domingo, 24 de junio de 2012

sueldo del funcionario

Que se bajen al funcionario (el sueldo)
Que  se reduzcan pensiones,
Eso es lo que ellos dicen (los políticos)
Esos son unos c..omilones.

Más impuestos, si es necesario (al trabajador)
Más recortes todavía.
¿ No veis que aún respiran
Y ni siquiera pían?.

Hijos de mala patraña,
Lo que mejor hacéis
Es dar coces y “trincar”.
No los hay de peor calaña.

La cosa sigue “palante”
Todo para dere-izquierdistas.
Y a sus grandes sueldos legales?
Ni un euro se les quita.

Ellos son (los políticos)
Los padres y madres de la Patria
Son los que no tiene vergüenza
Son los hijos.., de paria.

Que no se me quite “na”
Esos son mis honorarios
Y los quiero disf

sábado, 23 de junio de 2012

JOSE ANTONIO RODRIGUEZ BEJARANO

DEDICATORIA

A José Antonio Rodríguez Bejarano,
almonteño, sacerdote salesiano misionero,
que entregó su vida al Señor, en favor
de los jóvenes más desheredados de la tierra,
dándonos ejemplo de que se puede ser feliz
en este mundo, no poseyendo nada.

Y a cuantos misioneros y misioneras almonteños,
con su dedicación  generosa a los demás,
sobre todo a los más pobres,
llevaron la VERDAD del Evangelio
                                     a todos los confines de la tierra.
            



 NOTA A LA EDICION DEL PRIMER NÚMERO DE LA COLECCIÓN.

El Consejo de Hermandades y Cofradías de Penitencia de la Villa de Almonte inicia con este título; ya lo habíamos anunciado, una línea de publicaciones propia que hemos querido rubricar bajo el título genérico, de “ Papeles de Fe y Cultura “. Se trata de un proyecto que nace de la inquietud de sus miembros por recuperar y divulgar la memoria de la rica cultura cristiana de Almonte, aunque también su presente de iniciativas y compromisos. La memoria y el presente de los hombres y de las mujeres, de los laicos y de los religiosos, de las instituciones, de los movimientos y de los carismas, de los proyectos y de las iniciativas que han forjado y están forjando entorno a la fe cristiana; desde las más diversas manifestaciones, probablemente el pilar más rico, y consistente de la cultura de Almonte.

Más de 2000 años de manifestaciones y expresiones de la cultura cristiana en Almonte; su pasado, pero también su presente y sus reflexiones de futuro, constituyen el marco histórico de referencia; el marco en el que se pretende desenvolver esta colección, que quiere contribuir con la ayuda de cualificados autores, fundamentalmente locales, a desempolvar, a recuperar, a profundizar, a dar fe y a poner en valor, un eje sustancial en la experiencia vital de los almonteños. Con ella pretendemos además ampliar los horizontes y la visión que se ha instalado entre nosotros en los últimos años; motivada por la fuerza y la hiperdimensión, a veces interpretada de forma excesivamente reduccionista y distorsionada, de un Rocío que se ha configurado en el último medio siglo, como el factor nuclear de expresión de la fe, y en consecuencia de la cultura cristiana de los almonteños. Un hecho que también empieza a mostrar en la última década, motivos moderados de cambio, dignos de reflexión; perfectamente compatibles en todo caso, como expresivamente nos está poniendo de manifiesto, entre otros hechos, el crecimiento exponencial de nuestra semana santa.

Con un formato sobrio y austero, y con un perfil que, sin descuidar un mínimo rigor metodológico científico, dependiendo de los temas, quiere ser fundamentalmente divulgativo, “ Papeles de Fe y Cultura “ sale a luz con el hecho singular y distintivo, de que como tantos otros proyectos del Consejo, nace con criterio y orientación, pero sín presupuesto previo para ello, que hemos obtenido para este primer número de patrocinios y de donativos de particulares y entidades privadas, comprometidos con los fines de la colección y del Consejo. Los fondos testimoniales que se obtengan con la distribución de cada número se dedicarán a diversos fines de interés social de la Iglesia en Almonte, y a otros ámbitos territoriales de acción de la misma.

         Sólo nos resta desearle una larga vida a la colección. En una sociedad que nos aparece a menudo simplificada, empobrecida, desposeída y mutilada de criterios y valores; en la que están en alza todos los contra-valores y todos los símbolos que la conducen al borde del abismo, no parece superfluo, ni gratuito, recurrir a la recuperación y a la puesta en valor de la vida, de las experiencias, de los proyectos e iniciativas, que desde una militancia confesional cristiana católica han cimentado y están cimentando algunas de las paginas más luminosas y edificantes de nuestra historia común compartida.






                                                                           Sello del Consejo.-



INTRODUCCION Y JUSTIFICACIÓN.

Entre los grandes valores que atesora la memoria colectiva de la Comunidad Cristiana de Almonte está la vida y la obra de los misioneros almonteños. Un tesoro, tan valioso y fecundo, como desconocido y olvidado. De los hombres y de las mujeres de nuestro pueblo que lo dejaron todo para dedicar generosamente su vida a los más desfavorecidos y desposeídos de nuestro género; lejos de su casa y de su gente, de su entorno y de sus comodidades; como expresión inequívoca de su amor  a Dios.

En este sentido el X Aniversario de la muerte del padre salesiano, José Antonio Rodríguez Bejarano, acontecida prematuramente en noviembre de 1995 nos ha parecido una buena ocasión para rescatar y poner en valor este caudal de vida; de vida para la vida; nacido en forma de frondosas y robustas ramas del tronco milenario de la comunidad cristiana de Almonte.

En sus páginas, este almonteño cabal: José Antonio, nos ocupa un lugar central en extensión y en contenido. Primero, porque era el objeto inicial del proyecto del autor, antes incluso de compartirlo con el Consejo; segundo porque es indiscutiblemente uno de nuestros misioneros más señeros y carismáticos; que algunos cualificados miembros de la propia Congregación Salesiana han situado ya al nivel de los grandes misioneros de referencia de la misma; al nivel de los Don Rua y compañía, que evangelizaron la patagonia argentina. Y probablemente también, por todas las connotaciones que comportan para todos nosotros, sus paisanos, su prematura aunque en cierto modo esperada muerte en la flor de su compromiso; como símbolo de la radicalidad y coherencia de su opción evangélica misionera. 

Con él, aparecen también en un espacio más reducido, los testimonios de otros misioneros almonteños, igualmente merecedores de este homenaje; algunos con una dilatadísima y riquísima experiencia y labor misional, como la propia Angelita Garzón Díaz de la Serna  o la Hermana Librada Cabrera, a la que la comunidad parroquial de Almonte, a través de su Consejo Parroquial ha otorgado recientemente la primera distinción honorífica ad-personam DOMIGRATIA. Dos misioneras que seguramente merezcan en el futuro un trabajo más amplio y detallado de su ingente obra misionera. Ellas, y otros misioneros que en este trabajo se refieren componen con su vida una hermosa sinfonía almonteña de entrega, sacrificio y amor a Dios y al prójimo.

José Luis López Peláez, docente de enseñanza primaria ya jubilado, periodista y conocido autor almonteño, es el ejecutor de la obra. El nos ha descubierto, ejerciendo su vocación periodística; con su particular estilo detallista y minimalista, ese portentoso caudal inagotable de experiencias. Lo ha realizado uniendo el testimonio de personas diversas que en distintos momentos compartieron, la vida, la obra, las emociones y las ilusiones de este misionero ejemplar. El resultado ha sido un luminoso y brillante collage, que nos ayuda a comprender, lo que Dios puede hacer con la ayuda de los hombres; o lo que es lo mismo; lo que los hombres pueden hacer con la ayuda de Dios.

Ojalá que las páginas de esta obra, homenaje ya de entrada al espíritu que les anima y a su opción de vida misionera; nos ayude a los almonteños de hoy, miembros de la comunidad cristiana de Almonte, a reflexionar y a profundizar en nuestras convicciones de creyentes. A las Hermandades y a los cofrades almonteños nos abre un capítulo de acción que nunca debería estar ausente en nuestro trabajo, en nuestra misión y en nuestras inquietudes.

A José Luis por su encomiable trabajo; y a los misioneros almonteños por su espectacular testimonio de fe, de amor y de entrega, gracias. Mil gracias.


                                                        Fdo. Santiago Padilla Díaz de la  Serna.
Pdte. del Consejo de Hdades. y Cofradías de Penitencia de Almonte.

PRÓLOGO.

          Dicen que la mejor manera de honrar la memoria de quienes nos precedieron es tratar de vivir los valores que con su vida nos transmitieron. Don Bosco decía a los salesianos: “ Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo en adelante con la observancia  exacta de nuestras constituciones”. Así daba a entender que en las constituciones, la regla de vida de los salesianos, estaba recogido todo el conjunto de valores que él había vivido y quería que sus hijos vivieran.

         José Luis López Peláez, con este libro que tienes en tus manos, ha traído  a nuestra memoria, a los diez años de su muerte, la vida de un gran almonteño, salesiano, sacerdote y misionero: José Antonio Rodríguez Bejarano. Feliz idea la de recordar su memoria en este décimo aniversario de su muerte y con él la de otros almonteños y almonteñas que han entregado su vida al Señor como misioneros. Este libro es un homenaje a ellos. Así lo ha querido el autor y quienes han promovido su publicación desde que en el Pregón de Semana Santa de Almonte, del año 2.004, nuestro autor recordara a José Antonio.

         Como inspector de los salesianos y compañero de José Antonio me alegro y celebro esta publicación. No encontrarás en estas páginas una biografía de José Antonio. No ha pretendido eso nuestro autor. Te vas a acercar a la figura de nuestro misionero contemplando una serie de estampas configuradas por el testimonio de quienes le han conocido desde su infancia hasta su muerte y han compartido con él muchos retazos de vida.

         Gracias, José Luis, por haber hilado estos testimonios, valiosos testimonios que nos recuerdan especialmente la pasión que siempre guió a José Antonio y que le llevó a entregar la vida hasta el extremo. Gracias por haber entretejido este hermoso libro que nos acercará más su figura humana, cristiana, salesiana. sacerdotal y misionera. Ojalá la lectura de este libro despierte en quienes lo leamos el mismo ardor misionero y el mismo amor.




Juan Carlos Pérez Godoy SDB.
Inspector Salesiano.


Sevilla, 1 de Mayo de 2.006.
  


















Personas que han colaborado en el presente trabajo, según aparecen en el libro:

José Rodríguez Rincón. Padre de José Antonio.
Isabel Bejarano Martín. Madre de José Antonio
Eusebia Plano González. Primera Maestra que tuvo José Antonio. 
Fernando Bejarano López. Primo hermano de José Antonio.
Arturo Bejarano López. Primo hermano de José Antonio.    
Juan Carlos  Bejarano López. Primo hermano de José Antonio.
Roberto Bejarano López. Primo hermano de José Antonio.
María Isabel (Maribel) Rodríguez Bejarano. Hermana de José Antonio.
Fernando Medina Pérez. Marido de Maribel.
José María Sánchez Torres. Compañero en el Colegio de Ayamonte.
Manuel Alfonso Báñez Rodríguez. Compañero de infancia de José Antonio. Empresario.
Sor Victoria Poyo. Profesora del Colegio de Ayamonte.
Sebastián Viejo Soltero. Amigo de José Antonio. Constructor.
Joaquín Regidor Moreno. Estudiante en la Universidad de Sevilla con José Antonio.
José María Sánchez Broncano. Maestro Nacional y amigo de José Antonio.
Fernando Rodríguez Bejarano. Hermano de José Antonio.
Francisco Vázquez Adorna, Sdb. Director del Colegio Salesiano de Sevilla y compañero de José Antonio.
Juan Carlos Pérez Godoy, Sdb. Inspector Salesiano y compañero de José Antonio.
Francisco Rodríguez, Sdb. Salesiano, en la Parroquia de Kara.
Antonio Herrera Martínez, Sdb. Salesiano y compañero de Misiones de José Antonio, en Kara.
José Plata Asensio. Compañero en los primeros años de formación de José Antonio.
Familia Perea – Gallardo: Manuel Perea e Inmaculada Gallardo, buenos amigos de Sanlucar la Mayor.
Manuel Jiménez Castro, Sdb. Compañero salesiano e íntimo amigo de José Antonio.
Manuel Martínez Morilla, Sdb. Compañero de teología y ordenado sacerdote el mismo día que José Antonio.
Antonio Salas Delgado. Párroco de Almonte cuando celebra la primera Misa José Antonio, en Almonte.                
Actualmente canónigo de la S.I. Catedral de Huelva.
Juan Manuel Melgar González, Sdb. Compañero salesiano en las misiones de Lomé y Kara (Togo).
Lucas Camino Navarro, Sdb. Compañero salesiano en la misión de Lomé
Hermana eremita Francisca Bejarano Periánez.
Antonio César Fernández, Sdb. Compañero salesiano en la misión de Lomé.
Juana Cepeda Morales y José María Villalobos Bernardo, buenos amigos y colaboradores con la obra de José              Antonio
Bonifacio Tiguila, monje benedictino, natural de Togo, buen amigo de José Antonio.
Matrimonio compuesto por Alonso Limón Galindo y Carmen Barragán Márquez, cooperantes en Kara.
María Dolores Benítez García, médico cooperante salesiana en Kara.
Alfredo Galindo,   Sdb. compañero salesiano en la misión de Kara.
Cipriano González Gil, Sdb. Inspector salesiano, a la muerte de José Antonio.
José Martín Pulido, Sdb. Secretario Inspectoral en Sevilla
Michel Esso, ahijado del padre José Antonio.
Juan Miguel González Pérez, Maestro Nacional.
Xec Marqués, Sdb. Actual director del Centro Don Bosco, en Kara.
Mª Myrna Montoya. Amiga de Angelita Garzón Díaz de la Serna.
Pastora del Rocío Cruz García
José y Mª del Rosario Bañez García. Sobrinos de María García
Cruz Rodríguez Chacón. Hermana de Alejandro Rodríguez Chacón.
Luis Espina Cepeda S.J. natural de Almonte
Librada Cabrera Moreno, misionera.
Francisca Cabrera Moreno, Hermana de sor Librada.
Librada, Abelardo, Pedro y Francisco, sobrinos de Sor Librada
María Aguirrezabal Gallego, cuñada de Ignacio Prieto
Paqui Prieto Aguirrezabal, sobrina de Ignacio Priero
Manuela Rodríguez Jiménez. Maestra Nacional
Santiago Padilla Díaz de la Serna.
       
        A todos ellos les doy las gracias por su enorme e interesante aportación de datos sobre la humanidad, caridad y entrega a los demás, que demostró desde niño nuestro recordado hermano, padre José Antonio, hoy convertido en intercesor nuestro ante Dios en nuestras oraciones.

NOTA INTRODUCTORIA DEL AUTOR. ¿COMO Y POR QUÉ NACE ESTE TRABAJO?.

“…….  ¿Qué ha ocurrido?. ¿Es que la doctrina que predicaba aquel hombre llamado Jesús, tan fresca y lozana hoy como ayer, no ha servido para nada?.

¿Será que no hay Dios?, se pregunta uno.

Pero si no hay Dios. ¿Quién era esa persona que andaba por el mundo haciendo el bien y entregando lo más preciado y lo que más quiere en este mundo el ser humano: su vida?.

Entregándola además por su prójimo: el hombre.

¿ Y cómo después de 2.000 años su doctrina sigue en pie, con la misma vida y frescura, y el mundo continúa con los mismos problemas que entonces?

¿Será que la iglesia no ha sabido inculcar en el ser humano, las cualidades y sentimientos que redicaba Cristo?.

Pero si así fuese ¿cómo se justifica que tantas mujeres y hombres hayan dado su vida y sigan dándola por sus semejantes, a ejemplo de Jesús?.

A través de la Historia sabemos de esas personas. Y no hace falta irnos tan lejos ni en el tiempo ni en la distancia para comprobarlo: Juan XXlll, la Madre Teresa de Calcuta, Sor Ángela de la Cruz... Ni tampoco hemos de irnos tan lejos en la distancia.

Entre nosotros, los almonteños, hemos visto pasear por nuestras calles, a una persona buena, que entregó su vida por los demás en plena juventud, en tierras de misiones. Es nuestro recordado y querido hermano, Padre José Antonio Rodríguez Bejarano, que dejó su vida, como dijimos anteriormente, en plena juventud, (40 años tenía), por sus semejantes. ¿No le recordáis?.......”.

A raíz de estas palabras pronunciadas por mí, en el Pregón de Semana Santa de 2.004, en la Casa de la Cultura de Almonte, sentí una curiosidad grande y me interesé enormemente, en conocer la vida del Padre José Antonio y su inmensa obra social y humana; de entrega total a los más necesitados, rayana en el heroísmo, vivida entre los más desprotegidos: pobres, huérfanos, desafortunados..., en un país extraño, desconociendo su lenguaje, pero comiendo de su pobreza; de raza de distinto color de piel, pero lleno de calamidades en la sangre de idéntico cromatismo; derramando abundantes lágrimas que alimentaban su entusiasmo en la obra emprendida, pero no finalizada, pues su vida no se lo permitió, al perderla a causa de la enfermedad, que  sabía muy bien que iba a acabar con él. Porque, a pesar del esfuerzo inaudito que hacía por sus semejantes, ayudándoles a su curación, a la que  dedicaba todas las horas del día, no tuvo ni un minuto para conservar y cuidar la suya.

No tuve la suerte de conocerle personalmente. Sólo le vi varias veces pasear por las calles almonteñas, en las pocas ocasiones que venía, bien de paso hacia Alemania a la que acudía para exponer sus proyectos y  pedir que le ayudasen para ponerlos en práctica, o bien en las venidas obligadas a causa de la enfermedad, que poco a poco fue minando su vida hasta terminar con ella.

Dura misión la que se marcó desde el momento en el que decidió vivir para los demás. ¡Bien pensado y meditado lo tenía!: Quería ser misionero.

Y más duro debió ser el encontrarse sólo, en un país pobre, desolado, envuelto en constantes vaivenes políticos, en el que, además, no podía entenderse con las personas a las cuales quería ayudar a salir de su situación, (no conocía su lengua).  Nos referimos a los más jóvenes del país: Togo: A los marginados y  desprovisto de todo: comida, vestido, educación...

¿Cómo pudo llegar a ellos?

Lo consiguieron su enorme confianza en la Divina Providencia, que dirigía  la nave en ese tortuoso mar embravecido de la “humanidad”, con la ayuda de sus queridas velas: María, Auxiliadora de los hombres y Rocío, esperanza del Espíritu Santo.

A Ellos se encomendaba rabiosamente. Ellos le proporcionaron la fuerza suficiente. Él entregó la vida por su causa.

“ Don Bosco soñaba muchas veces con la Virgen .”Es la Virgen la que une nuestra congregación y para que nos animemos , cada vez más, a trabajar por la mayor gloria de Dios

Don Bosco, que se sentía “llevado” de la mano de la Virgen, María Santísima, hablaba todas las noches de Ella, a sus jóvenes .

A la muerte de la madre de Don Bosco, ante la Virgen, el santo, sollozando le dice:” Ahora mis hijos y yo nos quedamos sin madre en la tierra. Quédate a nuestro lado, haznos Tú de Madre “ [1]

La vida que escogió el padre José Antonio fue “ un camino de rosas”, donde abundaban hirientes y punzantes espinas y florecieron algunas esplendorosas flores que eclipsaban con su aroma y belleza, a las duras espinas del rosal de ilusiones que tenía puesto en sus obras. Flores rojas como la sangre que derramaba para lograr que se llevasen a efecto sus Proyectos; humedecidas por las muchas lágrimas que derramó por sus chavales. Flores blancas como la pureza de su corazón; abiertas y olorosas como la alegría y dulzura que experimentaba al ver un Proyecto en marcha, y que repartía entre todas las personas que le conocieron.

Don Bosco tuvo en el año 1.847, uno de sus sueños con la Virgen: “La Pérgola de Rosas”. Le decía la Virgen: ¿Sabes lo que significa lo que ves ahora?.El camino recorrido por ti entre rosas y espinas significa el trabajo que deberás realizar a favor de los jóvenes. Las espinas significan los obstáculos, los sufrimientos, los disgustos que habrás de pasar. Pero no pierdas el ánimo. Con la caridad y la mortificación lo superarás todo y llegarás a las flores sin espinas.[2]

Muchos sacrificios, muchísimas lágrimas derramó José Antonio. Lágrimas de impotencia por las adversidades que encontraba a su paso. Lágrimas de dolor, por no conseguir llevar a un chaval a ser mejor “!Dios mío, no sé que hacer con este niño, ayúdame”

Lágrimas profundas: “ Llora madre “, le dice a su madre cuando lo visitan sus padres en la Misión de Kara en el año 1.994, “ que yo he vertido muchísimas lágrimas en África”


También Don Bosco derramó muchas lágrimas; algunas de alegría pero la mayoría de pena: por pérdidas de familiares y amigos.  Por no conseguir un hogar estable para su Oratorio.[3]

Tesón, constancia, noches en vela, penitencias, oraciones, sacrificios, enfermedades... Era mucho peso para un cuerpo joven, y por eso Dios quiso llevárselo pronto con Él. Mucha carga para una sola persona: “ Me parece que Dios me llama ” . O cuando le dice a su madre: “ Mi hermano Fernando ha nacido, porque me voy a marchar pronto”. El padre José Antonio tenía algo más de 14 años cuando nace su hermano Fernando.

Transcurridos diez años de su muerte, acaecida el día 7 de noviembre de 1.995, los almonteños, sus paisanos, no conocemos en intensidad su extraordinaria labor a favor de los más necesitados, pero su obra sigue viva, dando frutos permanentemente, ahí, en plena África, en KARA (Togo) proporcionando alegría a muchos jóvenes de Togo, que gracias a él y a su ingente trabajo en pro de ellos, pueden salir del estado lamentable en el que vivían: dormir en medio de las calles y plazas, comer, no varias veces al día, sino una vez cada varios días; sin vestido para cubrir su piel, ni quien le enseñara los más mínimos conocimientos de la vida. Todo lo aprendían en la calle, todo lo hacían en ella. No tenían atención espiritual ni material. Ella fue su maestra, hasta que llegó su Pater José Antonio.

El gusanillo de la curiosidad y el deseo de conocer mejor al padre José Antonio y su valiosa obra social y humana, me han llevado a pedir información a personas que tuvieron alguna relación  con él, para poder realizar el presente trabajo.

De esta manera he entrevistado a sus familiares: padres, hermanos, primos hermanos, ahijados. Me he puesto en contacto con amigos      que le conocieron  estudiando  con él algún tiempo, a cooperadores salesianos que estuvieron con él en las Misiones, y sobre todo he pedido y me la han ofrecido, a pesar del poco tiempo de que disponen, a sus hermanos sacerdotes Salesianos,  que tuvieron la enorme satisfacción de convivir con él en algunas etapas de su vida. A todos los que han colaborado damos  las gracias  por poder  llevar a cabo este trabajo.  No tengo más remedio que dar las gracias en particular al Inspector de los Salesianos en Sevilla: Juan Carlos Pérez Godoy,  por su enorme aporte de documentación y confianza depositada en mí al entregármela.

Igualmente me han servido de mucha ayuda: la lectura del libro “Don Bosco, el santo de los jóvenes”,  fundamental para comprender y conocer la personalidad de nuestro recordado hermano, padre José Antonio Rodríguez Bejarano, y su ingente obra, la cual recomiendo encarecidamente lean, y la Carta Mortuoria que se le hizo a su muerte[4].   

Confiando plenamente en el padre José Antonio, al que le pedí me ayudase en este trabajo, me confié a su Madre del Cielo en las advocaciones de la Virgen del Rocío del Espíritu Santo y María Auxiliadora de los hombres, a las que confesaba tenerles mucha devoción, al igual que a la Divina Providencia, para que este trabajo que he realizado pueda servir para conocer mejor y comprender (que él no querría de ninguna manera), su enorme personalidad: humana, religiosa, de entrega, de sufrimientos y lágrimas, de amor al prójimo, hasta el extremo de entregar su vida por todos ellos.    

Y a tener un conocimiento más exacto de  su valiosa obra en pro de los más desprotegidos.

Con el, desvelo en este libro, el nombre y la obra de otros misioneros y misioneras almonteños; cuyos testimonios de vida misionera, en unos casos con más amplitud que otros, he podido reconstruir con la ayuda de familiares y amigos. A todos quiero expresar en este momento también el testimonio de mi consideración más distinguida. De todos me ha impresionado algún momento o circunstancia  de su labor o compromiso misionero. 
                        


PRIMERA PARTE.- Vida y obra del padre José Antonio Rodríguez Bejarano.

Capítulo I.- Infancia y adolescencia  de un almonteño. El marco geográfico y familiar de referencia. En busca de la llamada de Dios.

SUS PRIMERAS SENSACIONES Y PERCEPCIONES EN EL POBLADO FORESTAL DE BODEGONES. ALMONTE, NOVIEMBRE DE 1.954. ( Foto nº 1. Mapa de Bodegones )

                                                                                                                                                                    

        
A mediados de noviembre, en un día que anunciaba lluvia, con un cielo encapotado y humedad en el ambiente, con algo de fresquito, llegaba José a su casa, después de su larga jornada laboral. Era funcionario de ICONA y ejercía como guarda mayor en el poblado de Bodegones.

Bodegones era un poblado constituido por unas noventa viviendas y unos 200 habitantes aproximadamente, lo cual quiere decir que era como una gran familia, donde todos gozaban y sufrían las alegrías y penas de cada uno de ellos. 

En contacto directo con la naturaleza, sus habitantes gozaban en todo esplendor sus maravillosos beneficios: aire puro, paisajes y espacios llenos del aroma de los eucaliptos y flores silvestres, conviviendo con los animales y flora abundante ...

Junto al poblado se encontraban; la Iglesia, la Escuela, la Casa de los Ingenieros, la Casa del Guarda Mayor y la Casa del Ama de llaves.

Está enclavado Bodegones en el término municipal de Almote (Huelva), entre la playa de Mazagón y la aldea de El Rocío. Sus habitantes  vivían  fundamentalmente del eucaliptus: Plantación, cuidados, cultivo, corta  y explotación de la madera y de la esencia que se sacaba de sus hojas. Pertenecía al Centro Administrativo de Cabezudos junto a otros poblados más pequeños como: Abalarios, El Villar, El Corchuelo, El Alamillo, La Rocina, La Matilla. Todos pertenecientes al Patrimonio Forestal del Estado.

Bodegones con Almonte se comunicaba por un camino rural(hasta 1,956 no se construye la carretera), y todo el medio de transporte que había, era un camión que llevaba diariamente la madera a la Empresa de Celulosas, ubicada en el pueblo de San Juan del Puerto, también perteneciente a la provincia de Huelva, que una vez descargada la madera volvía al poblado.

Debido a esta circunstancia y a que allí no existía médico, ni matrona ni practicante (A.T.S.), al llegar a casa José, cansado pero sin perder la sonrisa, se dirigió a su esposa Isabel y le dijo;

.- “ ¿Cómo te encuentras Isabel? “.
.- “ Bien, José, un poco cansada, pero bien “.

Llevaban casados un año y esperaban con mucha ilusión a su primer hijo, fruto de su matrimonio.

.- “ Mira Isabel, que te tiene que faltar poco tiempo para el nacimiento “.
.- “ ¡ Mira que sois impacientes los hombres! Todavía falta mucho. Ya te lo comunicaré con antelación “.
- “ Lo digo, porque tú sabes que aquí no tenemos a nadie que nos pueda asistir en el parto “ .
.- “ José, aún tengo que terminar un par de chalequitos de punto, pues el tiempo que se avecina es de frío y agua “.
.- “ Es que tengo que hablar con Cesáreo (era el camionero), para que nos traslade a Almonte. Sabes que sale muy temprano y vuelve tarde, y no tenemos otro medio de transporte para trasladarnos “.
.- “ Creo que dentro de dos o tres días, serán suficientes, - le contestó Isabel – pacientemente “.

Esta u otra conversación similar, mantendría el matrimonio formado por José Rodríguez Rincón e Isabel Bejarano Martín, padres de José Antonio Rodríguez Bejarano, días antes de su feliz nacimiento.Finalmente José Antonio nació en Almonte, el día 23 de noviembre de 1.954, en la calle Camino Sevilla, nº 14[5] , que tras su muerte, hoy lleva su nombre.

(Doc. nº 2, Acta de Pleno del Ilmo. Ayuntamiento de Almonte). Foto nº 2.- Rotulación de una calle con el nombre de José Antonio. Al lado José Antonio.

“……. Don Bosco nació el día 16 de agosto de 1.851 en I Becchi (Italia) pequeño caserío a la que pertenecía la casa de la familia Bosco.[6]

Cinco días más tarde, era bautizado José Antonio[7], es decir el 28 de noviembre de ese mismo año, emprendiendo su caminar hacia Bodegones.

Ambos, Don Bosco y José Antonio,  nacieron y se criaron en plena naturaleza. En contacto directo con la flora y la fauna. Alimentando su espíritu del perfume de las flores y gozando de  la fidelidad de los animales.

A propósito de esto, traemos a estas páginas las palabras que S.S. Benedicto XVl pronunció en Baviera, donde pasaba sus vacaciones, el día 17 de julio del año 2.005, ante unos 6.000 peregrinos que se habían congregados para el rezo del Ángelus y en las que les dijo: ”  Las vacaciones son una necesidad para el cuerpo y el espíritu. Para continuar su alocución previa al rezo del Angelus, con el impresionante Mont Blanc, al fondo, manifestando: “ El espectáculo de la naturaleza era un maravilloso libro abierto al alcance de todos. En contacto con la naturaleza, la persona redescubre su dimensión de criatura pequeña pero, al mismo tiempo, única, capaz de llegar a Dios porque se abre al infinito ”[8].

José Antonio era el mayor de tres hermanos. Más tarde nacería María Isabel el día 07 de septiembre de 1961, a la que le pasaba siete años; y años más tarde, Fernando, el día 02 de enero de 1969, al que le pasaba más de 14 años.

El padre de José Antonio, José Rodríguez Rincón, es natural de Riotinto, pueblo minero de la  provincia de Huelva, en donde había nacido en 1926; y su madre, Isabel Bejarano Martín había nacido en Almonte (Huelva). el día 1 de enero de 1.929. José había trabajado anteriormente en Rociana (Huelva) y de allí se marchó a dirigir como capataz los trabajos de repoblación forestal ; estableciendo su residencia en el poblado de Bodegones, perteneciente al Patrimonio Forestal del Estado. Por su parte, su madre, Isabel, también residía en Bodegones, en donde trabajaba como almacenista. Allí se conocieron y se casaron en el año 1.953.

José Antonio vivió los primeros años en Bodegones, en donde aprendió las primeras letras y los conocimientos básicos que se impartían en las escuelas rurales, y en donde compartía clases con alumnos de todos los cursos, al ser una escuela unitaria. Antes de escolarizarse, por no tener la edad legalmente establecida, cuentan sus padres que era habitual verlo en la puerta del colegio y diciéndole a la maestra, que se llamaba Julia : “ Abre la puerta ”.

Pero la primera maestra que tuvo fue la señorita Eusebia Plano González, buena amiga del que escribe esta obra, y compañera en el colegio “ XII de Octubre ” de Huelva, durante más de ocho años. Charlamos con ella; a la que le pedimos referencias del alumno, y nos dice que le recuerda perfectamente: “…….Era un chico encantador, muy abierto, que se prestaba a todo; no le daba vergüenza de nada, muy extrovertido y simpático. En el mes de mayo, era el primero en recitar las poesías que se le dedicaban a la Virgen María. Si se hacía un teatro siempre había que contar con él. Siempre estaba dispuesto a colaborar “.

“ En cierta ocasión - nos cuenta - me tenía intrigada, porque a pesar de que habitualmente era un niño muy inquieto, no dejaba de repetirme: “Señorita no veo bien la pizarra”. A la vista de lo cual, tuve que llamar a los padres y comunicarles que debían llevar al niño a un oculista, pues constantemente me estaba diciendo que no veía bien. Lo llevaron al oculista y nada de nada. Lo que pasaba era que el niño no podía quedarse un momento  quieto y siempre quería estar el primero haciendo algo y de esa manera llamaba la atención para que le pusiese trabajo. “

Convivía con todos en plena armonía y participaba de los juegos propios de los niños:

La anécdota siguiente que a continuación narramos, nos la contó la madre de José Antonio: “Tendría unos tres años de edad aproximadamente, cuando le ocurrió esta anécdota:  Su padre llegó un día algo cansado del trabajo y le dijo a su mujer: Isabel, si preguntan por mí, di que no estoy. Allí se encontraba José Antonio como quien no quiere la cosa, pero oyendo la conversación de sus padres. No habrían pasados cinco minutos, cuando llaman a la puerta y como un rayo se dirige José Antonio a abrirla. Era el ingeniero jefe que venía preguntando por su padre, a lo que rápidamente contesta: “ Si está, pero ha dicho que digamos que no ”.

Al poblado forestal de Bodegones solía ir un sacerdote, el padre Luis, franciscano, a decir Misa los domingos y días festivos. Al respecto  nos recuerda su madre, de aquellos años de niño, que un día le dijo que quería ser como el padre Luis.  De esto nunca más se hablo.

(Documento nº 4. Recordatoria de su Primera Comunión)
Foto nº 3.- Primera Comunión de José Antonio.

Según podemos leer en la Recordatoria de su Primera Comunión, José Antonio recibió el sacramento de la Eucaristía por vez primera, en la Capilla de San Francisco de Asís de Bodegones, el día 31 de mayo de 1962. (Festividad de la Ascensión del Señor a los cielos).

En una de las lecturas de la recordatoria leemos: JESÚS TE DICE:  “ Como el cervatillo sediento va al riachuelo, debes venir a Mi. Yo te alimentaré cada mañana con mi Cuerpo Santísimo y te daré gracia para que seas bueno”. TU RESPUESTA: “ Buen Jesús, quiero recibirte cada día. Daros mi corazón como Vos me dais el vuestro. Ser bueno y obediente toda mi vida ”.

José Antonio fue llamado por Dios y el le contestó:” Cuenta conmigo”. Esta respuesta de José Antonio, que le da a Dios a los ocho años de edad, será un referente que le marcará para toda su vida. La llevó a “ rajatablas ” y por eso hoy estará gozando con Él en el cielo.

Decía San Juan de Ávila. “ Que la única ventaja y ganancia de seguir a Cristo es la de participar en su sacrificio y de su amor ”. Se refería  el santo, a la generosidad y al desprendimiento que deben acompañar a una vida cristiana, fiel al Evangelio, y que no busca otros intereses que no sean los de seguir de cerca la vida y modelo de Cristo.

¿Y que hizo si no José Antonio durante su vida?. Seguir el Evangelio al pie de la letra, desprender generosidad a raudales y entregarse totalmente en cuerpo y alma a Cristo.

Hasta los diez años, José Antonio vivió en Bodegones. Era cariñoso, muy obediente y comprensivo, algo travieso e inquieto, y nunca dijo nada de su vocación sacerdotal.

Foto nº 4 .- Cinco hermanos-                                         

LA VIDA EN EL SENO DE UNA FAMILIA NUMEROSA INESPERADAMENTE AMPLIADA. LOS PRIMEROS SIGNOS VOCACIONALES DEL JOVEN JOSE ANTONIO. CRECE EN EL SENTIDO DE FAMILIA, LIDERAZGO, GENEROSIDAD Y CAPACIDAD DE SUPERACIÓN.
                                                                                                                                   

Aunque ya hemos dicho que José Antonio tenía una hermana, Maribel, siete años más pequeña que él y otro hermano, Fernando, al que le pasaba algo más de catorce años, al referirnos a los cinco hermanos, lo haremos en relación a José Antonio y a cuatro primos hermanos suyos, Fernando, Arturo, Juan Carlos y Roberto, que vivieron muy unidos y con los que convivió en Bodegones, primero; y posteriormente en el colegio de Ayamonte; y con los que nunca perdió su relación después de ser sacerdote.

El padre de los cuatro primos de José Antonio, natural de Almonte, Antonio Bejarano Martín, nacido el 26 de junio de 1925, era hermano de la madre de José Antonio, y estaba casado con Juana López Franco, también natural de Almonte, nacida el 12 de agosto de 1929 y residían en Almadén de la Plata (Sevilla) por razones de trabajo.

 El día 24 de diciembre de 1.959, Nochebuena, Antonio salió de cacería y al llegar por la tarde a casa, se sintió indispuesto. Fallecía horas más tarde a consecuencia de un ataque cardíaco. Contaba 33 años y dejaba viuda y cuatro hijos pequeños: Fernando, nacido en Almadén de la Plata, de 4 años, Arturo y Juan Carlos, gemelos, nacidos en Almonte que tenían 20 meses y el pequeño, Roberto, con apenas seis meses de edad. Ante esta situación, la viuda de Antonio y madre de los niños, todos pequeños,  decide trasladarse a vivir más cerca del calor de sus familiares, pues en Almadén de la Plata no tenía ningún familiar. Marcha en el año 1.960 a  Bodegones, junto a su cuñada Isabel, y entra a trabajar como ama de llaves, en el Patrimonio Forestal del Estado. Esta es la causa de la convivencia de los “ cinco hermanos ”.

A partir de este momento los cinco: José Antonio y sus cuatro primos hermanos, vivirán juntos sus primeros años de vida. Para llamarse entre ellos, no usaban sus respectivos nombres, sino que se decían “primos”

Fernando, nacido en Almadén de la Plata, en el año 1.955, nos cuenta que cuando vivían en Bodegones, entre otros muchos juegos, acostumbraban a  disfrazarse y recorrían así el poblado. En este sentido destaca que José Antonio siempre rechazó vestirse de cura. “ Era una persona muy abierta, cordial e ingeniosa – nos cuenta- . Tenía dotes de líder: organizaba los juegos, ejercía de árbitro; poseía en fin,  dotes de mando, pero no de una forma imperativa, sino comprensiva y dialogante, con iniciativas para todas las circunstancias y ocasiones que se presentaban “. Continúa Fernando diciendo, “ que en los juegos como en otras cosas, era el primero en ponerse al frente de todo, no ponía excusas a nada, por difícil que fuese lo que se proponía hacer “.

“ Jugaba bien al ajedrez y él me enseñó por primera vez un tablero; quizás por eso aún perdura en mí la afición por este noble deporte de inteligencia, debido a la enorme personalidad de mi primo y su poder de convicción. A lo único que no le gustaba jugar era al fútbol. Hacíamos las mismas travesuras que otros niños de nuestra misma edad “.

Era José Antonio una persona muy inquieta. Ansioso siempre de saber más. Me contaba Fernando que cuando algunos amigos suyos se desalentaban porque no podían conseguir lo que querían, él se ponía al frente de todos y les animaba a seguir en el empeño. Nunca se desanimaba por nada, sino todo lo contrario; lo más difícil le parecía sencillo y ante las desgracias ajenas se volvía más luchador. Ponía toda su ilusión en cuanto emprendía, hasta conseguir lo que pretendía. Cuando un problema era muy ”gordo” y los compañeros le decían que era imposible y que desistiera de ello, él no se amilanaba y hacía y se trasladaba hasta donde tuviera que ir para solucionarlo.

“ Recuerdo aquella ocasión, ya de misionero, en la que tuvo que trasladarse solo a Alemania para lograr que la maquinaria,  el material y algunos camiones que había cerca de la Misión, (Togo había sido una colonia alemana), no fuesen devueltos a su país de origen y permaneciesen allí para beneficio de la Misión. Cuando volvió de su viaje, todo lo había resuelto.Todo quedó a su disposición . No se paraba ante nada. Cualquier duda o imprevisto que surgiese, lo solucionaba sobre la marcha. “

“ Fue un aprendiz durante toda su vida. “ Los libros estaban para enseñar”. solía decir. Devoraba los libros. Le encantaba la lectura y muchas noches de su vida las pasó leyendo y aprendiendo en ellos, lo que más tarde enseñaría a sus chavales”.

 “ ……..Don Bosco leía muchísimo. Muchas noches se llevó en vela, leyendo y escribiendo ” [9].

“ Nunca dijo ¡no!. Sabía atraerse a la gente con su forma de ser. Era un espíritu inquieto “.

“ Desde pequeños - nos comenta su primo Arturo -. Uno de los gemelos, nacido en Almonte el día once de febrero de 1957-, íbamos a todas partes juntos. El era un hermano más. Era el hermano mayor “.

“ José Antonio era algo travieso y muy ingenioso y decidido. Recuerdo que una vez, continúa Arturo, veraneando en Mazagón (Huelva), cogimos un tronco para hacer un barco (la idea partió de él, naturalmente) y nos metimos en el agua con nuestro barco.... Los gritos de nuestra familia fueron enormes: ¡Esos niños, que se van a ahogar!!... “.

“ Otras veces cogíamos los paquetes vacíos de las pipas de girasol, los llenábamos de tierra y se los tirábamos a los bañistas... Las travesuras eran casi siempre iniciativa de él.En otras ocasiones nos hacía subir por los cerros y tirarnos  por ellos. Le gustaba organizar excursiones. A pesar de sus diabluras constantes, había en su vida una gran coherencia entre lo que pensaba y lo que hacía. Siempre muy entregado a los demás. No recuerdo haberle visto un mal gesto “.
        
“ Fue a mí al único de mis hermanos que casó José Antonio y en las charlas prematrimoniales que nos dio, tratábamos de todos los temas, pero nunca me hizo una pregunta que hiciese relación expresa sobre la Iglesia, a la que obedecía y servía con toda su alma y todo su corazón “.

“ Cuando me enteré de su decisión de hacerse sacerdote, no me sorprendió. A “ toro pasado ” diré que su comportamiento siempre fue excelente. No he tenido el gusto, continúa Arturo, de verle pelearse con nadie.  Ni tan siquiera discutir. No tengo conocimiento de que haya tenido “ roces ” con otra persona, familiar, amigo, compañero y nunca se le veía “mosqueado”. No se enfadaba nunca y eso  si me llamaba mucho la atención “.

“ ¿ Sabías que era un buen coleccionista de libros de “Chistes”?. Los tenía de todos los tamaños y colores. Era el primero que en las reuniones, empezaba a contarlos. Siempre estaba alegre, irradiando simpatía.”

“ ………Cuando don Bosco hablaba con sus muchachos, no hacía el más mínimo esfuerzo para intercalar alegres ocurrencias, contar chistes y hablar del cielo.”[10]

“ Cuando venía en ocasiones a Almonte y nos sentábamos alrededor de la mesa de camilla, que por cierto le encantaba, nos poníamos a conversar tranquilamente (otro de sus grandes “vicios”); le gustaba tomarse una o dos copas de coñac con nosotros. Lo mismo que con las charlas que manteníamos, hacíamos cuando paseábamos con las muchachas. Incluso tuvo ciertas aproximaciones con algunas chicas, pero nunca mantuvo una relación seria con alguna “.

El hermano gemelo de Arturo, Juan Carlos, nos narra, que cuando estaban viviendo en Bodegones, los cinco (José Antonio, mis hermanos y yo), formaban  un bloque tan unido y compenetrado, que incluso cuando íban a veranear a Mazagón, les consideraban a todos hermanos. Nada más cierto puesto que nuestra relación era efectivamente de hermanos.”

“ En Bodegones íbamos al colegio, a la iglesia a oir misa cuando venía el sacerdote, al que conocíamos como “ el padre blanco ”, un franciscano llamado Luis, que vestía sotana de ese color “.

“ La mayor parte del tiempo lo dedicábamos a jugar en ese medio rural, en plena naturaleza, conviviendo pocas personas en él, que hacía que la confianza y familiaridad imperara sobre todo Bodegones. Jugábamos a “indios y pistoleros”, a la “ Piola “, a subirnos a los árboles para coger pajaritos, a la “Maula”...

“ Don Bosco en sus juegos buscaba madrigueras de topos, se subía a los árboles para cazar nidos de pájaros... Uno de los juegos que le gustaba ere “La Tala” (aquí este juego lo conocemos con el nombre  de “La Maula ”). También jugaba a “saltar a la “Pídola “, que equivale a la “Piola” nuestra.” [11]

“ José Antonio era un poco travieso al que seguíamos mis hermanos y yo muy convencidos de lo que proponía - nos dice Juan Carlos -.  Se daba a querer y convencía a cualquiera. Un día íbamos por el campo los cinco y nos encontramos frente a nosotros un “ mato ” de sandías que estaban diciendo ¡Comedme!.  A José Antonio se le ocurrió decir:” Deben estar muy buenas. Vamos a comernos una ”. Dicho y hecho. Pero cuando estábamos saboreándola se presentó el guarda y salimos todos corriendo. Como yo era el que menos corría, me cogió el guarda y pagué “ el pato ”. Es un decir, mi tío pagó por ello 700 Ptas. “.

“ Recuerdo que cuando José Antonio tenía unos 14 años más o menos, me dio el primer cigarro de mi vida y me enseñó a fumar. De siempre le gustó mucho el tabaco. “

“ Al poblado de Bodegones le llevaba el pan diariamente un panadero de Almonte, Pepe Naranjo (q.e.p.d.) y nos decía que si le repartíamos el pan por los chiringuitos de la playa nos dejaba que nos diésemos un baño. Nosotros, locos de contento, le ayudábamos. La correspondencia que se recibía, nos la traía desde Almonte, Pedro, el cartero.”

“ Pensando tranquilamente nuestra larga y estrecha convivencia, no recuerdo que diese motivos alguna vez, como para que le tuviesen que reprender. Era humilde y servicial. Ni siquiera recuerdo haberle visto malhumorado y menos aún hacer un gesto de maldad. “

“ Cuando marchábamos a Mazagón durante el verano, lo mejor y más bueno que hacíamos era coger coquinas. Pero nos apetecía más seguir a José Antonio, al que le gustaba mucho el riesgo, subiéndonos por los cerros y dunas y tirándonos por ellos. O hacer excursiones que él mismo proyectaba. “

“ Le gustaba también mucho el cine y los sábados él programaba la película que teníamos que ver. Casi siempre, llevaba la “ Batuta ” juntamente con mi hermano mayor, Fernando, que la llevaba algunas veces, del “ coro ” de los cinco hermanos, al que seguíamos como a un verdadero hermano mayor. “

 “ Desde primeros de julio y el 17 de agosto de 1836, Don Bosco estuvo viviendo en el castillo de Montaldo, imponente lugar de oraciones, como profesor de Dormitorio, entre jóvenes de familias distinguidas, en contacto con sus virtudes y sus defectos, de los hijos de “papá”. Allí comprobó Don Bosco que Dios le llamaba solamente para los muchachos pobres” [12]

“ José Antonio tenía un corazón muy grande y era muy humano. Todos los años compartió con nosotros: mi madre y mis hermanos, el aniversario de la muerte de mi padre, el día de Nochebuena. Nunca, durante el tiempo que vivimos juntos, dejó de compartir esa noche, alegre por el nacimiento del Niño Dios, para todo el mundo, tan triste para nosotros por la muerte de nuestro padre “.

“ Hablar de José Antonio es hablar de un líder natural, sin ambiciones ni apegos a las cosas materiales. Nunca se guardaba nada, todo lo compartía. El menor de los primos hermanos de José Antonio, Roberto, nos comenta que ya siendo sacerdote, bautizó a su hijo “.

“ Nunca sospechamos ni notamos algo que nos hiciera pensar en la decisión que se estaba fraguando en su corazón y que tan fuerte y firme grabó y llevó a efecto: ser misionero para entregarse a los jóvenes más desprotegidos “.

“……….Un día don Cafasso invitó a Don Bosco a que le acompañara a la cárcel para ver a los jóvenes. Cuenta Don Bosco: “ Me horroricé al contemplar tal cantidad de muchachos de 13 a 18 años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí: ociosos, picados por los insectos y falta absoluta de alimento espiritual y material. Al salir de la cárcel, Don Bosco tomó la decisión inquebrantable : “Hay que impedir a toda costa que muchachos tan jóvenes terminen en la cárcel. Quiero ser el salvador de esa juventud”.[13]

“ Hoy sí comprendo – nos dice Roberto - algunas actuaciones de José Antonio. Por ejemplo, siempre que charlábamos (los cinco), José Antonio procuraba que todos pudiésemos participar en la conversación y estuviésemos involucrados en ella. Cuando hay una diferencia de edad, entre los catorce y los nueve años, los temas de las conversaciones son diferentes y se piensa de otra forma. Él conseguía que ninguno quedara fuera de la misma y que todos pudiésemos escuchar sin que hubiese motivo para que alguno no supiese de lo que se trataba o no comprendiese perfectamente de lo que se hablaba, y nadie se turbara por lo que oyese. Tenía una gran personalidad. Si le oías hablar, sentías la credibilidad y el convencimiento de lo que decía. Inundaba sinceridad. Fue un buen estudiante y un gran lector.

“ Hablábamos mucho - continúa Roberto-. Cuando venía de vacaciones, el último con el que conversaba era conmigo. Algunas veces nos dieron las cuatro de la madrugada charlando. Todo los temas eran tocados en las conversaciones. Con respecto al sexo, le preguntaba que como podía mantenerse al margen de él. Me miraba y me decía convencido. “...Que cuando uno se impone y encuentra otras satisfacciones mejores, las demás no se echan en falta”. Continuaba diciendo:“ que él tenía los mismos sentimientos que los demás hombres, y que sentía las mismas pasiones y tentaciones que los demás”.

Tuvo gran interés en que fuésemos a África a verle y comprobásemos su inmensa felicidad que respiraba junto a sus chavales. Quizás para identificarse aún más con los africanos (estaba tramitando nacionalizarse  africano por el amor que sentía por ellos), murió con cerca de cuarenta y un años, muy próximo a la esperanza de de vida que tienen en África, que  es de 48  años. Hasta en eso quiso ser semejante a ellos. Me quedé con ese deseo, que no descarto realizar porque sé que su obra está ahí y su espíritu continúa vivo y volvería a encontrármelo. Siendo ya  sacerdote, tengo la inmensa satisfacción de que José Antonio bautizó a mi hijo. “

Andando los años, y como prueba también de su plena inculturación almonteña, nos recuerda Juan Carlos, su primo, que en la venida de la Virgen del Rocío a Almonte, en el año 1.977; probablemente uno de los hitos más relevantes de la vida espiritual de los almoneños, que se produce cada siete años, hicieron juntos los cuatro primos (Fernando estaba en la “mili”), el camino acompañando a la Patrona de Almonte, vestida de Pastora, juntamente con la que es hoy mujer de Fernando, Josefa Rocío Roldán, entonces novios. José Antonio incluso llegó a meterse debajo de las “andas” con la que procesionan a la venerada Imagen de la Virgen del Rocío, desde la aldea de su nombre hasta el pueblo de Almonte, del que dista 15 Km. 
     
La madre de José Antonio nos dice que en la Romería del Rocío  del año 1978, quiso meterse debajo del “paso” de la Virgen, vestida de Reina, el lunes de Pentecostés, pero que no le dejaban porque decían que no era almonteño. Tuvo que buscarse algunos amigos almonteños y ellos le abrieron paso hasta poner sus hombros bajo el mismo. Continúa la madre diciendo que los hombros los traía destrozados, pero estaba muy contento. Quería experimentar esa sensación, nueva para él.


UNA DURA, TEMPRANA Y ALECCIONADORA EXPERIENCIA, QUE REFUERZA SUS GRANDES VALORES E  INQUIETUDES HUMANAS. SU PASO POR EL COLEGIO HOGAR DE AYAMONTE (Huelva).
                                                                                                                                                                    

Apenas cumplidos los diez años, José  Antonio marcha a estudiar como interno a un Colegio Hogar, situado en el pueblo onubense de Ayamonte.

“……….Don Bosco, por causa muy diferente a la de José Antonio, tuvo que marcharse de casa a la edad de 12 años, por consejo de su madre, que veía el daño físico y moral que le causaba su hermano mayor, Antonio, fruto del  primer matrimonio de su padre; al que reprochaba los sueños de Don Bosco y el tiempo que “perdía” (según él) leyendo y estudiando, mientras él trabajaba para mantener la casa [14].

A José Antonio le acompaña en su marcha al Colegio de Ayamonte su primo hermano Fernando, cuatro meses menor que él. Allí permanecerían los cursos 1.963-64, 1964-65 y 1965-66.

“ La imagen de la marcha de mi hermano José Antonio y de mi primo Fernando a la Escuela Hogar de Ayamonte - nos dice su hermana Maribel- no se me quita de la mente.”

Recuerda las caras de esos dos niños: su hermano y su primo, que tienen que separarse de sus familiares por un largo período de tiempo, a estudiar internos en el Centro, distante de Bodegones unos 100 Km., sin comunicaciones apropiadas, sin la compañía de sus padres y hermanos. Solos, con la única “ sabiduría y experiencia”, que le podrían aportar sus pocos años. “ Mi madre, mi tía, madre de Fernando, mi abuela, llorando a mares, mientras ellos se tragaban las primeras lágrimas, que no las únicas, para no hacer más dolorosa la despedida “.

Allí convivieron junto a niños sin padres, abandonados algunos y otros maltratados por la propia familia. Era riguroso el régimen del internado y allí fue forjándose de valor y entereza.

Como anécdota simpática, nos contaba su madre Isabel, que un día, en el comedor pusieron de postre melón. José Antonio comenzó a partirlo con el cuchillo. Le vio la monja y se acercó a él para decirle que así no se hacía, cogiendo a continuación el tenedor y el cuchillo. Con el cuchillo lo troceaba y con el tenedor lo cogía y se lo comía, al mismo tiempo que le decía: así se hace, lo ves, y continuó comiéndose la tajada de melón. Resultado de aquello fue, que la monja se comió el melón y José Antonio se quedó sin postre.

Sobre el internado decía José Antonio que, ” era una cárcel para niños ”. A su madre le dijo un día:” No mandéis a mi hermano Fernando a un colegio interno. Con uno que ya ha estado es suficiente”. Al curso siguiente, se incorporaron a la Escuela Hogar de Ayamonte, los otros tres primos hermanos de José Antonio: Arturo, Juan Carlos y Roberto, con lo cual se hicieron “ fuertes ”, al formar los cinco, como antes lo habían hecho,  una piña y supieron  sobrellevar mejor la dura vida del internado, que siempre supone permanecer lejos de sus familiares.

 Nos continua diciendo su primo Fernando que en el Colegio jugában como los demás niños del Centro. Pero siempre los cinco unidos. “ A veces, si la participación en un juego era de solo cuatro personas, José Antonio se las ingeniaba para que pudiese participar un quinto jugador. Tenía “ salidas ” para todo “.

“ La idea de enfrentarse a la realidad, no tenía para él ninguna excusa y todo lo solucionaba. Durante el tiempo que permanecimos en el colegio juntos, era José Antonio muy abierto, campechano y compañero. No hizo nunca nada malo, para que tuviesen que llamarle la atención. Fue siempre muy prudente - nos decía su primo Arturo -. Estuvo muy relacionado - continúa Arturo - con una monja: sor María Victoria, a la que ayudaba mucho en sus quehaceres con los alumnos. La monja tenía 15 niños a su cargo. Cuidaba de ellos, de sus ropas, de la manutención, educación... y José Antonio, que estaba siempre dispuesto a echarle una mano, no perdía ocasión de hacerlo y tendría con ella más de una conversación sobre la vida de esos chavales, abandonados, maltratados... En fin, que me da la impresión de que aquellos contactos y conversaciones sobre los niños y sus inmensos y numerosos problemas con la familia, la sociedad... iban germinando poco a poco, la semilla de misionero que brotaría con tal “ brutalidad ”  en su corazón inquieto, sufridor, entregado a los más necesitados: los desfavorecidos de todo: cariño, educación, alimentación, higiene, cultura, de un futuro incierto. Era una plena entrega por los demás.”

“ Todos estos problemas avivaban ese sentimiento que tenía sobre la justicia y la solidaridad, viendo a tantos niños huérfanos, sin recursos ni padres que les educasen “. Su primo Juan Carlos guarda estos recuerdos de su paso por el internado junto a sus hermanos y José Antonio: “ Su estancia en el Colegio de Ayamonte, quizá le marcara un poco. Veía muchas injusticias. Trataba a niños abandonados y maltratados por sus propios padres. Niños huraños, desconfiados. Niños que lo que sabían lo habían aprendido en la calle y no en los colegios y sus casas. Todo esto le preocupaba mucho.”

Por otra parte, entabló una muy buena relación con una monja ( la aludida anteriormente María Victoria), a la que ayudaba en sus distintos quehaceres. Existió una gran compenetración entre ambos.

“ Cuando llegamos al Colegio mis dos hermanos y yo - nos cuenta el menor de los primos, Roberto - el paso de mi hermano Fernando y de mi primo José Antonio dejó huella en el mismo, por lo que gozamos, al marcharse ellos a la Universidad Laboral, José Antonio a la de Sevilla y mi hermano Fernando a la de Córdoba , de un respeto y admiración, que otros alumnos no tenían. Fueron muy admirados ambos.”

 “ A José Antonio le gustaba hablar de las experiencias, no siempre positivas, vividas en ese internado infantil, admitiendo que pese a las dificultades e inconvenientes, el clima y las amistades... habían influido en la concepción del Proyecto Kara. “[15]

Estas singularidades o cualidades de amistad, entrega, sacrificio... iban arraigando profundamente en el corazón de José Antonio y era patente en cuantos trabajos y experiencias se le ponían por delante, como hemos venido viendo desde sus primeros años de edad, y se iban haciendo fuertes e influyentes en todos los que estaban a su alrededor. Despedía dulzura, rebosaba, alegría y entusiasmaba con su manera de ser.

De esta época de colegial  en Ayamonte nos encontramos con un amigo de José Antonio, José María Sánchez Torres, que vivió junto a él aquellos años difíciles (por la poca edad que tenían) y que al referirse a José Antonio nos resumía sus recuerdos diciendo, “ que era un Santo, que estará gozando con el Padre Dios en la Gloria.”

Tenía José María algo más de diez años cuando José Antonio ingresó en el Colegio de Ayamonte. Contrasta la primera impresión que le causó José Antonio, (él había experimentado ya lo duro que resultaba a esa edad separarse de sus padres), con la que después se formaría, a través del conocimiento,  gracias al día  a día de José Antonio. Al principio me pareció un niño muy corto, tímido y vergonzoso, pero que a medida que iban pasando los días fue cogiendo confianza y haciéndose de un grupo de amigos, entre los que se encontraría el propio José María.

 “ Hablábamos de nuestras cosas de niños, de nuestras familias... y fuimos haciéndonos buenos amigos. Posiblemente esta amistad conmigo lo llevó a  hacerse monaguillo en la capilla del colegio. Nos levantábamos a las siete de la mañana todos los días para poder ayudar a la celebración de la misa. Era muy duro y a ello se unía que como la Eucaristía la celebraban en latín, no comprendíamos la mitad, por no decir nada, de lo que se decía. Pero José Antonio, a pesar de tener dos años menos que yo, estaba mucho más capacitado para aprender. Prestaba mucha atención en todo lo que hacía y se proponía, y se esforzaba bastante cuando algo no le salía bien, hasta llegar a lograrlo. “

“ Me ayudó mucho en mis estudios. Era una constante en José Antonio, el ayudar a los demás. Incluso llegaba a enfadarse cuando no lograba de mí lo que pretendía, para que me diese cuenta y prestase más atención en lo que hacía. Llevaba toda la razón del mundo y por nuestro mutuo cariño, me esforzaba y aplicaba con más atención de lo normal en mi. Era mi mejor amigo y me “ soportaba ” estos despistes o faltas de atención.”

“ Como en todos o casi todos los colegios, los alumnos nos solemos poner motes. A José Antonio y a mí, como estábamos algo rellenitos, nos llamaban  “ los gorditos ”, pero lo llevábamos con mucha simpatía. Él no se enfadaba por nada ni con nadie.”

“ Cogimos confianza con las monjas, sobre todo con dos: Sor Victoria, que era la que llevaba el departamento de los niños y de los mayores, y con Sor Ana María, auxiliar de sor Victoria, que además de ayudarla en la costura y el comedor, tenía a su cargo un terreno en el que se criaban cerdos, gallinas y vacas.”

“ Si  teníamos un tiempo libre nos íbamos a ayudarla en las tareas propias de ella: el campo, a poner la ropa limpia a los niños en la cama, los bañábamos dos veces por semana, repartíamos la comida y recogíamos los platos. Y así muchos días, siempre juntos; aunque a veces nos enfadábamos, pero eso es lo normal entre niños.”

“ Cuando nos encontrábamos a solas charlando, me decía cosas que yo no comprendía. En varias ocasiones en la sacristía antes de ayudar a misa me decía:  José María, me gustaría ser cura . Iban pasando los meses y seguía y me repetía lo mismo. Lo más sorprendente era que con su forma de ser y con la certeza con que decía las cosas, me contagió a mí y recuerdo que quise acompañarle en su vocación.”

“ Él se lo tomaba todo muy en serio, y al indicarle que yo me inclinaba por hacerme de “ los Hijos de San Juan de Dios ”, me decía que le  parecía estupendo, pero que me lo pensara mucho. Su vocación se le veía venir. Había nacido para ello, continúa José María “.

“ Nunca perdimos el contacto, bien por teléfono o por carta, siempre muy extensas y llenas de sinceridad, bondad, cariño y mucho talante, en las que me contaba cosas de los niños que cuidaba en África, donde le querían mucho y le llamaban “el padre blanco” “.

“ Alguna  de las veces que vino a España, ya estando en misiones, se acercó hasta Aracena, donde resido, para visitarme y contarme muchas cosas de su Misión de África. La alegría que experimentábamos al encontrarnos era inmensa en los dos. Pero José Antonio estaba deseando que se le terminasen las vacaciones para poder volver junto a sus niños y chavales, que tanto lo necesitaban. No tenía nada suyo y hasta su vida entregaría por ellos.”

“ Me contaba que había cogido esa horrible enfermedad (se refiere al paludismo) y que allí había muchas calamidades, pero él seguía “ al pie del cañón ” como se suele decir, dándolo todo como Cristo.”

“ Siempre lo tendré en mi corazón. Compartimos momentos buenos y malos. Eramos “ uña y carne ” . Y aunque no esté personalmente entre nosotros, su espíritu lo siento muy cerca. Tan grande era su corazón y su entrega tan verdadera, que es imposible olvidarlo.”

También un amigo de la infancia, vecino en Almonte, Manuel Alfonso Báñez Rodríguez, nos dice que pocas cosas nos puede contar de su amistad con José Antonio, pues solo se veían cuando venía de vacaciones. Sin embargo si nos dice que recuerda que era una maravilla de niño; respetuoso con la gente, buen amigo, educado, no decía palabrotas  o tacos , muy talentoso... Como persona, nos dice coloquialmente, que era “ un monstruo ”.

Puestos al habla telefónicamente, después de más de cuarenta años del paso de José Antonio por el Colegio de Ayamonte,  (Cursos 1.963 al 1966) con Sor Victoria Poyo, ésta nos dice recordar cariñosamente aquel alumno, siempre dispuesto a ayudar.

“ Era un buen chiquito, cariñoso y sonriente. Amable y buen amigo. Me hacía mucha compañía y charlábamos mucho. Fue monaguillo aquí en el colegio, pero no por imposición de nadie, sino porque él quiso serlo.Su vida en el centro era muy ordenada. Su carácter muy alegre y abierto. Pero lo que más nos llamaba la atención, pues lo mismo que a mi, le ha ocurrido a todos los que lo tratamos en el colegio, era esa disposición a ayudar siempre y en todo, a todas las personas: primos hermanos, compañeros, amigos y superiores...

“ Siendo sacerdote, me visitó en una ocasión y estuvimos charlando largo tiempo, recordando los momentos vividos en la comunidad escolar de Ayamonte, no siempre compartidos por él, pero si respetados y de agradecimiento. “

Antes de concluir su estancia en el Hogar de Ayamonte, José Antonio recibe el sacramento de la Confirmación el día 26 de enero de 1964, . (Ver Partida de bautismo).

Capítulo II.- Nace la semilla. La conformación de su vocación sacerdotal, salesiana y misionera.
        
Foto nº 5.- En la Universidad Laboral de Sevilla

SU ENCUENTRO CON LOS SALESIANOS EN LA UNIVERSIDAD LABORAL DE SEVILLA. EL ENCUENTRO CON EL ROSTRO DE DON BOSCO. SE DESPEJA EL CAMINO DE SU VOCACIÓN SACERDOTAL Y MISIONERA.
                                                                                                                                   

 Con sólo 13 años, José Antonio pasa a la Universidad Laboral de Sevilla (1968-1973), entonces dirigida por los Salesianos. Allí estudia Oficialía Industrial  (en Electrónica) y C.O.U.  [16]

Allí le conoce, siendo estudiante de tercero de Oficialía, encargado de Curso; inquieto, participando en las asambleas clandestinas de entonces. Nos referimos a don Joaquín Regidor Moreno, quien nos dice que se conocieron en el curso preparatorio o de adaptación a C.O.U. porque ambos venían de Formación Profesional y estuvieron durante dos cursos estudiando juntos; éste de adaptación y el propio curso de  C.O.U.

 Y aquí, José Antonio, se encuentra con Don Bosco, presente en el mismo ambiente de la Universidad Laboral (patio, actividades...) y en su mismo estilo educativo, cuyo ideal de entrega a la juventud pobre y a las misiones, lo cautivan de tal forma, que decide quedarse con él.

Nos cuenta su compañero, Joaquín Regidor de él: “ Era José Antonio muy buen estudiante, responsable, sabía aprovechar el tiempo - continúa diciéndonos Joaquín -. Teníamos muy buena amistad y coincidíamos en temas como deportes, tertulias... Le gustaba salir con los amigos. Compartimos muchos momentos agradables. En común compartíamos una misma base religiosa. La Fe nos unía. Disfrutábamos ambos de ideas afines: estábamos comprometidos con los temas sociales. Desarrollábamos una acción social en los barrios sevillanos. Pertenecíamos a la H.O.A.C. (Hermandad Obrera de Acción Católica) y acudíamos los sábados por la tarde a jugar con los chavales de los barrios, a enseñarles cosas. Les llevábamos balones, pues no tenían dinero para comprarlos. Les arbitrábamos los partidos y de esta manera pasábamos la tarde con ellos. Era una labor muy gratificante en la que José Antonio se esforzaba por conquistar a esos chavales de la calle “.

“ A Sanlúcar la Mayor acudíamos al colegio de los Salesianos para mantener convivencias con los chicos del movimiento de jóvenes “ Cristo Resucitado ”. En Sevilla capital íbamos a las Residencias de Personas Mayores y les ayudábamos en lo que podíamos. Viví experiencias muy bonitas y provechosas con José Antonio. Fueron dos cursos maravillosos en los que nuestra amistad fue creciendo a ritmo muy rápido. “

“ Cogimos rumbos distintos y no me extrañó cuando me enteré de su decisión de hacerse sacerdote, aunque nunca dijo nada.  Se comportaba con todos los que le conocíamos, muy bien. Sí, me alegré mucho por ello.”

“ Era José Antonio una persona entregada en lo que hacía y comprometida con la juventud. “

“……… Don Bosco, que acababa de salir de una grave crisis, de la que no se esperaba se recuperase, sino  solamente su muerte, les dice a los muchachos, una vez recuperado: Os debo la vida. ¡Estad seguros!: de hoy en adelante toda ella será para vosotros!” [17]

“ Con respecto al compromiso político, tan a flor de piel en aquellas fechas, entre la juventud universitaria española (estamos en los últimos años del franquismo), la Universidad Laboral dirigida por los Salesianos era una isla aparte, en la que no se respiraban o no se exteriorizaban de forma tan patente los nuevos aires, más frescos que iban llegando y que sí se palpaban en la llamada Universidad tradicional. En ésta, veíamos como distintos grupos de alumnos hacían manifestaciones, portaban pancartas, escribían en los murales de la Universidad consignas o frases, entonces comprometidas, y sin embargo en la Universidad Laboral, los regidores de la misma eran más rígidos y no permitían poner un cartel, sin antes pasar por la censura del Centro. No obstante, participamos en algunas huelgas de hambre; protestamos con caceroladas en los comedores por la comida y cosas similares. José Antonio despedía cariño y afecto, termina diciéndonos su amigo Joaquín.”

“ Cuando venía de vacaciones - nos dice su hermana Maribel - se ponía a trabajar en lo que fuese: de camarero en una Cafetería de la Playa de Matalascañas, (Huelva) o en un chiringuito de la misma. Otras veces marchó a la Playa de San Juan, en Alicante.”

“ No tenía nada suyo - nos dice su padre -. No comprendía como se le podía tomar cariño a cosas materiales: casa, coche, finca... No lo concebía. Era incapaz de comprenderlo.

 “……… Don Bosco tenía un mirlo, al que le había cogido un gran cariño. A la muerte del mismo, tomó Don Bosco una decisión : Se propuso no apegar más su corazón a ninguna cosa de la tierra. Estas palabras las repitió muchas veces. “[18]

De la misma forma que Joaquín, opina su amigo José María Sánchez Broncano, profesor de enseñanza primaria en Almonte, el cual nos dice de José Antonio, que siempre estaba sonriente y que llegaba muy bien a la gente con la que conectaba fácilmente.

Continúa José María diciendo del padre José Antonio , “ que era un gran orador: ameno, alegre, con la sonrisa siempre en los labios. Sabía captar a sus oyentes. Lo mismo lo hacía con una autoridad política, que militar, religiosa o perteneciente a otra profesión, que con obreros sin cualificar, chavales de la calle, del mercado, reclusos... Era muy campechano. No se sorprendía por nada. A todo el mundo escuchaba y todo el que lo escuchaba, quedaba “ enganchado ” con su verdad. Verdad que demostraba a cada paso que daba y en cada momento  de su vida. Estuvo entregado a la causa por la que siempre había vivido. Era un enamorado empedernido de su misión en la tierra, y a su causa entregó hasta la última gota de su sangre. Tenía muy clara José Antonio, cual era su misión en este mundo y sabía que se marcharía pronto de él “.

 “ Sentía verdadera pasión por su familia: padres, hermanos, primos hermanos, ahijados .El poder de la constancia era un fiel aliado suyo. Era muy abierto y comunicativo. Siempre pendiente de las necesidades ajenas, y en formar a su gente  (Sus chavales de Kara)  para sacarlos de la miseria. Muy humilde, no vivía para él. No aparentaba nada “.

“ Muchas veces, ya mayor, le habíamos preguntado - nos cuentan sus padres - que qué quería estudiar, y siempre nos respondía lo mismo : “ Ya lo pensaré”. “ Por eso, cuando con 18 años, después de aprobar C.O.U,  una semana antes de marcharse nos dice a su padre y a mí - continúa la madre - que quería ser sacerdote, pero no de pueblo, sino quería ser misionero;  nos quedamos sorprendidos por tal confesión “.

“ A mi pregunta – continua su madre- de que si lo había pensado bien, nos contestó: Si supieseis cuanto lo he pensado. Llevo años pensándolo, desde los 14 años”.

 “ ……….Don Bosco caminó de pie hasta Chieri; iba con su paisano Juan Filippello y conversando  le dice don Bosco: “ Yo no quiero ser párroco . Quiero entregar toda mi vida  a los jóvenes “.[19]

Nos figuramos el desconcierto de toda la familia que nunca había sospechado nada de su vocación.

Nos cuenta también su primo Fernando, que fue él precisamente la primera persona de la familia que conoció por boca de José Antonio su decisión de hacerse misionero. Recuerdo, nos dice: “ Era Navidad,y estábamos los dos en la Universidad Laboral. El en Sevilla y yo en la de Córdoba. Nos encontrábamos en vacaciones. José Antonio se encontraba con gripe y fui a visitarlo. Estábamos charlando cuando de pronto me dijo:” Primo (así nos llamábamos ),voy a estudiar para misionero”.”  Supongo que vería en mi la cara de sorpresa que pondría, pues nunca habíamos hablado de ello, ni había exteriorizado signo alguno que me hubiese hecho pensar en tal decisión “.

“ Aunque nos decíamos primos al llamarnos unos a otros (él, mis hermanos y yo), fuimos siempre unos verdaderos hermanos, y quizás por la edad (me llevaba cuatro meses de diferencia) estuviésemos los dos algo más compenetrados “.

“ Fue una decisión muy fuerte y estaba muy seguro de lo que decía y quería hacer con su vida. Yo creía que se iba a dedicar a la docencia y de hecho estudió Magisterio. Pero ni remotamente se me hubiese ocurrido pensar en lo que me acababa de decir. Repito que me quedé muy sorprendido por la declaración de hacerse sacerdote, pero conociéndole como lo conocía, sabía que lo habría pensado y meditado muy bien, antes de tomar esta decisión. “

Por su parte nos cuenta su primo, Juan Carlos, “ la primera impresión que recibí al enterarme de que quería ser sacerdote misionero, fue de una gran sorpresa, pues nunca notamos en él nada que nos lo hiciese pensar. Pero reflexionando posteriormente, no podía ser otra cosa. Una persona que se entregaba generosamente a nosotros, a la gente, siempre pensando  en  los demás y nunca en él mismo, compartiendo todo con todos, no podía acabar en otra cosa,  que en ser misionero, para entregarse y dar su vida por los demás, por sus chavales: los más necesitados, despreciados y explotados por todos y los más ricos en miseria, desolación, pobreza... Los que nada podían darle a cambio de su entrega.”

¿Cómo podíamos pensar que José Antonio, un chico tan simpático y divertido, travieso e ingenioso, que era el primero que comenzaba a contar chistes de todos los colores, iba a elegir el sacerdocio para entregarse a los demás?.

“ Cuando comunicó su decisión de hacerse sacerdote, lo hizo de una manera clara y definitiva. Quería ser misionero y yo creo que se hizo sacerdote para poder marchar a las misiones y entregarse a los chavales más necesitados “. Este pensamiento también es compartido por su madre Isabel: “ Se hizo sacerdote para poderse marchar a las misiones”.

Su hermana Maribel nos dice de su hermano José Antonio, que siempre estaba pensando en los demás. Su fe fue creciendo al mismo tiempo que lo hacía corporalmente. Rezaba mucho. Tenía fe ciega en Jesucristo. Amaba intensamente a María Auxiliadora.

“ Muchas noches – continua Maribel -, me levantaba de la cama y le decía: Tete (forma cariñosa de llamar al hermano mayor ), ¿estas dormido?. Porque yo sabía que estaba orando y por eso esperaba un buen rato para acercarme a su cama y charlar. Me gustaba mucho conversar con él y escuchar los consejos que me iba dando, y que recuerdo con mucho cariño “.

Si de su hermana hemos recabado mucha información, como ya ha podido comprobar el lector; de su hermano Fernando, no ha podido ser así. Y es natural. Fernando nace cuando José Antonio estudiaba ya en la Universidad Laboral de Sevilla y solamente se veían cuando venía de vacaciones.

Por esta razón la madre de José Antonio, siendo ya sacerdote, en una de las veces que vino de vacaciones a Almonte, (pues los padres se trasladaron al pueblo. una vez jubilado su marido, en el año 1972), le preguntó a su hijo sobre qué le parecía su hermano Fernando. Éste le responde: Madre, yo prácticamente no conozco a mi hermano Fernando. Yo tenía cumplidos los catorce años cuando nació y solamente nos hemos visto cuando venía de vacaciones de la Universidad, del Noviciado o cuando he venido siendo ya sacerdote.”

Su hermano Fernando trabajaba por entonces en una torreta de las que hay en el Parque Nacional de Doñana, vigilando en la prevención de incendios.

A continuación de la pregunta que le había formulado su madre, José Antonio le dijo: “ Madre, prepárame la comida como haces con mi hermano Fernando que mañana quiero ir con él al trabajo”.

        
Se marcharon al día siguiente los dos al trabajo y volvieron muy entrada la noche, habiendo estado juntos todo el día. Al llegar a casa, la madre le preguntó a José Antonio, qué le había parecido o qué opinión había sacado de su hermano Fernando, a lo que éste respondió: ” Mamá, Fernando vale mucho. El niño es muy listo, pero es muy vago para estudiar “.


Sebastián Viejo Soltero, amigo de José Antonio, que frecuentaba mucho su casa, ya una vez establecidos sus padres en Almonte,  nos cuenta que le llamó siempre la atención un hecho aparentemente intrascendente, ver a un conejo, sí, un conejo doméstico, siguiendo a José Antonio a a todas partes a dónde iba, como sí fuera un perro o un gato; animales, en los que este comportamiento es habitual. Nos comenta esta anécdota que le ocurrió hace más de 35 años y que nunca se le ha olvidado, por su originalidad y al mismo tiempo rareza; y es que estando José Antonio de vacaciones en Almonte, casi finalizando sus estudios veía como un conejo de color blanco que tenían en casa, se encontraba casi siempre junto a él, y si éste se movía, le seguía detrás; si subía a la azotea, el conejo subía siguiéndole los talones. Y esto se repetía cada vez que visitaba su casa. Nos preguntamos nosotros, ¿ Sí sería que José Antonio hablaba con los animales, o es que el amor que desprendía alcanzaba a los mismos?.

 En este sentido, la hermana de José Antonio, no añade que a su hermano José Antonio le gustaban mucho los pájaros y no era extraño ver uno en su habitación. “ Y de su amor por las plantas no te digo nada. Cuando venía a mi casa y las veía tan descuidadas por mi, me decía: “A las plantas hay que regarlas pero también hay que  hablarlas con mucho cariño, pues ellas te lo pagarán”.  Tenía unas macetas de potos, preciosas”.

COMIENZA SU PREPARACION EN EL NOVICIADO SALESIANO DE SANLÚCAR LA MAYOR. ALLÍ  HACE YA PATENTE EL POTENCIAL INMENSO DE SU TALLA HUMANA Y ESPIRITUAL, Y SU CARISMA SALESIANO.
                                                                                                                                                                    

 A los diecinueve años, en agosto de 1973, inicia en Sanlúcar la Mayor el noviciado, que corona felizmente un año más tarde, el 16 de septiembre con la profesión temporal. Durante este año realiza en el CEC ( El Centro de Estudios Catequéticos ) los estudios y prácticas de Pedagogía Catequética, ejercitándola en la escuela y en grupos juveniles. Recuerda don Francisco Vázquez Adorna, Sacerdote Salesiano que le conoció muy bien, que aparecía por Huelva entusiasmado con la experiencia de aquel Oratorio-Centro Juvenil que vive su época de apogeo.”  Siempre quería hablar. Vivía la inquietud oratoniana y apostaba por ella ”.[20]

A pesar de que nos encontramos en unos momentos socio-políticos difíciles, en pleno comienzo de la transición política en España; y que en la propia Inspectoría sevillana se viven tiempos de restructuración en lo que se refiere a la formación; José Antonio templa su espíritu salesiano y robustece su vocación renovando anualmente, entre 1974-76, la profesión temporal.

Su formación la recibe conjuntamente en el CEC-Sevilla y en el noviciado salesiano de Sanlúcar la Mayor. Aquí José Antonio, desde 1974 a 1979, simultanea los estudios del I Año Institucional en el Centro de Estudios Teológicos (CET) y los de Magisterio (1974-1976), con el bienio práctico, residiendo en Sanlúcar (1977-1979). El primer año lo hace como asistente de novicios, y el siguiente como asistente de aspirantes, a los que diariamente traslada al BUP de la casa salesiana de la Trinidad-Sevilla, mientras él, da clases en el colegio salesiano de Triana.

Rememora don Francisco Vázquez que siendo Delegado de Pastoral Juvenil en el curso 1976-1977, le acompañó a una convivencia vocacional. En ella estaba don Juan Carlos Pérez Godoy, natural de Burguillos y hasta hace fechas recientes Inspector salesiano en Sevilla, que en aquella época era estudiante de COU en Utrera (Sevilla), quien más adelante nos dará su testimonio sobre José Antonio. Nos añade don Francisco Vázquez:  “ Vi entonces el gancho que ya poseía con la gente joven ... Se ofrecía voluntario para cuantas Convivencias y Encuentros se organizaban desde la Inspectoría... Época en la que no todo el personal joven sintonizaba con la estructuración pastoral planificada. José Antonio no idealizaba, iba a la vida, lo único que le importaban eran los chavales y por ellos se entregaba... .[21] ”. Era muy creativo y original. Hizo las prácticas en Triana y desde entonces se le conocía como el “ heredero ”. Este período lo cierra con su consagración definitiva a Dios en Don Bosco, haciendo su profesión perpetua el 29 de junio de 1979.

Y nos añade; “ recuerdo muchas charlas con José Antonio, por las noches. Siempre quiso hablar y hablar por la noche. Yo le dije hasta el final, que era un ave nocturna ”.

Como dijimos anteriormente, don Juan Carlos Pérez nos manifiesta que conoció a José Antonio en las navidades del curso 1.976 – 77, en el transcurso de unos días de convivencia vocacional organizada por don Francisco Vázquez, delegado entonces de pastoral juvenil y vocacional, con quien colaboraba José Antonio, que  en ese momento estaba en la Comunidad del Centro de Estudios Catequéticos, con otros jóvenes salesianos estudiantes.

Nos comenta, don Juan Carlos que durante aquel año de 1976 tuvo con él varias convivencias vocacionales hasta llegar al verano de 1977, días antes de comenzar el noviciado en Sanlúcar la Mayor. “ José Antonio sería nuestro asistente de novicios y junto con el Padre Maestro, don Francisco Alegría, habían organizado unos días de acampada-convivencia con los cinco jóvenes de esa inspectoría que íbamos a iniciar el 8 de septiembre el noviciado. Después de estos días de acampada y antes de iniciar el noviciado, participé con él en una Mariápolis en León, organizada por el Movimiento de los Focolares “.

“ Fue mi asistente de novicio y durante ese año entablamos una profunda amistad. Ya entonces nos hacía partícipes de sus inquietudes misioneras. Su entrada en la Congregación había desconcertado un tanto a sus padres, así que se le hacía un poco difícil decirles que además quería irse a misiones. Pero su firme convicción y su gran creatividad eran armas con las que salvar este obstáculo.”

“ En la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas de aquel año, invitó a un acto que organizamos en Sanlúcar, a la madre de un salesiano misionero – don Juan Bosco Ramos Cervera – que estaba en Venezuela, para que contara la experiencia que había vivido con su hijo en tierras de misión. A este mismo acto invitó a sus padres, haciendo que las dos madres se encontraran y hablaran y así les dijo a sus padres: que el también un día iría a misiones. Y efectivamente se cumplió su deseo o vocación misionera y también logró que sus padres lo acompañaran un tiempo en Kara (Togo). En algunas de las visitas que tuve ocasión de hacerle en Kara me mostraba su satisfacción por el bien que le había hecho  a sus padres, compartir con él, lo que en el fondo era la pasión de su vida: la misión de Kara, el Centro Don Bosco y sus muchachos “.

“ José Antonio encendió en mi, como en otros compañeros y jóvenes animadores de Sanlúcar la Mayor, una gran inquietud pastoral. Lo admiré siempre por su gran creatividad, su lanzarse hasta la temeridad, su amor apasionado a los jóvenes... Por ellos se desvivía... Todo cuanto hacía, pensaba, proyectaba... nacía de un corazón que amaba profundamente a los jóvenes. Recuerdo que me decía muchas veces:” El salesiano lo que necesita es un corazón encendido de amor a Dios y a los jóvenes. Cuando se tiene se encuentran soluciones a todas la dificultades...”

Profundizando en el contenido de la primera encíclica de Benedicto XVI, “ Dios es amor”, leemos estas elocuentes palabras, tan próximas al testimonio de vida de José Antonio : “... mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mi y que yo pueda ayudarle... Amar a Dios y amar al prójimo se funden ... es la inseparable relación entre amor a Dios y amor al prójimo. Ambas están tan estrechamente entrelazadas, que la afirmación de amor a Dios es en realidad una mentira si el hombre se cierra al prójimo, o incluso lo odia. .. Los santos han adquirido su capacidad de amor al prójimo de manera siempre renovada, y ese encuentro con el Señor eucarístico y, viceversa, y ese encuentro ha adquirido realismo y profundidad precisamente en el servicio a los demás. Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables “.[22]

El padre José Antonio amaba renunciándose a si mismo en favor de los jóvenes. Amaba realmente a su chavales, buscando el bien de ellos y no el suyo. Su caridad era un verdadero camino de purificación y de profundización. Su amor era una entrega total hacia el otro, y así vivió hasta su marcha al Padre.

Y sigue diciéndonos el Papa en la referida encíclica: “... la naturaleza interna de la Iglesia se expresa en una triple tarea: Anuncio de la Palabra de Dios, celebración de los Sacramentos y Servicio de caridad. Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse.”

 Por tanto, deducimos de estas palabras que no se puede ser verdadero misionero sin predicar la doctrina que Jesucristo nos enseñó, al mismo tiempo que se alimenta la celebración de los sacramentos, como base fundamental, y por último se derrama a raudales el don de la caridad. José Antonio cumplió plenamente con esa triple naturaleza interna que nos señala el Papa. Explicaba la palabra de Dios de forma sencilla, muy comprensible para todos y con una profunda fe en lo que decía. Cuando celebraba los sacramentos, su entrega en ese “ tomad y comed ” era total. Y no digamos nada de su caridad hacia los demás, manifestada en sus chavales, que era absoluta.

Continuando con el testimonio de don Juan Carlos nos dice que: “ aquel año del noviciado, recuerdo cómo nos organizó y cómo sabía colocarnos a cada uno en el lugar adecuado. En el campo pastoral fue un año extraordinario . Pusimos en marcha el Junior – con alquiler de una casa incluida -, el cineclub en los maristas, el oratorio en Sanlúcar y en los pueblos cercanos – buscó unas bicicletas para que fueran los aspirantes a los pueblos cercanos a Sanlúcar a animar el oratorio los sábados -, el festival de villancicos, campamentos, capellanías dominicales “.

“ Me llamó la atención que el primer día de noviciado nos diese un paseo por la casa de Sanlúcar que es muy grande. Era nuestra casa y entre todos teníamos que cuidarla. Durante el paseo íbamos cada uno encargándonos de un sector a nuestro cuidado. También recuerdo que llegué con una guitarra que apenas sabía tocar. El cayó en la cuenta y desde el principio me animó a tocar en la Eucaristía de la Comunidad, y así fui aprendiendo... Cada vez que pienso en él, me recuerda mucho a Don  Bosco, de quien era un enamorado. Todo cuanto estudiaba o leía, especialmente de pedagogía, lo “ salesianizaba ”  y lo aplicaba a su trabajo con los jóvenes. Tengo como recuerdo-reliquia suyo, la obra “ Poema pedagógico ” de A. Makarenko. Se podría decir que José Antonio ” cristianizó y salesianizó ” la experiencia de Makarenko en la colonia de Gorki (Ucrania).

Otro de sus compañeros salesianos que le conoció muy bien, don Antonio Herrera Martínez, nos dice que conoció a José Antonio en abril de 1979. Yo hacía C.O.U. en mi pueblo, Alcalá de Guadaira (Sevilla) y me decidí a participar en un encuentro de aspirantes salesianos en Sanlúcar la Mayor. Era un fin de semana de reflexión y de orientación para muchachos que, como yo, querían encontrar la vocación y la misión de Don Bosco.

“ José Antonio formaba parte del equipo de salesianos que animaron ese encuentro. Desde el primer momento me sorprendió – y creo que también a los demás- su personalidad expansiva, alegre y comunitaria. Cuando fue su turno de intervenir delante de los 15 muchachos, hubo algo que nos cautivó: su manera de comprender la vocación. La presentaba como un auténtico enamoramiento de Dios y la misión. Nos llegó a decir que para comprender bien la vocación había que ver la película “ Amor sin fin ”. En efecto, en esos días se había estrenado en las pantallas sevillanas esta película “.

“ Después del encuentro, yo hice todo lo posible por verla y comprendí todo lo que José Antonio quería decir. Ser llamados por Dios es amar sin fin, enamorarse de los jóvenes de una manera apasionada. En realidad la película narraba el amor entre dos jóvenes (chico y chica) , un amor sin carga física; era más bien un ejemplo de aceptación, de cómo el amor nos convierte en cómplices de la vida del otro, de sus sufrimientos y sus alegrías, sus aventuras. Así fue como yo descubrí todo lo que José Antonio estaba viviendo en esos primeros años de vida salesiana. Su vocación como un enamoramiento, una pasión por los jóvenes y una aventura.”

  José Antonio ha representado para mí una gran revolución personal: nunca he conocido a alguien que quisiera tanto, sobre todo a los chavales.”

Don José Plata Asensio, compañero en los primeros años de formación de José Antonio, nos refería que compartió cinco años de su existencia (1.973 al 1978). “ Fueron nuestros primeros animosos años de jóvenes salesianos consagrados a la causa de Don Bosco .Después de los años transcurridos, no recuerdo grandes anécdotas, pero si queda en mi un poso de una gran amistad compartida. Me queda la viva imagen de un joven vital, entregado y comprometido en cuantas actividades emprendía. Cuando tenía las ideas claras, no le importaban las dificultades. Era tenaz e insistente hasta llevarlas a cabo. Admiré siempre su capacidad de determinación y osadía a la hora de poner en práctica lo que pensaba.”

 “ Recuerdo a un José Antonio generoso y desprendido, tanto de su persona como de sus cosas. Siempre dispuesto a echar una mano. Fue una persona cercana, con gran capacidad de empatía, fácil al dialogo sincero y a la comprensión del otro. Era bastante reservado y comedido en manifestar su intimidad, su vida más personal. No era fácil compartir su privacidad “.

“ Hoy entiendo algo mejor sus prisas por vivir, por acelerar el tiempo; su celeridad por hacerse sacerdote. Creo que vivía como obsesión la entrega a los demás. Osmotizó de manera vital la vida de Don Bosco: “ Hasta mi último aliento será para mis queridos jóvenes”, decía. Así fue su vida y consecuentemente así fue su muerte.”

                   “Temprano levanta la muerte el vuelo,
                   temprano madrugó la madrugada.
                   ......
                   compañero del alma, tan temprano”

“ Todo este afán de entrega a los demás estaba sustentado por su relación con Dios, sus momentos solitarios de encuentro con el Tu dinamizador de VIDA. Su sentido de oración. El encuentro con Dios le comprometía con los demás, y el encuentro con los demás le comprometía a encontrarse con Dios “.

“ Dicen que las amistades de la juventud son amistades para toda la vida. Yo así lo percibo, y, aunque nos veamos muy de tarde en tarde, ese pequeño grupo de jóvenes que juntos hicimos nuestra entusiasta vida salesiana, serán siempre mis amigos, en la tierra y en el cielo “.

Que la presencia y el conocimiento de José Antonio eran de admirar y querer, es constante con todas las personas que le conocieron o mejor dicho, tuvieron la suerte de conocerle, pues todas coinciden en las mismas cualidades y condiciones que poseía: fe inquebrantable en Dios y en la Virgen en las advocaciones de María Auxiliadora y Rocío; veracidad en todo lo que hacía; amor desinteresado en cuantas obras emprendía; amistad verdadera con todos los que le conocieron; entrega total en sus chavales...

Y ahondando en este conocimiento de cuantos conocieron a José Antonio nos encontramos con el testimonio de Inmaculada Gallardo, quien nos confiesa que: “ Mi familia y yo tuvimos la suerte de conocer a José Antonio en el curso académico de 1.973 – 74, cuando llegó a Sanlúcar la Mayor, para realizar el Noviciado “.

“ Ese curso fue especialmente doloroso para mi familia – nos cuenta Inmaculada-  porque nuestra madre acababa de fallecer. Yo, particularmente, que era la mayor de cinco hermanos y que solo tenía quince años me encontraba bastante mal. Mis sentimientos de rabia, impotencia, frustración... me hacían rebelarme ante todo y ante todos “.

“ Mi padre, muy preocupado por nuestro estado anímico y hombre de profundísima convicción cristiana, amigo personal del director de los Salesianos de Sanlúcar don Cipriano González, me convenció para que fuese a hablar con él. Persona esta, que tras muchos y buenos ratos de charla y de grandes consejos, me animó a que parte de mi tiempo libre lo dedicase a nuevos proyectos; uno de los cuales sería la participación en el oratorio que los novicios llevaban en colaboración con otros jóvenes sanluqueños. Es aquí donde me encuentro con un joven y entusiasmado novicio empeñado en poner en funcionamiento dentro del oratorio “EL MOVIMIENTO JUNIOR DE ACCIÓN CATÓLICA” “.

“ Este novicio, que no era otro que José Antonio Rodríguez Bejarano, tenía un don especial: transmitía y contagiaba entusiasmo por todos los poros de su piel. Sabía como nadie plasmar sus proyectos en obras y contagiaba su entusiasmo a cuantos estábamos a su alrededor. Ponía tanta convicción, cariño y empeño en lo que realizaba, que gran parte, tanto de mi familia como de mis amigos (entre los que se encontraba en que más tarde sería mi novio y marido), aterrizamos en el Movimiento Junior.Es aquí donde empieza nuestra gran y profunda amistad y donde, a partir de la cual, comenzamos a conocer mejor una serie de cualidades humanas y cristianas, que compartimos y disfrutamos hasta que nos dejó para siempre “.

“ José Antonio era sobre todo, entusiasmo. Entusiasmo porque era lo que más transmitía de cara a la galería. Pero  también era entrega a los más desfavorecidos, a los más necesitados. Ya en estos momentos, su cabeza no dejaba de funcionar buscando incansablemente actividades con las que conseguir atraer y entusiasmar a los chavales, sobre todo a aquellos que tenían más carencias y a los que como premio, a final de curso llevábamos de campamento totalmente gratis, aunque para ello nos hubiéramos tenido que limpiar casi todas las piscinas del Aljarafe (comarca perteneciente a la provincia de Sevilla) o limpiar los cristales de los coches en las gasolineras. Y todo ello hecho con gran placer, orgullo y alegría por nuestra parte. Y es que proyecto que pasaba por la cabeza de José Antonio, era igual a proyecto realizado de manera totalmente satisfactoria “ .

“ Recuerdo - continúa Inmaculada - que años más tarde, en 1.978, hubo un hecho que nos hizo compartir vivencias inolvidables. Fue con motivo de la preparación de la vigilia de la Inmaculada, en la que surgió la idea de ir al concilio de los jóvenes, que se celebraba ese año en París. De regreso, pasamos por Taize para conocer al hermano Roger, compartiendo con miles de jóvenes la Pascua cristiana.  Esta idea de asistir al concilio de jóvenes lo entusiasmó de tal manera, que ni corto ni perezoso empezó a mover todos los hilos necesarios para que el proyecto se convirtiera en realidad: pidió permiso a su director, le pidió el coche a su padre y el día 28 de diciembre emprendíamos camino hacia Paris, mi entonces novio, hoy marido, Manuel Perea, mi hermana Carmen, José Antonio y una amiga suya llamada Antonia “.

“ En el viaje nos pasó casi de todo. Desde una avería del motor del citroen GS en la carretera llegando a Valencia y que no pudimos arreglar hasta llegar al pueblo de Salvador Dalí, Figueras. O como la gran nevada que nos cogió pasando por el puerto de Cluny, ya en tierras francesas, que incluso nos obligó a tener que dormir esa noche dentro del coche, aparcado en una gasolinera, donde cada 20 minutos teníamos que encender el motor del coche porque estábamos a bastantes grados bajo cero; e incluso la llegada a Paris, una ciudad enorme de mas de 8 millones de habitantes en aquel entonces, y que José Antonio, sin conocer la ciudad, se metió como perro por su casa. Nunca veía dificultad en nada. Para él parecía que no existían los obstáculos y a su lado te contagiaba su confianza (jugaba siempre con ventaja ya que sabía que MARÍA AUXILIADORA SIEMPRE ESTABA CON ÉL), tenía un halo especial “.

“ Siempre estaba hablando de la vida de DON BOSCO y de los jóvenes más necesitados. Ya en este viaje que duró doce días, nos hizo referencia de sus deseos de marchar a las misiones y estaba completamente convencido de que su vida no estaba aquí, sino que precisamente estaba con aquellos que aún no conocían a Cristo, con los más pobres. Creo incluso que vivió las misiones mucho antes de marcharse a Togo “.

“ Con el movimiento Junior y las reuniones de preparación, comenzó una gran amistad que fuimos aumentando con el paso del tiempo y aunque no teníamos vínculos sanguíneos, nos unía algo más que una simple amistad. Lo considerábamos como un miembro más de la familia y él se sentía uno más de la familia Gallardo. Era simplemente nuestro hermano José Antonio “.

“ Con José Antonio se podía hablar de cualquier tema, ya que era nuestro hermano. Pero la mayor parte de nuestras conversaciones se centraron en sus vivencias como misionero, en nuestra vida como familia.”

“ José Antonio estuvo siempre presente en nuestras vidas desde el primer momento que le conocimos y en todos los acontecimientos familiares que se producían en nuestra casa: bodas, bautizos... bien físicamente cuando se encontraba en España, o bien en espíritu desde las misiones, desde donde siempre nos mandaba bonitos mensajes, llenos de amor y entusiasmo, por la labor que estaba llevando a cabo, a pesar de que su salud ya se estuviera deteriorando y las ” riñas ” de mi marido por no hacerle caso en sus consejos médicos.”

“ Estando en las misiones, cuando volvía a España, siempre sacaba tiempo para visitar a su “ otra ” familia, e incluso nos dejaba en casa a algunos de los chavales togoleses, que venían con él desde Togo, y a los que cariñosamente llamaba “sus hijos”.”

“ En mi vida - sigue contándonos Inmaculada - al igual que en mi trabajo y en mi familia, he puesto muchas veces en práctica aptitudes y cualidades aprendidas de José Antonio en nuestra etapa de Junior y en otras posteriores, actitudes siempre certeras y entusiastas, sobre todo lo que se puede hacer por los demás, si aquello que hacemos lo hacemos por amor y cariño al prójimo, unido a la alegría y a la sonrisa amable y serena, aún cuando el tema que se vaya a tratar sea de cierta gravedad, lema y estrategia que José Antonio fue capaz de poner en práctica toda su vida con la ayuda de Dios, ejecutando la pedagogía de Don Bosco, siempre cercano a sus muchachos “.

“ Podríamos decir sin ninguna duda, que José Antonio fue un fiel discípulo de Don Bosco. Otro gran entusiasta, que con la ayuda de María Auxiliadora, también conseguía realizar proyectos que parecían totalmente irrealizables, pero que en personas excepcionales como ellos, se convertían en factibles y realizables. Vivió José Antonio, por y para los más necesitados. Los niños eran su vida. Murió como él deseaba, como un africano, con una enfermedad tropical y con la media de edad de la esperanza de vida de ese país “.

“ Si verdaderamente hay hombres de Dios, José Antonio era uno de ellos. No tenemos palabras, - finalizaba Inmaculada -, para definir la intensidad con que vivió su vida misionera y con la felicidad que la realizó, pero estamos convencidos que fue una gran persona, un hombre de fe y confianza en la bondad del ser humano al servicio de los demás, y a la que quizás algún día podamos ver en los altares.”

Charlando con su marido, Manuel Perea, no sólo nos confirmaba todo lo expuesto por su mujer Inmaculada, sino que iba mucho más allá y nos comentaba, que si Don Bosco estaba en el cielo, José Antonio tenía que estar a su lado, no podía ser de otro modo.” Por mi profesión, médico, sabía perfectamente como se encontraba José Antonio físicamente y así se lo hacía saber a él, y de ahí lo de las “ riñas ” que comentaba mi mujer. Pero no me hacía “ ni caso ”. Era una persona que anteponía sus chavales a su propia salud y vida, que sabía perfectamente que la perdía, pero que no le importaba en absoluto. En ese “ aspecto era incorregible ”.

Por mis contactos con los salesianos, pues me eduqué con ellos; y además por mi trabajo, he conocido a muchos sacerdotes, pero no he visto, ni me he encontrado a nadie que se asemeje a José Antonio. Hombre tan convencido, con tanta fe, con tanto amor, con una fuerza física inagotable, incapaz cualquier otra persona de poder seguir su ritmo de trabajo; de la talla personal  y humana de mi “ intercesor ”, pues le tuve mucho cariño en vida, y ahora le pido su ayuda, que he recibido en varias ocasiones, no puede estar ahora nada más que gozando junto al Padre, y como dice Inmaculada, quizás algún día podamos verle en los altares “.

Foto nº 6 .- En Israel.

EL CAPÍTULO GENERAL XXI. UNA LLAMADA A LAS INSPECTORIAS SALESIANAS DE TODO EL MUNDO PARA PARTICIPAR EN EL PROYECTO “ AFRICA “. LAS INSPECTORIAS DE SEVILLA Y DE CORDOBA SE SIENTEN FUERTEMENTE INTERPELADAS. JOSE ANTONIO VISLUMBRA SU GRAN OPORTUNIDAD. CREMISAN ( ISRAEL). UNA ETAPA FUGAZ, DETERMINANTE EN SU PREPARACION PARA LA VIDA MISONERA.
                                                                                                                                                                    


En efecto,  el capítulo General XXI (1978) acaba de pedir a la Congregación Salesiana la integración en el “ Proyecto África ”[23], visto que la Iglesia prestaba a ese continente una atención preferencial por el crecimiento de las comunidades cristianas y la proliferación de otras formas religiosas. El Rector Mayor, don Egidio Viganó, se encarga del Proyecto impulsándolo con entusiasmo. El padre José Antonio Rodríguez Bejarano será uno de los primeros en ofrecerse generosamente. Su carta de petición para las misiones africanas lleva la significativa fecha de 31 de enero de 1978.”

“ ……..Don Bosco ha tenido hace años un sueño dramático. (Nos encontramos en el año 1875) Ha visto en él regiones salvajes con hombres gigantescos y de aspecto feroz. Visten pieles de animales y cazan fieras. Luchan con soldados vestidos a la europea. El suelo está cubierto de cadáveres. Llegan unos misioneros. Pero ellos los matan y clavan sus trofeos en la punta de sus picas. Ve por fin, a sus salesianos acercarse a los salvajes. Deponen las armas. Se arrodillan. Cantan con ellos... Se persuade de que la región vista en su sueño está al sur de la Argentina y allí manda a los primeros salesianos misioneros... - Id, id por todo el mundo y predicad el Evangelio... Sois la simiente de mostaza que llegará a ser gran árbol... Os recomiendo a nuestros compañeros emigrantes... Y sobre todo, a los salvajes de la Pampa patagónica. Adios...adios...!Almas, almas, ni dinero ni honores...!
Los hijos de Don Bosco surcaron la Patagonia. Siguieron luego hacia Bahía Blanca y las márgenes del Río Negro, del Colorado y la Cordillera... Hoy a la vuelta de más de cien años, toda América del Sur, la del Centro y la del norte, están cubiertas de Centros Salesianos... Asia, África...”[24]

“ Visto el espíritu y las ansias enormes de marchar a Misiones de José Antonio, hablé - nos indica Don Francisco Vázquez - con el Inspector, don Santiago Sánchez, y le enviamos a Cremisan (Israel), al Estudiantado Teológico Internacional “ San Pablo ”, por dos años (1979-1981). Dicha formación incluyó premonitoriamente entre otros seminarios formativos, el de “ la educación en África ”.

Allí realiza los estudios del bienio filosófico y del I año del cuatrienio teológico. Su ilusión eran las misiones. Actitud ratificada en los soliloquios íntimos que por entonces José Antonio mantenía con Cristo: “ Quisiera poder gritar a todos donde está el secreto de la felicidad en esta vida; quisiera poder decir a todos que he descubierto el gran secreto. Gracias, Señor, porque, siendo como soy, no comprendiendo el por qué me quieres tanto, has querido...participarme tu gran secreto. Gracias, Señor, porque me estás demostrando que es posible decir GRACIAS [25]”.

Allí conoce al que más tarde sería presidente de Haití, Jean Bertrand Aristides, estudiante salesiano como él. Nos cuenta Maribel, que su hermano José Antonio le había contado de Arístides, que estando en Israel, marchó de vacaciones a su tierra y que al volver, ya no era la misma persona que cuando salió de Israel. Su carácter era distinto, se hallaba deprimido y esa alegría que ostentaba antes de su marcha, había desaparecido de él. Ante este cambio tan brusco, su hermano llegó a preguntarle que qué le había ocurrido para encontrase de esa manera, a lo que le respondió Arístides, estas poderosas razones :” He visto asesinar a mi padre, a mi hermana y a un sobrinito mío de apenas dos años. No puedo continuar así, tengo que hacer algo por mi país .”

Poco más tarde, el futuro político haitiano abandonó la Orden y se marchó a su país, en donde ganó las elecciones de 1990 y tomó posesión como Presidente de Haití  el 7 de febrero de 1991, estando en la presidencia ocho meses. Volvió a ser elegido en el año 1994 y estuvo hasta 1996. Nuevamente fue elegido en el año 2000, tomando posesión en el 2001, terminando su tercer mandato en el 2004.

En la Inspectoría de Sevilla, nos cuenta don Francisco Vázquez, que se recibían preciosas cartas manuscritas de José Antonio desde Cremisán, en las que expresaba las dificultades, pero también la aceptación, ante situaciones no agradables de ambiente y organización, pero superadas por motivaciones sobrenaturales y de entrega a los demás. De entre las cartas aludidas vamos a copiar íntegramente la primera (manuscrita), que envía a la Comunidad, cuando lleva una semana de estancia en Israel. La carta lleva fecha de 25 de octubre de 1.979.

“ Querida Comunidad: un saludo y unas letras desde “Tierra Santa”, mi casa desde hace una semana.


Espero hayáis comenzado bien el curso, no solo por lo que respecta al colegio en si, sino a esa nueva experiencia que puede condicionar las venideras y por la cual ir y venir todos los años a Sevilla.

Supongo habréis recibido las postales que tanto de Roma, Turín y otros sitios os envié.Me gustaría me pusieseis unas letras contándome todo lo que hacéis, sobre todo en nuestra experiencia de comunidad joven , y en lo que respecta al Centro Juvenil, sobre todo porque yo me encuentro con una comunidad un poco tradicional donde solo se gusta aquello que siempre se ha hecho.

También os recomiendo que estudiéis toda la filosofía que podáis, quizás con más fuerza que en Magisterio, ya que luego es lo que vale para caminar. A mi casi me hacen comenzar desde el principio, sin reconocerme ninguna de las asignaturas que yo había realizado en el Magisterio, sino solamente las que hice en el seminario. Esto ahora os parecerá ridículo, pero cuando después del noviciado y el Magisterio, le obligan hacer seis años más de estudios para ordenarse, le da a uno sensación de haber entrado en los jesuitas y no en los salesianos.

Esta tierra es formidable, tiene un clima muy parecido a Andalucía aunque como tierra es mucho mas pobre. Después tiene el inmenso tesoro de los lugares sagrados que son impresionantes, más por lo que representan y significan en la vida de Jesús, que en si mismo. Si tenéis ocasión no la desaprovechéis.

Bueno, por hoy va bien .Recuerdos a todos y un lugar en la oración. José Antonio ”.


Llevando un mes en Israel, le escribe a su íntimo compañero salesiano Manuel Jiménez: “ Ya llevo aquí un mes y la vida no es fácil sobre todo, por todo lo que supone de estar lejos de los jóvenes... Supongo que este año para vosotros es muy distinto al año que yo estoy pasando o mejor, que comienzo a pasar, ya que tendréis niños por todas partes e incluso en la sopa”. La vocación salesiana y misionera, el amor por los jóvenes y su entrega total por todos ellos, son una constante en su vida. Esté donde esté, haga lo que haga, siempre está pensando que hacer por ellos.

Durante su estancia en Israel, sus padres nos cuentan que para poder obtener algo de dinero, trabajaba como guía. Una vez sirvió de guía a un matrimonio de turistas mejicanos muy ricos, dueños de una Editorial en su tierra, con los que mantuvo una gran amistad hasta el punto de cartearse en lo sucesivo. Este matrimonio, cuando el padre José Antonio se encontraba más tarde en su Misión de Kara (Togo), recibiría muchísimos libros de ellos. En tal cantidad le enviaron libros, que José Antonio devoraba, que su biblioteca, (mejor dicho) la biblioteca de la Misión, porque él no tenía nada suyo, llegó a ser la más importante y mejor dotada de Kara.

“ En Israel - continúa su padre - los alumnos que tenía eran palestinos y conocía muy bien la situación que estaban viviendo “.

“ En una ocasión, estando en Israel - nos dice su madre - tenía un alumno que era de raza negra por cuya causa se encontraba amargado; no por su color sino por la forma de cómo lo trataban sus compañeros de raza blanca. Lo trataban muy mal y no lo respetaban. José Antonio hablando un día con él le dijo: ¿ Te hago yo algún daño ? ”. A lo que el le respondió: “ No, tu eres el único que me trata como amigo “.

Con relación a este episodio, José Antonio le dijo a su madre: que le propuso al hermano de raza negra, (para él todos eran hermanos) que si quería, él también se haría negro, si eso lo complacía. La madre le respondió: “ Pero hijo, tienes unas cosas ”. A lo que replicó José Antonio: “ Madre, hoy se ponen unas inyecciones y se vuelve la piel negra. No lo hice porque él me lo impidió ”.

Su hermana Maribel nos dice, refiriéndose a la estancia de José Antonio en Israel que, se le descubrió un pequeño defecto en la columna vertebral, a la altura del cuello, que le producía grandes dolores de cabeza; estando por ello hospitalizado tres meses en un hospital de Tel Aviv. No podía ni leer, su gran pasión, pero como a su espíritu inquieto no lo podía dominar, una monja le enseñó en ese tiempo a “ Hacer crochet ”, cuyas primeras lecciones las recibió de nuestra abuela. No desaprovechaba ni un segundo para aprender algo nuevo y que posteriormente le ayudaría a hacer los Proyectos de sus Talleres, primero en la Misión de Lomé y posteriormente en la de Kara.

“ ……….Don Bosco aprendió en el taller de un amigo suyo, compañero, a usar el cepillo, el formón y la escofina.Aprendió a cantar en el coro y a tocar la espineta (clavicordio pequeño semejante a un piano). Además de enseñarle música, don Roberto, que además era sastre, le enseñó a pegar botones, coser forros, cortar chalecos. En casa del herrero Evasio aprendió a manejar el martillo y la lima, y a trabajar en la fragua. Todas estas experiencias le servirían más tarde en su vida  para crear sus Talleres………… [26].”

Aceptando por aquellas fechas la Inspectoría de Sevilla la responsabilidad de una nueva misión salesiana en Togo, don Santiago, el Inspector, requirió su vuelta a la Inspectoría para que en vez de prepararse para las misiones en general desde Cremisán, se preparara, para una vez ordenado sacerdote, irse a Togo .    

VUELTA A ESPAÑA A LA COMUNIDAD DE ESTUDIANTES DE TEOLOGÍA DE LA TRINIDAD EN SEVILLA, PARA CONCLUIR SUS ESTUDIOS PRESBITERALES. SE MULTIPLICAN LOS PROYECTOS.
                                                                                                                                                                    

De vuelta de Israel, José Antonio reside en la recién inaugurada Comunidad-Teólogos de Sevilla, durante el bienio 1981 – 1983. Allí completó del II al V curso Institucionales. De este período, don Francisco Vázquez, entonces inspector en funciones, nos recuerda que José Antonio, se entregó de lleno donde estuvo, tanto en Triana como en La Trinidad. “ En su cuarto hacíamos planes y proyectos, pensando en la Inspectoría y en su futuro. No fue fácil su camino en la comunidad de teólogos. No siempre comprendido, ni aceptado en su originalidad y valía. Hubo que dar la cara por él........... para que se cumpliera lo que se le había prometido: ordenarse aquí y luego ir a las misiones... No era la simple simpatía la que me llevó a esas opciones, sino la honradez ante una persona que aparecía íntegra, decidida y entregada. No era un intelectual, aunque sus notas fueron inmejorables, sino pastor inquieto, que siempre quería ir más allá”

“……..Su temperamento volcánico (refiriéndose a Don Bosco) le hará vivir entre sueños, proyectos, apuros, éxitos, desilusiones...[27]

“ Brillaba demasiado José Antonio - continúa diciéndonos - y esto siempre molesta. Era consciente de esa realidad, intentaba superarla y la integraba, pero ciertamente lo pasaba mal “.

“…….. El año 1846, las extrañas voces que corrían sobre Don Bosco, se condensaron en tres peligros: Oposición a la autoridad civil, convicción de que Don Bosco estaba loco (con el consiguiente abandono de sus principales colaboradores) y perspectiva de cerrarlo todo, tras el último deshaucio.[28](…..) Unos calificaban a Don Bosco de revolucionario, otros por loco o hereje (pag. 133)”

  En la comunidad de Teólogos de Sevilla, coincidí, - nos cuenta don Manuel Jiménez Castro - con José Antonio en el curso 1982-1983, cuando yo hacía mi primer año de teología y él, el cuarto curso. Tuve la dicha de trabajar con José Antonio en la animación del Grupo Scout  de la Trinidad. Colaboramos en la puesta en escena de una obra musical sobre san Francisco de Asís  (se celebraba el séptimo centenario de su muerte). José Antonio se ocupaba de los ensayos de teatro y yo de los ensayos musicales. Así, el 19 de junio la obra se estrenó en el teatro del colegio salesiano de Triana, con gran éxito. Toda la obra fue cantada y orquestada en directo, sin play-back ni ninguna música grabada de antemano.”

José Antonio recibió el Sagrado Orden del Diaconado (Partida de Bautismo) en Sevilla en la iglesia de la Trinidad, el día 13 de noviembre de 1982, y la Ordenación Sacerdotal el 21 de mayo de 1983 en la misma iglesia de la Trinidad de Sevilla, por la imposición de manos del Arzobispo de la Diócesis Hispalense, Don Carlos Amigo Vallejo (hoy cardenal de Sevilla), con dimisoria del Superior Mayor de la Comunidad de San Francisco de Sales, ( Roma ) don Edigio Viganó.

Foto nº. 7- Ordenación Sacerdotal de José Antonio.

Cuando José Antonio fue ordenado sacerdote, lo hizo al mismo tiempo su compañero de teología,  don Manuel Martínez Morilla. (en la foto con José Antonio).

“ Nos conocimos en el Noviciado, en Sanlúcar la Mayor, donde junto a otros compañeros, estudiábamos filosofía en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla. Se daba la circunstancia de que él era el único novicio ese año, lo que era causa de bromas continuas (es como si fuese una clase de un solo alumno). La verdad  es que ese primer año el contacto fue menor que el segundo, ya que estábamos en la misma Casa, pero con ritmos y estudios diversos.”

“ Me llamaba la atención por algunas cosas que compartíamos en nuestro itinerario, sobre todo que los dos proveníamos de una Universidad Laboral; y todavía más, que él hubiera hecho la Iniciación Profesional como electricista. ¡Jamás se le notó que lo fuera!  Después de esa iniciación en la Electricidad, se orientó hacia el Bachillerato y COU, que entonces comenzaba “.

“ La segunda etapa en la que estuvimos juntos duró dos años, mientras concluíamos los estudios de Teología. Fueron los cursos 1.981-82 y 1982-83, en los que compartíamos cursos entre otros con don Ángel Pérez Curiel y don Manuel Jiménez Castro. El director del Centro de Estudios Teológicos era por aquellas fechas, el padre don Antonio Mª Calero de los Ríos “.

“ José Antonio venía de iniciar los estudios de Teología en Cremisán, una obra salesiana cercana a Belén (Israel), donde estudiaban algunos salesianos que tenían como horizonte las misiones. Fueron años interesantes, hermosos, en los que la mayor parte de la comunidad teníamos entre 25 y 30 años “.

“ En esos años tuvo lugar una cosa importante a nivel de la Congregación Salesiana, y que afectó muy directamente a José Antonio. Me refiero a la asunción del reto de la evangelización y la presencia salesiana en el continente africano. Justamente en esos últimos años de teología de José Antonio, habían salido los primeros salesianos de las inspectorías de Sevilla con destino a Togo. Todo aquello removió el espíritu misionero de José Antonio, ya expresado y sentido en sus años de estudios en Cremisan, y sintió que era aquello lo que había estado esperando y soñando. En esos años, su mirada estaba ya puesta en África, y aguardaba impaciente la ordenación presbiteral para partir en cuanto pudiera.”

“ Y efectivamente, nos ordenamos el 21 de mayo de 1.983 como presbíteros, y a los pocos meses partía para Togo, como pionero, sin saber exactamente qué iba a hacer, ni dónde, ni cómo. Pero siempre movido por una gran pasión por los jóvenes, especialmente por los desheredados de la vida, los excluidos del futuro.”

“ Con posterioridad, estando destinado en la Casa Salesiana de Cádiz, tuve ocasión de seguirlo  por las visitas que hacía cuando venía a España; por las informaciones que recogíamos de las personas que iban voluntarias en verano a echar una mano, por las crónicas que a veces llegaban sobre su buen hacer en Kara, por la obra que estaba montando, por el cariño que se le tenía...Cuando pasaba por Cádiz, siempre hablaba a todos: jóvenes y adultos, y lo hacía con el apasionamiento con que siempre vivió. Nunca hizo nada a medias, cuando se entregaba lo hacía por entero y no había obstáculo que no se empeñara en superar “.

“ Cuando José Antonio se ordenó de sacerdote - nos cuenta su padre- el Inspector de los salesianos le dijo que qué quería que le regalase la Congregación.” Y José Antonio le contestó.- “ Que admitáis a un alumno que habéis expulsado del colegio ”. Le respondieron que no podía ser y él contestó.Entonces gracias, pero no quiero nada ”.

La primera misa que celebra en Almonte José Antonio la preside, ante la comunidad parroquial que le vio nacer, el día 18 de junio de 1.983, a las 20´30 h. de la tarde, en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Don Antonio Salas Delgado, párroco entonces de Almonte y actualmente canónico de la S.I. Catedral de Huelva, nos comenta de José Antonio, que era una persona sencilla, humilde, humana y que sabía llegar a todas las personas. Su forma de predicar, continúa diciendo don Antonio Salas, era muy sencilla, al estilo de Don Bosco: contaba anécdotas, ponía ejemplos .... De manera que todo el mundo lo entendiese...

“………..En el año 1838, fue invitado el seminarista Don Bosco a predicar en Alfiano. Al terminar la predicación le preguntó al párroco, don José Pelato, sobre qué le había parecido la predicación. Este le respondió:” Muy bonito, ordenado. Puede ser un buen predicador.
Pero le dio el siguiente consejo, que Don Bosco no olvidaría nunca: “ En vez de hacer doctos razonamientos, aténgase a los ejemplos, a las semejanzas, a los apólogos sencillos y prácticos. Recuerde siempre que el pueblo entiende poco y que las verdades de la fe hay que explicarlas de la forma más fácil posible.
Este mensaje, decía Don Bosco, fue uno de los mejores que recibí en mi vida y me sirvieron para mis sermones, la catequesis y para escribir libros.[29]

Una cosa solía hacer José Antonio durante la celebración de la misa - continúa don Antonio Salas -  era que al llegar a la oración de los fieles, en las peticiones, guardaba un minuto de silencio para que cada uno hiciese sus propias peticiones. Yo lo aprendí de José Antonio y desde entonces lo vengo haciendo cuando celebro la Eucaristía.

Ese mismo año, invitado por la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío, de Almonte, predica durante los días 16, 17 y 18 de agosto, el triduo que anualmente celebra el pueblo almonteño para conmemorar la Fiesta conocida como el “ Rocío  Chico ”. En ella el pueblo renueva el Voto de Gracia que hizo a su Patrona, la Santísima Virgen del Rocío, en el año 1813, por haberle salvado de la destrucción y aniquilamiento de sus habitantes por parte de las tropas napoleónicas, imperantes en España en dicho año.

Foto nº 8.- José Antonio junto a don Antonio Salas, párroco de Almonte y a los otros tres sacerdotes almonteños: don Luis Espina, don José García y don Domingo Martín, ante la Virgen del Rocío - 1983.

Por estas fechas se le propone a José Antonio que se quede en Sevilla dando clases, pero su decisión era muy firme: Ir a misiones a África.

“ ……..Don Bosco es inteligente, quiere trabajar, es pobre: le ofrecen tres buenos cargos: 1º .- Instructor de los hijos de una familia noble.2º.- Los habitantes de su aldea le suplican sea su capellán y le garantizan doblarle el sueldo estipulado.3º.- El párroco de Castelnuevo, don Cinzano, le propone ser su coadjutor, asegurándole una buena entrada económica.
La madre de Don Bosco, Margarita, le dijo un día a su hijo:” Si llegas a ser rico, no pondré los pies en tu casa. Pero Don Bosco ya tenía escogido lo que quería ser: “ Salvador de esa juventud desvalida y pobre [30]”.
              

Capítulo III .- La explosión de la obra imaginativa y fecunda del gran misionero.






LOMÉ EN TOGO. EL SUEÑO QUE SE HACE REALIDAD, EN MEDIO DE UN SIN FIN DE DIFICULTADES. EL NOVICIADO FECUNDO DEL PADRE JOSE ANTONIO EN MISIONES. -
                                                                                                                                                                    

“ Como la intención del padre José Antonio - nos cuenta D. Francisco  Vázquez - para marchar a misiones eran inmensas, cuando surge el “ Proyecto ÁFRICA ” lanzado a la Familia Salesiana por Don Egidio Viganó, el séptimo sucesor de Don Bosco; las inspectorías de Córdoba y Sevilla vieron la oportunidad de participar en la cuota que les correspondía, y para ello decidieron enviar al padre José Antonio, como responsable del proyecto a Togo (África).

Era Togo, un minúsculo pais del centro de Africa, próximo al Golfo de Guinea, que respondía a las siguientes características geográficas, físicas y humanas, antropológicas e históricas. Se trata de una estrecha franja de tierra de casi 880 kilómetros de norte a sur, con una costa atlántica de 52 Km. Está rodeada por Ghana al este, Benín al oeste, y cerrada al norte por Burkina Faso; algunos de los paises más pobres del Africa subsahariana, tan de moda en las últimas fechas, por la inmigración ilegal.

En su pequeñez de 50.000 kilómetros cuadrados y tres millones de habitantes, es un compendio y resumen físico y humano de toda el África Occidental. Acoge a más de 30 pueblos de variada procedencia y cultura, desde las zonas lacustres de la Costa hasta las planicies semidesérticas del norte, pasando por las montañas boscosas del centro, entre las que se alza el majestuoso pico Agá, de 1.020 metros de altura.

Su territorio está dividido en regiones o franjas horizontales: al sur, un litoral bajo con lagunas, característico del Golfo de Guinea; encima una llanura costera densamente poblada, donde se cultivan la mandioca, el maíz, el banano y la palma oleaginosa; más al norte hay una región de cultivos de subsistencia, gradualmente desplazados por importantes plantaciones de cacao y café. Los productos que exportan son: algodón, cacao, café, oleaginosas, fertilizantes[31].

Los tres millones de habitantes estaban distribuidos irregularmente en el país. Hay tres zonas claramente diferenciadas dentro de este pequeño territorio: La zona norte, región de la sabana con capital en Dapaong, está poco poblada; la zona centro, con capital en Sodoké, tiene una población media; la zona marítima, con capital en Lomé, está superpoblada. La tasa de crecimiento poblacional supera el 6%. Con una gran variedad de pueblos y culturas, se dan cita en Togo hasta cuarenta grupos étnicos distintos, y otros tantos dialectos o lenguas. Es un dato importante a la hora de hablar de evangelización e inculturación. Los “ ewe –miña ” son los más numerosos y habitan preferentemente al sur del país; siguen luego los “ kabyé ”,  los “ kotokolis ”, los “ moba ”, etc. Por su parte, los descendientes de los esclavos libertos que han vuelto de Brasil, denominados “ brasileños ”, constituyen una casta con gran influencia política y económica.

El ingente tráfico con seres humanos dio al territorio el tristemente célebre nombre de “ Costa de los esclavos ”, de donde fueron deportados millones de personas entre los siglos XVI y XIX para ser vendidos como mercancía en el continente americano. En el siglo XIX el rey MPLA estableció en julio de 1884 un tratado comercial con los alemanes, que hicieron de Togo una colonia modelo, pero sin llegar a desterrar del todo sus rudas costumbres. Ya n el siglo XX, en En 1914, al empezar la Primera Guerra Mundial, Francia e Inglaterra se repartieron el control de esta colonia alemana. El Togo francés se declaró independiente el 27 de abril de 1960.

Como curiosidad, no hay unanimidad entre los entendidos acerca del origen del nombre de Togo. Unos dicen que proviene de la lengua “ miña ” y significa “ orilla del mar ”. Otros afirman que procede de un pequeño pueblo de la costa, conocido hoy por TOGOVILLE. Y otros hacen derivar este nombre de Togo, de su gran lago principal, situado tan solo a 600 metros del mar.

En Togo predominan las religiones tradicionales; el sur es la patria del Vudú, lo cual no es impedimento para el desarrollo de la religión católica. Había en el año 1995, unos 738.000 católicos que formaban cuatro comunidades diocesanas.

Con una renta per capita de 370 dólares, tiene una deuda externa de 1.220 millones de dólares. Su moneda es el franco C.F.A. La esperanza media de vida alcanzaba los 48 años.

Este es el panorama a groso modo que estudia y se encuentra José Antonio, cuando llega a Lomé; primer destino en Togo, en donde los salesianos tenían establecida ya una Misión. Allí se encuentra con los padres Santos Marcos Martín, Juan  Manuel Melgar González, Antonio César Fernández y Lucas Camino Navarro. A sus veintinueve años, José Antonio manifiesta una enviadiable salud, reflejada en su aspecto exterior, fuerte y saludable. Allí encuentra un país empobrecido, con muchos jóvenes desamparados.

“ Cuando por fin José Antonio marcha a Togo - nos cuenta Inmaculada Gallardo- no podía haber una persona más feliz que él. Se iban a cumplir sus sueños: entregarse en cuerpo y alma a las misiones salesianas. Creo que incluso veía reflejada la vida de don Bosco: entregar la vida a lo más necesitados, a los niños de la calle, a los sin techo.”

“ Cuando nos escribía desde Togo, o cuando nos veíamos al volver a España, muchas veces nos comentaba que allí estaba poniendo en marcha una ciudad para los jóvenes, por el estilo de una experiencia que hicimos aquí un verano en uno de los campamentos, basándose en lo que él llamaba el uso de los verbos encadenados y que hacía poner en marcha la mayor parte de sus proyectos: VER, OBSERVAR, DOCUMENTAR, OPTAR Y ACTUAR. Eso mismo aún hoy lo seguimos poniendo en práctica generalmente, todos los miembros de mi familia, tanto en casa como en nuestros respectivos trabajos, pues te ayuda a actuar con cautela, sin precipitaciones, pero con firmeza y conocimiento de causa, una vez que se toma una decisión. “

En verdad, llegó a África y se enamoró de los jóvenes africanos. Este amor le conduciría a emprender mil y una iniciativas del más variado género, pero todas ellas encaminadas a “ salvar a estos chavales nuestros ”, como él solía decir. Dotado de la creatividad y del carisma que da el amor y las necesidades de tantos jóvenes, entró rápidamente en el mundo de los chavales del mercado: los que cargan pesados sacos de maíz o de arroz para ganarse unas perras; los que están a la búsqueda de los recados de “ los grandes ” de la ciudad; los que de vez en cuando duermen en la cárcel porque se les fue la mano; los que casi siempre duermen en el mercado, en cualquier rincón, porque sus pueblos están lejos y sus familias no existen... Son los chicos mal llamados  “de la calle”, porque en el corazón de Don Bosco son chicos de la casa que acoge, de los talleres que enseñan para la vida, del patrón en el que encontrar afecto, amistad, un padre, y de la parroquia que comunica la fuerza liberadora del Evangelio.”

El 26 de agosto de 1983, apenas unos días después de culminar su participación en los cultos del Rocío Chico de este año, se hacía realidad su sueño misionero con el que siempre había vivido: ser misionero de los jóvenes más pobres de África. Apenas llegado a Togo le comunica a su amigo íntimo, don Manuel Jiménez, al que durante su estancia togolesa se abre de par en par:” Quizás lo que más nos cansa es el no haber comprendido todavía, que aquí no podemos llevar el ritmo de España, el clima pesa mucho y “chupa” más que una esponja”. Esto mismo le notificaba al inspector de Córdoba:” Llegué a África, recién ordenado y lleno de ilusiones. Traía en el corazón el firme propósito de dar lo mejor de mi mismo consciente de que estaba respondiendo a una llamada del Señor... La acogida fue calurosa y las primeras semanas formidables. Los ojos se me salían de lar órbitas a cada paso, pues la lengua la tenía bien atada al no conocer el francés”.
        
Se le ofrece hacer -nos dice su compañero salesiano don Juan Manuel Melgar González - unos cursos de lengua nativa y de francés, lo cual es primordial para empezar a relacionarse. El de lengua nativa lo empezó pero le parecía que perdía el tiempo y lo dejó, ya que tenía que desplazarse a una misión de Combonianos.

La lengua se convierte en un primer obstáculo para el. Contaba que llegó a llorar de rabia viendo como avanzaban las semanas, y su francés no avanzaba. En estas circunstancias, se decide a asistir a un colegio, cercano a la parroquia. Ni corto ni perezoso, un día se mandó hacer un “ kaki ”, el uniforme obligatorio en Togo y se incorpora al colegio. Es un gesto simpático, pero sobre todo clarificador de su personalidad y de sus propósitos misioneros. A el le escribe manifestándole : “ como el que no sabe y quisiera saber. Hago lo que equivaldría a 8º de EGB y al 1º de BUP Una experiencia realmente interesante. Tú tan grande, sentado en una banca con tu compañero, sacando más faltas de ortografía que él... Todos me miran de “ reojo” y sonríen ... A las pocas semanas, algunos de los compañeros de la clase de francés fueron a jugar al Oratorio de la parroquia y, al asomarse a la iglesia... manifestaron, ¿ pero el padre que celebra la misa no es el blanco  grandullón?”. Su compañero don Juan Manuel Melgar, continúa explicándonos por qué tuvo que marcharse de las clases de francés. Simplemente porque veía que maltrataban con castigos físicos a los alumnos y alumnas, que no sabían bien la lección.

De este gesto deducimos una característica en la que siempre destacó el Padre José Antonio. Su gran sensibilidad hacia la juventud que sufre injustamente.

“……….Para educar a sus chavales, Don Bosco se apoyó sobre todo en la Razón, la Religión y la Amabilidad. Excluye todo castigo violento y trata de eludir hasta los castigos suaves.. La práctica de este sistema educativo está basado en las palabras de San Pablo: “ La caridad es benigna y paciente; todo lo sufre, todo lo espera, aguanta cualquier molestia [32]”.

Al dejar estos cursos, José Antonio siguió estudiando con un profesor privado que venía a casa, hasta que pensó que ya podía desenvolverse con una cierta soltura en la lengua francesa. Como dato simpático, los pequeños que venían a la misión preguntando por él, le llamaban al principio: “ Fada holaquetal “, porque al no saber otra lengua José Antonio, les saludaba siempre en español diciéndoles; “Hola, ¿qué tal?”

Y así, su francés de acento togolés fue el cauce para que, José Antonio, con gran olfato salesiano, hiciera amistad con muchos de éstos, “ sus compañeros de clase de francés ”, convirtiéndose muy pronto en su maestro de vida cristina.

Continúa diciéndonos el Padre Melgar, que el tiempo que estuvo en la parroquia se encargó especialmente del Oratorio, que era propiamente la labor más juvenil que había y que consistía básicamente en organizar actividades lúdicas para los niños y los jóvenes, en especial los sábados y domingos. Así mismo, se preocupa de lo que necesitaban algo más durante la semana: alimentación, ropa, alojamiento, “ para lo cual se adecentó un sótano que había debajo de un escenario al aire libre que teníamos, pues por aquel entonces, nuestra casa sólo tenía cinco habitaciones: cuatro para nosotros y una para huéspedes. Allí estábamos: José Antonio, Lucas Camino (el administrador), Antonio Cesar Fernández, que se ocupaba de las catequesis y yo, que era el párroco y tenía a cargo en especial los grupos y movimientos apostólicos de adultos, que allí llaman “ congregaciones ”.”

“ Lomé fue su noviciado de dos años para la misión definitiva. Se le presenta como la ciudad de un millón y medio de habitantes con dos o tres calles asfaltadas y el resto de tierra y arena... Y calor, mucho calor...Infinidad de jóvenes y niños. Todos muy atentos y sonrientes... Las escuelas son muy pobres... Las perspectivas de trabajo inmensas...” . En sus oídos resuenan las palabras del Arzobispo de Lomé : ” La vocación salesiana está hecha para África, el carisma salesiano encaja perfectamente en la idiosincracia togolesa ”.

“ Vivió ilusionado su tarea en la parroquia de Ntra. Sra. Reina, en el barrio de Be, inserto plenamente en el plan pastoral comunitario. Encargado del Oratorio Centro Juvenil, plataforma de todas las actividades juveniles en la parroquia... La experiencia con el Junior y el Grupo Scout ha sido muy rica, por eso hemos comenzado formando un grupo de animadores (casi todos trabajadores)... Don Bosco no nos fallará”.

Podríamos decir con el profeta Ezequiel de su hermoso testimonio, que: ” hay que tener un corazón capaz de amar, capaz de entregarse”.

En abril de 1984 participa al amigo: ” El mes de mayo pasará a la historia como el mes de los nacimientos: nacieron los JOC, los Scout. Poco después nacían las ALAVI (Amigas de Laura Vicuñas)... Nuestra escuela de catequistas... nos han pedido poderla hacer en varios lugares, y se perfila el plan catecumenal de cuatro años, teniendo presente que solo este año (1985) en nuestra parroquia hay 1100 catecúmenos.”

“ Pero lo que desde el primer momento  le preocupa  de verdad  son los muchos jóvenes que están sin hacer nada todo el día, deseosos de que se les dé la oportunidad de hacer algo... Situaciones muy parecidas a las que movieron a Don Bosco a crear la congregación salesiana “[33]. De este modo manifestará, “ sueño con un Centro Juvenil que ponga algunas bases y esperanzas reales a estos jóvenes... “. En respuesta a estos deseos de José Antonio, “ El Proyecto estará aprobado comunitariamente, en septiembre de 1984... un terreno de 50 x 50 metros, donde se construirán unos diez talleres. Encima, una pequeña residencia para jóvenes aprendices... Un Proyecto “ precioso ”, “ realista ”, “ oportuno”. No sabes lo que sueño con ello ” .[34] Este sueño, que hará realidad en Kara, alivió su despedida de Lomé, donde dejó algo más que sueños.

Don Lucas Camino, otro de los cuatro hermanos salesianos que se encuentra en la Misión de Lomé cuando llega José Antonio a África, nos da su testimonio personal sobre José Antonio, diciéndonos que fue co-fundador de la Obra Salesiana en Kara, sembrador de ilusiones y gran genio realista al estilo de Don Bosco.“ Conocí a José Antonio - continúa Lucas Camino - en el año 1.983 en Lomé (Togo). Yo había llegado un año antes en un equipo de salesianos enviado por las Inspectorías de Sevilla y Córdoba, para fundar la misión salesiana en ese simpático país del África occidental francófona. El padre Juan Manuel Melgar, de Sevilla, y el padre Antonio César Fernández y yo de Córdoba... José Antonio estuvo con nosotros hasta el año 1.985 en que fue enviado a Kara, para ser parte del equipo capitaneado por el P. Santos Marcos que debía implantar en la capital del norte, el carisma de Don Bosco “.

“ Su estancia en Lomé fue extraordinariamente fructífera para la misión... Si el equipo fundador ya había puesto en marcha bastantes iniciativas (comienzo de la parroquia, del Oratorio, sobre todo con el cine para los niños y otras actividades oratorianas...), la llegada de José Antonio supuso un relanzamiento y un impulso formidables... Con su genio característico y su dinamismo juvenil bien fundados en una excelente formación teológica y pastoral, relanzó el oratorio iniciado haciendo de él al mismo tiempo, la confirmación  de toda la pastoral juvenil parroquial que por ello fue también “salesiana” desde el principio. En esta actividad juvenil cabe destacar la fundación, conjuntamente con Sor Salou? del movimiento de los amigos de Domingo Savio (ADS) y amigos de Laura Vicuña (ALAVI), sin duda el primer grupo de la África occidental de este movimiento presente hoy en varios países.”

“ En comunidad lanzamos la Escuela de Catequistas en la que él fue genio y coordinador. Esta escuela ha sido, sin lugar a dudas, pieza fundamental de la evolución maravillosa de la Parroquia “María Auxiliadora de Lomé” y de formación de la mayoría de los laicos comprometidos en la misión... Aún me parece ver algún viejo catequista (sobretodo nuestro santo catequista Papa AMENDAH, anciano que se unió a nosotros, no sé por qué, que Dios tiene sin duda, cerquita de José Antonio, en el Cielo...) boquiabierto delante de las “novedades” que estos curillas españoles enseñaban, y sobretodo de las de José Antonio a quien él adoraba... sintiendo y aceptando que esas novedades, no solo les venían de la Iglesia de Jesús, sino del mismo Jesús en persona... El Concilio estaba llegando a estos lugares evangelizados desde un siglo antes y anclados aún en el catecismo y el libro de cantos traducido por los alemanes al comienzo del siglo XX... cuando nos acercábamos a su final.”

“ Puedo decir que José Antonio fue siempre en equipo y comunidad, la cabeza pensante de la misión... Sin disminuir la importancia que la presencia de los otros hermanos tuvieran... Así yo lo creo. Fue el protagonista también de la organización parroquial muy original que logramos poner en marcha, con la colaboración de una gran cantidad de laicos. Cuando él se marchó ya estaba en ruta una parroquia muy original que contaba SEIS comunidades de barrio, cada uno con su lugar de culto y misa dominical, perfectamente organizadas como pequeñas sub-parroquias, y al mismo tiempo con una conciencia clara de permanecer a la sola Parroquia de María Auxiliadora. Dekadjevi como Kanykope, Ablogame como Anfame se reclamaron, con el mismo orgullo que Gbenyedz de ser la Parroquia de María Auxiliadora. En cada sector las subcomisiones de Catequistas, Liturgia, Cáritas, Vida Familiar, Escuela Católica, Mass Médica, Vocaciones... trabajaban por la comunidad y se reunían juntas para formar las respectivas comisiones parroquiales... La Fiesta Parroquial turnante (rotatoria) y tantas otras iniciativas en las que podemos encontrar a José Antonio en el origen y  concepción... “

“ El ritmo era fuerte y la comunión en el equipo fundador, grande... a pesar de (o quizás gracias ...al) juego de caracteres tan variado en las cuatro personas que componían la comunidad... Tres años de vida y misión salesiana que ya no podré jamás olvidar, como tampoco lo podrán los otros hermanos, supongo... Ni José Antonio, aunque se fue “ demasiado pronto ” al cielo “.

“ ¡Que de sacrificios, cuantos paseos nocturnos para encontrarlos en sus cubiles-dormitorios o sobre el puente del mercado ... a altas horas de la noche... En esos momentos yo descubrí un José Antonio que no dudo en calificar de “ Don Bosco vivo, hoy y aquí, para los jóvenes más pobres ”. El me hizo descubrir ciertas genialidades del Don Bosco nuestro, que yo ignoraba... Genialidades que sin duda le inspiraban a él a buscar la novedad en la forma de presentar el mensaje a los chicos de África... Y su corazón, sobretodo, como el de Don Bosco ERA DE LOS JÓVENES...

“ Luego vino la crisis... Un momento de duda que le causó mucho sufrimiento: El ritmo de la comunidad no le convenía... Tenía mucha prisa por lanzar mil iniciativas para los jóvenes... Como si presintiera que no le quedaba mucho tiempo... Y ya empezaba, en mi opinión, a quemarse en ese fuego de pasión que lo abrazaba, mordiendo los frenos que sus propios límites o los de la comunidad le imponían como ritmo errado?... purificador?... No lo sé.”

“ Sobre la fundación de la misión en KARA, otros salesianos podrán dar un testimonio más completo que el mío, pero si quiero señalar algunas cosas: La Providencia por sus caminos misteriosos dispone las cosas como quiere. En principio, no era José Antonio el que parecía destinado para ir a Kara.......pero lo aceptó de buen corazón cuando la obediencia se lo pidió. Probablemente su genialidad y su particular manera de encarnar el carisma salesiano en la realidad concreta, eran cualidades necesarias para que se fundara una obra genuinamente salesiana en la provincia del Norte. Sin duda la primera casa de los niños de la calle (del mercado, decíamos en aquellos días) en nuestros países del África del Oeste, “ ocupada salesianamente ” por los hermanos de las diferentes inspectorías de España y Centroamérica... “

“ Con una personalidad marcadamente optimista y emprendedora, - nos dice don Francisco Vázquez -, siempre  animando y ayudando a los jóvenes a organizarse, a vivir su juventud y su fe, vemos al padre José Antonio, durante los dos años que permaneció en Lomé. Fue este dinamismo juvenil el que lo llevó a fundar “ los Amigos de Domingo Savio”, (ADS) un movimiento para dar cauce a todos esos jóvenes africanos deseosos de comprometerse a fondo en sus vidas cristianas. Aún hoy, este movimiento juvenil es plataforma importante en la Parroquia de “María Auxiliadora”, de formación y compromiso de muchos jóvenes.”

Su amigo salesiano don Manuel Jiménez Castro compartió tres meses (julio a septiembre de 1985), en la Misión de Lomé, junto a José Antonio, para tomar un primer contacto con la misma. Durante esos tres meses: ” pudimos trabajar juntos, sobre todo en los campamentos de jóvenes de la parroquia, y en el programa de formación de los movimientos de jóvenes ”. Precisamente, en septiembre, cuando yo me venía para España, él marchaba para Kara (norte de Togo), donde el 30 de ese mismo mes, comienza la presencia salesiana en dicha ciudad, en la que estará 10 años. Hasta su marcha al Padre”.

En el Centro Juan XXIII abrimos unos cursos de alfabetización, de dibujo lineal para introducir a la carpintería y a la forja, y de matemáticas. Por su parte, las Hijas de María Auxiliadora que llegaron por esa época, establecieron cursos de costura y de hilatura de tapices y telas.

José Antonio tuvo mucho interés en poner en aquel local, medios audiovisuales de calidad para catequesis y actos culturales. También compró cinco guitarras. Siempre tuvo en mente José Antonio el sistema preventivo de Don Bosco: ir por los talleres del pueblo viendo las necesidades de los jóvenes.

“ Aunque todas las decisiones, - continúa el padre Martínez Morilla - las tomábamos comunitariamente, hay que decir que todas las iniciativas partían de José Antonio.” Por ello probablemente fue nombrado en el verano del 87 superior de la comunidad, a la que se había añadido un hermano coadjutor, don Juan Ruíz Cayola.

“ Otra labor destacable de José Antonio fueron sus constantes visitas a la policía para conseguir sacar de los calabozos a muchos jóvenes que habían cometido pequeños hurtos o simplemente vagabundeaban. El estado de José Antonio era lamentable cuando venía de ver el hacinamiento y la suciedad de un montón de chicos en un par de metros cuadrados. Logró sacar a muchos antes de que fuesen juzgados, porque en realidad no habían hecho nada y prometía al jefe de la policía hacerse cargo de su educación, lo cual lograba con la ayuda de dos centros educativos que había en Kara: La ciudad de los muchachos y un hogar que tenía una pareja de africanos muy comprometidos y muy amigos de José Antonio.”

En este tiempo tuvo también la idea de los “ microcréditos ”, de los cuales llevaba él prácticamente la contabilidad y el seguimiento. Consistían los susodichos microcréditos, en que cuando un chico o una chica deseaban abrir un taller e independizarse, o para alquilar un local, se le concedía un dinero para comprar los materiales necesarios para empezar. Luego se lo iban devolviendo (sin intereses) poco a poco, a medida que sus posibilidades económicas se lo permitiesen.

Su hermana Maribel nos dice: “  su verdadera enfermedad comienza a poco de llegar a África. Llevaría un año aproximado de estancia allí, cuando comenzó a notar los primeros síntomas del paludismo. “Hay que coger un fuerte “ palu ”  (se refería al paludismo) para considerarte africano”, me decía. “ Notaba los síntomas de una gripe: fiebre alta, vómitos, molestias en general, pero no quería venirse a España para recibir un tratamiento médico correcto, porque no quería dejar abandonados a sus chavales africanos. En Togo, los medicamentos son escasos y muy caros y como pudo “ aguantó ” este primer aviso “.

Haciendo un brevísimo inciso, cierto día, de los muchos que hemos charlado sobre su hermano José Antonio, le vi a Maribel un escapulario en las manos. Me preguntó  si sabía lo que era y le respondí que me parecía un escapulario. “ Contiene en su interior una pequeña cruz hecha en la corteza de un coco, - me comentó - que me regaló mi hermano y que tiene su historia que paso a relatarte: Un día se la vi puesta colgada al cuello y le dije: “ Tete, que cruz más chuli”. Ni corto ni perezoso se la descolgó y me la puso sobre mis hombros al tiempo que me decía:” Perteneció a un compañero salesiano amigo mío, que me la entregó antes de morir”.

- Continuó Maribel, al mismo tiempo que afloraban a sus ojos unas lágrimas, diciéndome -: “ Poco tiempo después  se la entregué a mi marido, al que llamo cariñosamente “papa” y se la puso. Mi marido, como es sabido, tiene una empresa de construcción y se encontraba realizando unas obras en la aldea de El Rocío, (No hacía más de veinte días que mi hermano José Antonio había fallecido), y como  cada día, al terminar su tarea se presentó en  casa para comer. Yo le noté algo raro en la cara y vi un pequeño  roto en su camisa a la altura de la cintura por lo que le pregunté: papá a ti te ocurre algo”.

Comenzó entonces a contarme que estaba subido a una de las viviendas que estaban construyendo y que en el patio de las mismas habían ya colocado los zunchos, pero sin recubrir aún de hormigón, por lo que sobresalían los hierros al aire libre. Miré hacia abajo, tropecé y caí sobre ellos. Solo recuerdo que una voz me decía ¡agárrate ahí!. Después, continua, oía unas voces que me llamaban. (Eran las voces que le daba su cuñado diciéndole, levántate Fernando, contesta y otro respondía:déjalo, no lo llamas más, ¿no ves como está?, porque lo creía muerto, atravesado por los zunchos.

Transcurridos unos segundo, comencé a recobrar el conocimiento, me ayudaron a levantarme y me vine para casa. Solo tenía unos rasguños que le hicieron los zunchos al caer.

No pudiendo contener por más tiempo la emoción, nos dice Maribel, me abrazó llorando y me repetía y juraba que a él lo había salvado alguien. El abrazo fue mutuo y así permanecimos un buen rato.Mi marido llevaba puesta la cruz de mi hermano. ¿ Coincidencias... ?

En este sentido he podido comprobar a lo largo de los dos años largos que llevo investigando y entrevistando a personas a las que le pregunto que me cuenten algo de José Antonio, que hay en Almonte muchas familias que tienen en su mesilla de noche, la recordatorio de José Antonio, (la que se hizo recordando su muerte) a la  que le tienen especial afecto y  devoción, y que incluso achacan a su intervención ciertas cosas incomprensibles que les han ocurrido.

También desde Lomé mantuvo un extenso epistolario con su amigo don Manuel Jiménez, al que le da cuenta detallada del trabajo que venía desarrollando en la misión. De las alegrías, y también de los sufrimientos que pasaba, al no poder hacer cuanto quería por los chavales.

El día 25 de octubre de 1983 le decía .- ... La comunidad es formidable, un poco “ mosaico... Realmente esta es una aventura extraordinaria...Pero el testigo transmite más por lo que es, que por lo que dice...Hemos comenzado a construir un pequeño aspirantado “ sui géneris ”, delante de nuestra casa: dos salas para todo, y quisiéramos comenzar, en serio, para enero el postulantado... “

Meses más tarde, el día 8 de diciembre de 1983 le manifestaba.- “ ... Efectivamente el Obispo de Atakpamé  es un tío entusiasta, que se crece con las dificultades y en su diócesis tiene para dar y vender. Pero claro que con un total ( nativos + misioneros) no llegan a 20, todos muy repartidos. El nos ha ofrecido varias posibilidades en su diócesis... Una de ellas es que quiere transformar un colegio de Primaria, BUP y COU en un colegio Técnico, y quiere que seamos nosotros los artífices...Parece que lo más viable sería algo de agricultura y ganadería, y luego todas las ramas de arte y oficio al estilo de Don Bosco: carpintería, zapatería, sastrería, fabricante de pequeñas herramientas... “

“……..En el año 1853 abre Don Bosco los Talleres de zapatería y sastrería, siendo él mismo el primer Maestro de la sastrería junto a su madre Margarita.. En los primeros meses de 1854 abre el Taller de encuadernación de libros.A finales de 1856 se inició el cuarto Taller: Carpintería, siendo su primer maestro el Sr, Corio. El 1 de diciembre de 1861 abre el Taller de la imprenta. En 1862 abre el sexto y último Taller: el de cerrajería.[35]

Continuando con la anterior carta, y refiriéndose a los Cooperadores salesianos manifiesta: “ ….Realmente es difícil para unos cooperadores plantearse lo de su posible presencia aquí, pero no estaremos completos, sin ellos. Un testimonio de familia, de hogar cristiano abierto y comprometido, que resuelven sus problemas familiares a la luz del Evangelio y eso se note como solución para ellos... “

En la de 26 de enero de 1984 le traslada una fuerte experiencia vivida :  “ Comenzamos a esperarte... Aquí hay que estrujarse el cerebro con frecuencia: inventar e inventar para poder transmitir... Para primeros de febrero queremos comenzar con los ADS, siguiendo el plan catecumenal ” ...Tuve la oportunidad de celebrar la Eucaristía en la cárcel y no puedes imaginar qué experiencia, una comunidad que ha conocido a Jesús en la cárcel y que está siendo verdadero libertador  para ellos. Aún se me pone la carne de gallina escribiendo esto”.

El 10 de marzo de 1984, en una extensa carta, escrita en su máquina de escribir, que ocupa cuatro folios a un solo espacio, le dice: ...Ahora a dedicarle tiempo al francés y a proponerle al Inspector que te mande en verano a Francia, o mejor aquí, que es más barato y al mismo tiempo que estudias puedes ir conociendo el terreno, cogiendo algún paludismo que vaya curtiendo tus carnes y conociendo un poco la mentalidad tan especial de estas gentes... Entre tus muchas aficiones ¿tienes algún hueco para la agricultura, carpintería, apicultura, cría de ganado etc.? Pues por ahí van a ir los tiros...También estamos metidos en dar mejor respuesta a los jóvenes de nuestra parroquia y te ves a César organizando un concurso catequético... a Juan con una escuela de música... a Lucas montando como una hormiguita unos talleres que va a solucionar un buen problema de aprendizaje y el chache con la buena voluntad de aprender el Ewé y en sacar adelante un pequeño centro artesanal... Todos estamos metidos en crear una biblioteca... Otra cosa que nos preocupa es la misión: se nos está quedando chica. ¡Buen síntoma!...Para mayo queremos tener organizados Los Amigos de Domingo Savio... Pero no creas que todo está sobre nuestras espaldas, una parte si, pero los laicos comprometidos se mueven con mucho coraje y aquí la postura más inteligente es dejar hacer y reservarte el papel de cura en todas estas actividades... Una gran alegría  para nosotros son los postulantes... La verdad  es que son muchos los que vienen queriendo ser salesianos, pero la prueba del Oratorio es muy buena ...”

El día 9 de octubre de 1984 remite otra extensa carta de cuatro folios, manuscrita, a su amigo salesiano don Manuel Jiménez Castro, narrándole lo que se ha hecho durante los meses de verano :“...La cosas tienen siempre sus dos “ caras ” y cada día me voy convenciendo que van unidas irremisiblemente... El verano ha sido movidito, pero entusiasmante. Comenzó en mayo, aunque a decir verdad, aquí el verano comenzó siempre. Un mayo como en las mejores épocas salesianas. Te puedo decir que lo viví con carne de “gallina” todo el mes. Fiesta de Domingo Savio, Madre Mazzarello, concursos , juegos, olimpiadas... Y María Auxiliadora, con todo lo que eso trae consigo. Una procesión, al estilo de Triana, mucho más “movida” y popular...En fin, formidable. Yo que no soy muy amigo de procesiones, me emocioné y en algunos momentos me sorprendí con lágrimas.”

Y más adelante añade : “... Que junio fue un mes de aupa y de locura: Lucas en el Zaire, Juan en España y César un poco pachucho... Y todo marchó divinamente. !Descentralizar!. ¡Corresponsabilidad!, ¡Trabajo!. Fueron las consignas y dio su resultado. No puedo aún explicarme cómo pudimos llevar todo esto adelante y toda la gente contenta... Allí me lancé a confesar en su lengua y mira por donde lo primero que aprendí  de su lengua fueron “los pecados”... En julio, César se fue a descansar y vino Lucas, y el ritmo siguió el mismo... En agosto partieron nuestros postulantes al Zaire. Lo sentimos mucho, en medio de nuestra alegría, pues eran parte nuestra. El Señor nos bendice y eso nos reconforta... Septiembre, el día 7 me fui al norte a sustituir un párroco. Fue un mes de maravilla. Si supieras la  cantidad de gente que hay allí para poder hacer un “Hogar Infantil”. Gente, pequeños abandonados. Y tu impotencia y con el corazón que se te sale.... Chavales que te acosan y ya no caben en el horario... Actividades que esperan nacer pero que no tienes tiempo ni posibilidades materiales...Grupos de catequesis que no puedes atender, ni siquiera con una legión de catequistas.... Y una cabeza que no te deja tranquilo... Realmente esto te hace sufrir mucho... Comenzamos a las cinco de la mañana y te paras a las 9 de la noche solo deseando coger la estera... Es cierto que los chavales son gratificantes, pero son tantas las cosas que nos separan , que a veces llego a dudar si algún día llegarás al corazón de algunos...”

Más tarde, el 24 de febrero de 1985 le confiesa: “...Muchas veces no encuentro ni el momento de leer un poco, aunque es una preocupación constante. O lees o te mueres... Hemos comenzado a meternos en el mundo del trabajo, en el mundo de los aprendices, pero te voy a hacer una introducción. Cuando un chaval deja la escuela o viene de su aldea, le quedan dos soluciones: vagabundear y robar para comer, o bien hacer un aprendizaje de un oficio. Lo segundo va bien. Se busca un patrón de un taller, se acuerda con él el período de prueba, generalmente tres meses, al final del cual, si el patrón está contento, se hace un contrato. El aprendiz se compromete a obedecer todo lo que el patrón le diga, a respetar las herramientas, etc. y para ello el patrón se compromete a enseñarle el oficio. El aprendiz tiene que pagar una cantidad de dinero al patrón (cantidad muy elevada) al firma el contrato y otra cantidad, más una serie de botellas alcohólicas al final del aprendizaje. Fuera de esto, el patrón no tiene ninguna obligación con él: no le paga nada, le puede pegar o incluso puede mandarlo durante un cierto  tiempo a hacer otros trabajos diferentes del oficio, como por ejemplo: lavar la ropa a su mujer, limpiar la casa o desgranar el maíz... o hacerlo trabajar 14 horas diarias incluso los domingos. ….
Nosotros queremos meternos en este campo, poder hablar con el patrón, hacer un contrato un poco más justo, darles cursos complementarios a los aprendices, etc. E incluso quisiéramos hacer una asociación de patrones, a los que invitaríamos a comer de vez en cuando o a hacer alguna excursión... para tratar de ganarnoslos a favor de los aprendices.  Ya hemos comenzado. El trabajo es muy duro pues el patrón tiene todas las de ganar, pero parece que hay perspectivas de futuro. Haciendo esto nos sentimos en línea con Don Bosco y nos sentimos orgullosos, aunque los frutos, hoy por hoy son muy pobres. ¿Qué te parece? “.

“……. Precisamente porque les quería (se refiere a sus muchachos del Oratorio) Don Bosco charlaba también un poco con el amo. Le gustaba saber cuanto les pagaba, que tiempo de descanso les daba, si  les dejaba santificar las fiestas. Será él (Don Bosco), uno de los primeros en exigir el contrato de trabajo para los jóvenes aprendices y en vigilar para que los patronos lo cumplan”[36].

El 20 de mayo de 1985 le envía esta última carta desde Lomé a su amigo don Manuel Jiménez, quien pasaría con él en este lugar los meses de julio, agosto y septiembre de ese mismo año, precisamente cuando José Antonio tiene que marchar a la nueva misión de Kara. De ella entresacamos algunos párrafos.-“ Con gran alegría he recibido tus noticias y realmente se me llena el corazón de gozo de poder pensar que pasaremos este  verano juntos. Trabajo no te faltará...Estoy  muy de acuerdo contigo con lo que dices respecto a los estudios. Cada día remarco más que hay asignaturas que merecieron la pena: Biblia, Cristología, Moral Personal... y no mucho más...Es poco lo que pretendemos hacer aquí: plantearnos un proyecto comunitario  amplio y completo, para poder llevarlo sistemáticamente adelante...El pasado 5 de mayo hicimos la presentación oficial de ADS.(Amigos de Domingo Savio). 57 en total , después de haber dicho  “no”  a más de 40...Esto nos servirá de modelo de nuestra labor juvenil en grupos. Trataremos de trazarnos un plan pastoral en línea catecumenal africano... Ahora tenemos el verdadero problema africano, el más grande problema pastoral del momento, según muchos autores: El matrimonio y la preparación al matrimonio. Realmente lo que verdaderamente necesitamos son unos buenos cooperadores que presenten el modelo de pareja a esta gente... A primeros de agosto, la visita del Papa, que llega el 8 y marcha el 10...Hemos comenzado la construcción del segundo piso. Así que si por casualidad no pudieras entenderte con esta gente, te colocamos de albañil y asunto arreglado.”

La cita que hace José Antonio sobre la venida del Papa a Togo, se refiere a la que hacía el número 27 de los viajes pastorales realizados por el Papa Juan Pablo II “ El Grande ”[37] fuera de Italia, hasta completar los 104 que ha realizado hasta el final de su largo y fecundo pontificado. Comprendía la misma los países de: Togo, Costa de Marfil, Camerún, República Centroafricana, Zaire, Kenia y Marruecos, en los que estuvo once días (Togo del 8 al 10), y pronunció en total 44 discurso, recorriendo 25.431 Km.[38]

En la Audiencia General celebrada el miércoles 21 de agosto del mismo año, Juan Pablo II, refiriéndose a su reciente peregrinación por tierras africanas, comienza diciendo: “ Quiero dar hoy gracias a Dios y a Nuestro Señor Jesucristo, que es Pastor de los pueblos y de los hombres, por la reciente peregrinación a tierra africana. El motivo inmediato de esta tercera visita mía al “Continente Negro” ha sido el Congreso Eucarístico Internacional.”

Haciendo mención a su estancia en Togo, dice Juan Pablo ll: “ Ha supuesto una gran alegría para mi el haber podido ordenar un grupo de sacerdotes en Kara, al norte de Togo... He tenido también la alegría de varios encuentros con los hermanos pertenecientes a las Iglesias no Cristianas, y también con los musulmanes y los seguidores de las religiones tradicionales. Así sucedió en Lomé, capital de Togo... Durante la estancia en Togo, ante el santuario mariano de Togoville, he confiado a la Madre de Cristo...”.
        
En Togo, Juan Pablo II fue al “ bosque sagrado ”, en donde asistió a los ritos animistas.

Su amigo don Antonio César Fernández, nos dice: ” Estuvimos dos años juntos en la misión de Lomé. Era un hombre de un gran corazón, con una gran capacidad de trato con los jóvenes, una gran inteligencia, un gran espíritu de trabajo y una gran imaginación, todo puesto al servicio de la misión salesiana. Se dio cuenta inmediatamente de las necesidades de los jóvenes y supo emprender todo tipo de iniciativas para que se ayudaran por sus propios medios. Por ejemplo, los “Amigos de Domingo Savio”.

“ Fue él mismo el que fundó este grupo en la parroquia. Supo dar vida a este movimiento y ganarse el cariño de los muchachos, que lo querían de verdad, por su cercanía y su espíritu de cordialidad y de familia, sabiendo entrar en sus vidas y ganarse su confianza por medio de bromas y de estar mucho tiempo junto a ellos. Hacían rosarios, trabajos manuales de todo tipo y así se ganaban la vida. Nos puso en revolución la parroquia, sobre todo en el sector de los adolescentes. Tenía una gran capacidad de emprender iniciativas, siempre puestas al servicio de los jóvenes. Su sensibilidad por sus problemas era singular. Es uno de los aspectos que se nos quedaron grabados de José Antonio. “

En mis charlas con la hermana eremita Francisca Bejarano Perianez, (el autor), me decía, refiriéndose al padre José Antonio, que “ un misionero de corazón, que se entrega a los más pobres, es porque Dios le ha tocado la fibra más profunda de su alma”.

“ Después de estos dos años - continua Antonio César -, le enviaron a Kara.  La comunidad salesiana ve importante llevar el Evangelio al norte del país y por ello quiere crear una misión en la ciudad de Kara.



Foto nº 11. Mapa de Kara           

KARA, LA OBRA FRUCTUOSA Y MODELICA DE LA MADUREZ MISIONERA DEL PADRE JOSE ANTONIO. DEL HIJO SALESIANO QUE CADA VEZ MÁS SE ASEMEJA A DON BOSCO.
                                                                                                                                   

Kara es la capital de la prefectura de Kozah y está situada al norte del país (Togo). En 1.960 era una “gran” aldea de 2.875 habitantes. En 1.970 aparece ya como un pequeño centro administrativo con 11.674, y en 1.980 se convierte en cabeza de partido de la región luciendo sus casi 30.000 habitantes. En 1995  su población había  pasado la barrera de los 50.000. Hoy posiblemente pasen de los 75000

Prototipo de una ciudad “ hongo ”, Kara ha sido creada por voluntad política para que sirva de eco a la capital del país, en toda la región centro-norte. Hoy es un polo de referencia política, militar, económica e industrial. En estas circunstancias, Kara se convierte en una ciudad en el punto de mira de los salesianos, como Turín lo había sido para Don Bosco, con su problemática social, con sus niños y jóvenes. El analfabetismo afecta a casi la totalidad de las mujeres de más de 20 años, si bien la situación parece más optimista en las generaciones jóvenes. Entre los jóvenes de menos de 20 años el analfabetismo desciende al 22%. El crecimiento de la población es muy acelerado ya que las familias, a causa de la poligamia, son todas numerosas.
        
La situación sanitaria es preocupante; las enfermedades más frecuentes son las parasitarias, el paludismo, el “kwashiorkor”, la poliomielitis y la meningitis. La mayoría de estas enfermedades están producidas sobre todo por la mala nutrición.
        
La economía está basada en actividades agropecuarias, siempre dependientes de los fenómenos atmosféricos, aquí tan variados. La vegetación predominante es la propia de la sabana tropical y de un clima caracterizado por una estación de fuertes lluvias desde abril hasta septiembre, y por otra muy seca de octubre a marzo. Los productos más importantes son: mandioca, maíz, “ igname”, legumbres, algodón, “kapok”, palmas, ovejas, cerdos y gallinas.
        
Kara pertenecía entonces a la diócesis de Sokodé y los salesianos se encuentran en ella desde 1985. Fueron llamados? por el Obispo para que se ocupasen de los jóvenes que vagabundeaban por la ciudad y el mercado de Kara. Inmediatamente después de su llegada en septiembre de ese año, entraron en contacto con la “cultura Kabyé” estudiando la lengua y comenzando los contactos con los jóvenes en las calles y el mercado de la ciudad.[39]

Ilusionado y entregado, como siempre, en cualquier obra que estuviese metido, José Antonio obedece la decisión de ser enviado a Kara, para extender el Evangelio, en el norte del país, y deja Lomé. Una Misión que funcionaba bien y en la que José Antonio estaba integrado plenamente en ella. Por eso, no es extraño que se sintiese algo desilusionado al tener que dejarla y empezar nuevamente en otro lugar. Pero José Antonio se llevaba bien con todos y con alegría cristiana marcha a su nuevo destino.

“ …….Don Bosco se llevaba bien con todos sus compañeros y formó una pandilla a la que bautizó con el nombre de “ Sociedad de la Alegría “ . Su reglamento era muy sencillo: 1º.- Ninguna acción, ninguna conversación que pueda avergonzar a un cristiano. 2º.- Cumplir con los propios deberes escolares y religiosos. 3º.- Estar alegres.[40]

¿ No cumplía el padre José Antonio el reglamento de la “ Sociedad de la Alegría ” de Don Bosco, a la perfección ?

El espíritu salesiano y su fe inquebrantable en Dios, hacen marchar a Kara al padre José Antonio, con la misma ilusión, alegría y coraje que ha tenido cada vez (siempre) que le han ordenado cumplir la misión que Dios le había concedido en esta tierra: evangelizar y ayudar a los jóvenes a salir de la penuria en la que vivían, enseñándoles un trabajo digno, con el que poder regresar a sus pueblos y aldeas, formar sus hogares cristianos y vivir honradamente con su trabajo aprendido en los Talleres.

“……….Si no le buscamos un lugar en la ciudad, esa especie de Oratorio que ha empezado en la Residencia, le dice don Cafasso al teólogo Borel, (refiriéndose a Don Bosco), el Arzobispo le enviará de coadjutor a un pueblo. Cosa que no deseaba  Don Bosco, porque no quería alejarse de sus jóvenes y perder el Oratorio, que con tanto cariño y esfuerzos había logrado hacer.” [41]

Para continuar con la narración de la vida del padre José Antonio, vamos a tomar como base, la Crónica de la Misión de Kara, años de 1985 a 1990, ambos inclusives, proporcionada por el hasta fechas recientes Inspector de Sevilla, don Juan Carlos Pérez Godoy. Desde esa última fecha de 1990 hasta la muerte de José Antonio, el padre salesiano Xex Marqués, hoy director en Kara de la Misión, nos ha proporcionado las crónicas hasta 1.995. Suponemos deben existir las contestaciones a sus numerosas cartas que enviaba a sus amigos salesianos, así como otros documentos interesantes para ver paso a paso, lo que José Antonio hizo en la Misión hasta el día de su muerte.

Naturalmente continuaremos utilizando como fuentes, su Carta Mortuoria, y los numerosos testimonios que han dejado sobre  la  persona del padre José Antonio, sus superiores, amigos y compañeros salesianos.

.- Se inicia el trabajo en Kara. La observación, la primera herramienta que debe utilizar el buen misionero. Ver y explorar las necesidades reales.

El 30 de septiembre de 1985, marcha José Antonio a Kara en compañía de Juan Manuel Melgar González, después de una improvisada y comprometida fiesta de despedida del comité parroquial donde decía “  Hasta luego al Fadagán ” ( Párroco). Días más tarde, Santos Marcos Martín se uniría a ellos como encargado, quedando de esta forma constituida la comunidad salesiana en Kara.

Se hospedan provisionalmente en la casa parroquial, de la “ Misión Catholique SS, Pierre et Paul ”, cuyo párroco es, (y decimos es porque a la hora de redactar estas letras aún está con nosotros, es muy mayor)  el padre nativo Raphael Adjolá, quien más tarde sería su profesor de la lengua Kabyé.

“ Tenemos -dice la crónica- la oportunidad de saludar personalmente al Sr. Obispo de la diócesis de Sodoké, Matawo Bakpesi. Esto ocurría el día 12 de octubre y al siguiente domingo, él nos presentaba a la comunidad parroquial en la celebración de la Eucaristía. Una vez instalados comenzamos las clases de kabyé. “

“ No quiero dejar de contarte una anécdota,- le dice José Antonio  en una carta; en la que expresa la deportividad y el ánimo con el que acepta la nueva empresa encomendada -  a don Manuel Jiménez, que me ocurrió, pocos días después de nuestra llegada a Kara: Estaba sentado a la puerta de la Misión y se acercó un chaval. Como es natural en mí, comencé a entablar una conversación y a gastarle algunas bromas; ¿dónde vives, cómo te llamas, si era kabié etc...? . Y luego se me ocurrió preguntarle qué curso hacía, y me respondió: “ Que hacía once años que era cura y encargado diocesano de los medios de comunicación social y responsable del Foyer seminario”. Menos mal que era tarde y oscuro, si no.... Al día siguiente era él quien presidía la reunión. Luego me dijo: que si quería que le diera el secreto de envejecer sin que se note ”.

Al poco tiempo comienzan las gestiones para presentar el proyecto que pretendían llevar a cabo. En el se daba cuenta de quienes eran; que pretendían hacer en Kara; y por último, la necesidad de contar con espacio pa ra desarrollar la obra. A los pocos días tenemos ocasión de asistir a la primera misa del novel sacerdote Rdo. Padre Benjamín Atama, ordenado recientemente por Juan Pablo II en su visita pastoral de agosto.

José Antonio, mientras se van realizando las gestiones para los terrenos y demás, a primeros de noviembre predica un retiro de dos días en Sodoké, a un grupo de alumnos del colegio de las religiosas de la Asunción. “ El 22 de noviembre se vuelven a pedir los terrenos : 20 Ha.  que están Junto a la carretera Kara – Kabou. Y el 29 visitamos al Sr. Presidente de Togo,  Gnassingbé Eyadema,  a las 11´45. Nos invita a comer. Durante la misma le hacen entrega de dos libros sobre Don Bosco. Así llegan y pasan la Navidad y la noche vieja por vez primera en Kara “.

En enero de 1986, nos da cuenta la Crónica, de que siguen sin noticias sobre la concesión de los terrenos. Por estas fechas reciben la visita del Nuncio de S.S. para agradecerles la acogida cariñosa dispensada al Papa, en su visita a Togo.

En el mes de abril continúan en la misma situación respecto a la concesión de los terrenos. El 5 de junio de 1986 José Antonio le escribe a Don Manuel Jiménez contándole buenas noticias sobre el Congreso de salesianidad africana celebrado en Gabón, al que asistió José Antonio como representante de Togo.

Así le manifiesta: “.-  El congreso del Gabón, muy interesante desde el punto de vista de las perspectivas de futuro para el África.Criterios para seleccionar una obra: Los jóvenes más pobres en los medios más pobres. Estilo, el de Valdocco, es decir, más animación que estructuras y ladrillos. Comprometidos en la transformación de la sociedad en todos los niveles que podamos. Parece ser que para el próximo curso ya estará en marcha el noviciado en Lomé al que seguirá muy de cerca la filosofía, también en Lomé.b.- El próximo 15 de agosto saldrán para el Zaire los tres postulantes de Togo y uno de Benin. c.- Ya se está terminando “El piso” de Lomé para poder albergar los siete nuevos postulantes.d.- Nos han concedido más de una hectárea de terreno en Akode-ssewa, futura sede de un centro de aprendices, que dará que hablar a mucha gente y dará pan, trabajo y paraíso a muchos jóvenes vagabundos.e.- Los campamentos ya están organizados casi todos, con el lema: Constructores de la paz.”

Por último le manifiesta de que les llegan noticias de la concesión de 7 has. de terrenos en Kara; preguntándose a continuación: “ podremos comenzar en septiembre? ”.

En efecto, desde Lomé, Lucas Camino anunciaba que por fín se habían concedido a la orden 7 has. de terreno. Para finales del mes de julio, el 30, José Antonio viene a España de vacaciones por primera vez desde que saliera de su Almonte natal, hacía tres años.

Don Antonio César continuando con su semblanza del padre José Antonio nos dice: “ Cuando fueron a Kara, se tomaron un tiempo de escucha, de estudio del medio, de contacto con el ambiente y con la gente para detectar las necesidades y saber así qué obra emprender, que respondiera a esas necesidades. Es así como surgió la obra de Kara, singular en su género, donde José Antonio, con su comunidad hicieron prueba de imaginación, de creatividad  y de espíritu de trabajo e iniciativa. En su concepción, era una de las obras más originales de la región. “. Su resultado, que se distanciaba del planteamiento teórico inicial fue el fruto de la observación en el terreno de las necesidades de aquellos jóvenes desheredados del mercado, con los que José Antonio compartió en los primeros meses tantos momentos.

“ En medio de todo esto, José Antonio cultivaba una vida interior sencilla, muy del estilo salesiano; no era hombre de muchos rezos, pero creo que estaba identificado en su misión sacerdotal a favor de los jóvenes. Encarnaba muy bien la figura del salesiano sacerdote. En muchos casos pensaba que respondía muy bien al modelo que tenemos en Don Bosco; muchas cosas que se leen en la vida de Don Bosco, se encontraban realizadas casi literalmente, en su vida. Para el padre José Antonio era un desafío (creo), el poder realizar en África lo que Don Bosco realizó en Valdocco. Se aproximó bastante a este modelo que todo salesiano tiene delante de si.”

“ Yo resumiría su personalidad en estos rasgos: Gran espíritu de entrega al servicio de los jóvenes; amabilidad en su trato con ellos y una gran sensibilidad por su situación de dificultad; amor especial con los más pobres; gran espíritu de iniciativas y una gran imaginación, puestas al servicio de la misión salesiana. Corazón sacerdotal de verdadero pastor. Gran capacidad para crear confianza respecto a los jóvenes y ganarse sus corazones. Vida interior desplegada en una actividad infatigable y un don de si, que lo llevó a la entrega real de si mismo. José Antonio no escatimó esfuerzos y eso influyó en su salud y, puesto que no  cuidaba de si mismo, sucumbió al trabajo”.

Nos cuenta don Francisco Vázquez, sobre el comienzo de su trabajo misionero en Kara, “ que entre los años 1985 – 1987 era fácil encontrarse a José Antonio pateando las calles de las ciudades de la región, entablando amistad, no solo con los jóvenes, sino con los adultos, hombres y mujeres de buena voluntad, que serían de tanta ayuda para el inicio y posterior desarrollo del Centro Don Bosco. También se le veía pasar frecuentemente las noches en el mercado. Durante estos años previos a la fundación del Centro, los Salesianos de Kara dedicaron su tiempo a conocer la región, la iglesia y, sobre todo, los jóvenes. Así, antes de dar una respuesta concreta a esta juventud, se lanzó una gran encuesta a todas las entidades, sobre todo eclesiales, para saber cuales son – según los encuestados – las prioridades en cuanto al tipo de jóvenes con los que los hijos de Don Bosco deberían trabajar y desde qué ofertas. La respuesta fue unánime: dedicarse a los chavales del mercado, que necesitan un futuro, desde estructuras muy flexibles, con un trabajo marcadamente artesanal (en España lo llamaríamos profesional).”

Continúa diciéndonos que sacó a muchos chavales de la cárcel, de la droga, de los mercados... En un pueblo, el africano, donde aún perdura la superstición y se cree que ciertos accidentes geográficos y catástrofes naturales, son castigos que hay que pagar con sacrificios humanos, es difícil convencer y enseñar la doctrina de Cristo. “

“ El contacto y la amistad que José Antonio ya había tenido con todo este mundo de la calle permitió llevar a cabo el primero de los pasos a dar: Acoger a los chicos del mercado, ofrecerles una casa, un techo, unos padres. Al principio fueron 10, después 25, después 40... hasta un centenar de chicos encontraron en la misma casa alquilada a los salesianos (antes mencionada), un verdadero hogar.”

Un día, José Antonio – el Père Antonio  - como los chicos empezaron a llamarlo, cuando intentaba entrar en su cuarto para descansar, se dio cuenta de que los útiles de trabajo que allí les guardaba a los chicos, tenazas, martillos, palas... casi le impedían entrar y prácticamente no tenía libre ni la cama. Estos útiles les habían sido celosamente confiados a él, por los chavales que eran aprendices en los talleres de algunos patronos de la ciudad, con los cuales José Antonio había negociado los contratos; los chavales se iban haciendo, con gran sacrificio, de un pequeño material  para poder un día trabajar por su cuenta y montar sus talleres y sencillamente tenían miedo de que se los robaran. José Antonio, yendo detrás de la realidad que los jóvenes planteaban, se dio cuenta de que la acogida de los chavales debía ir acompañada de una formación artesanal que les permitiera ir labrándose un futuro más seguro, sin explotación y desconfianza entre patrón y aprendiz, y donde éste fuera el protagonista. De esta manera, José Antonio, con una gran confianza en la Providencia, y sin escatimar ni un pequeño esfuerzo, hizo posible que se abrieran grandes y variados talleres, tantos como las necesidades de los chicos lo exigieran: carpintería, albañilería, forja, soldadura, electricidad, fontanería, mecánica, escultura, fábrica de ladrillos, jardinería, transformación de alimentos, y hasta sastrería.

“ Lentamente, como pasaron las noches que José Antonio dedicaba con su ordenador a pensar y escribir miles de proyectos, de peticiones, de propuestas para formar y asegurar el futuro de tantos jóvenes pobres, el Centro fue creciendo en la misma medida que la cantidad y la calidad de los chicos que al mismo se acercaban. En diálogo con la diócesis, se obtiene un terreno amplio, donde poder acoger, formar, ofrecer diferentes oficios, crear una familia, vivir la fe, crear futuro con estos chicos de la calle.”

“ Desde el principio, José Antonio desarrolló su faceta de amigo de los jóvenes. Además de los chicos del mercado, y antes de que el Centro Don Bosco se abriera, trabajó como encargado de la pastoral de jóvenes de la parroquia de Kara. A un buen grupo de ellos fue capaz de formarlos y comprometerlos posteriormente como   salesianos laicos, entregados al proyecto de los chicos de la calle. La Asociación de Cooperadores Salesianos, pionera de los países de la región, nace y se desarrolla con ese espíritu y talante de compromiso por parte de los jóvenes más pobres, impreso y forjado por José Antonio”.

“……..El problema más acuciante con el que se encuentra Don Bosco fue encontrar colaboradores. Empezó a encontrarlos entre sus mismos muchachos. El primero de ellos que vistió sotana clerical fue Ascanio Savio, paisano suyo. José Buzzetti, Gastini, Reviglio y Bellia visten la sotana en el Oratorio (2 de febrero de 1851), Don Bosco estalló de alegría , le parecía que los primeros corderos (de sus sueños), por fin se estaban convirtiendo en pastores.[42]

 Continúa don Francisco Vázquez diciéndonos, “ que desde que llegó a Kara, el padre Adjolá se da cuenta de la valía de José Antonio: Era el más creativo, el que hacía los proyectos, el más inquieto.”
           
“ Uno de los valores más apreciables de José Antonio fue siempre su valentía y su prontitud en dar soluciones de futuro a los problemas que iban surgiendo. Y el primero que surgió respecto a los cientos de chicos que el Centro acogía y formaba fue la respuesta a una pregunta muy simple: ¿Qué harán estos chicos después de su formación en el Centro? ¿Cómo asegurar que seguirán ganándose el pan con su trabajo, que no volverán a las calles, a la delincuencia, a la miseria ?.

Mientras José Antonio está en Almonte (España), en agosto, ven los compañeros de José Antonio  “in situ ” las instalaciones que les ha concedido el párroco, en el Foyer (Comunidad) Jean XXlll, unos salones multiusos, situados en el corazón de la ciudad, en donde se realizan trabajos de reacondicionamiento, que finalizan a finales del mismo mes.

Pero las vacaciones del padre José Antonio, no son vacaciones de descanso convencionales, de relax, de tranquilidad y sosiego, de estar ocioso sin hacer nada, no, sino son todo lo contrario: son vacaciones de trabajos, viajes, búsqueda de alimentos, ropa, dinero, y de todo lo que pueda llevarse de España para sus chavales de la Misión,……. Su cuerpo estaba aquí, pero su espíritu lo tenía en África. Pedir, pedir, pedir, y mucho rezar y sacrificarse por todo y por todos sus jóvenes africanos, y confiar en la Divina Providencia.Bien se aprendió el consejo que le dieron a Don Bosco.

“ ……A Don Bosco le repugnaba presentarse a una familia señorial, pidiéndole dinero. Don Borel le empujó y le dice :” Si de verdad quieres a tus muchachos, tienes que hacer este sacrificio”.[43]

Durante su estancia en Almonte, el padre José Antonio estaba continuamente de viaje: Sevilla, Sanlúcar la Mayor, Utrera, Cádiz, Madrid, Huelva...Para poder ir a tantos sitios contaba con la colaboración de una persona formidable: su cuñado Fernando Medina Pérez, marido de su hermana Maribel, que siempre que lo necesitó estuvo a su lado, llevándole de un lado para otro, al que quería como a su propia hermana y así se lo hizo saber, cuando en mayo de 1994, visitaron ambos la Misión de Kara.

“ Rebañaba de su pueblo de Almonte, lo mismo que hacía en todas partes a las que acudía, lo que fuese. Todo era necesario en la Misión “. Nos dice doña Juana Cepeda Morales, almonteña cabal, bienhechora incansable; y una de las personas que colaboraban con él al igual que su esposo don José María Villalobos Bernardo. “ Pedía de todo. Desde una simple bolsa de plástico que allí no la conocían; a cualquier utensilio o cacharro; así como, todo tipo de semillas para plantarlas allí, ya que allí no había nada.”

Nos cuenta su amigo, José Mª Sánchez Broncazo a este respecto: “ A mis alumnos de quinto curso de primaria, del Colegio “Lope de Vega”, (Almonte), les dio una charla sobre como es la vida en África, una de las veces que vino de “vacaciones”. Retó a los chavales a que ayudaran a África. ¿Dinero?. ¡No! Semillas. Les dijo a los niños que había que ser solidarios con los más necesitados y los mentalizaba para que no cortasen los árboles, puesto que eran seres vivos productores de economía y alimentos y criarlos llevaba muchos años. Quería en su Misión de Kara, repoblar toda la zona de árboles y por ello cuando venía a Almonte, recogía semillas y árboles frutales (naranjos bravíos principalmente) para plantarlos allí y una vez criados, injertarlos de naranjos comestibles. Pedía mucho, si, pero nunca para él sino para sus chavales africanos.”

“ El padre José Antonio, cuando venía a Almonte, traía objetos fabricados en los Talleres Artesanales que mantenía en Kara: juegos, pinturas, tarjetas... que vendía aquí con el fin de recaudar un poquito de dinero para sufragar los cuantiosos gastos que necesitaba en la Misión “.

“ Cuando marchaba a África solía llevarse entre sus ropas, el medicamento “Valium “ que le proporcionábamos. Lo hacía así porque no se fiaba de que se lo fuesen a requisar al entrar en Togo.
Ahora comprendo, (el autor),  el motivo por el “revuelo” que José María formaba en el colegio, para “involucrar” al profesorado, pidiéndole recetas médicas, con las que comprar dicho medicamento, tan imprescindible y fundamental para administrar a los niños que padecen ataques epilépticos, finaliza José María “.

“ En Togo – nos cuenta doña Juana Cepeda -, desde pequeñitos, todos los niños aprenden a compartir lo poco que tienen. El sentido de la verdadera solidaridad sí existe realmente entre ellos. Siempre se ha dicho que: no da más el que más tiene sino el que menos posee. Posiblemente Togo sea uno de los países más desfavorecidos del mundo. La Congregación  de los Padres Orionistas dice de ese país, que es el más pobre de todos en los que tienen casas, residencias y hogares para niños discapacitados.”

“ El padre José Antonio cuando venía a Almonte, (solía hacerlo en invierno porque decía que allí hacía mucho calor). “ Vengo con ropa de verano y aquí me pongo los chalecos de mis hermanos ”..  Nos llamaba y visitaba y charlábamos y nos contábamos muchas cosas; me traía un pequeño obsequio de los realizados por los muchachos de la Misión. Su vida fue un verdadero testimonio de compromiso y entrega cristiana. Era muy familiar, le gustaba sentarse alrededor de la camilla y charlar .”

“ Recuerda doña Juana, que dos de los años que vino a Almonte, coincidió con las Campañas de Manos Unidas ( ella era la Delegada Local de dicha Asociación) y nos hablaba y estimulaba mucho en nuestra labor. Manos Unidas le ayudó mucho a nivel Nacional y por supuesto a nivel local, siempre colaborábamos con él. Nos daba las gracias y reseñaba la ayuda que recibía. En la celebración de la Eucaristía - continúa - nos hablaba y contaba muchas anécdotas y trabajos que realizaba en la Misión. Era muy claro hablando. Todo el mundo lo comprendía. Tenía una forma muy sencilla de hablar y muy fácil de entender.”

Estando en Almonte José Antonio, el día 24 de septiembre de 1986, ve y oye por la televisión la noticia de un intento de golpe de estado en Togo, en la que hubo algunas decenas de muertos y numerosos prisioneros. Pero todo quedó en un intento. José Antonio, si antes tenía su espíritu en su Misión, al ver y escuchar esta noticia, quería marcharse de inmediato para África, para estar con sus muchachos: “ Qué será de ellos –manifestaba- . Allí me necesitan. Aquí no hago nada .

Gracias a que solo fue una intentona de golpe de estado, y al consejo de sus padres y familiares, a que no abandonase Almonte, lograron convencerle para que desistiese de esa idea, aún en contra de su voluntad. Así nos lo ratifica su padre que  nos cuenta : “ Quería marcharse de inmediato para ayudar a sus “hijos”, pues eso eran para él los jóvenes que vivían en la Misión. El era un verdadero padre para todos ellos. A varios de los cuales convirtió en ahijados suyos. No podía dejarles solos en aquellos momentos difíciles para ellos”.

El día 17 de noviembre vuelve José Antonio de sus “ vacaciones ” a la Misión de Kara. Días antes, el 11, llega desde la Prefectura la autorización oficial para construir sobre los terrenos cedidos en Kara(Nº 961/P.KO).  Aún queda la expropiación de los terrenos para registrarlos el Sr. Obispo en Lomé.

Por fin, el 3 de diciembre, alrededor de un centenar de alumnos del Chaminade....[44] inician los trabajos. En efecto. Alrededor de un centenar de alumnos del Chaminade, acompañados por su director Frere Catain, provistos de los útiles necesarios, trabajan en los terrenos del Futuro Centro Don Bosco; un erial lleno de piedras y desniveles.                                           

Ha pasado algo más de un año para conseguir los terrenos y poder comenzar la obra, pero merecía la pena la espera. Era un terreno lleno de  piedras y maleza, y se comienzan los trabajos de ir quitando las mismas  e ir colocando las muchísimas piedras existentes, acotando el terreno, haciendo un muro a su alrededor. Días después se mantenía la 1ª reunión con el arquitecto francés, M. Jacque Gastón, quien va a hacer los planos. Antes se han tomado las medidas del terreno.

Casi al mismo tiempo que el padre José Antonio, llegó a Kara un monje benedictino natural de Togo, donde hizo sus estudios, llamado Bonifacio Tiguila, que se ordenó de sacerdote en Alemania (21-9-1991). Pronto entablaron amistad[45]. Amistad que fue “ in crescendo ” hasta el límite de considerarse hermanos, aunque a decir verdad, el padre José Antonio consideraba a todo el mundo como un hermano suyo.

“ Teníamos en el fondo una misión común – nos dice el padre Bonifacio -: Trabajar con jóvenes en zonas de subdesarrollo, de desnutrición, enfermedad, analfabetismo, hambre, marginación... Del padre José Antonio, -continua don Bonifacio -, decía que tenía grandes cualidades: era bondadoso, se entregaba de lleno a los demás, muy cariñoso. Tenía un corazón de oro. Éramos dos hermanos muy compenetrados y nos ayudábamos mutuamente, cuando surgía algún problema, bien fuese  económico, material, etc. “

“ Aunque cada uno ejercía su misión a “ su manera ” casi siempre, por no decir siempre, no hubo entre nosotros ningún problema personal. Bueno, tuvimos una pequeña “ nube “ o malentendido porque algunos de sus propios Maestros, le dijeron que yo le estaba espiando. Fue porque el Obispo Ernesto Assi me pidió que le informase de lo que estaba pasando entre los Maestros y el padre José Antonio, pues habría algunos problemas entre ellos. Fui a visitar a la gente (y por eso dirían que le estaba espiando) y después me reuní con José Antonio (mi hermano) y más tarde visité al Obispo. La cosa no pasó a mayores y todo quedó aclarado.”

“ Nuestra amistad continúo con la misma fuerza y el padre José Antonio fue el Director Espiritual de mi Monasterio. A él y a mí  - continúa Bonifacio - se nos unió un abad de un monasterio, que era alemán, con las mismas ideas y entre los tres formamos un equipo, un bloque, en el que nos complementábamos unos a otros.”

“ Una de las cosas que nos propusimos fue crear “ un fondo ”, que serviría para poder prestar a los jóvenes una garantía, para que, después de terminar su aprendizaje, pudieran desarrollar su trabajo. Ese “ fondo” lo bautizamos con el nombre del primer apellido del obispo que recibió por primera vez al padre José Antonio en Kara: Matawo. Otra de las cosas que siempre me llamó mucho la atención del padre José Antonio era su capacidad de trabajo, su disponibilidad para hacer lo que fuese necesario. También tenía una forma diferente de ver las cosas, a como la veíamos los demás. Para entenderlo había que romper una barrera para poder ver y comprender lo que él quería decir. Era un visionario. Veía cosas donde no había nada. Se parecía mucho a Don Bosco. Siempre pensando y soñando en un futuro que algunos no podíamos ver y menos creer. “

“ A la gente les encantaban muchísimo sus celebraciones religiosas. Él llenaba siempre todo lo que hacía. En la misa, en sus homilías, llegaba a todo el que lo escuchaba. Era muy divertido y alegre y se reía de su propia sombra. 

“ Voy a relatar ahora una anécdota escolar que me ocurrió con uno de mis hermanos. Uno de ellos hizo una cosa, para mi grave, y quise sancionarlo. Como el Monasterio estaba a 25 Km. de distancia de Kara, le dije que fuese andando a la ciudad hasta ver al padre José Antonio y se confesase con él, y que el regreso lo hiciese de la misma manera que la ida, o sea “a pie”. Cuando el chaval llegó ante José Antonio, éste lo acogió, le confesó y le dio algunos consejos además de proporcionarle comida y que se pusiese cómodo. Cuando el joven estaba bien, tranquilo, lo llevó de vuelta a su trabajo en su coche y lo dejó rápidamente allí, no sin antes advertirle que no dijese nada de esto a nadie. Pasados algunos años - continúa el padre Bonifacio - me enteré de este episodio y fui a ver al padre José Antonio, para saber el por qué de su forma de proceder en aquella ocasión con el chaval. José Antonio me respondió que la sanción que le impuse era mucho mayor que el daño que había hecho el pobre muchacho, y que no se merecía siquiera un castigo”.

“ Tenía José Antonio una delicadeza con las personas a las que trataba, que era capaz de introducirse dentro de ellas, limpiarlas por dentro y salir de nuevo, dejándote una sensación de paz y tranquilidad inusitada.”

“ De los tres hermanos, José Antonio, el abad alemán y yo, a pesar de nuestra gran amistad, que era enorme, cada uno teníamos nuestro propio carácter. El alemán era muy serio y José Antonio era todo lo contrario.“ Me contó José Antonio que una vez fue a visitar al abad alemán y cuando volvió me llamó y me dijo: “ Escucha, no sabía yo que el compañero alemán era así, pues al terminar la misa de la tarde, me cogió, me llevó a un rincón y me puso delante un buen vino y un paquete de tabaco. Nos pusimos “alegretes”,  y el paquete de tabaco y el vino lo acabamos entre los dos ”.

“ Para mí José Antonio fue, por encima de todo, un buen amigo. Ha sido amigo de toda la gente que le rodeaba. Sus propios ahijados, eran amigos. Puedo decir en contacto con Jean Cloude Crianaldda  “ que un amigo revelador te dice lo que hay mejor en tu corazón. Si yo soy tu amigo, tú eres quien me ha de revelar lo mejor que hay en mi corazón. El padre José Antonio revelaba a sus amigos lo que había mejor en sus corazones, para que pudiesen desarrollar mejor esas cualidades.”

“ Le dije a José Antonio que quería que me hiciesen el Monasterio los chavales de sus Talleres. José Antonio se lo propuso a ellos y dijeron que aceptaban el trabajo si los dirigía él, de otra manera no lo construirían.

Tuvo problemas el fundador y prior del monasterio benedictino de la Encarnación de Agbang (Kara), nuestro Bonifacio Tiguila, con sus superiores; pues querían que lo construyese una empresa dedicada a ello y no por los chavales de una Misión. El defendía por el contrario : “ que si lo hacían chavales de la tierra era muy difícil que rompiesen su obra” . Fue de este modo, al imponer su criterio que comenzaron los chavales de los Talleres de la Misión del Padre José Antonio, la construcción de la primera fase del nuevo Monasterio. “ José Antonio puso su corazón en la ejecución de la obra como algo suyo. “

“ Por la verdadera amistad que me unió a José Antonio, los chavales de su Misión comenzaron la segunda fase, de la que ya se ha construido la mitad y está todo techado. La obra es realmente buena.”

“ Bonifacio - nos dice el padre de José Antonio - trajo desde Kara una piedra en la que había grabado el nombre de José Antonio, en kabyés, que se le colocó en la lápida donde se encuentra enterrado José Antonio en Sevilla.”

Comienzan las obras de las instalaciones en los terrenos cedidos de la nueva misión. La misión en marcha en medio de un sín fin de iniciativas de José Antonio. Al poco de comenzar, el centro empieza a cobrar reconocimiento fuera y dentro del pais y de la región.

Pero recuperando el hilo de los acontecimientos, ya entrados en el año 1987, a finales de enero el Sr. Arquitecto, tal y como nos relata la Crónica, hacía entrega de cinco dossiers con el plano general del Centro Don Bosco.  José Antonio manifestará al respecto: ...“ Y en realidad no me desagrada. Queda muy bien y es verdaderamente hermoso ”...

En febrero de este año se inician los talleres de albañilería para transformar el antiguo Taller de soldadura del Foyer Jean XXIII. En marzo se inaugura la luz eléctrica en el taller de carpintería, con vistas a poder trabajar con algunas máquinas. En abril, las actividades del Taller de Albañilería son dirigidas por el propio José Antonio, con la ayuda técnica del Maestro Stanislaos.

En mayo Santos Marcos se entrevista con el perito aparejador que trabaja con el arquitecto, con los planos para la construcción del Centro Don Bosco: En ellos se contempla, un Foyer de alumnos, un almacén y un pequeño edificio destinado a un estanque de agua y electricidad.

De la intimidad de su alma, el padre José Antonio nos confiesa por estas fechas : “...Este año he querido profundizar en mi sacerdocio, como apoyo espiritual y para no rutinarizarlo... Me llamaron  poderosamente la atención, algunas palabras que repetía diariamente: Tomad y comed, este es mi cuerpo. Tomad y bebed, esta es mi sangre... Ha sido todo un renovamiento interior, pues voy tomando conciencia de mi ser miembro del Cuerpo de Cristo con los otros, en especial con los jóvenes más pobres y necesitados...La experiencia de sentirse Eucaristía viviente, siempre dispuesta a ser comida y bebida  por los que tienen necesidad, es decir por los hambrientos y los sedientos... Ésta está siendo una fuente inagotable y viva que está cambiando mi existencia” [46]

Con respecto a una operación que quiere llevar a cabo en la Misión, que ha bautizado con el nombre de OPERACIÓN SACO DE ARROZ la añade en la referida carta: “……… No nos vale sólo el dinero, nos interesa más el movimiento de solidaridad que esta operación puede generar ”.

En julio, José Antonio espera impaciente a su amigo salesiano, don José Manuel Nogueroles, estudiante de Teología, en Sevilla, que llegaría el 18 de julio y marcharía el 7 de septiembre, acompañado por el coadjutor Ernesto Justice Duevi primer salesiano togolés, quien por cierto cogería un fuerte paludismo.

Por estas fechas, a unos 28 Km. de Kara, José Antonio consigue también organizar un campamento para un grupo de chavales, que denomina “ Lucha y Contemplación ”. También se culmina la plantación de árboles: 400 árboles, entre naranjos, limoneros... todos injertados. En agosto se alquila una casa para la Comunidad. La casa cuenta con tres habitaciones, cocina, WC, ducha más lavabo, habitación para huéspedes con servicio completo, salón comedor y un pequeño pabellón en el patio con cuatro habitaciones. Se amuebla y a primeros de octubre se comienza a habitar.

A lo largo de este año, José Antonio, sufre varios ataques de paludismo, pero el que padece en septiembre, es muy fuerte y obliga a ingresarlo en el hospital de Lomé, en donde permanece cinco días. Hasta el 3 de octubre no vuelve a la Misión, pero no lo hace del todo restablecido.

También a finales de este año, el Presidente de Togo, pide información del Centro Don Bosco y queda muy satisfecho por los trabajos realizados. Como consecuencia de ello, las tres Ha. que les tenía prometidas, definitivamente se las adjudica, formando una sola propiedad. Se termina el año con una entrevista con el Obispo de Sodoké en la que se le informa de los cambios introducidos en el proyecto y de la posibilidad de aceptar en el futuro, una parroquia en Kara, en el barrio donde se encuentran los terrenos del Centro Don Bosco.

Cuando el padre don Francisco Vázquez acude a Roma, al Cursillo de Inspectores, en el que tiene la oportunidad de contactar con el hoy arzobispo Van Loy, entonces Consejero de Misiones de la Congregación, este le llegará a manifestar por su conocimiento de la obra de José Antonio, que había que apostar por el . Apuesta que don Francisco Vázquez no duda en hacer.

“ Decían, que el padre José Antonio era “ el demonio ”, que iba a lo suyo, que no era salesiano... Al igual que a Don Bosco lo tomaron por “loco”, (incluso algunos hermanos de su comunidad y otros llegaron a abandonarlo “. Y efectivamente, estaba tan entregado a su obra, se encontraba tan compenetrado y entusiasmado en ella y en sus chavales, que no veía nada más que por ellos, para proporcionarles una vida mejor, más digna y con un futuro más seguro. José Antonio decía habitualmente : No he venido a Kara a decir Misa y evangelizar sólo a los chavales, sino también para sacarlos del fuego y la miseria en la que se encuentran y que sería mayor según fueran creciendo, cuya terminación era el robo y acabar en la cárcel”.

“ Les enseñaba para que pudiesen dar solución a la pregunta que le formulaban cuando dormía, como ellos, en el mercado: ” que si no había otra forma de vida para ellos”. Él les ofrecía una forma diferente de “ ganarse la vida ” y que formasen sus pequeñas “ empresas ” en sus aldeas y poblados, y pudiesen formar un hogar cristiano.”

“ Por su calidad y generosidad de vida, -  don Francisco Vázquez -, fue muy querido y admirado por todos: Chavales, jefes de tribus, compañeros...Y era también muy respetado en todas las partes en las que ejercía su ministerio. Como ejemplo un botón: Había en la misión un chaval llamado Pier, hijo de una mujer subnormal, que había sido violada, que padecía ataques de epilepsia, por lo que era despreciado por todos los demás chavales, que decían que estaba “ endemoniado ”.El padre José Antonio, para demostrar que Pier no estaba endemoniado ni era una criatura inmunda y repugnante, dormía en su mismo cuarto, para dar testimonio de que el joven lo que tenía era una enfermedad y no otra cosa. Predicaba con el ejemplo y por eso era tan querido y respetado.

“ Cada vez que exponía un proyecto, se le pedía que buscase el dinero necesario para llevarlo a cabo. Proyectos que aún no se habían realizado y que eran empujados por otros nuevos que se le ocurrían. Era una máquina pensante, siempre por la misma causa: sus chavales. No dormía imaginando nuevos proyectos. Lo mismo le ocurría a Don Bosco con sus muchachos. “

“ Son muchas las coincidencias que había entre ambos padres: Don Bosco y José Antonio. No había lugar en el mundo donde no acudiese el padre José Antonio en solicitud de ayudas:  Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, España, Italia... eran países visitados constantemente por él, y las Instituciones de Europa eran asiduas colaboradoras de sus proyectos. “

“ …..Precisamente Don Bosco, en los últimos años de su vida tuvo que viajar por Italia, Francia y España, en busca de dinero para sus obras “.[47]

“ Había proyectos, que ponerlos en ejecución costaban muchísimo dinero, pero José Antonio decía:” Hay que rezar mucho y tener fe ciega en la Divina Providencia. Es el caso del proyecto de la piscifactoría, para el que se le indica que debe constituir una ONG; y para el que recauda sólo en Cádiz, 18.000 Euros, a través de una campaña que se desarrolla en los colegios salesianos de la provincia, con 12.000 alumnos que se rubrica con el nombre: “ Comparte tu pan “. También solía decir que:” Dios les había dado al hombre cabeza y manos y que había que saberlos utilizar ”.

No tienen desperdicio estas últimas palabras del padre Vázquez, inspector, amigo y hermano del padre José Antonio: “ En mis seis años de Inspector de la Inspectoría Salesiana de Sevilla (1988- 1994 ) visité al menos doce veces Kara y siempre me sorprendió la enorme valentía para afrontar todo lo que emprendía José Antonio.Y he de decir, que José Antonio escuchaba. No era cabezón. Cada vez que iba el inspector salían orientaciones que han ido llevando  la obra de Kara a lo que realmente es en la actualidad: una recreación en clave africana de la experiencia de Don Bosco en el primitivo Oratorio.”

“ No ha sido fácil su vida, ni comprendida siempre su obra. Obra que al ser fundacional necesariamente tenía que identificarse con quien la engendró y dio vida. No siempre se ha sido justo con él, finalizaba don Francisco Vázquez, que nos apostrofaba su información con esta convicción:  Estoy plenamente convencido de que cuando se escriba la historia de los Salesianos,  José Antonio será considerado como las figuras de los salesianos Costamagna, Fagnano y Cagliero, que ejercieron su misión en América, y otros misioneros de la primera hora de la expansión del carisma salesiano. “

Su amigo don Juan Manuel Melgar, en una pequeña semblanza del Padre José Antonio, que añadimos a lo ya comentado anteriormente por él, nos refiere que era muy sensible a los padecimientos de los jóvenes, que en Kara eran particularmente grandes, ya que a diferencia de Lomé, el ambiente cultural de la zona era más cerrado y la pobreza del entorno era mayor.

“ No era José Antonio –añade - muy dado a detenerse en teorías ni en estudios sociológicos del estilo, “ reza tal o cual cosa y el Señor te escuchará”. Para él, si había un problema, había que darle solución en el momento, y lo supo hacer, porque era muy práctico y en vez de empezar por grandes montajes o colegios” tradicionales ” iba dando soluciones sobre la marcha. Estudiaba mucho el estilo de Don Bosco en sus primeros tiempos, y lo aplicaba hablando con los patronos, recogiendo chavales, procurando dar soluciones particulares a casos particulares y dejando los sistemas clásicos para mejor ocasión. Sabía llamar a todas las puertas, y para ello tenía el proyecto de nacionalizarse togolés, porque así sabía que tendría más facilidades de parte del gobierno. Por otro lado intentaba adaptarse mucho al medio, sin interferir la cultura  autóctona. Aunque no dominaba mucho las lenguas nativas, sabía las pocas cosas necesarias para entablar un primer saludo y ganarse la confianza de los jóvenes, lo cual lograba enseguida porque lo veían cercano, cariñoso y con ganas de hacer lo posible por ellos.

“…….. Al alba del día 31 de enero de 1888, moría Don Bosco. A Pedro Enria le tocaría asistirle como un hijo, durante la última enfermedad. El cerró sus ojos “[48].

Por estas fechas en efecto, en enero de 1988, se cumplía  el primer centenario de su muerte y toda la comunidad salesiana se preparaba para conmemorar tal efeméride. Coincide el centenario con la celebración de un Año Santo  Mariano. En la misión de Kara, los actos que se celebran en conmemoración del primer centenario de la muerte de Don Bosco fueron:


Día 30 de enero:  A las 8,00 de la mañana en la parroquia de Ss, Pierre el Paul, celebración Solemne de la Eucaristía presidida por Mgr. Chretien  M. Bar Pessi , Obispo de Sodoké. Concelebran, con el Sr Obispo, 22 sacerdotes. A ella acuden muchos religiosos/as y jóvenes. A las 10,30 h. se inaugura en el Foyer Juan XXIII, un nuevo Pabellón. Mientras tanto un grupo de jóvenes del Centro Don Bosco, aprendices de Radio, participan en un programa juvenil de la Radio Nacional, que se hizo eco de tal acontecimiento. A las 16,00 h. Tuvo lugar la competición Don Bosco, de fútbol. Y a las 20,00 de la tarde, cine en el Foyer Juan XXIII.
Día 31 de enero: A las 8,00 de la mañana se celebró solemne misa para los aprendices del Centro Don Bosco.A las 11,00 h.: Reunión oficial de los nuevos aprendices y liberación de aquellos que vienen de terminar sus aprendizajes. (Foyer Juan XXIII).Y a las 12,00 en el mismo lugar, Repas (Fiesta?) familiar que finaliza con un refrigerio.

Un día más tarde, el primero de febrero de 1988, José Antonio parte para Alemania para verificar si se ha aprobado el Proyecto del Centro Don Bosco. Y el día 7 del mismo mes llega a la misión Juan Manuel Melgar González.

A mediados de agosto se recibe en la misión una carta firmada por el nuevo provincial de Sevilla D. Francisco Vázquez Adorna, donde se comunica a la Comunidad Salesiana, el nuevo Responsable “ Incaricato ” de la misma[49] :  José Antonio Rodríguez Bejarano.

Por estas fechas llegan a la misión las hermanas salesianas; Salóu García, Margarita Saleye (Beninesa)y Zulema Tomasini (argentina)[50] con lo que la comunidad FMA (Hermanas María Auxiliadora), la forman ya 4 hermanas. Este mismo mes, le escribe a su amigo Don Manuel Jiménez, contándole como marchaban y los proyectos que quería poner en práctica, en la Misión de Kara. Por su interés recogemos algunos párrafos de la carta.

“... Te diré que marchamos... Los talleres de carpintería marchan mejor que nunca; 4 grupos internos autóctonos...La albañilería está a plena forma: 30 aprendices con tres maestros...Se acaba de abrir un nuevo taller, el del metal, con el mínimo en todo: alumnos, maestros, herramientas, locales...pero con un gran porvenir... Hemos ampliado las ya existentes ramas (con las muchachas) de tejido, mercado, corte y confección y  bordado, con los de cocina y peluquería ... Los Foyer: Pinardi, donde tenemos a albañiles, metálicos y una sección que es una maravilla; ofrecemos cama y comida  a los chavales de la calle, sin ningún tipo de reglamento ni de obligaciones. A veces son 17 y otras uno, pero que van entrando poco a poco en la organización de sus vidas... Vamos adelante como las circunstancias nos indican y creo que se puede añadir lo de “temeridad” tratándose de dar familia y cariño a quienes lo necesitan...Seguimos recogiendo a las costureras de la ciudad, un día por semana (gracias a la ayuda de Manos Unidas) a los chapistas y soldadores...Hemos comenzado a abastecer de verduras a nuestro entorno, Hemos tenido que introducir nuevas técnicas y costará hacerlas entrar: Bac-etanches, compst organique... Tenemos nuestro primer rebaño de ovejas, con sus crías... Estamos poniendo en marcha el gallinero, la apicultura y la piscicultura... Estamos poniendo también  en marcha aquel proyecto de estudiamos juntos, en vacaciones: Hacer un Boletín de Kara para enviarlo a nuestros amigos de España...No sé si llegaré a Navidad ”.

Efectivamente en octubre de este año sale el primer Boletín “ Don Bosco en Kara” (Doc. Nº 7), con objeto de tener informados a los bienhechores de España. Se decidió su creación en una reunión conjunta SDB (Salesianos de Don Bosco) y FMA (Hijas de María Auxiliadora), habiéndose empleado para su tirada (100 ejemplares) la fotocopiadora del Colegio Chaminade y pagándose por ello 100 francos CFA, por unidad.

En noviembre, el Foyer tiene activos ya los siguientes oficios que realizan los aprendices a estas alturas del año 1988: Carpintería en el taller cedido por el párroco R.P.Adjolá. Albañiles construyendo estanques para hortalizas en nuestros terrenos. Alumnos de forja y de hojalatería en el taller provisional del Foyer Juan XXIII. Por estas fechas los primeros estanques dan sus primeros frutos hortícolas.

A su marcha, (7 de enero de 1989) tras su visita efectuada por el Inspector don Francisco Vázquez, éste le promete volver todos los años por Navidad y enviar cada trimestre algunos miembros del Consejo Inspectorial a visitarnos. Con motivo de esta visita le escribe José Antonio a su amigo don Manuel Jiménez: Paco ha sido muy cercano, creo que ha comprendido bien esto y ha gustado mucho a nuestros chavales”.

Por estas fechas son invitados los salesianos a la erección canónica del Monasterio, que ha sido erigido y construido por el Prior del Monasterio de la Encarnación; el padre, Bonifacio Tiquila y el padre Abad Fidelis, alemán. Es el actual Monasterio que han construido los chavales del Centro Don Bosco y que ha dirigido José Antonio.

Metidos en febrero de 1989, la Crónica nos da cuenta de que reciben en la misión a una comisión de la Embajada americana para estudiar sobre el terreno, una ayuda que se le ha pedido al “ Tío Sam ”. Después de la visita deciden conceder la ayuda, consistente en construir unas salas para el Foyer Juan XXIII. En marzo viene un grupo de jóvenes alemanes pertenecientes a una ONG, para conocer la Obra. Los jóvenes se percatan de la falta de agua y tienen el gesto de ofrecer un importante donativo para realizar perforaciones. El día 5 de abril recibimos un Contenedor, cargado con un sin número de objetos: ropa, medicinas, herramientas, papelería, calzado, etc. Un buen regalo de “reyes con retraso”.

Pero, de nuevo, nada mejor que leer las cartas que le envía José Antonio a su hermano y buen amigo ,don Manuel Jiménez, para saber como marchan las cosas en la misión de Kara. Entresacamos alguna información de lo que le cuenta en su carta de  9 de abril:”... Nuestro proyecto sigue adelante, esta vez con nuevos bríos y nuevas esperanzas. Cada vez nos vamos acercado más a la realidad de Valdocco. El nivel general de los nuevos ha bajado considerablemente, son mucho más pobres que los del año pasado...Gente libre, sin tapujos ni prejuicios que solo obedecen a razones del corazón , pero es un trabajo más interesante y emocionante...Son muchos los que ponen sus ojos  con esperanza en nuestra experiencia...Creo que cualquier corazón salesiano reencuentra sus secretas raíces por aquí...Nuestro gran problema, la fuerte demanda de personas que quieren integrarse en el Centro...
Las cosas parecen ir bien en la Misión a pesar de todos los problemas y por eso sigue contándole a su hermano:” Hemos recibido varias peticiones de cooperantes franceses y belgas para integrarse en el Centro, en septiembre...Un organismo de la ONU que termina su trabajo aquí, busca a quien dejar sus instalaciones para sacarles provecho: edificio de despachos, grandes hangares de almacenes, un taller de mecánica y otro de carpintería y un buen terreno con toda una serie de otras instalaciones y con agua y luz... Un alemán, tocado por la llamada del Señor, nos pide nuestro número de cuenta corriente para enviarnos su herencia... Alrededor de 100 chavales esperan tener la suerte de integrar el Centro...Toda esta serie de coincidencias parecen indicar que el dueño de la mies tiene prisa”.

Por su parte, el recién llegado, Juan Manuel parte para Dapaong, con el fin de estudiar bien la zona, donde en un futuro se instalará una comunidad salesiana (Cinkassé), una obra sin duda parroquial, de base. Durante la visita que reciben en la misión en el mes de abril de 1989; del Vicario Inspectorial, don Andrés González y el Consejero don Francisco Javier Pacheco, recorren todas las dependencias comunitarias, los hogares, los talleres y terrenos de la obra. También visitan los alrededores, tomando notas de todo. En general se encuentran admirados de la magnitud y posibilidades de futuro de la Obra salesiana en Kara. En julio, llega a la misión y a Togo, el primer cooperador salesiano. Nos referimos a don Francisco Muñoz, médico de profesión, que permanecerá en ella hasta primeros de septiembre. Por su parte, José Manuel Nogueroles  se une a la comunidad el 7 de julio de 1989. 

El 26 de julio llegan a la Misión, por un mes, tres nuevos cooperados salesianos españoles: Emilio Pascual Vázquez, Alonso Limón Galindo (de San Bartolomé de la Torre, Huelva) y Justo Blázquez Rodríguez, con el objetivo de conocerla y después poder en España dar testimonio de lo visto y vivido, para conseguir nuevos cooperantes dispuestos a marchar a la misma. Traen con ellos, la noticia de la inminente llegada de un nuevo contenedor de material para la misma. Alonso Limón Galindo, estuvo finalmente tres meses en la misión, y volvió  nuevamente, esta vez con su mujer Carmen,  permaneciendo en ella desde el 3 de agosto de 1.990 al 2 de agosto de 1992.

Puestos en comunicación con este matrimonio nos informan de que marcharon a Kara tras realizar un curso para cooperadores, en el que  les propusieron la posibilidad de ir a Togo, a ayudar a los chavales. No dudaron en decirles que sí . Nos cuentan, “ que al llegar a la misión nos encontramos que todo estaba muy bien, tanto de organización como de número de chavales acogidos y lugar donde estar “.  Ellos nos aportan más detalles de las sensaciones y realizaciones materiales que se encontraron: 

“ Sín duda, para llegar a lo que encontramos, tuvo que luchar mucho José Antonio y convertir un terreno pedregoso, en lo que cuando llegamos nosotros nos encontramos. El era muy constante, y a base de esfuerzos, sacrificios y tesón, conseguía todo lo que se proponía. Era muy zalamero y daba coba y convencía a cualquiera, al mismo tiempo que con una “  vista de lince ” en todo lo que se metía. Por ejemplo, con el dinero que obtuvo para las dos edificaciones. Las hizo separadas, dejando espacio suficiente entre ambas, al objeto de que cuando tuviese que hacer la tercera le costase menos dinero.

“ No tenía nada suyo, todo lo compartía. No se quejaba de nada. De su enfermedad, se moría y ni siquiera nos enterábamos. Todo lo sufría, hasta que no podía más y entonces había que curarle e incluso llevarlo en más de una ocasión al hospital, a la fuerza, pues no quería separarse de los chavales, por los que “ perdía el sentío”. Ellos siempre llevaban razón. Durante los dos años que estuvimos mi mujer y yo en Kara, al menos cuatro veces estuvo fatal y otra vez lo tuvimos que ingresar en Lomé. Como no decía nada........”

“ José Antonio salía y volvía con los chavales que encontraba en el mercado. Otras veces, ellos mismos venían al Ferme, (granja), pero eran los menos. El Ferme era el lugar donde entraban los muchachos por vez primera[51] y allí mi mujer y yo, que ejercíamos como padres de ellos, les educábamos y les enseñábamos o mejor dicho, le quitábamos los malos hábitos que habían adquirido. Una vez se comportaban mejor, pasaban a los talleres. Nuestra misión desde el primer momento consistía en ser los padres de los chavales, continua Alonso, en formar una gran familia, cosa que procurábamos hacer lo mejor posible: Los cuidábamos, procurábamos que no les faltase la comida, que tuviesen ropa limpia para vestirse y para dormir. Por supuesto la limpieza de la casa corría igualmente de nosotros. “

“ Los días los pasaba José Antonio pensando en los chavales, eran su ilusión: lograr su bienestar era lo que más le preocupaba. Yo creo que ni dormía por la noche, porque cuando se levantaba ya estaba diciéndonos cosas que había pensado. A las cinco de la mañana, o mejor dicho, de madrugada, celebraba Misa, desayunaba y se marchaba al Centro, donde pasaba horas y horas hablando con los jóvenes o con cualquier persona que iba a verle y que eran muchas todos los días. Otros días se daba una vuelta por el mercado para dialogar con los muchachos de la calle. “

“ Al mediodía comía y otra vez con los chavales. Por la noche teníamos la oración que consistía en leer parte de libros salesianos o bíblicos y predicación, siempre con mucho cuidado para no herir a nadie y respetando sus creencias religiosas. Había musulmanes, protestantes, católicos...y a cada uno se  le daba lo necesario para practicar sus creencias. Por ejemplo, a los musulmanes se les compraba material  para lavarse las manos antes de la oración. En fin, libertad total. Si no querían venir a la oración de la noche, no se les obligaba. De todas maneras, ellos venían y rezaban con nosotros. El amor era la principal virtud del padre José Antonio. Después hacíamos la despedida con las “ buenas noches” y a la cama.”

“ Muchas noches jugábamos a las cartas (tute, que era lo único que sabíamos) y José Antonio llenaba el ambiente de alegría y risas, con las que apagábamos los malos ratos pasados durante el día. Rebosaba alegría por todas partes. Cuando íbamos a Lomé, todo el camino era de bromas y cantos, donde la voz “cantante “ de todo, la llevaba José Antonio. “

“ Había una cosa que no le gustaba comer a José Antonio: las lentejas. El día que se las comía, se le notaba. Cuando algunas veces iba al mercado a comprar y me acompañaba mi mujer, nos pasábamos por el Centro. Al ver a Carmen, José Antonio decía: “ hoy voy a ir a comer con vosotros”, porque sabía que le iban a poner friturillas y eso le encantaba, finaliza Alonso Limón.

Y el 19 de agosto llega un segundo contenedor lleno de materiales y cosas muy útiles. Los chavales han disfrutado con los paquetes. Cada contenedor es realmente una fiesta ¡Lógico!.

En septiembre, una vez que ya se habían marchado los cooperadores salesianos, comenzamos nuestras primeras salidas como “ empresa ”.  Un grupo de albañiles y otro de carpintería han marchado a Siu para realizar allí una obra encargada por las hermanas de Nra. Sra. de los Apóstoles.

“ El que nos llamó un día a este servicio, no nos dejará en la estacada y creo, sinceramente, que podemos intentarlo, por los menos... Ellos, refiriéndose a los chavales, se apoyan en mi, pero puedo decirte que yo soy exactamente como ellos, con miedos, indecisiones, dudas...Pero sabiendo que nadie puede venir a arreglarte los asuntos, no me queda más remedio que tirar para adelante, a veces por intuición, otras con la esperanza que el Señor arreglará los asuntos y otra como pura aventura para poder luego constatar como se desarrolla todo... Son momentos bonitos los que estamos viviendo, nos obliga a despojarnos de falsas seguridades y vivir nuestra “desnudez” delante de Dios y de los chavales...

En febrero de 1990, José Antonio parte para España. Mitad vacaciones y descanso... Ya veremos, refleja el cronista, que le conoce bien,…..  Mitad misión y trabajo, puesto que lleva 20 pequeños proyectos a presentar por Europa a los distintos organismos. En este sentido, también refleja, que, dado que el proyecto belga falló, después de estar aprobado, el presupuesto de tres años está en el aire. Es fundamental encontrar apoyo para continuar el desarrollo del Centro.”

Pero el paludismo le retiene en casa más tiempo de lo que él quisiera. Luego, a recorrer media Europa: Bélgica, Alemania, Holanda, Suiza, y Francia. Los resultados obtenidos son buenos y por ello dice: ”No me puedo quejar”.”  El resto del tiempo que  paso en España, no puedo estar descansando y mis constantes visitas a La Línea de la Concepción, Algeciras, Cádiz, Sevilla, (Triana, La Trinidad) y  Huelva, en busca de ayudas para la misión de Kara ,me ocupan la mayor parte del tiempo.”

“ Las últimas semanas se fueron volando y casi sin respiro. Los últimos días y sin yo saberlo, un grupo de mujeres “ piadosas ” de mi pueblo, organizaron una recogida de ropa y comida y tuve que estar con ellas dando portes, clasificando, desechando, etc. Y así se pasó el tiempo que debería ser de descanso.”

Mientras tanto en la misión se recibe la notificación de la cesión por parte del gobierno togolés, de los terrenos de Prodepeka, al Centro Don Bosco. Igualmente se les comunica desde Bélgica, que el proyecto del Centro ha recibido luz verde por parte de C.E.E. La buenas noticias, o mejor dicho, las simientes que se han sembrado, comienzan  a dar sus frutos, y así Juan Manuel, Paco y Albert, que marcharon a Cinkassé, donde se va a establecer una nueva misión, tras la entrevista con el Chef local, obtienen de éste la promesa de unos buenos terrenos, consistentes en 400 x 380 m. Que suponen 152.000 metros cuadrados. Pero no para ahí la cosa: José Antonio envía un regalito consistente en 10.000 marcos.

A finales de abril, tras la celebración de la Eucaristía, tuvo lugar la bendición de la primera piedra de la nueva iglesia parroquial; otro gran proyecto concluido.

Foto nº 12  Iglesia de Kara.

“ Hoy el Centro está de fiesta - nos dice el cronista -, que añade, José Antonio vuelve de España y Europa después de dos largos meses (marchó el 18 de febrero y vuelve el 10 de mayo), que a nosotros se nos han hecho más largos todavía. Todo el mundo está contento. A eso de las dos de la tarde, los gritos y aplausos de los chavales nos dicen que ya está aquí. ¡ Ha sido un día muy emotivo!. Cuando la noticia corrió por la ciudad, muchos chavales y maestros compartieron con nosotros misa y mesa. En un ambiente muy agradable y familiar, pasamos unas cuantas horas donde no faltó  nada: Alabanzas a Dios por el don de la Madre Mazarella; mesa bien preparada y surtida y muchos cantos y alegría “.

En junio, después de visitar un garaje, con vistas a instalar en el, el proyecto Mecánica del auto, se le da la despedida a Juan Manuel, que marcha a Cinkassé . En esta fecha se reciben a dos cooperadores salesianos: María Dolores Benítez García, médico, que en más de una ocasión, junto con Carmen, la mujer de Alonso Limón, habrían de atender a José Antonio, que no cuidaba en absoluto de su persona y enfermedad, pues todo el tiempo era para sus chavales, y a Enrique Baena, mecánico.

María Dolores nos dice, que conoció al padre José Antonio, por los salesianos que en diversas ocasiones nos hablaron del proyecto de Kara. Fue en el año 1.990. Por aquel tiempo yo pertenecía a la Asociación de Cooperados Salesianos, y José Antonio quería que también los seglares participáramos en el proyecto.

“ En el verano de 1.990 fui (Junio-septiembre) por vez primera para conocer “ In situ ” el proyecto. Me impresionó cómo se trabajaba, la necesidad de colaboración que había y sentí que yo podía aportar mi granito de arena. Más tarde, en enero del 91 retorné a Kara y me quedé cuatro años, en los que pude convivir y trabajar estrechamente con la comunidad de salesianos de la que José Antonio era el Director

“ Puedo decir - continúa María Dolores - que para mí y creo que para todos los que, gracias a Dios, hemos tenido la dicha de conocer y estar cerca de José Antonio, era un ser verdaderamente maravilloso. Abarcaba todas las facetas de la vida de los chavales de la calle. El alma y la vida de este proyecto era José Antonio, que con la vitalidad que tenía, con el gran amor a los jóvenes, con la profunda fe en la Providencia, con su gran vocación salesiana, con su fuerte capacidad de trabajo, con su entusiasmo y energía, nos hacía vibrar a todos. En resumen yo diría que: José Antonio fue un gran hombre, super enamorado de Dios y de los jóvenes, a los que entregó su vida, siendo testimonio del amor que Dios les tiene, como corresponde a un gran salesiano”

En septiembre llegan a la misión de Kara el padre salesiano Alfredo Galindo, junto con los cooperantes Alonso Limón  y su mujer Carmen, y Diego; un voluntario de 20 años que estuvo un año en la misión y lo hizo muy bien y que hoy es profesor en el colegio salesiano de La Santísima Trinidad, en Sevilla.  El padre Alfredo trae un ordenador personal, que constituye la esperanza de la administración de nuestro gran complejo: el Centro Don Bosco, y en el que José Antonio perderá las “pestañas”. No olvidamos tampoco el televisor que trae el matrimonio de San Bartolomé de la Torre, regalo de los muchachos de aquel lugar, que estremeció de alegría a los muchachos del Centro.

Nos cuenta el padre Alfredo Galindo que él no fue un íntimo de José Antonio, sino que las circunstancias los pusieron uno al lado del otro... Dios escribe derecho...” La cosa ocurrió así: En una de las visitas que hizo nuestro Provincial a Jerez, donde me encontraba destinado, nos dijo que andaba buscando un salesiano un poco mayor para Togo (yo tenía 56 años), pues allí se venera a los ancianos (después lo pude comprobar personalmente) y como la misión de Kara era muy joven, me ofrecí. El inspector aceptó y en dos años me encontraba en África, en la misión de Kara.”

“ José Antonio nos recibió con los brazos abiertos, pues no era pequeño el refuerzo que le entraba por las puertas, para poner en práctica el proyecto educativo-social que iba cuajando su gran imaginación, generosidad, simpatía y clara visión de futuro, amén de muchas otras cualidades. Llegamos a Lomé, la capital de Togo, el 23  de septiembre, donde tras  dos días de gestiones, pudimos marchar por la carretera internacional que cruza Togo, de sur a norte. Cuando llegamos a la ciudad de Sokodé, a unos 84 Km. de Kara, a José Antonio se le ocurrió (el llevaba la furgoneta), que podíamos saludar al Sr, Obispo y allá que nos fuimos a Palacio...
        
“ Entre otras muchas cosas que nos dijo, que no entendí porque mi francés no era muy rico, a la despedida : “ Os voy a dar tres consejos:  Mucho cuidado con el agua: podéis contraer enfermedades. Es mejor beber agua mineral o, al menos, hervida. Nunca os pongáis directamente al sol sin algo sobre la  cabeza, pues los paludismos están a la orden del día.  La SIESTA ES SAGRADA. En efecto, es absolutamente necesaria, pues el día que no se duerme, se pierde la tarde.”

 “ Hago referencia al original Proyecto que José Antonio concibió y casi realizó a pesar del poco tiempo de que dispuso. Una de sus grandes cualidades era la voluntad de hierro en el trabajo constante y continuado y su incansable espíritu para llevar a la realidad lo que se proponía. Tradicionalmente aquí en España - continúa el padre Alfredo - y en otros lugares de misiones, los salesianos hemos intensificado el trabajo en nuestros Centros, formando a los alumnos con una preparación exquisita... pero al terminar los estudios y obtener su título, los hemos soltado de la mano y dejados a su iniciativa para buscarse el trabajo. Lo original de la obra de  José Antonio es que él concibió y abarcó un período mucho más largo de contacto directo del Centro Formador con los alumnos, hasta darles una estabilidad en su trabajo y buscarles una colocación definitiva. “

Este magnífico objetivo lo conseguía con los siguientes medios : 1º.- Los grupos de muchachos,  entre 8 y 12 alumnos, normalmente, eran admitidos de tal manera que fuesen del mismo poblado o de otros próximos para que aprendieran un mismo oficio u otro de parecidas características.2º.- La relación con los Jefes Tradicionales de la aldea de origen era completa, durante los tres años de formación: Visitas a los poblados, presentación del grupo por el mismo Jefe, participación de éste en las fiestas importantes: Don Bosco, reparto de Títulos de fin de aprendizaje de estudios... 3º.- Envío de estas cuadrillas o cooperativas a trabajar en las obras que el Centro realizaba  en los alrededores, consiguiendo la manutención del grupo y una cantidad remanente que entraba a formar el fondo de una cuenta bancaria, para cuando el grupo terminara su formación y saliera a trabajar, gestionada por los mismos muchachos, asesorados en y desde el mismo Centro. 4º.- Creación de asociaciones de mujeres (novias, esposas u otras relacionadas con los muchachos para que también se fueran preparando en este mismo sentido).

En el año 1,990 se comienza en Cinkassé con la pre-evangelización, ya que solo existían 50 católicos y 200 catecúmenos en esa región. Es Cinkassé un lugar muy pobre donde no hay agua, ni luz. Sólo están los niños y los jóvenes, que es para los misioneros salesianos, lo único necesario para emprender una misión.

A finales de septiembre, el día 24, tiene lugar la primea conmemoración del día de  María Auxiliadora, en Kara (África), con celebración de la Eucaristía en su honor, a la que José Antonio tenía mucha devoción y fe.
        
Mientras tanto, el padre José Antonio, como director de la misión, continúa animando todas las actividades y de una forma especial promoviendo los Proyectos de los organismos colaboradores, junto con las relaciones públicas. Así nos lo expresa el mismo en su correspondencia con la Comunidad :

Foto nº 13. Talleres de forja.
        
A los talleres existentes se han sumado unos hermanitos: el ya citado de mecánica – coche, carrocería – pintura y  electricidad del automóvil...tenemos cuatro talleres en construcciones, nuestra casa y tres casas más para los chavales, la granja de Prodepeka y una serie de lugares comunes: WC, duchas, salas de reuniones y sólo estamos Juan Carlos Ruíz Cayola  y yo... Todo con el curso en marcha y más de 370 chavales de los que hay que cuidarles en los últimos detalles: comida, ropa, salud, limpieza... Estamos tan ocupados en las cosas urgentes que creo estamos olvidando lo esencial. Pero esto es un mar de pobreza sin fondo y, cuando levantas una  manta te encuentras lo que no te puedes imaginar. No te queda más remedio que arremangarte las mangas y tirar “Palante” mientras el cuerpo aguante... No sé si te lo creerás, pero estoy muy nervioso y ansioso por ver todo esto ya realidad... Realmente Dios aprieta y aprieta y luego te hace reposar en verdes praderas, pero te aseguro que llega casi en el último momento. “

Foto nº 14. Chicos en el mercado

“ Después de celebrar la misa en honor de María Auxiliadora, (el día 24) en la que los chicos de Prodepeka han participado en la Eucaristía, tan serios y respetuosos, ¡quién lo diría!, hace unos días en el mercado... y hoy escuchando la misa, que posiblemente sea la primera. El representante de Misereor dice que el señor Matisen va a subvencionar la Casa de la Comunidad  en el Chantier, (Obra en construcción) cosa que otros organismos habían rechazado hasta ahora. “ El Señor no nos deja y la Virgen se ha hecho sentir en el 24”.

Nace en la ONG Solidaridad Don Bosco, como instrumento permanente, al servicio, inicialmente de Kara, y más tarde de las Misiones Salesianas.


Es a partir de los trabajos que se desarrollan el la misión de Kara, cuando, entre otros por iniciativa del propio José Antonio Rodríguez Bejarano, se ve la necesidad de comenzar a trabajar en la formalización de una Organización No Gubernamental (O.N.G.), para atender los numerosos proyectos que se ponían en práctica, con los jóvenes togoleses. Como tal ONG nace sobre el año 1990, desarrollándose su actividad inicialmente en Kara, para posteriormente implantarse en Sevilla, con objeto de poder coordinar mejor los trabajos en favor de todo el país de Togo.

Nace pues la ONG,  “Solidaridad Don Bosco” como delegación en España de la Asociación Don Bosco en Togo. Fue allí donde aprendimos a trabajar por la promoción integral de la juventud más desfavorecida, con los niños de la calle, los jóvenes del mercado, sin familia o en situación de riesgo. En todo este trabajo fundacional, José Antonio volverá a tener un papel fundamental, en su concepción, modelo de funcionamiento,……..

Fruto de la experiencia adquirida en Kara, asumimos en todas nuestras acciones un modelo de desarrollo centrado en la persona, autosostenible, que parte de las culturas de los pueblos del Sur y cree en sus potencialidades para transformar su realidad. Ellos son los protagonistas de su propio desarrollo.

Trabajamos por la construcción de otro mundo, donde estén vigentes valores tales como la paz, la solidaridad, la igualdad, la fraternidad; comenzando donde y con nuestros destinatarios, los jóvenes, tanto en el Sur como en el Norte. El camino que hemos emprendido para conseguirlo tiene tres carriles convergentes:  los proyectos de desarrollo de cooperación internacional, la Educación para el Desarrollo y el Voluntariado.

Actualmente tenemos dos áreas fundamentales de trabajo. Por una parte, los proyectos de desarrollo, que son acciones desarrolladas en los países empobrecidos encaminadas a mejorar sus condiciones de vida. Aquí luchamos, como lo hizo José Antonio,  por erradicar las causas que originan la pobreza. En concreto nos referimos:

1.- Infraestructuras Educativas.- El acceso a la educación es una de las bases para asegurar el futuro de las generaciones venideras. El nivel de analfabetismo de los países empobrecidos imposibilita su desarrollo.

2.- Capacidad Profesional.-  Desarrollamos programas de educación técnica, incorporación de nuevas tecnologías, creación y gestión de microempresas. Más de 18.000 jóvenes se han beneficiado en estos 10 años últimos, de nuestros programas de capacitación..

3.- Acceso al Mundo  Laboral.- Los microcréditos, junto al apoyo a las cooperativas constituyen los ejes de nuestras acciones en este sentido. Más de 125 cooperativas han sido puestas en marcha por nuestros proyectos.
        
4.- Niños y Niñas de la Calle.  El derecho a un crecimiento digno de cada joven que posibilite su maduración como persona en un mundo familiar, con libre acceso a una educación básica, en unas condiciones sanitarias saludables.

5.- Sanidad Preventiva. El acceso a una atención sanitaria , así como los programas de Salud Preventiva son dos herramientas para contribuir a la mejora de la calidad de vida en las poblaciones empobrecidas.

6.-Infraestructuras.-  Muchos pueblos, sobre todo africanos, no tienen acceso a agua potable. En ocasiones tienen que recorrerse hasta 10 Km. para  encontrar agua durante la época seca.

7.- Cohesión Social.- Las acciones desarrolladas en el Sur potencian la organización social de las comunidades. Los proyectos que se desarrollan son determinados por las características de cada comunidad.

Y por otra parte, la educación para el desarrollo, que comprende cuatro líneas de trabajo fundamentales:

1.-Campañas educativas para acercar la realidad de los países empobrecidos a nuestra sociedad.

2.-Talleres formativos desarrollados en Centros Educativos para reflexionar junto a los jóvenes la causa que perpetúan  la pobreza.

3.-Formación de Educadores para promover la Educación en la Solidaridad en el Hogar, la Escuela y en el Tiempo libre.

4.- Acciones concretas de compromiso individual y colectivo que inicien un proceso de cambio social.



UN GRAVE CONTRATIEMPO. JOSE ANTONIO CAE GRAVEMENTE ENFERMO. LA PRIMERA LLAMADA, QUE NO DESCOMPONE EL HILO CONDUCTOR DE SU COMPROMISO MISIONERO.
                                                                                                                                                                    

Al día siguiente, José Antonio se  desplaza a Cinkassé para visitar a los hermanos y cae enfermo. La Crónica refleja: “ La cosa parece grave “. La evolución de la enfermedad  de José Antonio, tal y como queda  reflejada en la Crónica de la Misión nos confirma su gravedad:

 “ El viernes día 9 de noviembre: Da muestras de encontrarse mal. Veremos. El sábado 10.- José Antonio ha tenido que meterse en la cama, bastante mal, con fiebre, dolor de cabeza, vómitos y diarreas. La noche ha sido muy molesta para él. Se le insiste que hay que llamar al médico y se resiste diciendo :“ Que pasará ”. Por fin a las cinco José Antonio cede y es trasladado al Dispensario de la Caridad, donde se han asustado del estado del enfermo, recomendando colocarle inmediatamente un bote de suero. Parece que ha tenido un poco de alivio. El domingo 11.- Por la mañana le hemos trasladado otra vez al Dispensario para inyectarle un nuevo bote de suero. Por la tarde se le pone otro. La fiebre no cede, la cabeza va peor. Las noches son muy malas. El lunes 12.- Vuelven a ponerle suero. El estado de José Antonio se agrava.”

“ El martes 13.- Sobre las cinco de la tarde José Antonio ha salido de la habitación desencajado, diciendo.” Ya no puedo más”.  En medio de una lluvia torrencial (tanto que se ha inundado la habitación de Alfredo) hemos tenido que ir a buscar a Sor Caridad, que no ha podido hacer nada. Solo nos dice que hay que llamar al médico. Seguía la lluvia. El médico, muy amable, ha venido inmediatamente. Tenía de fiebre 40º 3 y la cabeza le estallaba; dolor de espalda, frío, sudor, calor, vómitos... El médico dice que hay que hospitalizarlo rápidamente: análisis, suero, inyecciones...A las 10 parece que la situación está dominada pero a las 12 vuelve el ataque y se agrava . Pasa la noche muy intranquilo. El cuadro es desalentador. “

“ El miércoles 14.- Continúa la gravedad y en el hospital están muy intranquilos. Agota los medios disponibles. El Jueves 15.- No se observa mejoría. Se le propone al médico llevarlo a Lomé y le parece bien. Lo llevará Bernarda en un coche climatizado encima de un colchón. Lo acompañará también sor Caridad para atenderlo en el camino. Saldrán a las cinco y ya están avisados en Lomé, los hermanos y médicos. Alonso y Carmen hacen también el camino para atenderlo en el hospital.”

“ El viernes 16.- Marchan a Lomé. El sábado 17.- Llegan noticias de que continúa la gravedad. Parece que están complicados los riñones, un pulmón y problemas de sangre. No orina. Habrá que hacer diálisis. El domingo 18.- Alfredo habla con el Inspector, presentándole la situación de José Antonio y la del Centro de Kara. Don Francisco Vázquez (inspector) ordena inmediatamente que llamen a José Manuel Nogueroles que conoce la lengua y ya estuvo el año pasado dirigiendo el Centro. “

“ El lunes 19.- Llega de Cinkassé Paco Rodríguez para conocer de cerca la situación. Juan Manuel está en Wagadougou haciendo un curso de moré. Los profesores y alumnos del Centro se encuentran un poco desorientados. ¿Qué va a ocurrir?. ¿Seguirá esto o todo se viene abajo?. El Martes 20.- Sigue la gravedad de José Antonio y se comienza a filtrar la idea de llevarlo a España. Él se resiste pero no habrá más remedio.”

“ El jueves 21.- Las noticias de José Antonio son alarmantes: no funcionan los riñones. Posiblemente el domingo marchará a España. El sábado 23.- Marcha José Antonio a España acompañado de César. Dios quiera que el viaje sea bueno y no haya contratiempos. Ingresa en Madrid en el hospital “ Doce de Octubre ” donde permanecerá una semana en la U.C.I.

“ Sobre el día cinco o seis de diciembre - nos dice su hermana Maribel- , lo recuerdo bien porque se aproximaba la festividad de la Inmaculada, recibí una llamada telefónica de mi hermano José Antonio. Cuando escuche su voz me puse muy nerviosa y comencé a preguntarle atorrulladamente. ¿Cómo estaba?, ¿dónde se encontraba? ... Me contestó.” Estoy en un hospital, en Madrid, pero no le digas nada a nuestros padres”. Gran pena sabía que le estaba causando a sus padres, con su lejanía, como para apenarlos aún más con su enfermedad. Mi marido y yo (dice Maribel) nos marchamos enseguida a Madrid para verle y allí permanecimos todo el día acompañándole. Nos comentó que había estado muy grave, pero milagrosamente, los riñones, que tenía paralizados, habían comenzado  a funcionar y empecé a mejorar poco a poco. Le dije a Don Bosco que no había terminado aún la obra y me dejó aquí un poco de tiempo más”

Con esa filosofía que tenía de la vida y de lo que somos y adónde queremos ir, nada más sentirse un poco curado escribe:


“ Querido amigo y hermano (carta a don Manuel Jiménez 13-12-1990). Con gran alegría recibí tu carta aquí en el hospital de Madrid. Gracias por tu cercanía y por tus oraciones. Sabía que estabas cerca aunque no me hubieses escrito.
A raíz de un paludismo, con sus vómitos y sus diarreas, un poco violentas y persistentes, me deshidraté y a consecuencia de la deshidratación los riñones decidieron pararse un poco. Ponerlos de nuevo en funcionamiento ha costado lo suyo pero ya están en marcha. Ahora solo queda encontrar la causa de una gran anemia y salir corriendo para Kara. Todo esto no es sino un pequeño accidente, sin más importancia y en algunos aspectos quizás providencial. Me ha servido personalmente para replantearme algunas cosas y para quitarme del tabaco; creo que el balance general es bastante positivo.
Aprovecho para manifestarte también mi unidad y mi cariño en ese tiempo de preparación a la misión que como el Adviento, no es sino tiempo de conversión a la venida del Señor”.


Días antes de Navidad, con el alta médica provisional, se vino a Almonte para reponerse de la anemia que había cogido, pero aún así no paraba de viajar: Sevilla, Huelva, Cádiz, Madrid... No permanecía quieto ni un instante. Siempre buscando algo para su misión de Kara y sus chavales. Y cuando se encontró un poco mejor, todavía con el alta médica provisional, se marchó a África con el inspector don Francisco Vázquez.
        
Sabía  que no podía  volver a  África pero se negaba a vivir en España para  reponerse. No pensaba abandonar a sus chavales de la misión, por culpa de su enfermedad.

“ ……….Invierno de 1.845 – 46. Los pulmones de Don Bosco, durante aquellos meses del frío invierno, demuestran una fragilidad enorme. (pag.147).Su salud empezó a remitirse rápidamente. La marquesa  de Barolo, que le apreciaba mucho, llegó a ofrecerle 50.000 liras (8 años de sueldo), para que se tomara un reposo absoluto. Don Bosco le respondió : Muchas gracias, Vd. es muy caritativa, pero yo no me he hecho cura para atender a mi salud”[52] .

Foto nº 15. José Antonio charlando con los chavales en el mercado

Vivía por África y para África, y allí dejó su vida. Y como anécdota Maribel nos cuenta que su hermano le había dicho una vez, que en Togo, había padecido hepatitis “y que un “brujode una tribu me lo curaba”.
        
Mientras esto ha ocurrido en la vida de José Antonio, desde su marcha a Madrid el día 25 de noviembre, la Misión continúa su ritmo .

Del 7 a 13 de diciembre, reciben en la misión la visita de la Presidenta Nacional de Manos Unidas, de España, doña Carmen de Miguel, acompañada por el Provincial de los Hermanos de la Doctrina Cristiana. Durante la visita quedan encantados con la obra realizada en Kara. Aclara la Presidenta de Manos Unidas, la razón de no haber financiado nuevos proyectos, ya que el primero que le concedieron a la misión, de 2.400 Euros (400.000 ptas ). ¡aún no se había justificado!. No obstante, al final de la visita, les felicita y se ofrece llevarse las cartas de navidad a España. En la Crónica queda reflejado hasta este detalle: “ nos advierte de que no se le pongan sellos a las cartas, ya se los pondrá ella . Gracias. “

Por estos días, por fin se tienen noticias en Kara de la enfermedad de José Antonio, el día 11 de diciembre de 1990, la Crónica manifiesta “Está bien. Le funcionan perfectamente los riñones y hasta es posible que vuelva a finales de enero “. Para añadir estas expresivas palabras: “ Nos parece un sueño imposible. Bendito sea Dios.”

Nos suponemos los gritos de alegría y el gozo que tendrían los chavales al saber que su Père Antón, estaba bueno de salud y pronto volvería a estar con todos ellos.

“…….Cuando Don Bosco iba a decir misa y predicar, apenas entraba en la capilla, parecía que una corriente eléctrica pasara a través de los numerosos muchachos. Se ponían de pie y salían corriendo y se apretaban en derredor suyo. Se requería bastante tiempo para llegar a la sacristía”[53]

Nos preguntamos sí ¿no sería parecida la bienvenida que le tributarían sus chavales, al verle aparecer de nuevo en la misión, cuando ya se le daba por perdido?

Y seguimos en la misión. “ Marino, el cooperante y Alonso, han hecho por separados las primeras experiencias de “ terrazo ”. Como era de esperar, no han sido satisfactorias, (faltan todos los elementos y máquinas apropiadas), pero hay bastantes esperanzas de que salgan bien “.

“ Una llamada telefónica hecha desde Sevilla, confirma la llegada de José Antonio, que viene juntamente con el inspector don Francisco Vázquez, para realizar la visita canónica. Casi no nos lo creemos. Nos parece un sueño y un milagro. No decimos nada a nadie para que sea una verdadera  sorpresa.”

Ya en Kara, nos dice Maribel, la hermana de José Antonio, que llevó a cabo, entre otros, un proyecto que costaba 21.000.000 de francos cefas[54]

Los chavales y las personas mayores en Togo, cenaban sobre las siete de la tarde y a las 8 ó las 9 estaban acostados. Una noche, después de la cena, se quedaron conversando en la misión hasta cerca de las dos de la madrugada, mi hermano y los demás miembros de la comunidad. Sobre esa hora suena el teléfono y dice María Dolores (médico): esa llamada es de España, por la hora que es.  Descolgó el teléfono y llamó a mi hermano porque la llamada era para él. Pasado un rato aparece José Antonio con una sonrisa que le cogía de oreja a oreja y dice: ” Es de Francisco Vázquez para comunicarme que nos han hecho una donación de 40.000 dólares una persona anónima, equivalentes a 24.000.000 millones de francos cefas , por lo que aún nos sobran varios millones, después de realizar el proyecto.”.

Tenía fe ciega en la Divina Providencia, como don Bosco.

“…….después de vestir sotana Don Bosco, pensó comprar una casa para sus “chiquillos”. Se comprometió a comprar una casa entera a Francisco Panardi, por 30.000 liras. No tenía nada y debía hacer el pago dentro de 15 días y hacer las escrituras. Empezó entonces un bonito juego con la Divina Providencia.Una condesa, Casazza Ricardi, le entregó 10.000 liras. Al día siguiente, un religiosos rosminiano le prestó 20.000 liras y las 3.000 liras para los gastos de la escritura los puso el sr. Gotta. Era el 19 de febrero de 1.857.Difícil no ver la  mano de la Providencia [55]”.

“ Las cosas que decía - nos cuenta el padre de José Antonio - las demostraba con su ejemplo. Su constancia y su carácter, siempre alegre e ilusionado con el que vivía, le obligaban a decir: “ Contra más cosas hago por mis semejantes, más feliz me encuentro”.

“ Muchísimas anécdotas -continúa el padre de José Antonio - podríamos contar de su larga vida en misiones en Togo. En alguna de ellas estuvo en juego su propia vida, y no por la enfermedad precisamente sino por los hechos que le ocurrieron durante su estancia en Togo, país de revueltas. “

“ Una vez, apareció por la misión un camión repleto de soldados que se fueron bajando del mismo, y uno de ellos comenzó a disparar a izquierda y a derecha, al mismo tiempo que le indicaba a mi hijo que bailase, a lo que le respondió: ” Que no sabía bailar ”. En ese momento se bajó del camión otro soldado, suponemos que de mayor graduación, y acercándose al oído del que estaba efectuando los disparos, le susurro no sabemos que, y de inmediato se cuadró delante de Pèr Antonio  (apelativo con el que llamaban cariñosamente los jóvenes a mi hijo) y dio orden a sus soldados para que abandonasen de inmediato la misión. Era un hombre como otro cualquiera y tenía los mismos sentimientos que cualquier otro mortal. Todo lo cual podemos deducirlo del comentario que le hizo a María Dolores, médico cooperante, “ Casi me cago ”.

“ En otra ocasión, haciendo caso omiso de la orden del toque de queda, impuesto por el régimen togolés,  salió con el coche a buscar a dos niños que se habían perdido. Al poco tiempo de iniciar la búsqueda, los soldados le dieron el alto, le colocaron una bayoneta en el cuello, al mismo tiempo que le decían, que si no sabía que había que respetar el toque de queda y que le podían matar tranquilamente por desacato y desobediencia al régimen. “

“………..Dentro de todo el acoso a los curas, el día 14 de agosto de 1.849, se presenta en Valdocco un tal Valpato y le advierte a Don Bosco que, al atardecer será asaltado. Que cambie el Oratorio. Que es mejor que se marche con sus muchachos en seguida. Don Bosco reflexiona y decide quedarse.[56]

“ A mi hijo le gustaba muchísimo leer –continúa su padre- . Una de las utilidades de esa afición la conocimos en cierta ocasión, en la que su madre le preguntó, al ver que montaba  talleres y que incluso el mismo ejercía como maestro en muchas ocasiones y en  talleres de diverso contenido y especialidad: Pero hijo, ¿tú sabes hacer eso?. Y José Antonio que era un “manitas” en todo lo que se ponía, le contestó:¿Y para qué están los libros? “.

“ Mi hijo José Antonio tenía un espíritu inquieto. Pensaba las cosas y al momento quería realizarlas. Era muy vehemente. ¿Cómo conseguía todo lo que se proponía hacer?. La Divina Providencia lo tenía abastecido. En otra ocasión se presentó en Alemania en busca de una subvención y se fue, llevando la ropa que normalmente usaba en la propia misión. A la reunión asistían otros sacerdotes con los que iba a entrevistarse, con sus trajes, corbatas, abrigos... En medio de aquella reunión, él parecía que iba a pedir una limosna para él, y notó en la cara de los demás, una cierta extrañeza hacia su persona . Hasta tal punto, que durante el tiempo que duró la entrevista (varias horas), en diversas ocasiones le preguntaron si era sacerdote, a lo que siempre contestaba lo mismo:”Si, soy sacerdote”. “

“ Harto ya de escuchar la misma pregunta, levantándose de la mesa les dijo:” Señores, me marcho a decir misa, ¿venís?.  Hasta entonces no se creyeron que era sacerdote.”

Su hermana Maribel nos cuenta que cuando venía a Almonte, siempre se llevaba algo. En el año 1991, cuando volvió a Kara se llevó un contenedor lleno de alimentos, ropas, calzado, medicinas... Hasta un tractor con su arado correspondiente, que le regalaron en Cádiz.

Y es que, lo mismo en Almonte, Kara u otra parte que se encontrase, su imaginación no paraba de maquinar cosas con las que poder ayudar a la misión de Kara, donde sus chavales agradecían enormemente sus constantes desvelos por ellos.

Resumiendo un poco la vida de la misión desde sus inicios hasta el año 1993 (nunca está de más recordarlo),  diremos que los salesianos comienzan la evangelización del más desvalido. Contactan con las personas y la cultura de Kara y en 1986 inician la obra Centro Don Bosco, con los jóvenes del mercado, que forman las pandillas. Con un trabajo de mucha paciencia, prudencia y amor a estos jóvenes, los misioneros han pasado muchas noches durmiendo junto a ellos y conociendo el trabajo de cargadores que realizan por la madrugada en los mercados. Los jóvenes mismos han preguntado: si no hay otra forma de trabajo que ellos pudiesen realizar.

El Centro Don Bosco les ofrece a los jóvenes que acuden, tanto del mercado como de las cárceles, un lugar de esperanza. Reciben comida, sanidad, una familia, escolaridad y un camino de evangelización.  Se cuenta con una Granja en donde los jóvenes pasan unos meses de adaptación y donde experimentarán la vida en grupo, iniciando una convivencia entre amigos y compañeros. (Estamos hablando ya del año 1993).

Después pasan al Centro Don Bosco que es un proyecto de promoción humana y cristiana promovido por los mismos jóvenes. Aquí se produce el aprendizaje en grupo y se ofrece el trabajo como medio de  prevención. En este ámbito se presentan las especialidades artesanas siguientes: electricidad, fontanería, forja, carpintería, madera, albañilería y fábrica de ladrillos, cría de gallinas, cerdos, patos, hortalizas, talleres de automóviles, inicio de pequeñas industrias de carnes y frutas. A continuación se ofrece ayuda a la implantación de pequeñas industrias con efecto multiplicador, caja de compensación para financiaciones, es decir que se realiza el lema de “unión, escuela y empresa”. Aprenden, construyen su casa y reciben un salario. El Centro acoge a más de 400 chavales.

Inspirado en el poblado kabié y sus viviendas tradicionales togolesas se construye la ciudad de los muchachos de Don Bosco, por los mismos jóvenes. Allí vivirán 150 de ellos distribuidos en grupos de 15. Se cuenta con casas, escuela, enfermería, el lugar de encuentro y diversión, la plaza, la capilla, el pozo tradicional y el ayuntamiento.

Los jóvenes más adelantados  enseñan a los de nuevo ingreso, participando en un clima de familia, creciendo en solidaridad, conviviendo con los salesianos y,  cada nuche recibiendo la Buena Noticia en agradecimiento a Dios.

Foto nº 16. Clase al aire libre, en Kara.


Foto nº 17. Casas de la ciudad de los muchacho de Don Bosco, en Kara.


En 1993 llega a la Misión de Kara, el salesiano don Antonio Herrera. Han tenido que pasar 14 años, desde que su compañero salesiano le conociera en el Noviciado de Sanlúcar la Mayor, (1.979) para encontrarse nuevamente con José Antonio, (1.993) en la Misión de Kara. Así describe este acontecimiento el propio padre Herrera: “En este año de 1993, nos dice don Antonio Herrera, siendo inspector salesiano de Sevilla don Francisco Vázquez,  me ofrece ir a Togo, a nuestra presencia misionera de Kara. La propuesta fue una gran alegría y como un sueño para mi, que venía acariciando la idea de ser misionero en África desde mis primeros pasos en la vida salesiana.
Me puse enseguida en movimiento.La idea no fue demasiado bien vista por mis padres. Para ellos no fue fácil comprender esta vocación que me llevaba tan lejos y a ciertos peligros. Pero como siempre, desde que les dije que quería ser salesiano, terminaron por  comprender que esa era mi vocación y que allá yo podía ser feliz sirviendo a tantas personas necesitadas.[57]

“ En julio de 1993 me puse a estudiar francés en el consulado de Francia, en Sevilla. Pero un duro momento y muy delicado ocurrió. Murió en un accidente de tráfico don Manuel González Parra, el día 14 coincidiendo con la fiesta nacional francesa. Yo la sentí especialmente porque fuimos compañeros de noviciado, nos conocíamos bien y nos apreciábamos.

“ Yo sabía que era un momento delicado para la inspectoría, después de la muerte de Manuel y mi partida hacia Kara. Era consciente de la falta de personal y de hecho tuve que interrumpir las clases de francés y sustituirle como responsable de un campamento de formación de jóvenes, cosa que hice con gusto, pero con el temor de que mi proyecto misionero fuera frustrado. Gracias a Dios y a la generosidad de mis superiores, no fue así y continué mi preparación “.

“ En el año 1.993, José Antonio pasó el verano en España, con sus padres en Almonte. En los días previos al viaje a Kara, que íbamos a hacer juntos, nos encontramos en la Casa Inspectorial de Sevilla. Era finales de agosto. José Antonio tenía muy buen aspecto, algo gordito como era su natural, sonriente y de buen humor. Me habló enseguida de mil proyectos que tenía para los chavales de Kara. Aquello me cautivaba. Pero lo que más me llamó la atención fue ver a Pilakani, (un chavalito togolés de unos 13 años, con cara de traviesísimo, pegado a José Antonio, que se había traído de la misión de Kara a pasar con él las vacaciones).  Se palpaba su amor, su pasión por el “Père Antonio””.

EL ULTIMO VIAJE A KARA. SE CONSUMA EL LEMA DE SU MINISTERIO SACERDOTAL: “ESTE ES  MI CUERPO, TOMAD Y COMED “. LOS SECRETOS DEL ÉXITO DEL GRAN MISIONERO
                                                                                                                                                                    

Así nos describe el propio padre José Antonio, en su correspondencia íntima, como es la profundidad y la dimensión de lo que está experimentando en su interior:


“... te diré que en medio de todo este “follón” , creo que estoy viviendo momentos privilegiados en mi vida, no solo porque tengo la oportunidad de dar todo  lo que soy y lo que tengo, sino porque me siento muy realizado en este tipo de trabajo.
Muchos días, al celebrar la Eucaristía (no todos los días, que todo hay que decirlo) y al tener el pan en las manos y decir a mis hermanos y chavales: “ESTE ES MI CUERPO, TOMAD Y COMED”, siento que todo mi ser está detrás de estas palabras, junto con el cuerpo místico del Señor, y es toda mi existencia la que se va detrás de este TOMAD Y COMED.
Luego, durante toda la jornada, me viene la misma expresión y es difícil decir no. Decir luego, no puedo... y creo que ya no tengo las riendas de mi voluntad. Algunas veces quiero pararme, repasar las cosas, medirme, pero sé que tengo la batalla perdida, me siento comido, sobrepasado... no sé como explicarme todo esto, pero no puedo detenerme, esta máquina de engendrar pobres me ha cogido consigo y me duelen en lo más profundo. Quiero ser fuerte, oponerme, retroceder, alejar unos pocos de jóvenes de mi corazón y al final de vueltas, estamos acelerando, acumulando jóvenes dentro de mi... Sé que no voy a durar mucho, no es posible, pero tampoco me importa.
Este año han salido los primeros, ya están instalados y ganando su pan de cada día de una forma honesta y con alegría y pienso que todo ha merecido la pena, que hay que continuar. Que el Señor está detrás y tiene prisa de recuperar a todo este mundo que estaba condenado a ser unos desgraciados. Pero cada vez son más y más y te encuentras desbordado, pero al mismo tiempo, observo que estamos llegando a todos. Las fuerzas no sé de donde salen , el tiempo no sé como se estira, pero llegamos.
Ahora con todo este refuerzo que está llegando , mi primera intención es decir: llega el descanso, pero en el fondo sé que será peor, que vamos a intentar responder a más jóvenes, que se acumularán las preocupaciones por el pan de cada día, , por el trabajo y la salud de cada uno y siento una profunda  alegría. Es como poder gritar a todos estos jóvenes: esperad un momento que ya llegamos. Aguantad aún un poco, que vamos a compartir vuestra carga.
Realmente es formidable poder ser instrumento “eficaz” del Señor, en medio de este mar de miseria y de sin sentido y todo a pesar de lo que eres y de las miserias que uno mismo arrastra, y que no son pocas.
Si, realmente el sufrimiento es redentor, las preocupaciones por el bien del otro son rentables, vivir en la precariedad es creativo... Las bienaventuranzas son verdad y llenan el corazón de cualquiera, por muy exigente que este sea. Merece la pena no tener familia ni dinero, no los necesitamos, no lo podríamos tener. Construir el Reino exige dejar todo, dejarse a si mismo y reventar de alegría profunda.
Me encantaría poder compartir todo esto con nuestros hermanos de la Inspectoría. Decirles que nuestra vocación no es solo algo serio, sino que es la gran oportunidad de nuestra vida, que no la desaprovechemos, sino todo lo contrario, que seamos avariciosos de poder responder, pues el resultado no tiene precio... Nadie podrá quitarme lo bailado”


“ Llegó el día 3 de septiembre de 1.993, continúa don Antonio Herrera, el día en que cogimos el AVE (Tren de Alta Velocidad), que nos conduciría desde Sevilla a Madrid, y de allí coger el vuelo que nos trasladaría a Lomé, capital de Togo. Pilakani no se perdía un detalle, y sobre todo, no se despegaba ni un solo minuto de José Antonio.”

“ Buscando un precio barato para nuestro viaje, optamos por la compañía rusa Aeroflot. Esto nos obligó a atravesar toda Europa hasta llegar a Moscú. Un viaje larguísimo. Todas esas largas horas en el avión me permitió hablar con José Antonio, aunque más bien, escucharle. Me di cuenta enseguida del amor inmenso que tenía a sus chavales de Kara. Cuando hablaba de ellos, de Kara, de sus proyectos, se le iluminaba su cara redonda. Un amor que era correspondido por todos esos  chavales, como pude comenzar a comprobar rápidamente con Pilakani.”

“ Ahí va un hecho que me lo demostró con creces: Cuando llegamos a Moscú nos condujeron a un hotelucho de mala muerte para pasar la noche, antes de  continuar nuestro vuelo, que nos hizo arrepentirnos de la compañía aérea. El hotel no tenía casi nada de lo que se podía esperar de tal nombre. Ni siquiera tabaco. José Antonio tenía bastante arraigado ese hábito. Pilakani sabía cuanto fumaba. Pero sus cigarrillos se habían acabado. Era ya de noche y no se nos permitía salir del hotel en la Rusia de esos años. Y como Pilakani, que se percató del problema,  estaba dispuesto a mostrarle su cariño de todas las maneras, ¿qué hizo?. Tuvo una brillante idea para solucionar el problema. Acabábamos de cenar (tampoco la cena fue digna de un hotel) y quedaron unas naranjas en la mesa en la que habíamos comido los tres. En una mesa próxima a la nuestra había un señor con su hijo. Ese señor se levantó para ir al pasillo a fumar. Pilakani no se lo pensó dos veces y sin hablar una jota de la misma lengua que el otro niño de la mesa de al lado, le hace comprender que si su padre le da un cigarro, él está dispuesto a darle dos naranjas. Éste capta el mensaje rápidamente, va a ver a su padre, al que convence fácilmente, y vuelve con dos pitillos. Concluido el trueque, Pilakani ofrece a José Antonio no uno sino dos cigarrillos, para su gran alegría. José Antonio y yo nos quedamos sorprendidos de la astucia del chaval. Yo comprendí ese día, cuanto querían los chavales a José Antonio. “

“ Me hicieron falta muy pocas semanas para confirmarme en la idea de que José Antonio es sin duda alguna, el salesiano, de los que yo he conocido, que más querido ha sido por los jóvenes. “

Después de un largo y algo tortuoso viaje, llegamos a Lomé, y al día siguiente cogimos el camino de Kara, Tras no menos de tres pinchazos, llegamos por fin a Kara sobre las siete de la tarde, con la caída de la noche. Pocos minutos después de nuestra llegada , los chavales se agolpaban a la entrada. Todos querían ver a José Antonio y al nuevo père que les había traído.

“………Un día que Don Bosco fue a visitar al canónigo Cottolengo, éste toma entre sus manos el ribete de la negra sotana que vestía Don Bosco y palpándola le dijo: Es demasiado ligera: Procúrese una más resistente, porque serán muchos los muchachos que se cuelguen de ella”.[58]
            

Foto nº 18. José Antonio con personas de Kara.

“ A los pocos días de haber llegado, prosigue don Antonio Herrera, me sentí como en mi casa, bien acogido y querido por los chavales y los salesianos. El Centro Don Bosco de Kara  vivía en plena ebullición: talleres llenos de aprendices, construcciones de nuevas casas para acoger a más chavales, obras construidas por aprendices de Don Bosco en toda la región, etc. Se vivía un ambiente salesiano, mejor dicho, donbosquiano como yo también lo había soñado un día. “

“ Le pregunté a José Antonio, que cuál era mi función, dónde está mi despacho, cuál es mi horario. Me dio una respuesta que después ya  nunca he podido olvidar: “Te propongo – me dijo-  ponerte durante todos los días de este mes que viene, bajo ese árbol que está al borde de un camino del Centro, por el que pasan todos los chavales varias veces al día, sentado, sin otra cosa que hacer, viendo a los chavales pasar, hablando con los que se paren. Me harás un gran servicio si vas anotando las historias de cada uno de los chavales con los que hables. Intenta enterarte por qué están aquí, por qué han dejado sus familias y sus pueblos. A final del mes me presentas el cuaderno y después hablamos de lo que podrás hacer concretamente”.

“ La verdad es que la respuesta me sorprendió e incluso me chocó un poco. Pero en ese momento yo tenía la capacidad de adaptarme y así lo hice. Fue una experiencia muy rica que me ayudó a comprender por boca de los propios jóvenes del Centro, la misión de Don Bosco en Kara: salvar a los jóvenes más pobres de la región. Naturalmente, nunca más pregunté cual era mi misión, porque comprendí que consistía en hacer todo lo que ayudara a salvar a aquellos jóvenes…… Jóvenes con una historia concreta de salvación, frecuentemente marcada por el sufrimiento, la pobreza y la marginación. Pero habían descubierto todos en José Antonio, en los salesianos, en el Centro Don Bosco, un camino posible de salvación.

“ En los dos años escasos que viví con José Antonio aprendí muchas cosas pero la más importante fue, la de querer sin condiciones a aquellos chavales. Veía a José Antonio como un auténtico modelo a imitar. Para todos los chicos él era el padre, el protector, el confidente. Y en grado que, aunque da repelo decirlo, se asemejaba a lo que yo había leído y comprendido del mismo Don Bosco. “

“ Un secreto importante de este amor de los chicos a la persona de José Antonio lo descubrí cuando comenté con él un problema que acuciaba al Centro. Me comentó que efectivamente teníamos problemas y me recomendó  hacer como él hacia.  Estar con los chicos por las tardes, sentados en el patio del Centro, o en las escaleras de sus habitaciones, charlar con ellos y preguntarles como podemos hacer para solucionar el problema... Los chavales sabían que José Antonio contaba con ellos, les daba confianza, y ese era uno de los secretos de la paternidad.”

“ Un tercer secreto era la manera de personalizar y de querer a esos muchachos individualmente. Me sorprendía oírle narrar la historia de cada uno de los cerca de 300 que entraban en el Centro. Se diría que había unido su vida para siempre a la de cada uno de ellos. Recuerdo una vez que una persona habló con desprecio de los chicos, José Antonio dio muestras de enervarse y le dijo con firmeza:”Antes de hablar mal de ese chaval, le convendría conocerlo”, y nos dejó. “

“ No le era difícil a José Antonio tocar las teclas necesarias en los corazones de los chavales. Los había acogido uno a uno, los había escuchado, les había curado de heridas personales, les había propuesto un camino de formación y de futuro. Era normal que su persona fuera importante en la vida de todos y de cada uno de aquellos chavales. “

“ El cuarto y último secreto de ese amor de José Antonio por los chavales y de los chavales por José Antonio. Estando a su lado, yo tenía frecuentemente la impresión de estar con alguien que tenía una relación con Dios, profunda y especial. A medida que el tiempo pasa, esta impresión se confirma. Sus palabras, sus ilusiones, sus iniciativas me hacían pensar que él tenía muy presentes ciertos valores y opciones del Evangelio: el perdón hacia estas personas que le hicieron – la mayoría de la veces por envidia – la vida un tanto imposible, la alegría profunda y manifiesta cuando un chico daba un paso adelante en su vida, o demostraba ser capaz de hacer cosas buenas.¡Recuerdo que reía con tanta fuerza hasta llorar!. La convicción expresada de que los pobres son los preferidos de Dios y que ellos nos evangelizan.”

“ Y  otras tantas vivencias de las que fui testigo en los pocos meses que viví con él. Otra experiencia que me confirma en la relación fuerte con Dios es su oración. Yo sabía que José Antonio no tenía tiempo suficiente durante el día para escribir, montar proyectos, reflexionar, poner en orden sus ideas. Naturalmente se iba tarde a dormir. Pero un día, o mejor dicho, una noche,  descubro que las noches no solo las utilizaba para dormir. Hacía un calor insoportable en Kara, tanto que yo no lograba conciliar el sueño. A eso de la dos de la madrugada me levanto para ir a la cocina y beber un poco de agua fresca.  Me doy cuenta de que una de las luces de la capilla estaba encendida y al ir a apagarla me apercibo de que José Antonio estaba allí, en actitud de oración, en silencio, finaliza su compañero don Antonio Herrera ”.

1993 traerá hasta Kara además, el reconocimiento de toda la Congregación Salesiana, por los muchos valores salesianos que atesora el proyecto que dirige José Antonio, como centro de promoción humana, social y cristiana, reconocido de este modo por el Rector Mayor de la Congregación Salesiana, en la Jornada Misionera Salesiana (DOMISAL) de 1.993, como un proyecto verdaderamente ejemplar a imitar.

 El día 24 de mayo de 1994, día de Mª Auxiliadora se procedió finalmente a la inauguración oficial del Centro Don Bosco de Kara, con su conjunto de talleres, su equipo de educadores y su “foyer” (Hogar) de acogida. Al acto asisten las autoridades civiles y eclesiásticas de la región y más de 2000 personas, como prueba inequívoca de la aceptación social con la que contaba ya el Centro. Se inauguran además sendas esculturas de Don Bosco y Mª Auxiliadora.

Todo este  trabajo ímprobo que la dirección y animación que el Centro comportaba, fue minando la salud de José Antonio. Su ritmo de trabajo era agotador, con escasas horas para el sueño por las noches, y muchos dossiers a elaborar, presentar y desarrollar  simultáneamente. Por tres veces tuvo dificultades de bloqueo renal, que pudieron ser superados con diálisis. Sufrió muchas veces los ataques de paludismo. La medicación antipalúdica debilitó mortalmente su hígado.

Foto nº 19.- Los padres de José Antonio, en Kara

En ese mismo mes de mayo de 1994, los padres de José Antonio, José e Isabel, visitaron en Kara a su hijo José Antonio, el cual no se cansaba de decirles que quería que fuesen  a su hogar, donde compartía su vida junto a sus hijos, los chavales más pobres de Kara, y pudiesen ver “ in situ ” la felicidad que inundaba su corazón ante su gran familia, pues no era otra cosa su obra, que una gran familia numerosa,.

“ Esas inmensas ganas que tenía de que le visitásemos se cumplieron y pudimos compartir sus vivencias en África con él - nos comentaba su padre - 

Hemos de suponernos la alegría de los tres; sus padres y José Antonio, unidos en un fuerte abrazo, entre lágrimas  y besos, al encontrarse reunidos en la misión.
        
Su padre pudo comprobar la pobreza de los chavales pero al mismo tiempo la solidaridad que existía entre ellos.“ Esos niños no son pobres, son peor que pobres, pues nada poseían. Bueno, no tan pobres; tenían un espíritu de compartir lo poquísimo que tenían, que los hacían inmensamente ricos en bondad. No son capaces de tener algo, por muy insignificante que sea, que no lo compartan con los demás”.
        
Al respecto, continúa el padre de José Antonio,”  me ocurrió un caso que me confirmaba el significado de tal aseveración. Un día de los que pasamos en la misión, se me acercaron varios niños. Yo, que solía llevar caramelos en el bolsillo para dárselos a los chicos, en esta ocasión sólo llevaba un caramelo. Se lo ofrecí a uno de lo niños. Éste le quitó el papel que lo envolvía, lo chupó e inmediatamente se lo ofreció a otro compañero, que hizo lo mismo que el anterior, chuparlo y pasárselo al siguiente y así sucesivamente hasta la consumición del caramelo. Esto me demostró el carácter de generosidad, sacrificio, de saber compartir con los demás... Con razón decía mi hijo”: Prefiero vivir un año aquí que diez en España”.
        
En julio de ese mismo año, también su hermana Maribel junto con su marido Fernando, marchan a Kara para ver en África y en su misión, al hermano y cuñado respectivamente. Si con la estancia de sus padres en la misión, José Antonio dejaría correr  algunas lágrimas de ilusión, nos figuramos como se encontraría al ver aparecer en la misión a su hermana y a su cuñado. “ Cuando nos vio, dice su hermana, no se lo podía creer. Decía : “ Esto es un sueño. Mis hermanos aquí, mi hermana y mi cuñado.”

“ Nos llamaba hermanos. Solía decir: “ No solo hay que sentir, sino decir lo que se siente”. A mi marido llegó a decirle un día delante mía:”¿Te he dicho alguna vez que te quiero muchísimo, igual que a mi hermana?”.

Siempre decía:” Hay que ser tolerante y solidario. Amar de verdad, con el corazón. Había que perdonar siempre y estar muy cerca de todo el mundo”. No le daba importancia a los sufrimientos.
        
“ Antes de nuestra ida a Kara, -continúa Maribel - le pregunté a mi hermano que qué quería que le llevásemos. Nos respondió:” Una botellita de vino dulce de las bodegas de Los Hermanos Escolar de Almonte y una botellita de aguardiente de Alosno, también de Almonte, y nada más ”.

“ Conocía mi hermano a todos los Jefes de tribu y se relacionaba con toda clase de personas incluida la “alta sociedad” togolesa .Se asemejaba mucho mi hermano a Don Bosco, que buscaba el “calor” de los ricos para “sacarles todo lo que podía para los chicos de su misión, pues no era otro el interés que buscaba. Le llegaron a nombrar Socio Honorario del Club Rotary.”
        
“ El traje típico de los hombres en Togo es el “ Boubou ”. Consiste en chilaba de manga ancha y pantalón largo y ancho, de tela de algodón, Y el gorro, que es prenda imprescindible en África.Cada Jefe de tribu tenía su “ boubou ” particular y a mi hermano le regalaron uno, como si se tratase de otro Jefe de tribu, tal era el aprecio y el cariño que le tenían, y el reconocimiento que le mostraban.”
        
“ Era mi hermano muy buen negociante y regateaba mucho antes de abonar algo. En una ocasión mandó a pedir un camión de madera a Benin, país fronterizo con Togo. Cuando se había descargado la madera, comenzó el trato para el pago de la madera... En vista de que no se llegaba a un acuerdo, le dijo al dueño de la madera:” Si nos la cobras a este precio, puedes llevarte la madera”.  El final os lo podéis figurar: Pagó lo que él dijo. No quería pagar nunca lo que le decían y yo pude comprobarlo en más de una ocasión. Cuando iba con él a comprarme algo, siempre tenía que regatear.

“ Le gustaba fumar. En España  fumaba “ Ducados ” y en África “ Bond “, un tabaco muy malo.Le encantaba el chocolate negro y duro y tomaba mucha “ tónica ”, bebida que contiene quinina, sustancia muy buena para combatir el paludismo.Hablaba mucho y con mucha franqueza.”

“Tete - le decía su hermana Maribel -. Qué cantidad de cosas has hecho aquí en tan poco tiempo (se refería a la misión). El me respondió:”Yo he sido el instrumento, lo ha hecho María Auxiliadora”. Era mi hermano muy devoto de Ella.

“Cuando celebraba la Eucaristía, era muy habitual que narrara una historia o un cuento que hiciese relación al Evangelio, que a veces, incluso lo escenificaba.”

“ En agosto, mis padres y nosotros, mi marido y yo,  volvimos a España llenos de felicidad por haber estado acompañando a José Antonio, al que vimos que no cabía de gozo en si, por recibirnos en su misión. Invitación que tanta veces nos hizo y con tanto interés esperaba recibir. A mediados de ese mismo mes, padeció otra grave crisis de paralización de los riñones y estuvo ingresado tres días en la clínica sevillana “Ntra. Sra. de Fátima”, desde donde lo trasladaron al hospital “Virgen del Rocío”, también de Sevilla. Allí se recuperó y pidió el alta voluntaria, para volver de inmediato a Kara. “

La enfermedad del paludismo fue una constante en su vida, su “fiel” amiga, que no le abandonaría hasta conseguir llevárselo con ella.

Unas fechas antes, desde Kara, José Antonio había escrito agradeciendo a la Asociación UTRERA-TOGO su colaboración, el día 15 de noviembre de 1,994, en estos términos:


“Queridos amigos de la Asociación Utrera-Togo:

Como en otras ocasiones nos dirigimos a vosotros, amigos de Utrera, para saludaros, agradeceros el envío de vuestros fondos las pasadas y vuestra nuevas iniciativas de solidaridad con Togo,
Hace ya un año que nos llegó vuestro envío, para el proyecto de construcción de un Bloque sanitario: Servicios y duchas del Centro Don Bosco de Kara y nos alegra comunicaros que por fin es una bonita y “práctica” realidad. Os enviaremos una colección de fotos antes de Navidad.
Recordad que este bloque sanitario era un modelo funcional que después de haberse experimentado y corregido, queremos hacerlo extensivo a las aldeas de nuestro entorno al objeto de contribuir, modestamente, en la mejora de la salud. Un país como el nuestro, con un clima tropical y altas temperaturas hace que del tema de los servicios y duchas, si no bien concebidos, focos de infecciones considerables, favoreciendo enfermedades como el paludismo, proliferación de parásitos intestinales y otras. Este proyecto se inscribe en un programa más amplio de salubridad rural, que incluye también el tema del agua (pozos, cisternas, conducciones, canalizaciones de aguas residuales...) así como la repoblación forestal. Un eslabón de una cadena que contribuirá a aligerar las cargas ya pesadas de nuestras gentes.

La solidaridad engendra solidaridad. Es un principio que se está haciendo realidad en nuestro proyecto de Kara. Jóvenes que en su día fueron marginados por la sociedad, se convierten hoy en promotores del desarrollo socio-económico de sus propias aldeas. El viejo dicho de enseñar a pescar es eficaz.

Os presentamos un nuevo proyecto para este año: Construcción de una escuela primaria, para permitir recuperar los niños de la calle.

Tener una escuela propia, va a permitirnos escolarizar más de 100 niños de la calle, así como crear y adaptar los programas a sus realidades y sus necesidades: agricultura, cría de animales, conservación de la naturaleza, higiene, etc. etc.
Hemos valorado su importe en 1.672.600 pesetas y podríamos construirla en un plazo máximo de seis meses.

Queremos enviaros más amplia información sobre el proyecto, así como de los diferentes programas de desarrollo de Don Bosco en el norte de Togo, y así podremos estrechar más nuestras relaciones y participar de forma más consciente en el resurgimiento de este pueblo, que ya es nuestro pueblo.
Aprovechamos la ocasión para agradeceos vuestra solidaridad con los olvidados del Norte de Togo, en la construcción de la fraternidad universal y en la construcción del Reino.
Con todo nuestro agradecimiento y cariño. Firmado José Antonio”.



ALMONTE CONOCE,  LA OBRA MISIONERA DE JOSE ANTONIO, EN LA CUENTA ATRÁS DE SU ESTANCIA ENTRE NOSOTROS.-
                                                                                                                                                                    

Finalizando el año 1.994 y en los primeros días del siguiente, año de 1995, (desde el 25 de diciembre de 1.994 al 6 de enero de 1995), promovida por la Delegación de Formación de la pro-hermandad del Santo Entierro de Cristo y de Ntra. Sra. de la Soledad de Almonte, que coordinaba en aquellas fechas Santiago Padilla, se organiza una ambiciosa campaña de concienciación en el pueblo, para dar a conocer la maravillosa obra humanitaria y social que el padre José Antonio venía desarrollando en el país africano de Togo, durante más de doce años.. Una obra, por cierto, prácticamente desconocida en Almonte por aquellas fechas.

Bajo la rúbrica, “ Almonte, con Togo “ es la primera vez, que de forma espontánea se consigue aunar en Almonte, en un mismo proyecto, las voluntades de las hermandades de penitencia, entonces existentes: La Sacramental y las pro-hermandades del Santo Entierro y Gran Poder; y la de la Hdad. Matriz de Ntra. Sra. del Rocío, que también se integra en el mismo. El propio padre José Antonio es testigo de excepción de los preparativos de este evento, que se prolongan en el otoño almonteño, durante el tiempo que se repone de su última convalecencia. Será su última estancia en Almonte. Un homenaje quizás premonitorio, que permitió al pueblo de Almonte acercarse a la gran obra del misionero almonteño, gracias a una exposición que se localiza en las dependencias de la Capilla del Cristo, con fotografías, enseres, ………… El programa contemplaba además un concurso de dibujo infantil, que también se exhibió en la referida exposición. Así como conferencias, mesas redondas,…. De todo lo cual se hizo eco la prensa comarcal.

Nos cuenta Santiago Padilla, que el detalle que más recuerda de los contactos que se mantuvieron con José Antonio en el camino preparatorio de aquellos acontecimientos, es el deseo insistente de José Antonio, de que los mismos sirvieran como reclamo para arrastrar a algún voluntario-a a Kara. Hasta tal punto era este su deseo, que le manifestó en varias ocasiones su disponibilidad para retrasar su partida, que la tenía prevista para los días previos al comienzo del programa de actividades  para misiones, sí ello hacía posible.

Una vez más José Antonio, no desaprovechó la oportunidad para recabar la colaboración de prácticamente todo el pueblo, que  colaboró de forma espontánea y generosa. Recogió todo tipo de utensilios, ropa, semillas, máquinas de coser...El Centro de Salud almonteño le proporcionó muchos medicamentos. La Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío, de Almonte, costeó los gastos de la construcción de un pozo en la misión y le regaló un par de bueyes con su correspondiente arado.La Cooperativa de los Albañiles le proporcionaron herramientas y utensilios de  la construcción : carillos de mano, partidas de azulejos...Igualmente colaboraró el Ayuntamiento de Almonte; así como, Cáritas parroquial, Manos Unidas, Juana Cepeda Morales y esposo, las asociaciones, Alcon y Apret... E incluso recibió el regaló de una canastilla de recién nacido.

Fueron  días en los cuales José Antonio compartió con sus paisanos almonteños, momentos emotivos, en los que va a poder comprobar, como no se encuentra solo en África, porque Almonte (su pueblo) le está apoyando y su corazón lo tiene presente en sus oraciones.

Después del homenaje que le tributó su pueblo, marcha de nuevo José Antonio a su misión de Kara , donde seguiría entregándose a su obra en pro de los jóvenes y chavales más desprotegidos, inventando e imaginando mil proyectos para sacarlos del abismo en el que estaban inmersos antes de su llegada al Centro y poderlos sacar “a flote” a todos y cada uno de ellos.

         (Doc, nº 8).- Último Proyecto de José Antonio.

Y entre tanto, más noches sin apenas dormir, más dolores de cabeza para resolver los numerosos problemas cotidianos: comida, ropa limpia, educación , aprendizaje en los talleres, formas de financiar sus pequeños talleres o empresas, ayudas a las nuevas familias... y un sin fin de cosas y casos que sobrevienen sin quererlos buscar pero sí con las ganas y el deseo de quererlos resolver todos ellos en general y en particular, que iban haciendo que su trabajo fuese aumentando y su salud  debilitándose más y mas...

El resultado se veía venir, pero José Antonio no aceptaba venirse a España y dejar a sus chicos allí, solos en la misión, por mucho que se le insistiese para que volviese a recuperarse, ponerse bien y después volver de nuevo a la misión. Nada le convencía para abandonar a sus “hijos”, su familia. Él era el padre, y un padre no abandona  a sus hijos. Él quería que comprendiesen que había creado una familia, a la que se debía, se entregaba y daría su vida por ella si fuese necesario. Como así ocurrió. A este respecto nos dice don Francisco Vázquez: “José Antonio pudo desarrollar todo su genio, intuición y olfato salesiano, toda su generosidad misionera y toda su caridad pastoral, hasta dar la vida” .

                                     
EN LA MUERTE DEL PADRE JOSÉ ANTONIO. SE REDONDEA SU IMPONDERABLE TESTIMONIO MISIONERO.
                                                                                                                                                                    

En el mes de junio de 1.995, José Antonio recibe otro aviso: la muerte le acechaba y venía directa a  por él. Pero como siempre, no le hizo ni caso.  En realidad sería a principios de octubre, cuando su estado de salud comience su declive definitivo. Sufre vómitos, diarreas, fiebre alta... y en pleno agravamiento de su enfermedad, la ciencia no tiene frenos con que paralizarla.

En estas circunstancias es trasladado desde Kara hasta Lomé, en donde permanece varios días en el hospital en el que su empeoramiento va siendo mayor. En vista de lo cual se decide su traslado a España, en un avión especial. Nos encontramos a finales de octubre. El viaje fueron cuatro horas de vuelo en las que su estado de salud se fue debilitando poco a poco. En estas condiciones, ingresa en la U.C.I. del hospital sevillano  “ Virgen del Rocío ” el día 1 de noviembre. Después de múltiples transfusiones de sangre, medicamentos, diálisis y todo cuanto estuvo en las manos de los médicos…… su delicado cuadro médico nos se corrige.  Padece una fuerte anemia, no le funciona el hígado ni los riñones, y para colmo, como consecuencia de este cuadro médico, sufre varios paros cardio-respiratorios. Ante lo cual, todo el esfuerzo fue inútil. A las diez y media de la noche del día 7 de noviembre, entregaba su alma a Dios: Estas fueron sus últimas palabras: “ Ya no aguanto más, me voy ” .

“ Nos dice su hermana Maribel, que sobre las ocho de la tarde de ese triste día 7 de noviembre, haciendo un gesto con su cara y mirando hacia el cielo, nos dio a entender que ya no aguantaba más. “

 Dos días antes de su fallecimiento, estando en la UCI en estado de coma, abriendo un momento los ojos, les dice a los compañeros salesianos que estaban junto a él: “Vosotros no comprendéis esto”.  Y de nuevo enmudeció. Este hecho les sorprendió bastante a los padres salesianos que lo acompañaban, entre ellos al actual Secretario Inspectorial padre don José Martín Pulido, que fue quien me lo refirió.

La capilla ardiente fue instalada en la Casa Inspectorial donde no dejaron de pasar centenares de personas, entre ellos muchos almonteños desplazados expresamente con este motivo. Los restos mortales del padre José Antonio fueron portados en el acto de su sepelio a hombros, de sus cuatro primos hermanos: Fernando, Arturo, Juan Carlos y Roberto, que en realidad siempre se llamaron y llevaron como hermanos, como hemos tenido la oportunidad de ver; formando los cinco una sola unidad familiar. Mucho lloraron y sufrieron los cuatro, cuando perdieron al hermano “ primogénito ”.

Finalizadas las honras fúnebres en memoria de José Antonio se entonó el himno de “ María Auxiliadora ”  que fue cantado con mucha devoción y recogimiento por todos los participantes, de los cuales, muchos de ellos no pudieron evitar que se les saltaran las lágrimas. Manifestaban los salesianos a boca llena, en aquella triste hora, que José Antonio había sido un regalo de Dios para la Congregación Salesiana.

Antes de proceder a su inhumación en el panteón de los salesianos en el Cementerio de San Fernando de Sevilla; tras las honras fúnebres por su eterno descanso, le habían sido cortados parte del cabello y uñas; verdaderas señas de identidad de una persona en la cultura africana; para su posterior traslado a la misión de Kara, su misión, en donde fueron depositados, pelos y uñas, precisamente en la segunda de las fosas que mandó construir, cuando falleció meses antes la hermana Zulema. Este hecho recordará para siempre el paso del padre José Antonio por la Misión de Kara. Encima de estas dos fosas se ha instalado un monumento a Don Bosco.

Horas después de su fallecimiento, nos dice la hermana de José Antonio, Maribel, el Inspector de los Salesianos, don Cipriano, que había sido su maestro de novicio en Sanlúcar la Mayor, me dijo: “ Nunca he hablado de esto con nadie. En el verano que estuve con él  (José Antonio) en la Misión de Kara, no supe lo que me quería decir y me pedía que le ayudase ¿A qué?, ¿Qué quería Dios de él? Yo no lo comprendía. Sentía que Dios quería algo de él, que estuviese más ceca de Dios.Ahora entiendo lo que me quería  decir: Que Dios quería llevárselo”

“ TU HERMANO ROZABA EL DON DEL  MISTICISMO, termina diciéndole a su hermana.

Nos cuenta don Juan Carlos Pérez Godoy :  “ A mi me recibió en el noviciado nuestro recordado hermano José Antonio, y yo le he despedido amortajándole”

Por su parte, su compañero don Manuel Martínez Morilla nos dice al respecto: “ A los pocos días de su muerte tuve la suerte de ir a Kara, junto al actual inspector, Juan Carlos Pérez Godoy, en representación de la Inspectoría de Sevilla. Allí participamos en los funerales que se le hicieron en Kara, presididos por el Obispo.  Era desolación lo que había en miles de jóvenes; eran lágrimas sinceras por parte de todos. La noche antes del funeral tuve la fortuna de participar en una celebración litúrgica con centenares de personas, absolutamente indescriptible, llena de símbolos africanos, llena de cantos, de vida, de agradecimiento, de pérdida irreparable. “

         Doc. nº 9.- Recordatoria de la muerte del padre José Antonio.

“ En Kara, el llanto por su brusca desaparición, se extendió a chavales, colaboradores y miembros de la iglesia local. Todos apreciaban la generosidad de José Antonio en su trabajo arduo por dar dignidad a los jóvenes más necesitados.

“ El único defecto de José Antonio, - nos dice su hermano salesiano Lucas Camino -, que quiero resaltar, es que se murió muy pronto. Creo que no midió suficientemente las consecuencias de su demasiado trabajo y de la nula atención médica que prestaba a su salud...¿Hubiera sido capaz de ser de otra manera?... Sinceramente no lo pienso. Él sabía que se iba a morir pronto: Otros testimonios habrán, sin duda, señalado que aún antes de caer gravemente enfermo la primera vez, ya hablaba de reservar la parcela donde iba a ser enterrado... Yo soy un testigo: Él mismo me la mostró a la entrada del Centro Don Bosco, en Kara. Tengo el orgullo de haberme ocupado de él y de su salud, las dos veces que estuvo internado en Lomé antes de ser trasladado a Sevilla... Mi agradecimiento a las Salesianas que señalaron las dos veces su estado de gravedad y a la familia Assimadi (el doctor y su mujer María, que lo querían como a un hijo...) que desde Lomé nos aconsejaban el tratamiento a dar a su caso. Gracias al personal del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, que lo recuperó una primera vez, cuando tenía sus riñones completamente bloqueados... Gracias también a su Inspector que, a pesar de lo desaconsejado que era su traslado, lo dejó partir en condiciones aún no satisfactorias . Sabían él y el inspector que esto: TENÍA QUE SER ASI?.”

En esta segunda crisis ya no se pudo lograr recuperarlo... Para colmo, las algaradas políticas de los años anteriores, dejaron el Hospital General, hecho una lástima y se tardó mucho en hacerle la diálisis... Los esfuerzos, sin contar, y los medios que su inspectoría hicieron para llevarle a España, fueron insuficientes para mantenerlo entre nosotros por más tiempo... porque: SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE EN TIERRA, QUEDA SOLO. PERO  SI MUERE DA MUCHO FRUTO.

“ A mi me tocó – nos cuenta don Manuel Jiménez Castro-, dar continuidad a su obra. Para ello, llegué a Kara en octubre de 1.996, y con la ayuda de los salesianos de la comunidad, continuamos este servicio, que todavía hoy habla de la creatividad y audacia de su fundador, José Antonio Rodríguez Bejarano”

Charlando en la sede de la Inspectoría de Sevilla con el actual párroco de Kara, padre salesiano don Francisco Rodríguez, que se encontraba pasando unos días en España, cuando elaboramos las páginas de este libro, me decía que el padre José Antonio era un “ visionario ”. Como a Don Bosco, le ocurría y soñaba con su Oratorio, su iglesia, su evangelización, el padre José Antonio veía cosas donde otros no alcanzábamos a ver. Preveía el futuro de su Misión[59].Para  el padre don Francisco Rodríguez los milagros han cambiado  de contenido material, y el principal milagro de José Antonio es que hoy siga marchando su obra.”

Esta apreciación la corrobora el actual inspector, el ya referido, D. Juan Carlos Pérez Godoy : “ La obra de Kara sigue adelante . En la actualidad - continúa don Juan Carlos - además del Centro Don Bosco y los hogares para chicos de la calle, hay una floreciente y extensa parroquia cuyo titular es San Juan Bosco. Antes de morir ya había iniciado José Antonio las conversaciones con el Obispo de Kara. “

“ Lo que más sufrió a su muerte fueron las asociaciones de artesanos que se habían ido instalando en los poblados de la región de Kara. Fue una original forma  de organizar a los antiguos alumnos y buscarles salida laboral. Formaron una federación. Fareka ( Federación de artesanos de la región de Kara), y había un ambicioso proyecto, aprobado por la comunidad europea para el desarrollo de los poblados. Algo de eso continúa pero por desgracia, después de la muerte de José Antonio, sobrevino una fuerte crisis política en el país (Togo) con el bloqueo de las ayudas internacionales que provocó la paralización de muchos proyectos en marcha. Hoy día se van superando estas dificultades.”

“ Para mi – continúa Juan Carlos -, José Antonio, fue un gran misionero de la talla de los primeros enviados por Don Bosco a América. Un gran soñador como Don Bosco que vio realizado su sueño y cumplida su vocación en Kara: su pasión, su gran amor. Los chicos del mercado le quitaban el sueño y motivaron su “sueño”. Identificándose con ellos – aprendizaje de la lengua, noches en el mercado... hasta pedir la nacionalidad. Respondiendo a sus verdaderas y reales necesidades con corazón creativo y amoroso.. Esa fue la base de su metodología y obra misionera que tiene un comienzo muy semejante a los comienzos del Oratorio de Don Bosco en Valdoco (Turín). Su más genuina creación fue el Centro Don Bosco, un Hogar para los chicos del mercado que era casa, escuela, taller, patio, parroquia, cooperativa, confederación artesanal, relaciones sociales...todo eso era el Centro.”

“ Recuerdo con nostalgia y admiración dos anécdotas de mi primer viaje a Kara, en octubre de 1989. La primera: Hizo de tal manera conocido a Don Bosco en Togo, entre los togoleses, que pronunciar su nombre era como un salvoconducto para pasar cualquier control policial o militar. La otra fue, que nos llevó a ver al terreno donde hoy está el Centro. Entonces era un verdadero pedregal, seco, árido... pero él iba explicando con todo detalle, cómo se levantaría el Centro en aquel lugar. Como quien estaba describiendo algo que ya existía nos manifestaba plenamente convencido: “…… acá irá el poblado de los chicos, allá la casa de la Comunidad, allí los talleres, en este otro sitio  campos de deportes y zona para la agricultura, etc. “

“ Y se cumplió su sueño... Años más tarde, cuando ya había muerto, visitando de nuevo el Centro y saludando a los chicos, uno de ellos me contó su historia que concluyó con estas palabras: “ Don Bosco me ha salvado “.

“ Y en verdad sólo salva Jesucristo, pero aquel chico en el Centro encontró razones para vivir, valorar su dignidad y creer en su futuro. Este es en el fondo el gran significado de la obra de José Antonio:! Salvación !. Así lo entendieron sus muchachos que en la vigilia de oración de sus funerales a ritmo de danza y entorno al fuego cantaban: “ El fuego de amor y esperanza que ardía en el corazón del padre Antonio, es el fuego que ha encendido nuestros corazones ”.

“ Pero el gran motor fue su FE expresado en el lema de su sacerdocio:” “ ¡Tomad y comed, esto es mi cuerpo”. Sufrió mucho, incluso hasta sentirse culpable en ocasiones, de las tensiones que generaba en la vida de comunidad, los contrastes entre quien deseaba ir a un ritmo que quizás para otros no era posible o no veían. En la intimidad lo confesaba muchas veces a sus amigos. Pero la fe le ayudaba a superarse, a comprender, a tener paciencia y a reconocer sus fallos... Sabía que estaba jugándose la vida y la entregó por amor a sus chavales. Fue un mártir de la caridad.”

Posee don Francisco Rodríguez la Biblia que utilizaba José Antonio, que guarda con mucho cariño, en la que subrayaba José Antonio frases y hacía anotaciones en los márgenes.

 El obispo de Sokodé reconoce que, el Centro Don Bosco está marcado por la personalidad y la vida de fe del padre José Antonio...Cuantas veces yo, al que él llamaba su hermano, le he dicho:” !Hermano ten cuidado, vigila tu salud!”. Y el siempre llegaba a convencerme de que era necesario esto o aquello para la vida y el porvenir del Centro Don Bosco: Era su criatura”

……..La salud es un don de Dios y no debemos malgastarla, decía Don Bosco a Domingo Savio” [60].

Muchos son los testimonios de afecto, de admiración, de consideración que recoge su Carta Mortuoria. Así el obispo de Sokodé, nos recuerda que José Antonio “ fue hombre de fe profunda: profunda por intensa y por escondida. Parecía no manifestarlo al exterior y, sin embargo, los que vivieron junto a él lo detectaron... Era un creyente y un creyente que impregnaba con su fe todo lo que emprendía. Un creyente capaz de conocer al Hijo del Hombre, de reconocerlo en todo hombre y sobre todo en el débil, en el pobre...Con José Antonio podemos experimentar que vivir es recibir de Dios la vida para compartirla hoy mismo y siempre, todo con estilo de alegría y sencillez... Estoy seguro que nuestro hermano José Antonio ha escuchado el: “ Ven, bendito de mi Padre, entra en la posesión del reino que te he preparado desde la creación del mundo, porque estuve en peligro de marginación y tu viniste al mercado, a la calle donde yo dormía, me has otorgado confianza, me has acogido, formado y dado un oficio y me has ayudado a instalar una cooperativa, para que pueda ser feliz y solidario con los demás.
Al estilo del Buen Pastor, que ama a los jóvenes, así es como José Antonio ha dado la vida aquí y comprendemos humanamente que su muerte les afecte profundamente, pero nosotros le decimos que no hay motivo para la tristeza porque es la muerte de aquel que les ha dado la vida. [61]

Por su parte la Asociación de Artesanos de Koudjoukada (Kara) nos deja este hermoso testimonio: “ Estamos reunidos aquí para rezar por el eterno descanso del alma del padre José Antonio, que Tú has elegido como pastor. El padre José Antonio caminó con nosotros desde hace 8 años, y durante esos años nos hemos dado cuenta que era un buen pastor que quería a sus ovejas. Era humilde y sencillo, paciente, acogedor, dinámico, vigilante, amoroso, abría las puertas a sus ovejas; quería la participación en los trabajos en grupo y la evangelización. Así hemos podido realizar algunos proyectos de desarrollo: Un taller de aprendizaje, un molino, un dispensario, dos pozos en Koudjoukada. P. Antonio, lloramos desconsoladamente tu muerte...Ahora nos preguntamos: ¿cómo haremos para realizar tantos proyectos, iniciados contigo para el desarrollo de nuestra región?. Como Jesús ha dicho a sus apóstoles: no os dejo solos, Yo estoy con vosotros hasta el fin de los tiempos (Mt 28, 20) nosotros tenemos confianza en ti.
P. Antonio, disponible a escuchar los gritos de los jóvenes pobres que llegaban a tu puerta y a dar siempre ánimo, inunda nuestros corazones, y así volveremos a tener esperanza, fe y comunión. Por tu sencillez, tu amor y tu acogida, nosotros le rogamos al Señor que...  te acoja en la comunidad de los santos”[62].

Esos rasgos de su personalidad, también son puestos de manifiesto por el Director del Colegio de Córdoba, al decir: “ La caridad humana, espiritual y salesiana de su persona era tal, que no dudó en entregarse a la misión con total decisión, coraje y sin desmayo, sirviendo a todos de admiración, estímulo y ejemplo... Su empuje misionero ha sido decisivo, sin duda, tanto como la expansión del Reino en Kara, como para crecimiento de la motivación misionera en nuestras inspectorías hermanas. Dios le dotó de recia y rica personalidad humana, con clarividencia de ideas, iniciativas y proyectos; creatividad de apóstol salesiano, energía y entusiasmo de realización, libertad de espíritu y talante..., que él puso al servicio de los muchachos de Kara, en el gozoso anuncio del Evangelio[63].”

“ Loco, con el “ loco ” de Jesús, escribe Bonifacio Tiguila, el monje benedictino hermano y amigo, a la muerte de José Antonio “[64]. En un hermoso escrito que  reproducimos a continuación.


“ Mi hermano Antonio y yo mismo nos reconocíamos bien en esta descripción. Estábamos verdaderamente locos. Lo que nos salvaba era que nosotros sabíamos que estábamos locos. Y además queríamos serlo siempre. Cada vez que nos cruzábamos por la calle de Kara o en otro lugar , nos saludábamos:” Bueno, ¿ cómo estás gran loco ? ”. “ Si, tenía que estar loco mi hermano Antonio...para confiar ciega y locamente en mi y apoyarme en los momentos difíciles...
Estaba también loco... cuando se alegró enormemente que yo le confiara al Centro Don Bosco la construcción del claustro del monasterio. Nadie ha podido saber con que fondos se pudo construir. Nos echamos a la aventura con la sola certeza de nuestro sueño común:“ Arriesgar es la única manera de triunfar... ¿Qué es  lo que nos ha metido tanta prisa para inaugurar este claustro, aún en construcción, el pasado 6 de agosto?. Antonio, mi hermano, estaba allí, discretamente, para repetirse. “Si yo estoy loco, al menos he podido contagiar a alguien; el fuego que yo tenía que encender en Kara, ha prendido...Padre, todo está cumplido”...

 Hermano Antonio... a los locos es difícil seguirlos o ponerles freno. Y para demostrarlo, no descansaré hasta que no te prepare un jardín en pleno corazón de las montañas kabyés, (la etnia y cultura predominantes en la región de Kara). Nuestra Señora del Rocío me ayude. Así, gracias a ti, el bello sueño que has mamado en tu Almonte natal se realizará a través de tu muerte en las montañas (marismas) Kabyé.

Querido y gran loco, feliz cumpleaños”.

23 de noviembre de 1995... Hermano Bonifacio Tiguila, OSB[65]

El día 23 de noviembre de 1995 José Antonio hubiera cumplido los 41 años de edad.

Tenía José Antonio amor de padre; era un perseguidor de sueños, nunca perdía la esperanza, su fuerza, su lucha, su perdón. Siempre dispuesto a perdonar. En este sueño de amor por los desheredados africanos, el mismo tuvo varios  ahijados, como ya hemos visto. Estos son los ahijados del padre José Antonio : Alí Kpayou, que  tiene ahora 44 años, estudió mecánica y vive de ello. Tiene tres hijas preciosas y vive en Kara. Pilakani, estudio carpintería, tiene 24 y vive actualmente en Atakpamé ( Togo).Tiye Abalogan tiene 27 años, un hijo y vive en Sotouboua. Koffi Keya, tiene 23 años y vive en Atakpamé. Y Michel Esso que trabaja en Sevilla y es Técnico Audovisual.

Ellos también nos han dejado testimonios de la figura de su padre adoptivo y espiritual. Alí Leopold, su primer ahijado, escribe en su Carta Mortuoria :

” Conocí al padre José Antonio en 1985, en el movimiento Junior de la Acción Católica, del que él era el consiliario en la parroquia de Kara. Era un hombre con un espíritu creativo, divertido, que estaba siempre en medio de los jóvenes. Era acogedor. Los indefensos y los pobres, grandes y pequeños, podían acercarse a él para hablarle de sus problemas con libertad.
Yo, Alí, soy el primer hijo adoptivo del padre Antonio; he vivido y habitado con él durante diez años; hacíamos todo juntos, nunca me ocultaba nada. Cuando se puso tan grave yo lo llevé en el coche al hospital de Lomé... Al día siguiente yo debía regresar a Kara y, al cogerle la mano para decirle: “ hasta pronto”, él, apretando la mía , me contestó: “Alí, gracias por tu servicio “.Mi corazón se sintió estremecido por estas palabras, porque era él quien me había hecho el servicio de darme la vida: Me ayudó a crecer, a convertirme en un hombre responsable. No he tenido ocasión de decirle  gracias antes de su muerte. Pero ese pequeño servicio que yo le presté cuando sufría, ha sido para que él me dijese gracias. Hoy yo guardo, como símbolo y recuerdo de mi padre adoptivo Antonio, la palabra GRACIAS... Su hijo, Alí Leopold [66]

Otro de sus ahijados nos dice que al preguntarle a su padre Antonio: ¿Por qué lo había escogido a él y no a tantos otros, me contestó, parafraseando la sentencia evangélica: “ No he sido yo el que os ha elegido, sino que habéis sido vosotros los que me elegisteis”.

El tercero de los ahijados del padre José Antonio, Michel Esso, con el que he tenido ocasión de charlar en más de una ocasión, ya que reside en Sevilla, cuenta y no para de hablar de su padre adoptivo:” Conocí al padre José Antonio cuando tenía tres años. Yo vivía con mi madre en una situación aceptable hasta que murió mi padre. Mi familia empezó a sufrir una situación precaria. Mi hermano marchó con los padres franciscanos para poder continuar su carrera y yo empecé a tener relaciones con unos muchachos llamados “Jóvenes de Don Bosco”, que me invitaron a su Centro, en   donde ya vivían más de 300 muchachos. Aquello me llamó mucho la atención y quise conocer quien era el dueño o precursor de la obra. Me presentaron al padre José Antonio y le pedí si podía volver al Centro para jugar y estudiar con sus hijos, sin violar ninguna de las normas de la casa, y me respondió.” No solo puedes venir a jugar y a estudiar con mis hijos, sino que tú también puedes ser uno de ellos”·.

“ Al principio, en el grupo y en la familia, no me fue fácil la convivencia porque estaba desorientado por la pérdida de mi padre y de haberme alejado de mi madre y mis hermanos. Pero al ver la alegría que se derramaba en la casa, las ganas de vivir de los muchachos, el trabajo... todo ello me fascinó y me ayudo a abrir mi corazón al padre José Antonio.”

“ La primera vez que tuvimos un contacto más directo y estrecho fue a raíz de una enfermedad, provocada por la pena que llevaba sufriendo largo tiempo y por no ser capaz de integrarme totalmente al grupo. Entonces me llevó el padre José Antonio a su  misma habitación, donde cuidaba de darme de comer y de mi, como si fuese mi padre biológico. Eso me hizo sentir y pensar en ese momento, que el padre José Antonio era alguien especial, cosa que los demás miembros del grupo así lo demostraban. Antes de curarme totalmente, me presentó a dos personas: Alí y Pelakani, como hermanos míos. “

Dentro de su propia familia y fundación, él tenía también una familia con la cual yo podía contar en su ausencia. Le pregunté que porqué podía contar en especial con Alí y Pelakani, y no con toda la familia, puesto que  todos los demás miembros dependían también  directamente de él, a lo que me respondió: “ Un buen pastor tiene sus mejores colaboradores dentro de su propio rebaño y que me tenía que empezar a preparar mi corazón, porque iba a ser un hombre ”. Y me bautizó.

“ Al día siguiente del bautizo me dijo que le pidiera un regalo, que me hiciese crecer como hombre, no solamente por la forma y la talla, sino también por la razón y el corazón. Le pedí que me enseñara a ser como él, y me preguntó: “ ¿ Por qué como yo?. Y por primera vez le dije, que creía que él era una persona sobrenatural.”¿Que es para ti sobrenatural?- me preguntó- ”. “ Como santo – le respondía-. “Te estás equivocando – me dijo- , una persona no se hace nunca santo a base de formaciones, sino que se nace o se es santo, y a partir de ahí emana toda la bondad que  lleva en todo su ser”. Entonces le pedí el trabajo.

“ Eres muy inteligente – me dijo -, porque todo aquel que vivía en su familia debía tener clara tres cosas: la primera el trabajo, la segunda el pan y la tercera el paraíso, que son las cosas que nos hacen disfrutar con cualquier actividad que emprendamos y que nos hace feliz a pesar de la dureza de lo que hagamos; que tenemos como ejemplo a Don Bosco”

“……….Ayúdame a hacerme santo”, le dice Domingo Savio a Don Bosco (fue declarado santo con 15 años de edad).Don Bosco le regaló la fórmula de la santidad: 1º.- Alegría.2º.- Tus deberes en clase y piedad.3º.- Hacer el bien a los demás.[67]

Continuando con Michel Esso, nos informaba de que José Antonio quería llenar de vida  los corazones rotos de los muchachos de su misión, sin esperanza alguna y sin que nadie les ayudase.

“ Un día le pregunté si le podía llamar “mi padre” porque veía los fines de semana como todos los muchachos, junto a sus familias, participaban en programas de reinserción familiar y yo me quedaba solo con él, porque no podía, al no tener familia, integrarme en dichos programas. Me respondió:”Si quieres, no solamente te sentirías hijo mío sino que te puedo dar mi nombre y verlo reflejado en todo el resto de tu vida como hijo mío”.

El padre José Antonio era firme en sus decisiones, una referencia total, un mito, un ejemplo que todos seguían: En el Centro, en la región e incluso fuera del país, en cuantas actividades participaba. Era un luchador incansable; liberaba sus dolores, su impotencia cuando le hacían la vida imposible, su sufrimiento, para que los niños de su misión pudiesen estar cada vez mejor. Hasta podría decirse que su punto débil era la obsesión por trabajar. Incluso enfermo, trabajaba. Además era muy religioso y muy amante de la Virgen María. Sus grandes emociones, sus alegrías, sus ganas de vivir, eran sólo ver a sus muchachos crecer en el trabajo, en madurez y en el sentido de la responsabilidad. Donde estaban sus hijos, ahí estaba él: en la tormenta, en las lluvias, en las olas del mar o en el bosque.

“ Todo aquel que sentía y tenía necesidad de un amigo, o de un padre en quien confiar, que te creyera, te diera confianza y te fuera fiel, buscaba al padre José Antonio.”

“ Su sentido del humor era grandísimo. Todas las mañanas antes de comenzar a trabajar en el Centro, proponía una meta y por las noches, antes de ir a dormir, después de dar las gracias a Dios por el día, el pan, la salud y el trabajo, nos dejaba una palabra de Dios sobre la que reflexionar.”

“……..Después de Misa, Don Bosco narraba, con su modo de contar atrayente y fascinador, pasajes de la Historia Sagrada .[68]

“ El padre José Antonio sigue siendo el maestro perfecto, y ahora el guardián de todos sus hijos. Hemos  aceptado su muerte, pero sigue siendo la misma referencia como si estuviese vivo, se le tiene el mismo respeto, la misma consideración y su monumento en Togo es hoy centro de peregrinaje en la región.”

En mis conversaciones (el autor) con mi buen compañero y mejor amigo Juan Miguel González Pérez, sobre el padre José Antonio, una de las cosas que me dijo fue suficiente para definirme la personalidad de nuestro recordado padre José Antonio y fue .”José Antonio estaba lleno de Dios”

El Cardenal de la diócesis hispalense don Carlos Amigo Vallejo, en la primera de A.B.C. del Día de la Inmaculada del año 2.004 decía; “ La fidelidad puede llevar al martirio. Pero no hay que engañarse, pues solamente puede ser verdadero mártir, aquel que vive como auténtico testigo ”

Y el Papa actual, Benedicto XVI, (23 – X – 2.005) decía:...  “ El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad, que queda progresivamente transformado. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, incluso a si mismo. Le es suficiente el amor de Dios que experimenta en el servicio humilde y desinteresado del prójimo, especialmente de aquellos que no tienen la capacidad de responder”

¿No fue la vida del padre José Antonio un verdadero testimonio de amor a Dios y al prójimo?
¿No se encontraba el padre José Antonio transformado por el amor inmenso que le tenía a la Divina Providencia y a su madre Auxiliadora Rocío del Espíritu Santo?.
¿No llegó por ello a renunciar a todo; familia, amigos, vanidades... ?
¿No fue su servicio tan humilde y generoso, entregándose en cuerpo y alma a los más necesitados, aquellos que nada podían darle a cambio, por los que llegó a perder su vida.?

En el Boletín Salesiano de fecha febrero de 1.996, páginas 16 y 17,  leemos y copiamos íntegramente un artículo firmado por José Miguel Núñez, el nuevo Inspector de las Inspectorías ya fusionadas de Córdoba y Sevilla,  por el interés que representa  .Lleva por título “ ¿Y QUE VAMOS A HACER AHORA ?.A  José Antonio Rodríguez Bejarano “in memorian”

“ Sus pequeños ojos expresaron mucho más de lo que nunca hubiera logrado contar. Le llegó la noticia cuando menos se lo esperaba y se resistía a creer que fuera cierto que père Antonio había muerto. Las lágrimas  - contenidas hasta entonces – afloraron con facilidad en las negras pupilas de Benjamín.
¿Y que vamos a hacer ahora? Acertó a decir entre sollozos?. Y su pregunta  fue el resonar retórico de un gesto calculado, fue  - sin duda – la expresión de un desgarro que se llevó consigo cariño y ternura, sonrisa y vigor, presente y futuro a un tiempo. El gesto desconsolado de su rostro – inusitadamente sombrío en medio de tanta negritud – traslucía el dolor de una herida que tardaría en cicatrizar. Y es que para Benjamín - como para tantos otros – no se trataba simplemente de una muerte más de las  muchas a las que estaba rutinariamente acostumbrado, no. Con pèr Antonio habían muerto su padre y su madre, su amigo entrañable y el cura simpático que sonreía siempre y un día le preguntó.” ¿Tienes hambre?.
Pèr Antonio se había ido y su marcha heló – en un instante – cien caricias y algún gesto que habían logrado abrirle el corazón. Todo se volvió, de pronto, en blanco y negro. Y Benjamín lloró – “ Kodjo ha decidido abrir su corazón para siempre ”.
 Muchos recuerdan aquellas buenas noches. Pudo suceder cualquier día  ¿qué más da”. Pèr Antonio sabía  “mirar dentro” y escrutar lo más hondo de cada joven, también de aquel, Kodjo que – arisco y huraño – se acerco hace unos meses hasta el Centro Don Bosco pidiendo algo más que un plato de comida. Su gesto huidizo reclamaba en silencio algo de cariño, una porción de futuro y el derecho a ser feliz que la historia – hasta entonces – le había negado. Hubo que ser pacientes. Es cosa del corazón. Siempre cosa del corazón. Pèr Antonio supo esperar y devolver amistad por desconfianza, afecto por agresividad, familiaridad por miedo. Aquel verano, Kodjo decidió abrir para siempre su corazón y quedarse con Don Bosco; aquel verano, el muchacho temeroso se encontró – quizás sin saberlo – con la mirada de Dios.
Aún lo recuerdo con la gorra en el mercado. La mirada desafiante, el paso decidido y el gesto de acogida de aquel blanco eran diferentes; diferentes, si, hasta el punto de cautivar. Y enseguida la broma y la mano, la sonrisa y la palabra, el guiño y la amistad.
-                                 “Vente con nosotros  ¿quieres venir?”
-                                 ¿Dónde? Pregunto desconfiado.
-                                 “!Con Don Bosco!” Y sonreía.
¡Cuantos diálogos como este! Hubo también silbidos, claro, como entonces en Turín. Y policía – en vez de sacristanes – que encarcelaban a aquellos golfos y  José Antonio que firmaba su libertad y apostaba por ellos. Y muchas avemarías, si, también hubo muchas. Dicen que Don Bosco se hizo togolés y que en él se fundieron el blanco andaluz y el negro africano; dicen que Don Bosco  - aquel cura con gorra y sonrisa amplia  del mercado – pintó de colores – el blanco y negro de muchos jóvenes de Kara; dicen que Don Bosco ha sido de nuevo para Benjamín, Kojdo, Michel, Kofi, Badamsoga, Alí, y otros muchos, padre, maestro y amigo; dicen que aquella noche – cuando José Antonio murió – Dios dibujo un hermoso arco iris en el cielo de África y que, en medio de tanta oscuridad y tanto frío, Don Bosco pintó – a grandes rasgos, eso si – el corazón de muchos chavales con pinceladas de esperanza: “Seguiré a vuestro lado”.
“Todo irá bien” nos dijiste a tu llegada al aeropuerto de Sevilla, casi extenuado. Todo irá bien, corazón salesiano, todo irá bien. Te fuiste enseguida – como el que va de vuelo – y ligero de equipaje, - sin estridencias y de puntillas. Quedó intacto el corazón, dijeron los médicos. No podía ser de otra manera ¿no te parece?. Latía con ritmo joven y africano, vibraba con la fuerza del evangelio y se ensanchaba a golpe de vida dada. Quedó intacto el corazón, tu corazón de pastor, tu corazón salesiano, tu corazón de Cristo.  
Soñabas con frecuencia ¿ te acuerdas?. Contemplabas las estrellas – el blanco y negro luminoso del cielo africano – y soñabas. Como Don Bosco, miraste lejos y te pusiste manos a la obra, emprendedor y entusiasta, sin medirte demasiado y sin reclamar palmadas en el hombro. Contra corriente te dejaste la vida en medio de tus sueños, pero has abierto brecha, un vado en medio de las aguas caudalosas. 
Podríamos contar cuántos jóvenes alberga el Centro “Don Bosco”, de Kara, cuántos años llevaba José Antonio en Togo, cómo se organiza el Centro y cómo funcionan las microempresas, pero nada de esto es importante. Lo importante, lo verdaderamente importante, es el signo de una vida gastada hasta el final, hasta la temeridad, por los jóvenes que tanto amó. 
... ¿y que vamos a hacer ahora?, - preguntó sollozando el pequeño Benjamín. Gracias, José Antonio. Nos dejaste una hermosa herencia a todos los que respiramos con corazón salesiano. Lo importante, lo verdaderamente importante, es el signo. Y esto – desde luego – no es simplemente poesía.”

         También la Revista Misiones Salesianas, de fecha, mayo de 1.996, nº 83, página 20, leemos respecto al padre José Antonio:

- “ Agradecemos a Dios el regalo que nos hizo en la persona de José Antonio”.
- “ Su creatividad, que le llevó a soñar primero y a abrir fronteras al Evangelio después”.
-“ Su amor a los jóvenes que le hizo trabajador incansable contra toda dificultad”.
-“ Su libertad de espíritu y talante, que le infundía optimismo  y buen humor”.
- “Su inculturación que lo condujo a ser un africano más”.
- “Su vida interior, nada convencional, vivencial sentida y profunda hasta la contemplación”.
-“Su confianza ilimitada en la Providencia, que lo llenó del arrojo, audacia y valentía del carismático”.
- “Su relación filial con María Auxiliadora, a quien acudía como Madre providente de los jóvenes”.

Boletín Salesiano nº 11, diciembre de 1.997, copiamos: “ El Ayuntamiento de Almonte (Huelva, en memoria del joven sacerdote salesiano, José Antonio Rodríguez Bejarano, ha abierto una cuenta para contribuir a la enorme obra social, que ese hijo del pueblo llevaba a cabo en Kara (Togo).  La figura de José Antonio en el Centro Social de Kara que fundó, ha dejado profunda huella y son objetos de admiración por parte de todos.

Del Boletín Salesiano de abril de 1.998, entresacamos: “ ... El Fuego. Aquélla tierra de las siete naciones convertidas en un solo pueblo, no estaba seca. Había sido regada por el sudor del trabajo y la sangre del sacrificio. Momento emocionante en el que, tomando la luz y el fuego del Cirio Pascual, se encendió una vela por cada país mientras se proclamaban los nombres de los salesianos que ya habían dado su vida por África: Victorino Villa, en Senegal; Isaac Pascual, en Benin; Lucien Balamou y Manuel Puyol, en Costa de Marfil; Paco Silvestre, en Mali; José Antonio Rodríguez Bejarano, en Togo; Engelber, en Guinea Conakry. Aquellas velas, colocadas alrededor del Cirio Pascual, brillaban en honor de quienes ya vencieron por la sangre del Cordero y por la memoria de si mismos. Sus nombres, a partir de estos momentos, se han convertido en “antepasados” de la nueva Inspectoría.

El diario onubense “Huelva Información” en el año 2.001 envía a dos periodistas a Togo con el objeto de hacer un reportaje sobre la obra de los salesianos en dicho país, donde dejó profunda huella la obra realizada por el almonteño padre José Antonio. No vamos a copiarlo, precisamente por su extensión, pero si decir que en el mismo se daba cuenta muy detallada de la enorme labor desarrollada por los padres salesianos, y se destacaba el espíritu de lucha y entrega del padre José Antonio y sus numerosos proyectos llevados a cabo en la misión, donde multitud de jóvenes encontraron al amigo íntimo, al paternal sacerdote y al  maestro bueno y sonriente, siempre dispuesto a ayudarles, aconsejarles, proporcionarles un porvenir y una ilusión por vivir, al mismo tiempo que les enseñaba la verdad: El Evangelio.

También en Kara se ha recordado la memoria de José Antonio, pues según nos manifestaba el padre Xec Marqués, actual director del Centro Don Bosco, en Kara: “ ... y todavía con la emoción del X aniversario de la muerte de José Antonio...  para mantener viva la memoria de José Antonio, que sirva también para tener viva la solidaridad, la generosidad, que dieron sentido a su vida”.

Continuando con la información del padre Xec Marqués sobre la figura de José Antonio, después de transcurridos diez años de su fallecimiento nos complementaba que acababan de celebrar el X aniversario de su último viaje a la casa del Padre. Ha sido una preciosa ocasión para convocar a todos aquellos que lo conocieron, que se beneficiaron de su afecto y de su capacidad de lanzar la gente hacia el futuro. Nos reunimos mucha gente, el viernes 11 en una vigilia de oración, de recuerdo y de acción de gracias. Otras personas escribieron o llamaron para hacerse presentes y disculpar su ausencia.


Foto nº 20. Tumbas de sor Zulema y el padre José Antonio Rodríguez Bejarano, en Kara.

Lo recuerdan con cariño religiosas y religiosos que se beneficiaron de su ministerio sacerdotal , de su amistad sincera, de sus consejos.

Lo recuerdan artesanos hoy instalados y padres de familia. Fue José Antonio quien los sacó de la calle, de la miseria para abrirles las puertas del futuro.

Lo recuerdan jóvenes que siguen en el mercado, viviendo de pequeños trabajos. Guardan en su corazón la amistad de José Antonio, y si su proposición de formación no consiguió hacer de ellos unos buenos artesanos, su amistad les dio sentido a sus vidas, saberse queridos gratuitamente por alguien , sin ser juzgados.

Lo recuerdan nuestros colaboradores, a veces con nostalgia. José Antonio tenía el arte de entusiasmar, de ofrecer pistas para seguir adelante, para formarse.

Su tumba se encuentra a la entrada del Centro Don Bosco. Hay que conocer el medio para comprender la actitud de la gente hacia las tumbas. Se halla la misma al lado de donde vienen las mujeres a coger agua, los chicos y chicas juegan sobre ella, la losa de mármol, refresca cuando el calor aprieta. Forma parte de la casa, como tantas tumbas que la gente tiene en el patio de sus casas. No es irreverencia , yo lo entiendo como el cuerpo de un abuelo, donde los chicos encuentran cobijo, rodillas en las que sentarse, calor que da seguridad.

Todos los jóvenes pasan cerca de ella cada mañana para llegar a los talleres. Aunque no digan nada, ahí está el padre de esa casa bendiciendo y saludando en silencio.

El día de los difuntos y de todos los santos, su tumba, al lado de una hermana salesiana, se llena de flores y velas, iluminan la noche y nos recuerdan que José Antonio se fue, pero a la casa del Padre, que sigue presente y que nos quiere para siempre.

Actualmente hay en el Foyer de los aprendices, 85 chicos y 35 en el Foyer del mercado. En el Centro Don Bosco hay 145 aprendices y 20 en pre-aprendizaje. Los Talleres en funcionamiento son los de albañilería, forja-soldadura, carpintería, pre-aprendizaje

Hay muchos chicos y jóvenes que se encomiendan al padre José Antonio, que siguen buscando, que no han encontrado todavía su camino. También  religiosas que tuvieron en él un padre y en quien encuentran todavía consejo y aliento. Y sin duda, mucha gente, en el silencio de la oración, en el suspiro de la esperanza.

         Foto 21.- José Antonio en uno de los Talleres, en Kara

“ Don Manuel Jiménez, nos confirma que efectivamente se incorporó a la  casa de Kara en octubre de 1996, como director de la comunidad y de la obra. Allí estuvo durante un sexenio (1996-2002), ya que las Reglas de la Comunidad indican, que al cabo de seis años los directores salesianos tienen que ser reemplazados, por lo que en junio de 2.002 dejo Kara y solo he vuelto a visitar a los salesianos y a los jóvenes y colaboradores conocidos. Diez años después de su muerte, nos corroboraba, que la figura de José Antonio se agiganta, porque admiramos más su talante emprendedor y – sobre todo - su gran confianza en Dios, para hacer frente a una obra de tamaña envergadura. Asumió con admirable ánimo, los desafíos de la misión salesiana, acogiendo y formando a niños y jóvenes que descubrieron por medio de él el inmenso amor a Dios.

Aunque sus restos se encuentran en el cementerio de Sevilla, a Kara fueron llevados parte de las uñas y cabellos de José Antonio, lo que -en la tradición local- representa al difunto; así pues en el Centro de Kara hay una segunda tumba de José Antonio. Muchos hacen sus oraciones al pie de la tumba, que se encuentra a los pies de la estatua de  Don Bosco.

“ Puedo decir -continúa don Manuel Jiménez - que el recuerdo de José Antonio permanece inalterable en Kara, aunque no tengo conocimientos de “gracias”  por su intercesión. Yo puedo decir que personalmente invoco la asistencia de Dios por intercesión de José Antonio, a quien creo junto al Señor.











ALMONTE RECUERDA EL DECIMO ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL GRAN MISIONERO SALESIANO.
                                                                                                                                                                    

Con motivo  del X aniversario de la muerte del padre José Antonio, el Consejo de Cofradías y Hermandades de Penitencia de la villa de Almonte, aprovechó la ocasión para rendir un merecido homenaje a José Antonio; y con este motivo también a los misioneros almonteños, unos ya fallecidos y otros desarrollando su humanitaria  labor en tierras de misiones. A continuación reproducimos el contenido de este programa, desarrollado en el mes de noviembre de 2005.


Día 7 de noviembre de 2.005.- (Aniversario de la muerte de José Antonio).- A las 19´30 h. Misa en Acción de Gracias, en la parroquia de la Asunción, de Almonte. A continuación se inauguró una exposición titulada “ África, un grito de esperanza”.La celebración de la Eucaristía fue concelebrada por el párroco de Almonte, Diego Capado Quintana y los sacerdotes salesianos: Juan Carlos Pérez Godoy, inspector de Andalucía occidental; José Miguel Núñez Moreno, Vicario provincial; José Martín Pulido, secretario provincial y Enrique Vargas Márquez, director del colegio mayor “San Juan Bosco” de Sevilla. Junto a ellos Manuel Sevillano Hierro, vicario de Almonte y Antonio Cepeda Lepe, anterior vicario almonteño.
Día 8 de noviembre.- A las 19 h. Charla a cargo de D. Juan Carlos Pérez Godoy, Inspector de los salesianos para Andalucía occidental. “ La figura de José Antonio y su mensaje para los almonteños de hoy”.
Día 10 de noviembre.- A las 19 h.- Mesa Redonda. “Las ONGs católicas. ¿Qué son? Y ¿Qué hacen?. Participaron representantes de “Proclave”, “Entreculturas” y ONG “Solidaridad Don Bosco”.

Así mismo, se organizó una exposición bajo la rúbrica, “ Africa, un grito de esperanza “, que permaneció abierta desde el día 07 al 19 de noviembre, en la Hacienda, “ Santa María de las Rocinas “, dedicada a las Misiones, con una especial atención a las misiones de Togo, y a la vida de los misioneros almonteños.

La edición de este libro, por último, forma también parte del programa de actos, programado por el referido Consejo, con motivo del X Aniversario de la muerte del gran misionero.

                   
También El Colegio Público Lope de Vega, de Almonte (Huelva), que visitara en vida José Antonio en varias ocasiones conocido popularmente por “El Pocito” ha querido sumarse a los actos programados por el Consejo de Hdades. y Cofradías, organizando en colaboración con la ONG Don Bosco, un programa de recogida de fondos para financiar un proyecto concreto de las misiones salesianas en Kara (Togo ).

Dicha iniciativa debe ser enmarcada en un Proyecto Educativo del Plan Anual del Centro, que se aprueba a comienzos del curso escolar, titulado genéricamente con el nombre de “ Un Proyecto de Educación en la Solidaridad”. Cada año, desde el año 2003, el proyecto ha ido dirigido a concienciar y a ayudar a resolver problemas del tercer mundo. En el curso 2.003 – 2.004 se denominó: “ Operación Manta ”. En el curso 2.004 –2.005 se conoció como “ Operación Limón Verde. Lamia (Brasil)” ; y en el actual curso 2.005 – 2,006, con motivo de cumplirse el décimo aniversario de la muerte del padre José Antonio, se ha denominado “Operación Kara (Togo)”.

Es el objetivo fundamental del proyecto, “ Operación Kara “, conseguir que un Maestro pueda hacerse cargo de una escuela durante un curso. Como decimos, no se trata sólo de recaudar fondos para llevar a efectos los objetivos marcados, sino que ese es uno solo de los objetivos, pues como recoge el desarrollo del “ Proyecto de Educación en la Solidaridad ”, se trata fundamentalmente de crear hábitos de solidaridad, especialmente entre los niños y sobre todo con los que nada poseen en la tierra: alimentos, educación, higiene... Como recoge su introducción : “ ... es objetivo esencial de éste, potenciar la educación en Valores Cívicos como una de las dimensiones fundamentales en la formación de nuestros alumnos. En este sentido se promoverán propuestas, programas y actividades dirigidas a desarrollar la reflexión y sensibilización de profesores y alumnos  ...”

Como coordinadores del mismo se encuentran: la profesora de Religión, doña Rocío Barón Guitart y los Profesores Nacionales: don Fernando Cáceres Larios, don Pedro Rodríguez Villa y don Manuel López Vega, a quienes animamos a continuar en lo sucesivo, con dicho proyecto, humano, generoso, de amor al prójimo...

        



                    

        
                                  DOCUMENTOS                                            

Documentos nº 1.- Acta de nacimiento de José Antonio Rodríguez Bejarano.

Doc. nº. 2- Acta del Pleno del Ilmo. Ayuntamiento de Almonte, en el que se acuerda nombrar Hijo Predilecto de Almonte, a José Antonio Rodríguez Bejarano y rotular una calle con su nombre.

Doc. nº 3.- Partida de Bautismo de José Antonio Rodríguez Bejarano.

Doc. nº 4.- Recordatoria de la Primera Comunión de José Antonio Rodríguez Bejarano.

Doc.nº 5.- Recordatoria de la Primera Misa que celebró José Antonio Rodríguez Bejarano, en Almonte

Doc. nº 6Programa de Actos del “Rocío Chico” del año 1.983, que predicó José Antonio Rodríguez Bejarano.

Doc. nº 7.- Primer Boletín  “Don Bosco en Kara”, editado en la Misión de Kara.

Doc. nº 8.- Último Proyecto de José Antonio Rodríguez Bejarano, en Kara.

Doc. nº 9 .- Recordatoria de la muerte del Padre Salesiano José Antonio Rodríguez Bejarano.


[1] Vid. BOSCO, Teresio : “ Vida de Don Bosco, el santo de los jóvenes ”. Edit. Editorial CCS. Colección Don Bosco. Sexta Edición. Madrid, 1980. Pags.224, 232 y 246.
[2] Vid Ibidém. Pags. 222 y 223
[3] VDB Ibidém. Pags. 15 y 246, 52 y 125
[4] Asimismo hemos consultado y recogido información de: A.B.C. 18 – 8 – 2.005 página 51.Cita de San Juan de Ávila.Primera Encíclica de Benedicto Xvi. “Dios es amor”.Proyecto África 1.995.Páginas de internet sobre Misiones salesianas en África.Jornada Mundial de las  Misiones Salesianas.A.B.C. 12-8-2.004. Cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.A.B.C. 23-10-2.005. Benedicto XVI, Boletín  Salesiano. Febrero 1.996, páginas 16 y 17.Revista salesiana. Mayo 1.996. nº 82 página 20.Boletín salesiano nº 11. Octubre 1.997.Boletín salesiano. Abril 1.998.Huelva Información. Año 2.001.Programa de actos celebrados en Almonte, al cumplirse el décimo aniversario de la muerte de José Antonio.Revista ONG. “Solidaridad Don Bosco”. “Plan Anual de Centro” del colegio “Lope de Vega” de Almonte y la  “Hoja parroquial de Almonte”.
[5] Vid. Doc nº 1, Acta de nacimiento.
[6] Vid. Ibidém Pág. 14.
[7] Vid. Doc. nº 3. Partida de Bautismo
[8] Vid. Diario A.B.C. 18-8-2005, página 51
[9] Vid. Ibidém. Pág. 81.
[10] Vid. Ibidém. Pág. 119.
[11] Vid. Ibidém. Pág. 24.
[12] Vid. Ibidém. Pág.90
[13] Vid. Ibidém. Págs.106 y 107
[14] Vid. Ibidém. Págs. 8 y 9.
[15] Vid. Carta Mortuoria. Págs 7 y 8.
[16] Vid. C.M. Pags. 7 y 8.
[17] Vid. Ibidém. pag. 150.
[18] Vid. Ibidém pag.  37.
[19] Vid. Ibidém. Pags. 66 y 67.
[20] Vid. CARTA MORTUORIA de José Antonio Rodríguez Bejarano. Edit. Inspectoría Salesiana de Sevilla. Sevilla, 1996. Pág. 8
[21] Vid. Ibidém. Pág. 8.
[22] Inicia el Papa esta Encíclica manifestando: “ ………. quiero mostrar – en esta encíclica - el concepto de amor en todas sus dimensiones. Hoy en día la palabra “amor” parece algo muy lejano de lo que un cristiano piensa cuando  se habla de “ caridad ”. Yo quisiera mostrar que se trata de un único movimiento, con diversas dimensiones. El  “ eros ”, el don del amor entre hombre y mujer, proviene de la misma fuente, que es la bondad del Creador, como proviene también de ahí el amor que renuncia a si mismo a favor de la otra persona. El “ eros ” se transforma en “ ágape ”,  en la medida en que los dos se aman realmente; y de que cada uno no se busca a si mismo, su propia alegría o su propio placer; sino que busca sobre todo el bien del otro. Cuando se ama de ese modo, el “ eros ” se transforma en caridad; en un camino de purificación y profundización. Y se abre desde la propia familia a la gran familia de la sociedad, a la familia de la iglesia. A la familia del mundo”. Estas palabras fueron pronunciadas por S.S. el Papa, en su tradicional Audiencia de los Miércoles, del pasado día 18 de enero de 2006; ante más de 8000 peregrinos . Vid. Diario A.B.C..Pág. 50. Sevilla, 23 de enero de 2006.
[23] Antes del proyecto Africa, impulsado por el Capítulo General XXI ( 1978 ), la orden salesiana se encontraba presente en los siguientes paises africanos : Egipto y  Sudáfrica ( 1886 ); Zaire ( 1911 );  Marruecos ( 1929) ; Cabo  Verde ( 1943 ); Mozambique, Ruanda,  Suazilandia ( 1953 ); Congo ( 1959 ); Burundi ( 1970 ); Gabón ( 1971 ); Guinea Ecuatorial ( 1972 ); Etiopía ( 1976 ); Libia ( 1977 ).
A partir de este Capítulo, la orden incrementará notablemente su presencia en el continente africano, estableciéndose en los siguientes paises: Camerún y Liberia ( 1979 ); Kenia, Lesotho, Senegal, Tanzania ( 1980 ); Angola, Benin, Costa de Marfil, Mali,  Madagascar ( 1981 ); Nigeria,  Sudán, Togo ( 1982 ); Zambia ( 1983 ); Guinea  Conakry ( 1986 );Túnez, Uganda ( 1988 ); Ghana ( 1992 ); Burkina Faso ( 1993 );  República Centroafricana ( 1994 ); Chad y Zimbaue  ( 1995 ). En total en 1995, de conformidad con los datos del Proyecto África 1995, se encontraba presente  en 38 naciones, con 140 Casas y 881 Salesianos.   

[24] Vid. Ibidém. Pag. 154.
[25] Vid. Carta Mortuoria. Pág. 9.
[26] Vid. Ibidém. Pags. 69, 57 y 58.
[27] Vid. Ibidém.  Pag. 87
[28] Vid. Ibidém Pags. 127 y 133.
[29] Vid. Ibidém. Pag. 94
[30] Vid. Ibidém. Pág. 97
[31] Los datos de geografía humana que se aportan son de 1995.

[32] Vid. VDB, pags. 240 y 241
[33] “ 26 de enero de 1854. En Turín hace un frío polar. Pero en la habitación de Don Bosco reina un ambiente distinto. Habla Don Bosco y cuatro jovencitos dejan galopar su fantasía detrás de sus palabras : “Ya veis que Don Bosco hace todo lo que puede, pero está solo. Si vosotros me echarais vuestra mano, juntos haríamos milagros. Nos esperan millares de niños pobres. Os prometo que la Virgen nos enviará oratorios amplios y espaciosos, iglesias, casas, escuelas, talleres, y muchos sacerdotes dispuestos a echarnos una mano. Y esto en Italia, en Europa y hasta en América. Ya veo entre vosotros una mitra episcopal”.
Los cuatro jovencitos se miran a la cara asombrados. Parece un sueño. Sin embargo, Don Bosco no bromea, está serio y parece que está leyendo en el futuro :“ La Virgen quiere que empecemos una sociedad. He pensado mucho tiempo que nombre ponerla. He decidido que nos llamemos Salesianos “.
Entre aquellos cuatro jovencitos están las piedras fundamentales de la Congregación Salesiana. Miguel Rúa toma nota, aquella tarde, en su cuadernillo “ Nos hemos reunido en la habitación de Don Bosco : Rocchietti, Artiglia, Cagliero y Rúa. Se nos ha propuesto hacer, con la ayuda del Señor y de San Francisco de Sales, una prueba de ejercicio práctico de caridad con el prójimo. A continuación haremos una promesa, y después, si fuere posible, haremos un voto al Señor. A los que hagan esta prueba y a los que la harán más tarde, se les dará el nombre de Salesianos.”
Esa semilla, nacida en una habitación de Turín, (como presagiaba Don Bosco) ha germinado y se ha extendido por los cinco continentes, dando abundantes frutos y que seguirán dándolos en el futuro.Millones de niños, los más pobres, humildes y necesitados, han obtenido bienes materiales y espirituales, conociendo al Dios verdadero, y muchos de ellos han seguido los pasos de sus sacerdotes  salesianos. Y cómo no, en España, se ha hecho sentir este mensaje de esperanza para los niños, donde se encuentran diversos colegios y Casas Salesianas, esparcidos por toda la geografía hispana. La primera Casa Salesiana que se abre en España es la de  Utrera (Sevilla), siendo su primer director Juan Branda.                             

[34] CM
[35] Vid. VDB pags. 211 y 212
[36] Vid.  VDB. Pag. 146.
[37] Fue elegido Papa, el día 16 de octubre de 1978 y el 22 del mismo mes fue investido Sumo Pontífice. Murió el día 2 de abril de 2.005
[38] Congreso Eucarístico Internacional (el nº  XLIII ) celebrado en Nairobi (Kenia) del 11 al 18 de agosto de 1985. Finalizó la visita pastoral el día 19
[39] Datos tomados de la Jornada Mundial de las Misiones Salesianas 1993
[40] Vid. VDB ¿????
[41] Vid. VDB pag. 120
[42] Vid. VDB Pags. 160, 182 y 197
[43] Vid. VDB. Pag.125 y 126.
[44] Chaminade fue un Santo Fundador de las Congregaciones Marianistas. En Kara había dos colegios, uno de Hermanas Marianistas, compuesto por italianas y españolas y se llamaba Colegio Adela y otro llevado por los Hermanos, suizos, que era el “ Chaminade ” Es como si nosotros dijéramos: Don Bosco, pero ellos no tienen la costumbre de ponerle el “don”. De ambos colegios éramos los salesianos, los capellanes, pues todos eran Hermanos y no tenían sacerdotes, nos aclara don José Manuel Melgar
[45] Los datos que facilitamos a continuación fueron proporcionados por el mismo padre Bonifacio, en una entrevista que mantuvimos con el  en Almonte, el pasado día 4 de octubre del  2005
[46] Extracto de la carta enviada a su amigo salesiano, don Manuel Jiménez.
[47] Vid. VDB pag. 261
[48] Vid. VDB pag. 234
[50] Por circunstancias, la hermana Zulema María Tomasini, enfermaría también de paludismo años después en Gabón, falleciendo en Lomé en mayo de 1995.El padre José Antonio fue quien organizó los funerales por su alma y quien mandó construir en el Centro Don Bosco dos lápidas en el suelo, a raíz de la muerte de dicha monja, siendo enterrada en una de ella.La otra sería para...  ¿Presentiría José Antonio su muerte, acaecida poco meses después? (noviembre). Efectivamente la segunda lápida contiene las señas de identidad del padre José Antonio, según reconocen los africanos: Parte de  su pelo y de sus uñas, que le fueron cortados una vez fallecido (7 de noviembre de 1995) y trasladados a Kara, en la que se le hicieron los funerales. Hoy dichas lápidas están al pie del monumento que se ha levantado a Don Bosco en el Centro Misionero.

[51] El Ferme había servido de oficinas de la O.N.U. y al marcharse la  abandonaron y el padre José Antonio la adaptó como Casa Grande donde poder convivir una familia muy numerosa. Ese era nuestro hogar.

[52] VDB pags. 147 y 148
[53] VDB pag. 131
[54] Como dato indicativo 100 Francos Cefas equivalen a un franco francés.
[55] Vid. VDB pag 198 y 199
[56] Vid. VDB pag. 196
[57] Creo, que esta es una constante casi siempre, ( en la familia ) de  las personas que deciden dirigir su vida a los más necesitados y además tan lejos del hogar familiar, pero que siempre es superada y asimilada por ellas
[58] Vid. VDB pag. 118
[59] Por boca de otro compañero salesiano hemos sabido que quiso que le dejasen hacer su misión durante cinco años sólo, para demostrar que se podía hacer otro Valdocco, al estilo de Don Bosco.

[60] Vid. Ibidém. Pág. 243
[61] Vid. Carta Mortuoria. Pág. 16
[62] Vid. Carta Mortuoria. Pág. 15.
[63] Vid. Ibidém. Pág. 16.
[64] Nos recuerda el padre Bonifacio esta simpática anécdota, que “ cuando el abad de la Munsterschuvarzach  (Alemania) visita Kara (1990) se encontró cerca  del Monasterio de Agbang, a una mujer llamada Felicidad, que le dijo: “Aquí en Kara hay tres locos, el padre José Antonio, mi marido (era Maestro, trabajaba en las oficinas de correos y tenía acogidos a 30 chavales) y el padre Bonifacio...”.
[65] Vid. Carta Mortuoria. Pág. 17
[66] Vid. Carta Mortuoria. Pág. 19.
[67] Vid. Ibidém. Pags. 242 y 243.
[68] Vid. Págs. 242 y 243