paso de la Custodia que procesiona en el día del Corpus  Christi por el pueblo de  Almonte, hasta el año 1.957.

No es de extrañar que en épocas anteriores a la mencionada, se hiciese alguna ceremonia o acto, para recibir y honrar el paso de Jesucristo, en la Sagrada Forma, siempre que la Ermita citada estuviese abierta al culto, pues algún tempo estuvo  como salón para escuela y en otras ocasione estuvo cerrada.

A partir del año 1.957, de forma ininterrumpida, Matías Aceitón Vega, al que ayudan los miembros de la Hermandad Sacramental y las mujeres “del Pocito”, son los encargados de la organización y el montaje de un altar en la puerta de dicha Ermita.

Como ya es sabido y notorio, Almonte se engalana de forma especial y extraordinaria, cada vez que su Patrona, la Virgen del Rocío visita a su pueblo, y en el año 1.956 acaeció tal acontecimiento. El mencionado Matías instala en la Plazoleta en la que se encuentra la citada Ermita,  un monumental Arco o Templete , cada vez que este hecho ocurre. Y en aquella ocasión, año 1.957,  tuvo la idea de poner un  altar, aprovechando que estaba instalado el arco, y ponerlo  debajo del mismo  arco. A partir de aquel año, viene colocándose pero en la puerta de la Ermita.

En los primeros años de su colocación, nos comentaba Matías, se ponía la Custodia que había servido para monta el Arco. En el año que venimos comentando esta procesión. 2.007, presidió  el altar una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que donó don Juan Cepeda Soldán , sirviendo el respiradero frontal del “paso” del Cristo de la Misericordia, realizado por el mismo Matías,  como parte central del altar, al que acompañaban dos guardabrisas del mismo “paso” mencionado. A ambos lados del respiradero, encima de unos maceteros, vemos dos jarros de plata, conteniendo girasoles; en la mesa del mismo altar, otros dos jarrones de plata igualmente con flores de girasoles.

En una peana, encima de la mesa del altar, aparece la imagen ya reseñada del Sagrado Corazón de Jesús, cuya talla puede tener una altura aproximada de 1.70cm.  o 1´80 cm. de altura. Como fondo, un dosel rojo que ocupa toda la puerta de la Ermita.

Las mejores macetas de las mujeres del “Pocito”, lucen en todo su esplendor en el altar y alrededores. 





PRIMER ALTAR  DE LA CALLE SEVILLA

            En esta calle los vecinos de la misma  colocan tres altares con los que honrar el paso del Santísimo Sacramento, en procesión por el pueblo de Almonte.

            Si seguimos el itinerario de la misma, nos encontramos el que llamaremos primer altar. Este altar se comenzó a poner hace unos diez o doce años y lo presidía una imagen de la virgen de Fátima. Hoy se coloca una imagen de la Inmaculada Concepción que se eleva del suelo bastante, pues sobre una primera mesa, se pone una segunda más pequeña, ambas de Librada  Báñez, y sobre esta segunda se coloca la preciosa imagen donde aparecen unas cabezas de ángeles, a los pies de la Inmaculada. Los paños que cubren ambas mesas son antiguos con encajes apreciados y pertenecen a Concha Cepeda.

Cuatro maceteros con sus correspondientes jarrones de bronce, conteniendo flores naturales, dos a cada lado del altar, dan prestancia al bello conjunto, al que complementan preciosas macetas, la mayoría “pilastras”, que las vecinas de la calle prestan con gran cariño para esta ocasión. Sobre el fondo del altar unas enormes macetas de kentias, que llegan a superar a la altura de la imagen de la virgen.

En la mesa del altar observamos unas vinajeras de cristal, racimos de uvas, espigas de trigo y pan. Los candelabros de plata pertenecen a la Ermita del Cristo.

Para que tal altar reluzca y pueda montarse nos encontramos con las mujeres; Juana Espinosa, María José Espinosa García, Ana María Acevedo Medinas, Librada Báñez Villa y Rosa Endrina.



SEGUNDO ALTAR DE LA CALLE SEVILLA
            Este segundo altar que se coloca en la calle Sevilla,  siguiendo el itinerario de la procesión, recuerdan las personas mayores de la misma , que siempre se ha puesto en la fachada del edificio que hoy ocupa la Biblioteca Municipal, que fue anteriormente edificio  destinado a escuela.,

            Hoy se pone en el centro de la calle y está compuesto por dos mesas superpuestas, una mayor encima de la cual se instala la segunda mesa, algo más pequeña. Paños blancos, como en todos los altares, cubren ambas mesas.  Los dichos paños lucen artísticos bordados y antiguos encajes, que las personas  poseedores de ellos guardan y cuidan con mucho primor durante todo el año, pues solamente se utilizan para cubrir el altar que se coloca con ocasión de la Procesión del Corpus Christi.

            Una antigua imagen de Cristo Rey, perteneciente  a María Rocío Valladolid,  preside hoy el espléndido altar que se dispone a recibir la visita del Santísimo Sacramento, el cual ha sido adornado con mucho esmero y  devoción por todos  los vecinos: unos ayudando a colocar las cosas, otros poniendo las mesas, aquel la imagen, los demás, las colchas de terciopelo y colgaduras, los paños para recubrir las mesas del altar, y aportando sus más queridas macetas dentro de grandes macetones y otras más pequeñas puestas en bonitos y también antiguos maceteros de madera.. Los candelabros de plata que observamos son propiedad de la iglesia parroquial de Ntra. Sr. de la Asunción.

            No podían faltar las espigas de trigo y los racimos de uvas, que se encarga  de traer Francisco Cáceres

Todo esto es posible gracias a la colaboración de todas las familias de dicho tramo de la calle, entre las que podamos nombrar a Antonia Martín Moreno, Concha Román, Juanita Acosta, María Barranca,, y su hija Inmaculada Ariza, María Rocío Valladolid, Victoria Báñez y  Rocío Cáceres

 Nos comentaban que cuando vivía María Dolores Garrochena, era ella la que promovía todo para que se pusiese el altar: lo organizaba, llamaba  a las personas y buscaba todo lo necesario, para que en la mañana gloriosa de Corpus Christi, el altar que para adorar al Santísimo se coloca en dicho tramo de la calle, luciese en todo su esplendor, pudiéndose decir que era el alma  de todo ello.
TERCER ALTAR DE LA CALLE SEVILLA
Nos recordaba María del Rocío Ventura Martínez , a personas que con ella, ponían el altar para recibir la visita  del Santísimo y nombraba  a una monja teresiana que ejerció de maestra en Almonte, llamada Carmen Medina, que fundo precisamente aquí en el pueblo la Acción Católica.. Una imagen de la Virgen Niña, de su propiedad presidio varios años el altar.

                        Actualmente es una imagen de Cristo Crucificado, con su correspondiente peaña, la que se coloca en el altar, propiedad de Antonio López. La mesa es recubierta con finos paños de color blanco. y sobre él aparecen el pan, racimos de uvas, representativos del cuerpo y sangre de Cristo;  también se observan jarrones de cristal con flores y candelabros de plata con sus correspondientes velas.

             Maceteros de madera cubiertos con paños blancos, sostienen  cubremacetas  de bronce en los cuales aparecen igualmente flores naturales del tiempo; y sobresaliendo entre ellas nos encontramos unos exuberantes ramos de flores de girasol que lucen en todo su esplendor.

            Colgaduras en los balcones, muchas macetas a cual más bonita: helechos, plilistras, kentias, palmeras…ponen su tono  colorista  al armonioso conjunto.

            Cuando se comenzó a colocar este altar, se ponía en la fachada de la casa de María Rocío Ventura, pero después se comenzó a colocar en el centro de la calle, a la misma altura de la anterior casa mencionada.

            Y para que todo luzca mejor y el ornato del mismo sea lo más agradable posible, nos encontramos con las personas artífices de la obra, entre las que podemos citar a : Andreita García Valladolid, Carmela Martín Triana, Paquita Torres, Rosario Martínez,
 Petrita Cerrato, Antonia Millán, Rocío, Juanita Bejarano y Pepa Rocío.
ALTAR DE LA CALLE CONDE CAÑETE

Al igual que cada uno de los distintos  altares que se colocan para presenciar y recibir el Santísimo Sacramento por esta agraciada calle y con el mismo esmero y devoción, las personas que habitan la calle Conde Cañete, se preparan y organizan para que cada año luzca con más esplendor,

Siempre se recuerda haberlo colocado en el mismo lugar: la fachada de la casa de José María Reales Cala(+), y la persona, alma de su colocación, era “mama Titi”, fiel servidora de la mencionada familia, a la que querían como a una madre,  Más tarde  la ayudaba su hija María Rocío.

La composición del altar está colocado  en forma de escalinata, con tres escalones o peldaños, colocándose en el más alto, la imagen que lo preside: un Niño Jesús, propiedad de los vecinos de la calle, portando en una mano un cáliz y en la otra la Sagrada Forma.  En la primera o más baja, que a la vez es la mayor de ellas, hay :una bandeja de plata conteniendo una copa de cristal con vino y una pieza de pan; racimos de uvas y cuatro artísticos jarrones con sus flores, a los que acompañan dos candelabros igualmente de plata. . En la segunda mesa, algo más pequeña que la primera, se ponen dos jarrones con flores a ambos lados y en el centro  un gran ramo de flores. En la tercera, como dijimos anteriormente,  se coloca la imagen del Niño Jesús, antes mencionada, custodiada por ambos jarrones con floras.

Dos columnas con su correspondiente bases y capiteles flanquean el altar, y sobre ellas, valiosos jarrones dorados . Como fondo de todo ello, un dosel de tela roja con una cenefa en la que se lee: A.V.M.  y  J.H.S.. Se ha  ajustado todo el conjunto, para que el  borde superior de la ventana,  sobre el que se pone el altar, sirva como terminación del altar.

Como es natural, todos los escalones de la escalinata, van cubiertos con preciosos paños rojos, sobre los que se colocan otros blancos con diferentes bordados y tiras de encajes.

Las flores solían pedirlas por las casas del pueblo: claveles, margaritas, rosas…las mismas vecinas de la calle, además de aportar sus macetas más bonitas.

Una alfombra y un cojín rojo, rematan el armonioso conjunto.

Con anterioridad, nos comentan, que  las personas que se  ocupaban de ponerlo eran: Rafaela Vega, Conchita Cepeda, Sebastiana Perea, Ana Përez, y  María José Audén  entre otras.  las personas que ahora se encargan de que todo salga lo mejor posible son: Pepa Guzmán, Caqui Jiménez, Josefina Moreno, Manolo Báñez, Rocío Bardo, Manuela Moreno , Fátima Roldán, Paula Cabrera y María José Cáceres.



ALTAR DE LA CALLE ALCANTARILLA

            Desde siempre, recuerdan las personas mayores de la calle Alcantarilla, haber visto colocado este altar. Y siempre en el mismo lugar: centro de la calle, a excepción de las ocasiones en las que está la Virgen del Rocío en el pueblo, que con motivo del Arco que se coloca para que por debajo de él pase la Virgen en procesión, antes de marchar a la aldea de El Rocío, para la celebración de la Romería, que se pone en un lateral del mismo.

            Nos decía Isabel Báñez, que la mesa que se ponía como altar era de su madre, María Caro Romero.

            Antonia Picón Prieto nos recuerda a su madre, María Josefa Prieto, ayudando en su instalación.  Estas dos mujeres citadas, junto con  Carmela Llorente, podemos decir que han sido el alma de esta tradición., que gracias a Dios hoy continúa otra generación más Joven: los hijos de Luisa Medina y   Paqui Villalón, entre otros.

            Igualmente nos comentaban, que recuerdan haber visto presidiendo el altar una Cruz y después una imagen de Cristo Rey, propiedad de Carmela Llorente. Hoy lo preside una imagen del Corazón de Jesús, propiedad de los vecinos, que compraron hace unos veinte años.

             Un dosel rojo con cenefa del mismo color con encajes dorados, sirven de fondo al conjunto que se instala para recibir  la procesión del Corpus Christi: el Santísimo Sacramento. La figura del Corazón de Jesús se halla colocada sobre una escalinata formada por tres escalones, de menor a mayor tamaño, todos cubiertos con paños blancos, que se utilizan solo para esta ocasión, que contienen preciosos bordados, blondas y encajes, antiguos y a cual mejor.

            Aunque las telas del dosel, cojines, faldones, paños y demás, que aparecen sobre el altar han sido adquiridos  por los vecinos, han sido confeccionados por Isabel Báñez.

            Maceteros de madera, con macetas de flores, en las que dominan el blanco y el rosa, característico de este altar: le dan una belleza especial. Otras flores que podemos ver en el ornato del conjunto son: cintas,  pilistras, helechos, gladiolos, azucenas, claveles y siempre predominando el color rosa y el blanco, como dijimos anteriormente.

            Unos trofeos conquistados por José María Reales, lucen como artísticos jarrones, que cede para esta ocasión su hija Juanita Reales..

            No podían faltar en el altar, los racimos de uvas y las espigas de trigo.



PRIMER ALTAR DE LA CALLE  MARTIN VILLA

            En el año 2.005 el Consejo de Hermandades y Cofradías de Almonte, que presidía  entonces Santiago Padilla Díaz de la Serna, decide instalar un altar en la puerta de su sede, calle Martín Villa, lugar por el que pasa la Procesión del Corpus Christi en su recorrido por el pueblo., en señal de adoración y devoción al Santísimo Sacramento.

            En este primer año que se coloca el altar, preside el mismo un cuadro de la Virgen. En el segundo, es una imagen de la Inmaculada y en este último de 2.007, que estamos relatando, se puso una Cruz con un sudario.

            Sobre una gran mesa cubierta con finos paños blancos que sirve de altar, se coloca una tarima algo más pequeña que la mesa, y sobre ella sirviendo de base, va la cruz con el sudario. A los pies de la cruz aparecen dos ángeles y a ambos lados de la cruz unos jarrones de plata conteniendo grandes ramos de flores. Al fondo dos faroles: En la mesa del altar se han colocado dos jarrones más pequeños que los anteriores, conteniendo igualmente flores y ocho candelabros también de plata, cuatro a cada lado de la cruz, con sus correspondientes velas, que se encienden, como en todos los altares, al paso del Santísimo. Racimos de uvas y espigas de trigo no podían faltar en el altar.

            Un dosel rojo con cenefa, sirven del fondo al conjunto. Sobre el suelo, en el centro y precisamente a la altura de la cruz y precioso ramos de flores. Encima de una alfombra En los laterales muchas macetas de diversas clases de flores: cintas, helechos, rosas…

           




SEGUNDO ALTAR DE LA CALLE MATÍN VILLA .

            Los más antiguos del lugar comentan haber conocido siempre la instalación de este altar. Se solía poner sobre el mismo una imagen del Niño Jesús, donado por don Ignacio Cepeda, realizado por un prestigioso tallista.

            Personas que acostumbraban  ponerlo con anterioridad eran Juana Cepeda Morales, Elena Acosta, Anita Aragón, María Dolores Lagares Isabel Espinosa, María Victoria, María Domínguez,   Candelaria  Morales y Juana Teresa Martínez Moreno y aún hoy continúan. algunas de ellas.

Hoy se encarga de su colocación y exorno, Manuel Barragán Bejarano que , como hemos dicho anteriormente, cuenta con la colaboración de Candelaria Morales y Juana Teresa .

Sobre el altar, apoyado en  un pie, va colocado un Simpecado de la Virgen del Rocío, propiedad de Manuel Barragán Bejarano. Ha sido diseñado y bordado en los talleres de bordados de Benacazón . En el centro del mismo aparece encerrado en un óvalo, una pintura que representa a la Virgen del Rocío con sus atributos de reina,  todo ello, enmarcado con una orla y guirnaldas de flores bordadas con hilo de oro, sobre terciopelo rojo, de algo más de un metro de ancho por dos metros de alto.

Seis candelabros de plata con sus correspondientes velas, tres a cada lado del simpecado aparecen sobre el altar al igual que otras seis jarras, también de plata con flores naturales del tiempo. Candelabros y jarras pertenecientes a la parroquia de Almote. Racimos de uvas y espigas de trigo, complementan el decorado del altar.

Como fondo de todo el conjunto vemos un dosel de terciopelo rojo rematado por un pabellón de encaje blanco. Y a ambos lados del altar, macetas de flores. Los candelabros y jarrones de plata pertenecen a la iglesia parroquial.
           
Ante el altar, una alfombra de romero extendido sobre el suelo, complementan el exorno del altar.
ALTAR QUE SE COLOCA EN EL AYUNTAMIENTO

            A través del trabajo que venimos realizando sobre el Corpus Christi en Almonte, hemos podido comprobar en las Actas Capitulares, como el Ilmo. Ayuntamiento ha tenido gran vinculación con la festividad que estamos comentando, a partir de finales del siglo XVI hasta la fecha actual.

            No es de extrañar, que ya en esa época, se le rindiesen honores en la puerta del ayuntamiento, al paso de la Custodia conteniendo el Santísimo Sacramento, en el día que sale en fervorosa procesión por las calles de la localidad.

            En la procesión del año 2.007, que venimos relatando, la ornamentación y exorno del altar  que se coloca en la puerta del ayuntamiento, ha corrido, y así desde el año 1.997, a cargo de Alfonso Roldán Cáceres.

            Varios han sido los altares que ha puesto desde entonces Alfonso, en cuanto a su formato se refiere, pero siempre presidiéndolo una bella imagen de Cristo Rey. Igualmente el dosel ha variado de unos años a otros, siendo el del año que comentamos de color Burdeos, cedido por la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. Del Rocío.

            Sobre la mesa del altar podemos ver  dos mazas de plata, del ayuntamiento, y dos maceteros antiguos de cerámica, que normalmente se encuentran en el despacho del Sr. Alcalde.  Hace cuatros años,  el ayuntamiento adquirió seis candelabros de plata y una cruz.. Los que se ponían anteriormente pertenecían a la iglesia parroquial..

            Encima de las mesas del altar, una conteniendo lo anteriormente dicho y la otra para que el sacerdote deposite  encima la Custodia, va colocada una peana, con  la imagen de Cristo Rey

            En suelo va cubierto con una espesa alfombra de romero.

            Las banderas de España y Andalucía, a ambos lados del altar, dan prestancia al armonioso conjunto, que va adornado  con flores,  siempre blancas: gladiolos, claveles, rosas,

            Los balcones del ayuntamiento también son engalanados y lucen reposteros y colgaduras rojas..




SEGUNDO ALTAR  DE LA PLAZA VIRGEN DEL ROCIO.

Es el último de los altares que se colocan en el recorrido que sigue la procesión de Corpus Christi  antes de entrar de nuevo en la iglesia parroquial, y que al igual que el anterior, es el ayuntamiento de Almonte quien corre con su instalación.

La primera vez que se puso este altar fue en el año 1.999. Alfonso Roldán, tuvo la idea y así la expuso al ayuntamiento y al párroco Diego Capado Quintana, de tal iniciativa que fue acogida con cariño y satisfacción por ambas partes.

Recordaba Alfonso  una imagen del Niño Jesús, que siempre había visto en la escuela regentada por Anita Espina, y sirvió de motivo suficiente para exponer y defender esa idea de poner el altar.

Así pues, en el Corpus de 1.999, aprovechando la estructura efímera que instala el ayuntamiento cada vez que viene la Virgen del Rocío a Almonte, se montó por vez primera el altar, pero como estaba instalada la estructura mencionada, se colocó en el lateral derecho de la cúpula de la citada  estructura.

Desde entonces viene colocándose, pero ya en el centro del paseo de la plaza Virgen del Rocío, excepto cuando se monta la ya mentada estructura

En la mesa del altar, como base, baldaquinos pequeños de la iglesia y faldones del paso de la Virgen del Rosario. Los candelabros de plata son de la iglesia.
Todo el exorno floral va de flores blancas

Y presidiendo el altar la imagen del Niño Jesús, al que sirve de fondo la fachada principal de la parroquia de Ntra. Sra. De la Asunción.

Como anécdota digamos, que los niños que han hecho su primera comunión ese año y que participan en la procesión portando canastillas con flores, a su paso por este altar, suelen participar de la veneración al Santísimo, depositando las flores que llevan en  las mismas..




           
PEQUEÑA ANÉCDOTA DE LA ACTUAL CUSTODIA QUE SALE PROCESIONALMENTE EL DÍA DEL CORPUS CHRISTI

Por su curiosidad, vamos a relatar una pequeña historia de la actual Custodia, que conteniendo el Cuerpo de Cristo, sale procesionalmente el día del Corpus en Almonte.

Manuel Barragán Bejarano, actual sacristán de  la parroquia almonteña desde el año 1,971, (entró como monaguillo a la edad de  8   años), tenía noticias de la existencia de una Custodia en la iglesia, pero que no aparecía entre los objetos de culto de la misma.. Un día, hablando con un señor sevillano, capillita y que se dedicaba a “vestir” a muchas imágenes de vírgenes en Sevilla, durante la Semana Santa,  llamado Ramón (+), que vivió durante varios  años en la aldea de El Rocío, hablando con Manuel, le informó   (nos suponemos  que lo sabría por estar y moverse en ese mundo cofrade de Sevilla), de la existencia en Almonte, antiguamente,  de una  Custodia  en la que se sacaba en procesión el día del Corpus Christi, el Santísimo Sacramento, antes de la guerra.  Incluso le dijo a  Manuel: que se había llevado a reparar a Sevilla en la década de los cuarenta, a los Talleres de orfebrería de los “Hermanos Seco” Estamos hablando de los años 1.940 – 45..

No cayó en saco roto esta noticia en Manuel, que acompañado de dicho señor Ramón se personaron en los citados talleres de orfebrería  sevillano, diciéndoles que les devolviesen la custodia que se había traído a reparar. No llevaban ningún documento que atestiguase tal entrega en los talleres, por lo que comenzaron a ponerles, como era natural, pegas para su entrega. Al final consiguieron que les entregasen lo que quedaba de la Custodia, que era la parte superior de la misma consistente en un sol con sus rayos; lo demás se había destruido. El material con el que estaba construida era plata.

Hay que tener en cuenta que la Custodia  llevaba más de  cuarenta años en la orfebrería y debió ser un buen “regateo” el que mantendrían Manuel y Ramón, para convencer, sin ningún tipo de “papeles” a los orfebres.

Una vez en Almonte la Custodia, principio de los noventa, estando ya de párroco don Diego Capado Quintana, éste la presentó a la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. Del Rocío, de Almonte, para ver si podía repararla, idea que fue aceptada de inmediato, por la misma, corriendo con los gastos de ella..

Se tuvo que recomponer el cuerpo y la base, de igual material que la parte superior, de plata, que era lo único que había quedado intacto. Se realizó el trabajo en los Talleres de orfebrería de Villarreal, del pueblo sevillano de Camas.




DESCRIPCION DE LA ACTUAL CUSTODIA

Una vez reconstruida la Custodia, podemos observar como la parte superior ( la única que se pudo recuperar, como dijimos anteriormente) se compone de un gran sol con sus rayos que salen desde el  centro del sol hacia fuera. En el centro de la custodia nos encontramos un pequeño espacio, a modo de relicario,  donde se coloca la Sagrada Forma, cerrado por delante y por detrás con dos cristales transparentes, para poder contemplarla  por ambas partes.

Entre esta primera parte de la custodia o llamémosla parte superior y el basamento, aparece el cuerpo de la misma formando una artística columna, que como la parte superior y el basamento están construidos de plata. 

En el pie o basamento están labrados en plata, los escudos de: la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. Del Rocío, de Almonte, y de la Hermandad Sacramental de Almonte. Igualmente observamos ángeles y azucenas en el mismo basamento.











PROCESIÓN DE IMPEDIDOS

Esta práctica, hoy en desuso, de la conocida como Procesión de Impedidos, consistía en llevar el Santísimo Sacramento a las casas de aquellas personas que por diversas causas, no podían asistir a la iglesia para recibir tan preciado Alimento..

Era costumbre, como hemos dicho, ya desaparecida, (creemos que a finales de los años cincuenta del siglo pasado),  efectuarla el cuarto domingo de Pascua, conocido como domingo del Buen Pastor.. También podía darse el caso de que alguna persona que estaba muy enferma, lo solicitase, aunque no fuese en esa fecha. A esta última práctica, se la conocía como llevar el Viático a un enfermo, organizándose una especie de procesión, con las personas que se enteraba de tal hecho y voluntariamente se sumaban a esta iniciativa parroquial. Para ello, existía un toque de campanas especial, que llamaba a la participación. El monaguillo, con una campanita o esquila, iba delante, tocándola, anunciando al pueblo el paso de Santísimo Sacramento.

Hemos visto como en las Actas Capitulares del siglo XVI, ya se hacía alusión a las mismas. Instándose a los miembros del cabildo  a que acompañasen a estas procesiones


                                                          AGRADECIMIENTO

            Mi agradecimiento a todas las personas e instituciones que han hecho posible que este trabajo veo la luz-

           Un trabajo como este tiene que ser realizado con la colaboración de un equipo, aportando cada uno, persona o institución, los datos y conocimientos necesarios para ello

      La Hermandad Matriz a través de sus actas y diversos documentos, así como el  , Ayuntamiento de Almonte con su archivo municipal y actas capitulares, han prestado un gran apoyo para llevar a feliz término el trabajo.

          El Centro de Estudios Rocieros.

          Publicaciones periodísticas, (“La Provincia).
      
            Hoja Parroquia de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, de Almonte.

            A Antonio Díaz de la Serna, por su estimable ayuda al proporcionarme los lugares donde poder encontrar información sobre el trabajo realizado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario